PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 4
Capítulo 4
JungKook POV:
Mis pasos son titubeantes y siento una
gran presión en mi pecho pero mis piernas flaquean cuando una vez bajamos del
tren un gran edificio con las letras “BTS” en todo lo alto nos saluda con su
imponente presencia. Me detengo y hago que YongGuk se pare también. Unos militares
que nos siguen me empujan para que siga caminando pero YongGuk les aparta de mí
pasando su brazo por mis hombros y haciéndome caminar de nuevo.
—¿Nervioso? –Me pregunta como si no fuera
obvio.
—Mucho. ¿Voy a conocer a BTS ahora?
—¿Qué tonterías dices, muchacho? Tú ya
eres parte de BTS. –Sigo sin asimilar en mi mente la conexión entre esas
palabras y la cruda realidad. No soy más que un niño pobre de la periferia.
—¿Cómo puede ser eso? –Paso mi mano por la
frente y de los nervios juraría que estoy sudando a pesar de que no hace una
pizca de calor—. ¿No tengo que pasar alguna prueba o algo…? –Titubeo pero él se
ríe de mis palabras mientras atravesamos la puerta del gran edificio.
—Ya las has pasado todas. –Frunzo el ceño
sin comprender y pretendo avasallarle a más preguntas pero me detiene con sus
explicaciones—. Estamos en la planta baja del edificio. En una de estas salas
están el resto del equipo grabando un discurso que se emitirá mañana. –Asiento
comprendiendo—. Esta planta es para las grabaciones y visitas. De la primera a
la sexta es donde se alojan, cada uno tiene su propia planta y de ahora en
adelante, la tuya será la séptima.
—¿Tendré mi propio cuarto? –De nuevo ríe.
—Tendrás una planta para ti solo. Con
dormitorio, baño con jacuzzi, vestidor…
—Oh dios mío. –Llevo mis manos a la cabeza—.
¿Qué es un yacusi? –Pregunto incrédulo.
—Ya lo verás—. El resto de las plantas
superiores son una biblioteca, un gimnasio, una piscina cubierta, otra en la
azotea con césped artificial…
—¡Oh dios mío! –Exclamo más alto.
—Pero las horas de entrenamiento se
realizan en el bloque contiguo a este, perfectamente adaptado para todo tipo de
ejercicios.
—¡Esto es increíble! –Dejo de escuchar sus
palabras cuando nos adentramos en un pasillo con un suelo forrado de alfombra
roja, paredes niqueladas, cuadros, objetos bañados en un color oro. Tal vez
sean oro de verdad.
—Aquí están, —Me hace una seña cuando
llegamos a una puerta y saca una tarjeta de su bolsillo para pasarla por un
escáner que luce con una luz verde y la puerta cede ante nosotros. Esta nos
conduce por un pasillo hasta llegar a una especie de sala con estanterías por
las paredes, con varios sillones forrados de piel al parecer muy suave.
Son demasiadas cosas para describir en
este momento, pero solo tengo ojos para los seis miembros de BTS delante de mí,
siendo grabados por cámaras voladoras que se mantienen a la altura de sus ojos.
Un par de técnicos están presentes para controlarlo todo pero no me son
desconocidos estos aparatos. Varias veces lo he visto volando por nuestro
barrio. Papá dice que son para controlarnos. Yo creo que solo nos protegen.
—Esto ha sido todo. Muchas gracias y viva
El Renacido. –Dice SeokJin, el mayor de ellos a la cámara y todos a la par se
llevan el puño cerrado al pecho donde golpean suavemente y elegantemente se
despiden. Todo mi cuerpo tiembla por haber sido testigo de tan magnífico
espectáculo pero es aún mejor cuando los técnicos recogen todo y por primera
vez puedo verlos actuar como realmente son.
—Buenos días, chicos. –Les llama la
atención YongGuk con su mano en mi hombro—. Os presento a Jeon JungKook,
vuestro nuevo integrante. –Sonrío ampliamente y me doy cuenta de que todos
estaban ya esperándome y se disponen a saludarme olvidando sus conversaciones
personales pero se detienen al analizar mi presencia.
Todos son una cabeza más altos que yo, más
fuertes sin duda y más mayores. O eso creía hasta que todos se parten de risa y
alguno que otro me señala con el dedo agarrándose el vientre para no partirse
en dos por la risa. Se les saltan las lágrimas y antes de darme cuenta YongGuk
ha desaparecido dejándome a solas con estos imponentes hombres.
Yo suspiro y miro al suelo, entreteniendo
mi vista con los zapatos relucientes que me han dado, mientras ellos se marchan
a sus cosas personales, fuera de la sala.
—Hola. –Me dice una voz grave que me hace
alzar la vista de inmediato. Antes de decir nada e incluso corresponder el
saludo, inclino mi cuerpo intimidado por su presencia tan cerca de mí.
—Ho—Hola. –Digo ya sin mirarle a los ojos.
No me lo permito.
—Hola. –Dice de nuevo con una enorme
sonrisa en su rostro que ocupa toda mi visión. Una sonrisa cuadrada. Nunca
antes le había visto sonreír de esta manera. Mis manos sudan, maldita sea—. Me
gusta tu traje. –Dice haciéndome consciente de que estoy exactamente vestido
igual que todos ellos. Miro al resto detrás de él pero han desaparecido.
Estamos nosotros dos solos.
—Gracias. –Me sonrojo por sus palabras
estúpidas—. Igualmente.
—¿Entonces ahora eres parte de nosotros? –Me encojo de hombros aun sin haber asimilado esto—. Entonces me presentaré yo primero. –Mira a su espalda dándose cuenta como ya que no hay nadie más. Niega con la cabeza por la infantilidad de sus compañeros y abriendo lentamente la chaqueta de su traje me muestra una tarjeta roja, con los bordes dorados donde su foto es bien llamativa.
—Soy Kim Taehyung. Veinticuatro años. Mi
especialidad son las armas de fuego. –Sonríe de nuevo y me ofrece la tarjeta
para sostenerla en mis manos pero como no me siento digno de ni tocarla me
ayuda a atreverme—. Cógela, tú tendrás una de estas muy pronto.
La cojo en mis manos las cuales tiemblan
del nerviosismo y puedo ver lo imponente que es incluso un pedazo de cartulina.
—¿Para qué sirve?
—Es sencillo, esto abre las puertas de
nuestros cuartos, las del ascensor. Y debemos mostrarlas a los altos cargos…
con el tiempo te acostumbrarás. –Asiento—. ¿De dónde eres? –Antes de poder
contestar se me adelanta—. ¿De Las Aguas? ¿Del Silencio? –Pregunta nombrando
famosos y ricos barrios de la zona Privilegiada—. Ah, no, —Dice abriendo sus
ojos—. ¿Eres hijo del médico del señor Kim, el presidente? Te pareces a él. –Mi
ceño se frunce.
—No.
—¿No? –Su sonrisa se hace aún más grande—.
¿Eres de Leones, como yo? –De nuevo niego con la cabeza con los ojos
entornados.
—Soy de las afueras. –Ahora es él quien no
comprende.
—¿De Tierra Seca? Eso está muy cerca del
muro. –Dice asustado.
—No. –Otra vez sin acertar—. Soy de detrás
del muro. Pasando el río Han. –Su rostro palidece y la preciosa sonrisa que
antes me mostraba ahora no es más que una tímida línea de incredulidad. No me
cree al principio pero al verme mejor, al observar mi delgadez y mi extraño
comportamiento acaba por entenderlo.
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AUTORA: La imagen de la identificación de
Taehyung (y las próximas del resto de los miembros) las he hecho yo con el
programa GIMP. No están perfectos y las imágenes no son muy buenas, lo siento.
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