PARTE DE LA ÉLITE [PARTE II] (YoonMin) - Capítulo 29
Capítulo 29
Jimin POV:
Al día siguiente la situación no parecía
mejorar. Quisiera JungKook o no, siempre acababa interponiéndose entre Yoongi y
yo y me gustaría poder decir que era culpa suya que siempre discutiésemos pero
quien lea esto ya sabrá que él no es culpable más que de darme cuenta de hasta
qué punto puedo ser idiota. Pero todavía no lo sabía. Yo estaba cegado pensando
que él era el enemigo contra el que me habían enseñado a luchar. Toda mi
infancia me convencieron de que los renegados debían ser odiados y maltratados.
Expulsados de la comunidad. Pero todo ese esquema se tambaleaba mientras veía
que su puesto como uno más en el grupo no era algo pasajero sino temporal.
Metieron al enemigo en mi casa y dadas las debilidades de mi relación con
Yoongi, él encontró el lugar perfecto para amoldarse.
Yoongi le daba la confianza y seguridad
que nadie más aquí tenía para él. Yoongi era su modelo a seguir o tal vez ambos
se alentasen el uno al otro en sus ideas descabelladas. Jungkook amó en Yoongi
la causa de la que ambos discutiéramos y que él pudiera valorar y amar algo que
yo odiaba me enfurecía hasta un punto en que no soy capaz de describir porque
tenía en sus manos la capacidad de alejarme de Yoongi y también la de hacerle
ver a este lo mal que le traté durante años y que tiene una alternativa a mis
brazos. Pudo ponerme a Yoongi en contra y no solo yo lo creía, estaba seguro
que Yoongi sabía hasta qué punto JungKook podía hacernos mal. Pero se sacó los
ojos para no verlo prefiriendo ser una víctima más del destino.
Yo sabía que Jeon sentía una cierta
debilidad por Yoongi, pero no fue hasta el día siguiente que no supe de la
reciprocidad de esa debilidad. Nos situamos en los vestuarios, listos para el
entrenamiento mientras nos arreglamos los últimos detalles. Jeon se ha quitado
la camiseta y para mi desgracia su moratón causado por mi ira desmesurada llama
la atención no solo de TaeHyung, encargado voluntario de cuidarle, sino también
de Yoongi que conoce bien el daño que puede causar el retroceso de una escopeta
y no lo ve reflejado en la marca en su piel. Rápido sus ojos van a mí junto con
las palabras de Taehyung.
—Pero Kookie. Tu hombro está peor. ¿Por qué
no se te cura? –Miró la crema en sus manos y yo comencé a juguetear con los
cordones de mis zapatos en un intento por pasar desapercibido—. ¿Estará
caducada?
—No te preocupes, hyung. No me molesta.
–Mintió Jeon descabelladamente mientras sentí como me miraba fulminándome con
sus ojos.
—Bueno, pero luego antes de irnos me
recuerdas que te dé otra vez.
—No hará falta, a mi hyung no se le olvida
cuidarme. –Sus melosas palabras me provocaron náuseas y todos salieron al
entrenamiento dejándome a solas con Yoongi. Sabía que se había quedado para
discutir y ansioso de gritarle le dejé entrar en la pelea.
—Taehyung pude no haberse dado cuenta pero
a mí no me tomes por tonto. –Dijo de repente poniéndose delante de mí, evitando
que me sea indiferente.
—No sé de qué hablas. –Contesté
despreocupado solo para aumentar su enfado. Su voz parecía calmada pero era
totalmente altiva y acusatoria.
—Claro que sí, ¿qué le has hecho esta vez
al pobre muchacho? Solo intenta integrarse. –Sus palabras eran repulsivas.
Dentro de mí se descomponía el poco aprecio que sentía por Yoongi.
—Él vino aquí para molestarme, para
provocarme con sus estúpidas tonterías. –Intenté susurrar como él pero soné
tremendamente furioso.
—No es más que un niño, ¿quieres que se
rinda y abandone? Tenemos que ayudarle. –Más de lo mismo.
—¿Y cómo le estás ayudando tú, Yoongi?
Vino aquí a jactarse de que le prestas atención y no quiero ni pensar en qué
clase de atención le proporcionas. –Intenté insinuar que se había vuelto a
acostar con él y solo pensarlo se me partía el alma. No quería que mi voz se
quebrara en medio del enfado.
—¿Te molesta acaso? Vaya sorpresa, el
señor Park tiene sentimientos. –Su altivo comportamiento me trajo de cabeza y
sujeté su camiseta en su pecho para acercarlo a mí. Por unos segundos intentó
zafarse de mi agarre pero como daba por hecho que no podría, se dejó hacer.
—Basta de tonterías, hyung. Si te molesta
algo, solo dilo y atente a las consecuencias. –Esperaba que me soltase la
verdad de sus sentimientos. Que me dijese claro que me odiaba o que me amaba.
Quería oírlo. No lo dijo.
—Lo mismo te digo. –Le dejé ir.
—Me molesta todo. Tú, él, el resto. ¿Qué
me harás? ¡Venga! ¡Dime! –Le fui sincero. Me arrepentí al instante en cuanto me
oí decir que él era una molestia en mi vida. Pero ya estaba dicho.
—Me das pena. –Reí ante sus palabras,
sonaban tremendamente divertidas pero lo doloroso fue su mirada de desdén en
donde la verdad de sus sentimientos se confirmaba. Realmente le daba pena.
—Y tú a mi asco. Me repugnas Min Yoongi.
–Las palabras me dolieron. No quise imaginar cuanto le dañé a él pero me convencí
de que Min Yoongi era fuerte y no creería en mis tonterías. Me equivoqué.
—¿Sí? Tú sabrás. –Se marchó.
Durante muchos años me habían educado para
controlar el dolor físico y poder hacer de él una virtud sometiéndolo a mi
fuerza pero jamás dominaron mis sentimientos, al contrario, los dejaron libres
creyendo que la ira dominaría mejor que mi razón mis actos pero no es de la ira
de lo que quiero hablar sino de un sentimiento sin nombre que albergaba mi
alma. Un sentimiento hasta entonces desconocido en que la locura y la tristeza
se daban la mano, la agonía y la verdadera ira contenida se abrazaban. Un
sentimiento ensordecedor que anuló el resto de mis sentidos.
Cuando todos terminamos de entrenar yo fui
el primero en marcharme pero a mitad de camino me di cuenta de que olvidé mi DC
en los vestuarios y me vi obligado a regresar. En unos minutos comeríamos y el
resto de los miembros ya estaban preparándose para ello o eso creí porque
cuando llegué al pabellón el sonido de las duchas llamó mi atención. Algo me
decía que no debía entrar o menos interrumpir a quien allí estuviera pero una
parte mucho más temeraria de mi conciencia me obligó a buscar mi DC sin
importarme quien estuviese dentro. Cuando sobrepasé la puerta al sonido de la
ducha le acompañó el de unos sollozos que creí tan solo producto de mi mente
pues jamás había oído aquello con tanta naturalidad y dolor. Mi DC descansaba
en uno de los bancos de madera y tras cogerlo miré las duchas, vacías desde mi
perspectiva pero tras acercarme y sobrepasar la frontera del tabique de mármol
pude ver tirado en el suelo un Yoongi desnudo, abrazado a sus piernas y con la
espalda contra la pared húmeda. El vapor le proporcionaba una atmósfera algo
protectora pero nada más verme me apartó la vista.
Sus brazos temblaban y sus ojos derramaban
lágrimas irreconocibles entre el agua cayendo sobre su cabeza, su pelo mojado,
su cuerpo tiritando. Todo él convulso en el llanto. Sus labios hinchados y su
nariz roja. Esto no había sido planificado, de repente se le presentó la
realidad de nuestra relación.
—Ya no lo soporto más. –Me dijo entre
sollozos que me desgarraban el alma. Solo su imagen me producía nauseas de la
culpabilidad—. No puedo seguir con esto. –Estaba dejándome, estaba cortando
conmigo. Yo no quería asumirlo y menos tener que enfrentarme a ello así que sin
más, me marché de allí.
Después de dejarme conducir por mis pasos
se me vinieron a la mente mil maneras diferentes de haber actuado en esa
situación, tal vez corriendo a él para abrazarle y suplicarle clemencia.
Rogarle que no me torturara con sus duras palabras y tal vez incluso besar sus
labios de forma dulce y cálida, esperando que se compadeciera de mi dolor pues
sin él ya no era nada pero preferí irme y dejarle ahí haciendo como que no me
había dicho nada. Hacer que no le había visto y que nada había sucedido solo
para seguir cuerdo, ya que de haber cedido a su súplica por abandonarme, tal
vez me habría visto obligado a arrojarme desde un precipicio.
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