PARTE DE LA ÉLITE [PARTE II] (YoonMin) - Capítulo 4

 Capítulo 4

 

Jimin POV:

 

A la mañana siguiente, en la hora del desayuno, descendí al salón encontrándome con que todos ya me esperaban y mi estómago hambriento me condujo sin pensar al único lugar libre en la mesa en donde Yoongi estaba a mi lado pero de lo que no fui consciente hasta pasados unos minutos. Nada más que el desayuno comenzó llené hasta rebosar mi plato con varios bollos rellenos de crema de chocolate, un par de tortitas, un vaso de zumo, otro de leche, algunos trozos de futa y cuando creí que nada más cabría dentro espolvoreé algunos cereales entre las montañas de comida en el plato. Con los carrillos llenos me hablaron.

—Espero que hayas aprendido la lección de ayer. –Me dijo Jin y rápido le miré con ojos temblorosos. Asentí y continué comiendo pero él me reprendía nuevamente—. Fue maleducado y aún más teniendo en cuenta que dañaste a un compañero. Debes pedirle perdón ahora que ha terminado tu castigo. –Asentí y miré a todas partes buscándolo en los alrededores de la mesa pero tras encontrarlo a mi lado di un respingo asustándome por su presencia tan cerca a mí. Casi me atraganto con la comida y bebí zumo de naranja para vaciar de manera más fácil mis carrillos. Tras ese acto infantil de inocencia por mi parte Yoongi frunció los ojos hasta convertirlos en dos líneas oscuras completamente enfadado por mi comportamiento pero más aún extrañado porque me asuste por su presencia.

—Lo siento. –Susurré una vez mis labios estaban libres de comida pero no pareció suficiente para él y resopló con una sonrisa irónica en sus labios. Yo continué comiendo igual que el resto de mis compañeros pero él era el único insatisfecho. Rebatió mi disculpa.

—¿Y por lo de la semana pasada? ¿Por eso no hay disculpa? –Me miró con sus ojos expectante pero me encogí de hombros y susurré un “lo siento” nuevamente. Su sonrisa retornó a su rostro y dejó el desayuno aparte—. Son unos malcriados. –Le dijo a YongGuk—. Tendrás que  meterlos en vereda.

—Es su primera semana. –Dijo. Y con eso terminó la conversación—. Taehyung, Jimin, hoy os incorporaréis a los entrenamientos con el resto de vuestros compañeros. ¿Entendido?

—¿Entrenamientos? –Preguntó TaeHyung

Sí, nada más que comenzamos a adecuarnos a BTS nos pusieron a entrenar. Con nada más que nueve años ya buscaron en mí la habilidad que mejor se me daba y tras no poder sujetar ni una pistola y ver volar los cuchillos de mis manos comprendieron con el tiempo que, mi única habilidad era entrenar mi cuerpo para usarlo como arma. Nada más me sale bien y aunque la idea de trabajar mi cuerpo me resultaba excitante ver como el resto de compañeros se especializaba en algo aparte de entrenarse, yo me marginaba en el gimnasio mientras pensaba en superarme cada día.

Pero aquel día yo aún no sabía en qué era bueno y cuando llegamos al pabellón donde pasaría encerrado el resto de mis días me vi rodeado de un montón de armas y artilugios de entrenamiento que a mis ojos no eran más peligroso que unos meros juguetes. Tras correr durante media hora nos pusimos frente a unas mesas donde había varias tabletas de metal en donde con algunos materiales como bobinas de cobre y luces LED teníamos que construir un circuito que funcionase. Dados mis escasos conocimientos me vi inmerso en un problema del que no supe salir y para matar el tiempo hablé con TaeHyung.

—¿Por qué Yoongi no está aquí?

—Y yo que sé. –Dijo encogiéndose de hombros mientras que colocaba en su pelo las luces LED una a una sonriendo y mirándome entretenido. Otra persona contestó a mi pregunta. YongGuk.

—Su especialidad le requiere más tiempo.

—¿Especialidad?

—Ya descubrirás la tuya. Todo el mundo tiene una especialidad.

—La mía es esto. –Dijo Jin. Y acto seguido y con ayuda de una pila hizo que su circuito se iluminara.

—La mía es la informática y esas cosas.

—¿Y la de Yoongi? –Se miran entre ellos riendo y acaban negando con la cabeza. Me dejan en la inopia.

 

 

Cuando llegó la hora de la cena llegamos Taehyung y yo después de estar horas jugando en su cuarto y en la sala de juegos, entreteniéndonos en las máquinas de bolas y cosas similares. Tras sentarnos dejé a mi derecha un sitio vació que tras unos minutos ocupó Yoongi que llegaba rápido, con la ropa un poco descolocada y el pelo mojado. Pensé que estaba sudando pero tras sentarse a mi vera un dulce aroma de miel y almendras comenzó a invadirme hasta hacérseme mucho más apetitoso su cuerpo que cualquier comida delante de mi ojos. Él me miró condescendiente, por encima del hombro, y yo le sonreí esperando de él la misma respuesta. Apenas fui presente para él.

—¿Cómo os ha ido el día? –Preguntó a la nada y todos le respondieron y una agradable charla se instaló entre los allí sentados. Taehyung comenzó a entablar conversación conmigo pero aun curioso por saber de él ignoré la voz de Taehyung y agarré el brazo de Yoongi para zarandearlo y hacer que me prestara atención. Lo hizo de mala gana.

—¿Cuál es tu especialidad? –Le pregunté deseoso de saberla.

—El arte de la palabra. –Me dijo sin más y yo cavilé unos segundos sus palabras sin comprender.

—No entiendo. –Le fui sincero y él se encogió de hombros—. ¿Por qué no estabas en el entrenamiento esta mañana?

—Porque estaba estudiando.

—¿Qué estudias?

—Psicología, conducta del comportamiento, manipulación…

—¡Wow! –Dije pero pensé unos segundos—. ¿Y eso para qué sirve? –Pregunté y pareció hacer gracia entre el resto de mis compañeros. Viendo como ellos reían, introduje un pedazo de carne en mi boca y mastiqué a carrillos llenos. Yoongi me miró frunciendo el ceño y pareció incluso ofendido. Me contestó con palabras calmadas y sinceras.

—Si sigues comiendo así, engordarás y te usaremos de saco de boxeo.

Instantáneamente y por su rostro, deformado en una mueca de repulsión, perdí el apetito.     

    

 

 

 

 

 

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