PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 8

 Capítulo 8

 

JungKook POV:

 

—No se lo tengas en cuenta. –Me habla Tae de Jimin y su brusco comportamiento—. Él es así. –Se encoge de hombros y yo sonrío.

Poco a poco caminamos hacia el ascensor que nos llevará a mi cuarto y entramos presionando mi nombre en la pantalla.

—¿Siempre hay tanta comida?

—Hoy ha sido un día especial porque venías tú, pero no te preocupes, habrá más días como estos. –Hago un puchero.

—¿Arroz y píldoras?

—¿Qué? –Me pregunta confundido—. No, tenemos una dieta variada pero bien equilibrada.

—¿No hay píldoras?

—No, eso solo se come en… —Piensa unos segundos recordando de dónde soy. Se corrige—. No, no comemos de eso.

Las puertas se abren a nuestra espalda y una puerta grande de metal al parecer muy resistente aparece ante nosotros. Miro a un lado, nada. A otro. Nada.

—Mira, —señala una ranura al lado de la puerta—. Pasas la tarjeta y esta se abre.

—No tengo tarjeta aun. –Se encoge de hombros.

—Entonces está abierto. –Empuja las puertas y efectivamente estas ceden con su fuerza.

—¿Puede entrar cualquiera? –Pregunto preocupado.

—¡No te preocupes! Antes de esta noche te darán una identificación y te programarán todo el sistema electrónico del cuarto para tu uso y disfrute. –Sonríe y me habla como si intentase venderme todo esto.

Ambos pasamos dentro y una gran estancia se nos muestra donde una enorme cama decora una de las paredes, la cual mira a una televisión enrome que casi ocupa toda la pared contraria. Esta pared no es un tabique completo porque uno de sus lados da paso a otro lugar.

—¿¡Esto, es para mí!?

—Claro, todo tuyo. –Sin pensármelo un segundo más salgo corriendo a la cama y me tiro sobre ella revolcándome en las suaves sábanas que acarician mi piel tiernamente. Río acompañado de la risa estúpida de Taehyung el cual se divierte con tan solo verme. Antes de darme cuenta ya está sentado en uno de los bordes toqueteando una caja en la mesilla negra al lado de la cama.

—Me encanta todo esto. –Me tiro sobre el almohadón y estiro brazos y piernas todo lo que puedo. Tae a mi lado me da la caja.

—Este es tu DC.

—¿DC?

—Dispositivo de comunicación. Todos tenemos uno. –Me doy la vuelta y dejo mi cuerpo boca abajo mientras hablamos.

—Enséñame a usarlo. –Le devuelvo la caja y la abre con cuidado para sacar de ella un cuadradito de cristal no más grande que mi dedo pulgar.

—Este es el tamaño mínimo. –Con su dedo índice toca dos veces seguidas la pantalla y esta se ilumina con un azul claro precioso y cogiéndolo de dos esquinas contrarias lo estila hasta hacerlo del tamaño del suyo.

—¡WOW! –No es más que un cristal luminoso pero es impresionante cómo lo ha estirado sin que se rompa, como si fuera goma pero no lo es. Lo cojo en mis manos y hago el mismo movimiento comprobando que el material sigue siendo duro y resistente pero se encoge y se agranda hasta donde yo quiera—. ¿Cuán grande puede ser? –Sin que me responda lo estiro hasta que alcanza el tamaño de mis dos brazos estirados casi al tope.

—Están pensado tanto para usarlo de televisión como para llevarlo encima sin notarlo apenas. Para las misiones los usamos sujetándolos a nuestras muñecas. –Asiento escuchándole atentamente mientras en la pantalla aparecen unas palabras y devuelvo el DC al tamaño del suyo.

Registro por huella dactilar.

Tae agarra mi mano y escoge de ella mi dedo índice para posarlo sobre una marca rectangular. Rápido este reconoce mi nombre y puedo ver en él una lista de contactos los cuales reconozco muy bien, todo ellos con los nombres en clave.

—Espero que recuerdes quien soy yo. –Me guiña un ojo y yo asiento avergonzado por su gesto.

—V. –Selecciono la letra y me salen opciones. Mensaje, llamada, sonido…

—Puedes llamarme, mandarme un mensaje, esto sirve para que simplemente suene, este para que vibre… —Toca uno de ellos y una pantalla con un teclado aparece. Escribe desde mi móvil para mandárselo al suyo.

——Tae Tae hyung. Eres mi favorito.

Lo envía y rápido su DC suena con unos pitiditos. Sin pensárselo lo rescata de su bolsillo y lo lee como si no supiera lo que pone.

—¡Oh, que adorable! –Me encanta este hyung, me hace reír—. ¿Ves? Así funciona. Cuando te den la identificación luego la pasas por encima de esto y controlarás toda la habitación con el DC.

—¿Enserio? ¿Y qué controlo?

—Ya lo descubrirás, no seas impaciente. ¿Quieres ver qué más tienes en tu cuarto? Todos tienen la misma distribución. –Asiento y ambos nos levantamos dejando olvidado el DC en la cama. No me importa.

Entramos por el espacio que deja la pared que desemboca en un vestidor enorme. Las paredes están repletas de armarios y estanterías vacías expectantes a ser llenadas con cosas y al fondo una gran pared de cristal que deja ver un baño enorme.

—Nos dijeron que tu jacuzzi es más moderno que los nuestros. –Hace un pico con sus labios y yo frunzo el ceño.

—¿Qué es un yacusi? –Sus ojos se agrandan y me agarra del brazo para entrar al baño y mostrarme una gran bañera con una forma extraña, de cristal trasparente conectada por tubos azules a un depósito.

—Ahora está vacío pero esto se llena de agua con burbujas y espuma.

—¿Enserio? –Pregunto—. ¿Para bañarse?

—No. –Señala la bañera de porcelana con patas de oro y la ducha a otro lado de mamparas de cristal trasparente—. Eso es para bañarse y eso para ducharse. Esto es para disfrutar.

—Pero es un malgasto del agua. –Se encoje de hombros y se acerca al yacusi curioso.

—Nos han dicho que este tiene espuma de colores, música integrada y no sé qué más. –De repente se gira y me mira sonriendo de una forma muy extraña—. Vendremos aquí de vez en cuando para probarlo.

—¿Jeon? –Ambos oímos procedente del cuarto y nos dirigimos fuera del baño para regresar a la entrada. Era YongGuk, esperando por mi presencia.

—¿Sí señor? –Decimos ambos a la vez.

—Hora de la sesión de fotos. –Sonrío expectante—. Pero antes, maquillaje y peluquería.

 

 

 

 

 

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