PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 23

 Capítulo 23

 

JungKook POV:

 

¿Qué es fidelidad?

Para mí, fidelidad es cuando mi padre, después de trabajar durante horas sabía que al llegar a casa su esposa le esperaba con una comida caliente. Es no mirar a otras mujeres del trabajo y contarle a mamá todas y cada una de las chicas que conoce sin miedo de ser juzgado. Es hablar con los vecinos sin sentir nada más que una amistad fraternal. Es no mentir cuando algo va mal o no tener secretos que puedan dañarnos.

Según el diccionario es: Firmeza y constancia en los afectos, ideas y obligaciones, y en el cumplimiento de los compromisos establecidos.

¿Ideas? ¿Obligaciones? ¿Qué es esta mierda? Si las miradas matasen.

Es la hora de cenar cuando un extraño silencio envuelve la mesa y tan solo los palillos hacen una melodía de fondo que es incluso siniestra. No quiero estar aquí y es tanto el mal rollo que hay que incluso el inocente de Jimin es el primero en hablar. Ojalá no lo hubiera hecho porque está a mi lado y pude oírle perfectamente.

—¿Qué has hecho esta tarde? –Le pregunta a Yoongi y yo me atraganto con el trozo de ternera que se deslizaba por mi garganta. Todo mientras que Jin a mi otro lado da unos golpes en mi espalda incrédulo. Jimin me mira de reojo y espera la respuesta de Yoongi.

—Estuve en la biblioteca y me encontré con Kookie. –Yo miro los rostros a mí alrededor como todos y cada uno me mira a mí. ¡¿De qué me culpáis, malditos?!

—¿El renegado? –Me mira frunciendo el ceño y me señala con los palillos—. ¿Y qué hacía ese ahí? ¿Sabe leer acaso?

—Sí sé. –Digo ofendido—. Mis padres me enseñaron.

—No hablaba contigo, renegado. –Me dice poniendo los ojos en blanco y dándole la cara a Yoongi.

—Pues no hables de mí y menos en mi presencia, y aun peor, no me señales con los palillos, es de mala educación. –Digo.

—Haz caso a JungKook. –Le espeta Jin y mirándonos a ambos se deshace de nosotros con un bufando y regresa a Suga.

—Estaba solo buscando libros para entretenerse. –Dice Yoongi y come sin importancia pero le falta la parte más importante de la historia para que sea creíble todo—. Cogió muchos libros y le acompañé a su cuarto. Luego estuvimos viéndolos y ya.

Nadie comienza una conversación por su cuenta, todos están atentos a las palabras de Suga.

—¿Has pasado la tarde en el cuarto del renegado? –Dice algo enfadado pero a todos nos da un vuelco el alma cuando Hoseok hace su intervención diaria esta vez sin respetar la ausencia de Jimin.

—¿Celoso? –Todos le miramos ahora y yo con la boca abierta. ¡Está Jimin delante!

—¿Cómo? –Pregunta Jimin algo aturdido por su inesperada intromisión. ¿Sabrá de las otras veces que Hoseok hace este tipo de comentarios?

—Pregunté si estabas celoso. Realmente lo pareces.

—¿Por qué iba a estarlo? –Los ojos de Jimin se estrechan para enfocar bien el rostro de Hoseok.

—Porque un renegado te quita el protagonismo, ¿por qué iba a ser? –Sin esperarlo Jimin hace de su mano un puño y lo estampa en la mesa al lado de mi plato. Sin duda se me acaba de ir el hambre y suelto mis palillos en el plato antes de que me atragante con más comida.

—¿Quieres que te abofeteé? –Yoongi pone una mano en su brazo y parece incluso calmarse, impresionante como los poderes de Yoongi le afectan de tal manera que un contacto físico tan simple como este es capaz de detenerle.

—Si te duele la verdad… —No le dejo que termine.

—¡Basta Hoseok! –Jimin me mira con los labios apretados—. Déjalos en paz de una vez. Siempre igual. Cualquiera pensaría que el celoso eres tú. ¿Y de qué? De nada porque tú no sabes nada. –Hoseok parece silenciar, Tae regresa con la mirada a su plato y no sé porque creo que algo he dicho mal.

—¿Qué dice este ahora? –Pregunta Jimin—. ¿Qué me he perdido? –Pide explicaciones a la nada y nadie le responde.

—Cálmate. –Le dice Yoongi.

—¡Tú sabes algo!

—CÁLMATE. –Le grita más alto de manera inútil.

—¡No quiero calmarme! –Con su brazo golpea en uno de sus bruscos movimientos la silla donde yo estoy sentado y la vuelca haciéndome caer a un lado de esta. Todos me miran y yo siento un gran sentimiento de culpabilidad. Me levanto e imitando el gesto de Suga me doy la vuelta para marcharme con un gran nudo en la garganta.

—Jimin, ve y discúlpate. –Oigo decir a YongGuk a mi espalda pero ante la negativa de este V se adelanta.

—¡Iré yo, no te preocupes! –Su voz se acompaña de los movimientos al levantarse y temiendo que me alcance salgo corriendo al ascensor. Al no esperarse este acto no consigue llegar a mí a tiempo y las puertas trasparentes del ascensor se cierran mientras él se detiene delante—. ¡Kookie…!

Yo bajo mi cabeza con mis ojos aguados y dejo que este me guíe hasta mi cuarto. Una vez allí  entro y cierro detrás de mí apoyando mi espalda en la puerta. No aguanto por más tiempo y acabo llorando cubriendo mi rostro con las manos.

—Kookie ábreme y dime qué ha pasado, cariño. Venga. –Quisiera responderle pero las lágrimas no me dejan.

—¡No! –Tiro de mi nariz—. ¡Vete!

—Kook. No me voy a ir. Ábreme. –Tras al menos tres minutos de un silencio perturbador cedo a sus palabras y abro la puerta encontrándomelo ahí de pie, parado y con el rostro convulso en preocupación, la cual aumenta cuando ve las lágrimas rodando por mi rostro.

—Tae… —Digo limpiándome los ojos.

—¿Qué ha pasado, mi niño? –Agacha su cuerpo para poner nuestros rostros a la misma altura—. Ven, vas a contármelo todo. –Me coge en sus brazos y cerrando la puerta me lleva hasta la cama para sentarme a mí en el borde y él arrodillarse entre mis piernas para mirarme mejor porque sabe, no tengo valentía para mirarle a la cara.

—Yo, no sé.

—¿Ha pasado algo con Yoongi? –Abraza mis piernas—. Puedes contármelo, yo no me voy a enfadar.

—Esta tarde, —digo susurrando—, Yoongi y yo nos besamos. –Llevo vis manos a mi boca para tapar las palabras que salen sin medida—. Y Luego nos tocamos. –Sus ojos me demuestran claramente que esto no es lo que se esperaba porque frunce su ceño y suelta mis piernas.

—¿Os habéis acostado? –Me pregunta serio pero yo niego con la cabeza—. ¿Te obligó? ¿Por eso lloras? –De nuevo niego.

—No, no. Yo quería. Pero ahora, pensando en Jimin… ellos…

—Pero tú no tienes que sentirte culpable por eso. Si Yoongi lo ha hecho él tiene que cargar con la responsabilidad de sus actos. Y ni siquiera sabemos que él y Jimin tienen algo. ¿Entiendes? –Asiento.

—También me siento culpable por ti. –Susurro.

—Pues no lo hagas. –Limpia mi rostro—. Yo no me enfado. Voy a estar contigo, ¿de acuerdo? –Asiento de nuevo mientras me abraza—. ¿Debo entender entonces que esta noche dormirás con Yoongi y no conmigo? –Me pregunta sonriendo y eso también me hace reír a mí también aunque de una manera triste.

—Tonto. –Digo y le abrazo sabiendo que no necesito a nadie más para pasar la noche.

¿Qué son los celos?

Es cuando mi papá me llevaba a buscar agua y mi madre se enfada porque me necesitaba a mí en casa. Es cuando mi mamá miraba a nuestro vecino y papá fruncía el ceño. Cuando este rodeaba su brazo para que todo el mundo supiera qué es de su propiedad. Es no poder besar a otras personas. Es ese subidón de adrenalina cuando me quitaban los juguetes otros niños. Cuando sus ropas eran más limpias o caras. Cuando te quitan tu propiedad, algo que tu antes ya has nombrado como tuyo.

Entonces… ¿no debería estar Taehyung celoso? ¿Lo está y no me lo dice? Hoseok… ¿Sus celos son reales o no más que simples juegos de niños? ¿Y Jimin? ¿Qué diablos le ocurre?    

 

 

 

 

 

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