PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 26

 Capítulo 26

 

JungKook POV:

 

El entrenamiento continúa hasta finalizar con unas medidas médicas que debemos tomar en caso de ser disparados. Son entretenidas aunque algo difíciles de recordar pero hago mi mejor esfuerzo. Todo finaliza y al fin vamos todos al vestuario para cambiarnos y TaeHyung ya saca la crema cuando YongGuk interrumpe avisando a Taehyung.

—¡Taehyung, tus padres llegaron! –Sus ojos se agrandan y la sonrisa siempre animada se vuelve frenética hasta el punto de incluso olvidarse de que me aplicaría crema. Me da el bote y se marcha animado, dando pequeños saltos mientras recoge sus cosas.

—Adios, —nos dice a todos—, nos vemos luego, Kookie. –Me dice y revuelve mi pelo animado. Se marcha y me deja solo, con un Jimin a punto de explotar y con un Yoongi insensible. Creo que podría caer por el temblor de mis piernas pero es peor cuando alguien deja caer su mano sobre mi hombro.

—¿Necesitas ayuda? –Yoongi dice a mi espalda y yo me giro para ver sus ojos expectantes a la crema en mi mano. Asiento tímido y él me lleva a uno de los bancos para comenzar con la curación y el masaje. Mi ceño se frunce y por ello es incluso más delicado. Sus dedos blancos delinean bien la zona y miran de vez en cuando mi rostro esperando por alguna otra reacción que le diga qué hacer. Continúa sin que le diga nada porque lo hace todo perfecto. Poco a poco nos quedamos solos y el primero en marcharse fue Jimin.

—Hyung… —Digo entre susurros esperando que nadie nos oiga como yo los escuché a ellos—. Gracias…

—Nada, pequeño.

—Hyung. Lo siento. –Digo y frunce su ceño confundido.

—¿Hum?

—Yo escuché la conversación. Estaba en la puerta cuando os oí discutir. –Digo sin poder callármelo. Él se limita a encogerse de hombros comprobando que no tiene mucha importancia.

—¿Qué te hizo Jimin?

—Solo, me pisó aquí, nada más. No fue para tanto.

—¿Te pisó? ¿Te tiró al suelo?

—No, me senté yo para verle entrenar y se enfadó conmigo. Me pisó y ya.

—Aish, Kookie. Eres muy pequeño para manejar a Jimin. Soy su hyung y a veces ni yo puedo.

—¿Peleáis a menudo? –Asiente—. Pero, se os veía tan bien en la enfermería. –La imagen no se va de mi cabeza.

—Tenemos nuestros ratos. –Sonríe triste.

—¿Vas a contarme que pasa aquí o tendré que dejarme golear por Jimin hasta que me lo suelte él?

—¿Él? Él no te dirá nada. Para él no hay nada.

—¿Y para ti sí?

—¿Acaso puede haber algo sin su colaboración? –Me encojo de hombros—. Vamos a comer y ¿qué te parece si luego hacemos algo? No quiero estar solo y ponerme a pensar, Kookie.

Asiento energético.

 

 

¿Qué es el odio? Siempre me han dicho que el odio es lo contrario al amor pero en mi opinión ambos son sentimientos fuertes, sinceros y muy poderosos. En cambio la indiferencia es la falta total de sentimiento y se puede ver bien esta diferencia a la hora de comer. Jimin maneja sus palillos de manera que deja muy claro el odio que corrompe su cuerpo mientras Suga a mi lado se limita a comer como siempre, entablando conversación y de vez en cuando mirándome para asegurarse que me alimento como es debido. Eso es la indiferencia.

—¿Qué quieres hacer cuando terminemos? –Me pregunta curioso.

—Lo que quieras hyung.

—¿Película? ¿Piscina? ¿Deporte? –Hago un mohín con los labios al oír la palabra—. Haha, está bien, deporte no. ¿Biblioteca, tal vez? ¿Video juegos? Taehyung no vendrá hasta tarde, ¿quieres que demos una vuelta por la ciudad? –Niego con la cabeza.

—¿Qué película me propones?

—¿Amor? ¿Acción? ¿Ficción? ¿Sexo? –Me atraganto con la comida pero él parece decirlo en serio. Si mis compañeros fueran gatos sabría que aunque no me miran todas sus orejas apuntarían a esta dirección.

—Tu favorita, ¿Cuál es?

—“In Time” –Dice Jimin al otro lado de la mesa.

—Sí, esa. –Aclara el por qué de la intervención de Jimin—. También es la suya.

—¿De qué trata? –Pregunto y ya me da igual quien conteste pero al parecer Jimin no intervendrá más por ahora.

—En una sociedad avanzada en la que el tiempo es la moneda de cambio y también lo que regula tu vida. Si te quedas sin tiempo, mueres. Si tienes mucho tiempo, te dedicas a malgastarlo y derrocharlo. En mi opinión el protagonista, cuando se dedica a robar el tiempo y a regalarlo es lo mejor que puede hacer.

—En la mía. –Salta Jimin—. Si tuviera la oportunidad de conseguir tanto tiempo no permitiría que una mujer como la protagonista me intente corromper para ser caritativo.

—Eso no pasa en la película. –Dice Suga frunciendo el ceño y Jimin le mira mientras come asegurándose de que pueda leer bien claro su mente.

 

 

—Vamos Kookie. –Me dice ambos nos levantamos yendo directos a la sala de cine y le veo escoger su película para que se reproduzca. Ambos caemos en el sofá, sí, caemos del cansancio y no nos sentamos. Nuestros cuerpo se hunden dulcemente y nuestra cabezas se apoyan en miles de cojines o tal vez sea uno enorme que parece relleno de pequeños cojines a su vez.

A ambos nos separa más de un metro de distancia ya que pretendemos abarcar todo el espacio posible pero yo voy más allá y saco valentía de la confianza que ya tenemos y me acerco a él para entrelazar su brazo con el mío. Me mira un segundo pero solo sonríe y me deja acomodarme más en él. La película empieza.

Pasan quince minutos y ya me siento nervioso, excitado por tenerle tan cerca. Su brazo se ha cansado de estar a mi protección y se ha colado por mis hombros para abrazarme. Sus ojos miran atentos la pantalla pero los míos están muy distraídos. Me giro y miro su rostro pálido e iluminado. Se percata de ello y sonríe mirándome más de cerca.

—¿Pasa algo? –Niego con la cabeza—. ¿Puedo preguntarte una cosa?

—Sí.

—¿Te sentiste culpable cuando hicimos eso el otro día? –Pienso un segundo.

—Me gustó hacerlo pero en la cena creí todos me mataríais. No sé. Me sentí mal por ti.

—¿Por mí? –Sonríe—. No te sientas mal, idiota. –Mordiéndome los labios interno mi rostro en su cuello, donde no llega la luz de la película y beso su piel, ahora con un tacto y sabor diferentes porque no acabamos de salir de mi jacuzzi. Se deja hacer porque no son más que pequeños sellos, mimos que realmente ambos necesitamos. Todo es tranquilo y dulce hasta que mis dientes toman en control y muerdo allí haciendo que se asuste.

—Lo siento, hyung. –Digo con un puchero en los labios—. Pero eres tan dulce que te había confundido con caramelo.

—Idiota. –Me dice y besa mis labios sonriendo probablemente con las mejillas en llamas. Su mano que no rodea mi espalda va a mi camisa para desabotonar los primero botones y yo voy a su cuello para quitar la corbata. La lanzo lejos no queriendo saber nada de ella.

De nuevo, esta sensación de sentirme frágil en sus manos vuelve. Las yemas de sus dedos recorren mi cuello temiendo que me rompa y cuando llegan a mi cabello acarician tan suave que me hace sentir a mí con el control. Y sin duda lo tomo. Me tumbo sobre él y me siento en su regazo. Sus pequeños ojos me miran mientras yo muerdo mis labios.

—¿Qué me miras? –Me pregunta con su voz grave pero yo sonrío esperando que me pida hacer algo.

—Siento no dejarte ver la película, pero esto te gustará más. –Me inclino y beso sus labios sintiendo como sus manos van a mi trasero y hace que mueva mis caderas, provocando una suculenta fricción entre nuestras pollas que despiertan con los segundos.

—K—Kookie… —Gime separándose de mis labios y sus ojitos desaparecen cuando la puerta suena y me bajo de su cuerpo todo lo rápido que puedo sin llamar la atención sobre la persona que acabe de entrar. Con un subidón de adrenalina limpio mis labios, húmedos por la saliva de Yoongi en ellos y me alejo de él lo suficiente como para que quepan un par de personas en medio.

—¿No me habéis esperado? –Pregunta la voz de Jimin que hasta que no ha hablado no le he reconocido entre la oscuridad.

—¿Qué haces aquí? –Le pregunta Yoongi enfadado.

—Ver la película. –Dice como si fuera normal—. Es mi favorita también y hace mucho que no la he visto. –Yoongi da un gruñido como respuesta y suspiro dentro de mí cuando le veo sentarse entre nosotros. Perfecto. Mi pequeña erección desaparece completamente. Espero que la de Yoongi también o esto será gracioso.

—¿Y no tienes otro momento para verla?

—No. Espero no interrumpir nada. –Dios mío. Ahora su voz es inocente e infantil. Si no fuera porque realmente sabe que está interrumpiendo algo estrujaría sus mejillas.

—Siempre eres inoportuno a la par que innecesario.

—Yoongi hyung, si quieres… —digo—, yo…

—No vas a ninguna parte. –Yoongi se levanta de su sitio y regresa a mi lado, contrario de donde está Jimin. Me resigno a quedar en medio de ambos y al tiempo, Jimin habla de nuevo.

—Que buena está la chica ¿verdad? –Me pregunta hablando de la protagonista—. Por que a ti te gustan las chicas, ¿no? –Me pregunta y por un momento no sé ni qué pensar. Miro a Yoongi que frunce sus labios.

—Claro, me gustan las chicas. Estar con hombres es algo prohibido. –Digo firme y convencido.

—Muy prohibido Kookie. –Exagera Jimin—. ¿Sabes lo que te harían si descuben que mantienes relaciones con un hombre? –Mis ojos le miran, o al menos a la poca parte de su rostro en la que la película le da la luz—. Te ridiculizarían en público, saldrías en todos los telediarios. Te someterían a torturas y experimentos y cuando no tuvieran suficiente te fusilarían a ti y a toda tu familia para que no se extendiese la perversión homosexual. –Su voz es tan fría que se me forma un nudo en la garganta y no puedo evitar girar mi cuerpo y hundir mi rostro en el pecho de Yoongi.

—¿Se puede saber que haces? No asustes al niño con eso.

—Tiene que saber la verdad. –Siento la mano de Jimin aferrando mi brazo para apartarme de Yoongi pero rápido me zafo de ella para abrazar la pequeña cintura de Suga con más fuerza.

—Vete de aquí. Si has venido a molestar…

—¿Yo? Kookie, ¿molesto? –Me pregunta con su inocente voz de niño pequeño. Asiento aun en el pecho de Yoongi y me giro para ver su expresión.

—Vete Jimin. –Dice Yoongi.

—¿Para qué? ¿Para que os quedéis solitos y os divirtáis sin mí?

—No estamos divirtiéndonos contigo. Eres mala persona y no sabes disfrutar de la compañía, solo quieres molestar. –Digo con un puchero y él parece enfadarse por momentos.

—Oh, Kookie… ¿Otra vez tentando a la suerte? ¿No has tenido bastante?

—¿Te molesta que te digan la verdad? –Me deshago del cuerpo de Suga y me giro para mirarle.

—Me molesta que un niño se crea mejor que yo. ¿No eras mi fan? ¡Suplícame pues!

—Se te va la cabeza, Jimin. –Dice Yoongi a mi lado aún aferrando fuertemente mi mano.

—Cállate, no hablo contigo.

—¿No te repugno? Pues vete. ¿A qué esperas? –Ambos se miran recordando la discusión en los vestuarios y parece que Jimin no quiera retornar a eso de nuevo, para eso estoy yo presente, para entretenerle.

—Dime Kookie…

—¡NO! Basta ya. –Digo enfadado—. Si no te vas te echaré yo fuera. –Señalo la puerta y Yoongi se tensa mientras Jimin ríe de mis palabras.

—¿Tú? Ja. Solo inténtalo. –Me levanto y me tiro sobre él para hacerle caer en el sofá pero antes si quiera que pueda hacer más sus manos han cogido mis muñecas y me han volteado para quedar yo debajo de su cuerpo. Me revuelvo pero él no parece tener intenciones de querer pegarme.

—No le hagas nada, Jimin. –Dice Yoongi acercándose a nosotros y sujetando el brazo de Jimin el cual se ve fuerte y tenso en comparación.

—Suéltame. –Le exijo—. O te llevarás otra patada en los huevos.

—Ya quisieras, lameculos.

—¿Envidioso de no ser a ti a quien chupe?

—Sabes que me adoras. –Su sádica sonrisa incluso me asusta y me intento incorporar sin mucho éxito.

—¿Por qué eres tan infantil? –Dice Suga apartándolo sin mucho esfuerzo de mí y me ayuda a levantarme—. ¡Quédate con tu película!

Su mano aferra fuertemente la mía mientras nos encaminamos fuera de la sala pero antes de salir por la puerta me giro para ver el cuerpo de Jimin ahí parado, de pie observando cómo ambos nos marchamos de su compañía. Al saber que le miro frunce su ceño y quisiera regresar para pedir perdón por mis palabras, por ser el nuevo centro de atención de Yoongi, por hacerle enfadar siempre. Pero no puedo. La valentía que muestra Suga es suficiente como para intimidarme. Porque quiere, tanto como yo o más, permanece al lado de Jimin y no me hace falta ser adivino o poder leer en la mente de las personas como él para darme cuenta.  

    

 

 

 

 

 

Capítulo 25                        Capítulo 27              

 Índice de capítulos

Comentarios

Entradas populares