PARTE DE LA ÉLITE [PARTE II] (YoonMin) - Capítulo 25
Capítulo 25
Jimin POV:
A la mañana siguiente desperté con el peso
de Yoongi revolviéndose a mi lado en la cama. Se había quedado dormido sentado
en una silla apoyado sobre mi pierna buena en la cama. Le insistí en que
durmiese conmigo en la cama, que nadie diría nada pero él no quiso y cuando al
fin se irguió en la cama su espalda crujió por varios sitios. Yo me reí de él
pero él apenas estaba ya pendiente de mí pues yo había mejorado bastante. A
pesar de ello antes de marcharse a desayunar me miró todas las heridas y besó
cada una de ellas atento a que nadie nos viese. Se marchó y no regresó hasta
terminada la hora de comer y una vez regresó tampoco estuvo demasiado tiempo.
Algo le tenía inquieto y yo aposté a que sería la posibilidad de verme
encamillado en la enfermería o que tal vez se aburriese de estar conmigo. La
respuesta era mucho más sencilla y tras reaparecer por la tarde, me lo dijo.
—He estado hablando con él mientras
jugábamos al billar. –Dijo de repente mencionando a Jeon.
—¿Cuándo pensabas decírmelo? –Le espeté
mientras me incorporaba en la cama con intención de ponerme de pie. Él se quedó
sentado mientras me veía desaparecer por la puerta del baño. Necesitaba orinar.
—No pensaba hacerlo. –Reconoció y hubiera
querido estar frente a él para mirarle furioso.
—¿Y de qué habéis estado hablando? ¿No le
habrás dicho nada de tus sospechas?
—No. Solo le he explicado cómo se juega al
billar. –Salí del baño y le miré fulminante. Me miraba como si su mentira fuera
tan evidente que hasta yo me había dado cuenta.
—¿Me tomas por idiota o…? –Él suspiró.
—Le he dado las gracias por su gesto de
ayer. Interponerse entre una de esas balas a sabiendas del daño que causan es
un gesto muy valiente.
—No debes halagarle por esas cosas. ¿No lo
hablamos ayer? –Me siento de nuevo en la cama y él me ayuda—. Debes dejarle
claro que su comportamiento, yendo en contra de las normas de YongGuk, no es lo
adecuado.
—Pues le he dicho que hizo bien. Que amo
su ideal de justicia. –Me mordí los labios para no gritarle que me repugnaban
él y sus estúpidas palabras. Él continuó hablando—. Luego hablamos de ti. Me
dijo que quiere venir a verte y yo le dije que no le acogerías con los brazos
abiertos. –La doctora vino y me cambió los vendajes y me trajo una bolsa de
hielo para mis partes íntimas. En esta posición insultar a Yoongi quedaba
descartado pues no me tomaría enserio. Cuando la doctora se marchó, él continuó
hablando esta vez en un tono más bajo—. Me ha preguntado si tú y yo tenemos una
relación o algo así.
—¿Qué le has dicho? –Le pregunté pero algo
dentro de mí ansiaba que me dijese que le había confesado lo nuestro. Que lo
gritase bien alto porque ni yo mismo estaba seguro de si nosotros teníamos algo
o no.
—¿Qué iba a decirle? Que no, obviamente.
—Claro… ¿Por qué piensa que tenemos algo?
—Por culpa de Hoseok y sus insinuaciones.
–Fruncí el ceño—. También me ha preguntado si yo estaba enamorado de ti.
—¿Y?
—Le dije que no. Y que tú no lo estabas de
mí. Que tu solo amas al país y a ti mismo.
—Bien. –Hubo un silencio extraño en que
ninguno nos miramos. Tampoco lo hicimos cuando le pregunté—: ¿Estás enamorado
de mí, Min Yoongi?
—No. –Contestó a los segundos más como una
afirmación a una persona ajena que como una verdadera confesión.
—Bien.
—¿Y tú de mí?
—No. Yo solo amo a mi país.
—¿No te amas a ti mismo? –Me preguntó
mirándome directamente a los ojos y tras intentar pensar en otra cosa que no
fuera su hermoso rostro triste y acongojado, negué con la cabeza pues si no me
podía permitir reconocerme que le amaba a él, ¿cómo quererme a mí mismo? Asintió
y a los segundos se levantó diciéndome que iba a buscar mi cena pero yo sabía
que se iba a llorar como cada vez que hablábamos de lo mismo. Yo lo agradecí
porque de haberle visto llorar delante de mí probablemente habría sucumbido a
mis debilidades para reconocerle que le amaba por encima de todas las cosas y
que era capaz de quemar el país entero por uno de sus tan dulces besos. Yo
lloré también cuando se fue porque lo necesitaba y cuando regresó ya no quedaba
en nuestros rostros una lágrima que nos culpara de lo sucedido.
—¿Qué tengo para cenar hoy? –Pregunté
animado.
—Pollo con arroz, algo de fruta y un
yogurt.
—Vaya mierda. –Dije y me miró con una
agradable sonrisa.
—Cómelo todo para crecer y ser fuerte.
—Idiota.
Después de cenar se sentó a mi lado en la
cama y me estrechó la mano.
—Mañana ya podré seguir el día a día
normal.
—¿Sí? Qué bien. –Yo negué con la cabeza e
hice un puchero.
—No, qué mal. Cuando estoy malito siempre
cuidas de mí y es muy agradable. –Mientras le decía estas cosas no podía
siquiera mirarle porque la vergüenza me mataba. Igual le sucedía a él.
—¿Deberías estar enfermo más a menudo?
–Sonreí pero él negó con la cabeza—. Eres mala persona por hacerme sufrir así.
¿No sabes cuánto me preocupo cuando te pasa algo?
—Nah, contigo a mi lado nada malo puede
sucederme. –Ambos sonreímos como dos completos idiotas enamorados. Lo que
éramos. Pero no solo nosotros dos estábamos presentes en la conversación. Unos
ojos negros, grandes, y sin duda cotillas, nos miraban a través del cristal en
la puerta. Cuando fui consciente de ellos solté la mano de Yoongi y rápido
fruncí mi ceño en su dirección haciéndole ver que no me agradaba su presencia.
Yoongi también lo miro y nada más que pasaron dos segundos, ese cuerpecillo
salió corriendo lejos. Yo me incorporé al instante con intención de salir tras
él pero Yoongi me frenó.
—¿A dónde te crees que vas?
—Voy a matar a esa rata cotilla.
—¡ven aquí! –Sujetó mi brazo y me tiró de
nuevo en la cama—. Seguro que solo ha venido a verte porque estaba preocupado.
—¡Por su culpa tengo que ponerme una bolsa
de hielo en los huevos! ¡Como luego no me funcione vas a ser tú quien sufra las
consecuencias! –Grité pero él tapó mi boca acongojado y avergonzado. Rápido me
di cuenta de mis palabras y me tiré en la cama cansado. Si algo nos
caracterizaba era la capacidad para olvidar y antes de lo que pensábamos
estábamos riendo del momento que había sucedido minutos antes. Regresó su mano
a la mía y todo volvió a estar bien. O eso me creía yo.
Comentarios
Publicar un comentario