PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 34
Capítulo 34
JungKook POV:
El sonido de unos disparos me hacen dar un
respingo en los brazos de Jimin. En el intento de abrir los ojos el sol se
empeña en molestarme y me veo obligado a ocultar mi rostro en el pecho de Jimin
pero los disparos vuelven a repetirse y ahora sí todos damos un salto y nos
incorporamos en el duro suelo que durante toda la noche me ha destrozado la
espalda y el cuello.
Oigo un alboroto y ahora sí mis ojos se abren
de par en par para ver a YongGuk con un fusil en un brazo y una radiante
sonrisa en el rostro. No ha disparado más que al aire para despertarnos de la
manera más cruel posible. Suga a mi lado frunce el ceño enfadado por esta
original forma de hacerle salir de su dulce sueño y Jimin ya se levanta
estirando todo su cuerpo.
—Buenos días chicos. Mmm. –Piensa—. Fuego,
esterillas con hojas, alimento de sobra, agua de dos fuentes. Enhorabuena, os
felicito por vuestra destreza.
—Me temo que nosotros no hemos hecho nada.
–Recalca Jin—. Todo esto lo ha hecho JungKook.
—Créeme que lo sé, Jin. Muchas gracias.
–Jin frunce el ceño enfadado—. Así que tu padre te ha enseñado todo esto… ¿no?
–Asiento sonriendo pero esta agradable sonrisa que decora mi rostro desaparece
con los segundos—. ¿No tiene suficiente con la comida que el estado le
proporciona que debe buscarla aquí? ¿Acaso cree que el maravilloso gobierno no
le cuida bien?
—No lo hace. –Afirmo y Jimin me da un
golpe en el brazo pero no me importa—. Pasamos hambre y buscamos comida en la
mierda perdida de la mano de Dios para poder sobrevivir. Así es de miserable
nuestra vida.
—La tuya ya no, Jeon. Tú ya perteneces a
una clase superior en muchos aspectos.
—¿Superior? –Me pongo en pie amenazante
olvidando por completo que el fusil en su mano puede matarme por una sola
palabra de más.
—Claro que sí. –Frunzo en ceño.
—Permíteme que lo dude.
—Basta de palabrería, Jeon y comienza a
apreciar dónde estás. O sino… —Jin le detiene.
—Basta. –Se pone en pie y se limpia el
polvo de la ropa—. Déjale ya en paz. Es hora de marcharnos. –Ante su claro
dominio cobre cualquier persona, Jin se hace cargo de la situación y por
primera vez en mucho tiempo le veo ponerse de mi parte en algo. Me ha defendido
y me ha reconocido el mérito de mis actos y conocimientos.
Todos nos metemos en la furgoneta y
arranca dejando las palabras ahí atrás, junto con todo lo acontecido anoche. O
al menos eso creo pero no, todo el día de ayer se ha grabado en nuestras
pieles, en nuestras memorias para torturarnos de la manera más cruel y
mostraros una realidad fuera de la tecnología y los básicos conocimientos de
electrónica.
¿Qué es la concordia?
Relación de coincidencia armoniosa entre
personas o cosas.
Estoy de acuerdo. Y se demuestra su
manifestación en el momento en que estando todos en el camión, dado un momento
concreto, todos de repente nos miramos y podemos leer nuestras mentes como
grandes carteles llamativos, como libros abiertos, expuestos a una fácil
lectura. Todos reímos y nos acordamos de cómo ayer, con el primer muerdo a los
tubérculos, perdimos la intolerancia. Con la primera gota de agua que brotaba
del tronco nuestro paladar aplaudía y la esperanza comenzaba a fluir por
nuestro organismo. Con el fuego, la paz en nuestros corazones.
Sin palabra alguna, todos rememoramos los
momentos de ayer y sonreímos satisfechos con nuestro rendimiento y sin que a
nadie le importe, sin que ojos curiosos nos juzguen, Suga estrecha mi mano y
aprieta todo lo fuerte que puede, feliz al fin de que alguien imponga una
justicia que le sea aceptable. Jin sonríe, Namjoon sonríe, Jimin sonríe… todos
reímos cómplices de una broma infantil. Una locura de veinticuatro horas. Las
mejores, tal vez, de nuestra vida.
Es increíble como una experiencia que a mí
me resulta tan banal pueda hacer que el resto de mis compañeros comiencen a
comportarse de forma mucho más diferente que antes. La personalidad
introvertida de Jimin ha mejorado a ser uno más entre nuestras risas y chistes
malos. Es ahora una grata compañía y sin duda extrañaré que vuelva a deshacerse
de mí con insultos pero mientras tanto me deleito en su mejoría.
Suga siempre lleva esta estúpida e
infantil sonrisa en el rostro y más aún cuando soy yo quien le mira. Pero
cuando desaparece no es otro que Jimin el causante, pero ah, no para tornarse
triste sino mucho más radiante y enorgullecido de su nuevo y maravilloso
comportamiento. Hoseok ha dejado los hirientes comentarios y se limita a
aceptar una situación fuera de su alcance. Jin y Namjoon, por el contrario se
han visto obligados a refugiarse en ellos mismos de vez en cuando, mostrando
claramente una larga confusión de nuevas ideas y pensamientos que jamás
conocieron. Y esto se pudo ver claramente en un comentario repentino que hizo
Jin mientras comíamos y que a YongGuk no le gustó un pelo.
—Entonces. –Dice Jin mientras juega con
los palillos en la comida—. No teníamos nada, nada… —niega con la cabeza—, pero
fue uno de los mejores días de mi vida.
Dice rememorando el día anterior mientras
era fulminado con la mirada de nuestro entrenador. Absorto en sí mismo niega
repetidas veces con la cabeza aun sin creerlo pero lo entendió todo cuando yo
sugerí unas humildes palabras.
—La comida es más sabrosa cuando trabajas
para ganarla. El calor es más reconfortante cuando has sudado para crearlo, la
compañía, más amena si se trabaja en equipo y no contra ellos.
Creo que mis palabras no solo calaron
hondo en su mente sino en la de todos y tal vez, tengo la esperanza de que un
día entiendan hasta qué punto la austeridad puede ser beneficiosa en
comparación con el gasto desmesurado de un estado corrupto.
…
—WOW. Sin duda es mucho mejor que el
nuestro. –Dice Hoseok mientras se deja relajar por los chorros del jacuzzi en
mi cuarto de baño.
—No es para tanto. –Dice Jimin con un
mohín en los labios también reclinándose en otro borde dejando caer su cabeza.
Yoongi y Taehyung también están aquí pero aún no se han metido junto con
nosotros. Están fuera desvistiéndose y maldita sea, que tentadora imagen.
—Suficiente ahora que empieza en invierno.
–Dice Suga y se mete con un bañador negro que le hace verse mucho más pálido.
Es cierto, estamos ya a principios de noviembre.
—¿Estás mejor, Kookie? –Me pregunta Jimin
porque esta mañana empezamos con los entrenamientos de fuerza bruta. Sin duda
mi cuerpo ha cambiado, ha crecido, me siento más fuerte y puedo resistir la
carrera continua pero sin duda Jimin aún puede conmigo.
—Sí, hyung. Tengo moratones pero estoy
genial.
—Qué sorpresa, el señor Park Jimin
preocupándose por alguien que no es él mismo. –Dice Tae mientras se sienta a mi
lado en el jacuzzi. Jimin se da cuenta de su gesto que le había pasado
desapercibido y se sonroja ocultando su rostro de nosotros. No lo hagas, Jimin,
eres adorable avergonzado y más aún por mi culpa.
—Me siento feliz. –Digo de repente y todos
me miran comprendiendo mi sentimiento. Todos sentimos lo mismo por una vez
desde hace mucho.
Comentarios
Publicar un comentario