PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 7
Capítulo 7
JungKook POV:
Llegamos juntos a la cocina y al contrario
de lo que pensaba encontrarme, unas cocinas con gente sucia y de aquí para
allá, solo veo un salón enorme. Con paredes blancas y cuadros que cada minuto
cambian progresivamente. Una mesa central redonda que en su centro hay una
plataforma giratoria. Hay una puerta doble en uno de los extremos por donde
unas chicas en delantal simple de color negro y muy elegantes salen con
bandejas que rebosan comida de toda clase que jamás he visto. No hay nada de lo
que había en el tren.
Somos, por lo que veo, los últimos en
llegar porque ya nos esperan sentados en todos sus asientos con dos vacíos en
lados opuestos. Están el resto de BTS y YongGuk pero yo no me separo de
Taehyung hasta que no me ordene algo.
—¡Quita de ahí! —Le dice a Hoseok que
estaba sentado al lado de una de las sillas vacías y este le obedece haciendo
que queden dos contiguas vacías. Lo agradezco seriamente porque por hoy no me
voy a despegar de Tae por nada del mundo. Nos sentamos juntos y al otro lado
Yoongi juega con los cubiertos de metal en su mano.
—Hola de nuevo. –Saludo a Yoongi y este
hace un extraño movimiento con la cabeza en forma de saludo. No me lo tomo a
mal.
Poco a poco, frente a nuestros platos
vacíos e individuales ponen todo tipo de alimentos a los que yo ya preparo los
cubiertos en mi mano dispuesto a atacarlos pero YongGuk, en el otro extremo de
la mesa, niega con la cabeza y con un gesto de su mano me pide calma. Yo
suspiro y asiento resignándome a la calma general.
—Antes de todo, chicos. —Dice YongGuk—.
Presentaros a vuestro nuevo integrante, Jeon Jungkook. Confío en que al menos
hayáis cruzado un par de palabras con él.
—Sí. –Dicen todos a la vez y Tae palmea mi
hombro.
—Jeon Jungkook. –Me dice y yo levanto la
vista para escuchar sus importantes palabras—. De ahora en adelante nosotros
somos tus hermanos, debes confiar en nosotros y nosotros te corresponderemos.
Te cuidaremos y te protegeremos. Aquí aprenderás a ser fuerte y valiente, tanto
física como mentalmente. Todo por el estado, recuérdalo. –Asiento comprendiendo
sus palabras y veo a Jin y a NamJoon a su lado sintiéndose orgulloso de esas
palabras que acaban de ser pronunciadas.
—Sí, señor.
—¿Conoces ya tu cuarto? –Me pregunta pero
Tae contesta por mí.
—No, señor. Aún no pero después de comer
le acompañaré.
—Deberás explicarle cómo funcionan muchas
cosas. No es de la Zona. –Dice y todos se miran entre ellos obligándome a bajar
el rostro.
—Yo le ayudaré, señor. Aprenderá rápido,
seguro. –Revuelve mi pelo y sonrío avergonzado.
—En tu habitación, —me dice a mí de nuevo—,
tienes tu Dispositivo de Comunicación y antes de la hora de cenar pasaré a
buscarte para tomarte unas cuantas fotografías y tus medidas para hacerte unos
cuantos trajes.
—Este me queda bien, señor. No hace falta
que…
—No digas tonterías. –Sonríe—. Tendrás que
llenar tu vestidor…
—Señor. –Dice Tae—. No tiene nada para
dormir esta noche. ¿Quiere que le preste ropa?
—Es cierto. –Piensa YongGuk—. Será mejor
que sea Yoongi quien lo haga. –Este levanta su vista metiéndose por primera vez
en la conversación.
—¿Cómo?
—Es lo mejor. Eres el más delgado y
pequeño. –Jimin ríe a su lado. Yoongi me mira de reojo tal vez queriendo
golpearme y yo niego con mis manos nervioso.
—¡No es necesario, de veras!
—Sabe que no me gusta prestar la ropa,
señor. –Se excusa Yoongi.
—Venga Suga. –Dice Jimin golpeándole con
su codo—. No seas terco, préstale al niño tus ropitas. Ambos sois de la misma
altura.
—Cállate enano. –Parece que va a comenzar
una discusión cuando YongGuk los hace callar de inmediato y a Yoongi darme su
ropa. Agradecido me inclino ante él pero parece darle igual.
—¿Suga? –Susurro a TaeHyung a mi lado.
—Son nuestros nombres en clave. Es fácil
meterse en conversaciones por satélite por lo que cuando estamos en misiones
nos llamamos de otra manera para que nos reconozcan. –Asiento mientras le veo
poner en su plato algo de color naranja, caliente y de olor picante.
—¿Cuál es tu nombre?
—V. –Dice simple.
—¿Y el mío? –Se encoge de hombros pero
YongGuk, atento a nuestra conversación contesta.
—Golden Maknae. –Se reitera de manera que
pueda entenderle—. Maknae de oro.
—¿Por qué de oro? –Pregunta Jimin
envidioso.
—Porque es nuestro miembro más brillante.
–Mis mejillas ascienden orgullosas mientras que Jimin me mira repugnado por
ello.
—Este renegado no es tan listo. –Niega con
la cabeza.
—No me refería a su inteligencia sino a su
apariencia. –Jin come sin apartar la vista del plato pero todos los demás se
miran entre ellos y acabo siendo yo su punto de mira. Yo no puedo sentirme más
orgulloso.
—¿Y cuál es mi especialidad? –Antes de que
nadie conteste Jimin vuelve a interrumpir el ambiente.
—¿No conoce su especialidad? –Sonríe
sarcástico—. Perfecto, nos llevará al desastre. –Jin le da un codazo y acaba
silenciando al parecer de por vida.
—Ser tu mismo. Un pedacito de oro. –Ahora
dejo de sonreír ya que esto no es nada en comparación con la fuerza bruta de
Jimin o la habilidad de Hoseok para manejar cuchillos.
Me resigno a toda esta nueva información y
doy un codazo a Tae a mi lado.
—¿Qué puedo comer? –Alza una ceja.
—Lo que quieras. –Señalo lo mismo que
tiene él.
—¿Qué es eso?
—Kimchi, pero puedes coger cualquier otra…
—No le dejo terminar.
—¡¿Kimchi de verdad?! –Todos levantan sus
ojos de sus platos un segundo y rápidamente cayó para ver como Tae asiente algo
avergonzado a la par que confundido.
—¿Nunca lo has comido?
—Nunca he comido nada de lo que hay aquí…
—¿No? –Sus ojos se abren de par en par y
comienza a llenar mi plato con varias cosas diferentes nombrándome todas y cada
una.
—Esto son hamburguesas, esto pizza, esto
gambas rebozadas, esto pollo frito picante, ten cuidado, te arderá la boca.
–Hace una mueca graciosa y comienzo a comer poco a poco saboreando las
distintas tonalidades del salado. El picante y el dulce. A veces crujientes y
otras picante, otras incluso ambas a la vez. ¿Cómo es posible?
Con los segundos cada uno comienza una
agradable conversación con otros pero yo solo tengo a Tae por lo que vuelvo a
golpearle con mi codo y rápido me atiende.
—¿Cuál es el nombre en clave de Hoseok?
—Es Hope. Por lo que veo te sabes bien
nuestros nombres.
—Sí. Os veo siempre en la tele. –Sonrío
avergonzado—. ¿Y el de NamJoon?
—Monster.
—Wow. ¿Tienen algún significado o es solo
un nombre?
—A él le llaman Monster porque antes de
ingresar en BTS construyó el mecanismo de un robot que él mismo llamó Monster.
–Asiento—. Hoseok se llama así porque, según YongGuk, te quita incluso la
esperanza cuando coge un arma blanca. –Frunzo el ceño e intenta aclarar mis
ideas—. ¿No se dice que lo último que se pierde es la esperanza? Pues eso…
—¿V?
—V es por el sonido de las balas al ser
disparadas. –Hace el sonido a la par que un gesto raro con la mano intentando
imitar la trayectoria de una bala en movimiento. Algo estúpido en mi opinión
pero me encojo de hombros.
—¿SeokJin?
—Él es simplemente Hyung por ser el mayor.
Igual que tú, maknae. –Asiento—. Yoongi se llama Suga porque es tan dulce como
el azúcar cuando te camela. Es suave y adorable pero en realidad te está
engañando de la manera más cruel.
—¿Los nombres tienen que ver con las
habilidades? –Se encoge de hombros.
—Ya ves…
—¿Y Jimin?
—Chim—chim. –Pienso unos segundos
rebobinando en mi mente el extraño ruido que acaba de hacer y le obligo a
repetirlo porque no creo haberlo entendido—. Jimin se llama Chim—chim.
—¡¿Chim—Chim?! –Sin darme cuenta y sin
poder evitarlo comienzo a partirme de risa agarrándome la barriga y rápidamente
las mejillas de Jimin se encienden de vergüenza e ira. Todos serios a mí
alrededor me juzgan por mi comportamiento menos Suga a mi lado que deja escapar
una risilla contenida. Poco a poco dejo de reír intimidado por la seria mirada
de todos—. ¿Por qué Chim—chim? –Pregunto susurrando a Tae.
—Golpeó tanto a un hombre que solo podía
decir “Chim—chim”. –Trago saliva incrédulo observando como la comisura de la
boca de Jimin se alza mientras come.
—Ostias…
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