PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 22
Capítulo 22
JungKook POV:
—Gracias por ayudarme. –Le digo cuando me
acompaña a mi cuarto en el ascensor para llevarme los libros.
—Nada. A mí también me gusta leer. Mi
madre era profesora antes de casarse con mi padre.
—¡La mía también! –Digo emocionado—. Y mi
padre estudió para ser arquitecto, pero ahora trabaja en una industria de ropa.
—Ya veo. –Pasamos unos segundos en
silencio hasta que llegamos a la puerta de mi cuarto.
—¿Quieres pasar? –Le pregunto y asiente
con la pila de libros en sus brazos—. Déjalos ahí, con los demás. –Le señalo
unos cuantos libros en el suelo y deja ahí los que ha traído consigo.
—A este paso será más fácil que te mudes a
la biblioteca. –Me encojo de hombros y camina un poco perdido y temeroso. El
pudor controla sus movimientos.
—Ven, siéntate.
—Oh… pensé que me hacías pasar para pagarme
la deuda. –Sonríe de lado y yo enmudezco unos segundos.
—Oh, claro. ¿Tienes algo que hacer? –Niega
con la cabeza—. Bien entonces. ¿Quieres que te preste algún bañador? –Asiente
por la pereza de bajar a su cuarto a buscar uno y le dejo uno cualquiera. Yo me
pongo otro en una estancia diferente y los dos nos dirigimos al baño para
llenar el jacuzzi.
—¿Lo has probado ya? –Me pregunta y yo
niego con la cabeza.
—No, no sé cómo se usa. –Poco a poco y con
ayuda de mi DC consigue llenarlo poco a poco de agua y espuma de color rosa.
Parece comida, de lo adorable que se ve, pero no. ambos cuando ya no cabe más
agua nos metemos y una bomba hace que la propia agua que hay dentro sea
expulsada por unos chorros a nuestra espalda. Maravilloso
Le veo apoyarse en las paredes de este y
cerrar los ojos relajado. Nunca antes me había dado cuenta lo blanca que es su
piel. Parece leche.
—¿Puedo decirte algo sin que te enfades?
–Asiente mirándome con tan solo uno de sus ojos abierto—. Me recuerdas a mis
padres. –Mis palabras creo que le hieren y se incorpora.
—¿Por qué me iba a molestar eso? –Me
encojo de hombros.
—Ayer se lo dije a Tae, que me recordabas
a mis padres y parecía enfadado. –Se encoge de hombros.
—¿En qué sentido me parezco? –Pregunta
buscando un sentido para sentirse ofendido.
—En que siempre piensas por ti mismo sin
importar lo que otros piensen. Creo que dices cosas que… —susurro—. Están mal.
—¿Mal?
—Sí, dices cosas que no se deben decir.
Cosas raras.
—Vaya… así no eres tan idiota.
—¿Eso es que sí?
—Sí, digo cosas feas. Pero no lo olvides,
yo soy dueño de las palabras igual que Hoseok es dueño de los cuchillos.
—Las manipulas para que parezcan lo que no
son.
—Las manipulo para que no sean delito. Si
dejase que las barbaridades saliesen de mi boca sin filtrar, tal vez me
degollarían.
—Lo que me preocupan no son las palabras,
sino la intención o la verdad de ellas.
—¿Intención? Otra cosa que no existe.
¿Verdad? ¿Qué es eso?
—Nada existe, por lo que veo.
—Nada. –Niega con la cabeza.
—¿Tu y yo somos reales?
—No. –Ambos reímos pero me temo, lo dice
enserio—. ¿Quién eres? ¿Un renegado? ¿Parte de BTS? Ambas cosas imposible.
Ninguna, por lo que veo. Ya no puedes volver, y no puedes permitirte compararte
a V o a Jimin.
—Conseguirás deprimirme. –Me quejo y suspira
mirándome.
—Lo siento Kookie. –Hace un puchero y
sonríe de nuevo de manera infantil.
—Me gusta tu sonrisa.
—¿Enserio? –Sonríe de nuevo no sé si por
acto reflejo o para satisfacer mis ansias de verle de nuevo así.
—¿Me estás seduciendo con tu sonrisa,
Yoongi? –Sonrío de lado mientras él entiende mis palabras en un doble sentido,
tal y como yo pretendo.
—Ya te dije que si quisiera te tendría en
mi cama.
—Bueno… ya me tienes semidesnudo en un
jacuzzi. –Me encojo de hombros. Él imita mi gesto.
—Tienes razón. –Se acerca de frente a mí
hasta quedar con ambos brazos estirados, sujetos al jacuzzi a cada lado de mi
cuerpo. Parece querer intimidarme pero yo no caigo en su juego y saco valentía—.
Ya que estamos aquí…
—¿Vas a abusar de un niño pequeño? Que malo…
—Sus ojos se esconden—. Pero que caliente. –Se sienta sobre mis piernas
comprobando que no pesa nada y me mira hacia abajo, obligándome a doblar el
cuello hacia arriba.
—No me tientes Kookie.
—¿Yo? No soy yo quien ha insistido en
bañarse. –Llevo mis manos a su trasero y le acerco para que nuestras caderas
que peguen aún más. Él se sorprende por mi reacción y queda por un segundo
paralizado. Luego, continúa con su embauque.
—Kookie, no sabes que es libertad, ¿pero
sabes que es un orgasmo?
—Lo sé muy bien, hyung. ¿Sabrías darle un
mejor significado a la palabra? –Sin decir nada más comienza a toquetear mis
pezones pellizcandolos y estirando de ellos. Todo sin apartarme los ojos de
encima y comprendo que no son solo sus palabras lo que me controlan sino sus
gestos, sus miradas, todo el conjunto de lo que veo y me encanta lo que veo—.
Eres tan blanquito, hyung. ¿Puedo morderte?
—Claro. –Me lanzo a sus pezones para
chuparlos y morderlos. Sus manos dejan de jugar conmigo para acariciar mi
cabello e incitarme a no parar.
—Eres dulce.
—¿Acaso sale leche?
—¿Me darás leche, hyung? –Pregunto siendo
ahora consciente de que su mano se ha internado en mi bañador.
—Ven Kookie, salgamos de aquí. –Me
estrecha la mano y ambos salimos del jacuzzi, secamos rápidamente nuestros
cuerpos desnudos y vamos al cuarto donde la cama nos espera.
—¿Prefieres la cama?
—Sé que estaremos más cómodos.
—¿Para qué, hyung? ¿Qué me vas a hacer?
—¿Qué quieres que te haga? –Ambos nos
internamos entre las sábanas y besa mi cuello. Yo tartamudeo perdido en el
contacto de su cuerpo contra el mío.
—N—No sé.
—¿No sabes? ¿Seguro que sabes qué es un
orgasmo Kookie? –Se separa de mí para juzgar si mis palabras son ciertas.
—Claro que sí. –Digo sincero—. Llevo años
aliviándome yo solo.
—Pero tu culito es virgen, ¿cierto?
–Asiento avergonzado por sus palabras—. Ya veo. ¿Qué tal si hacemos una cosa?
Yo te hago correr y aprendes. Luego me haces lo mismo. –Asiento aun sin saber
cómo va a hacerme sentir un orgasmo que no sea penetración o la mamada de Tae
de ayer pero él parece controlar la situación por lo que me resigno a sus actos
y mis manos van a recorrer su cuerpo cuando las detiene y las pone sobre mi cabeza.
Me gusta cómo me trata con delicadeza a
pesar de que sus actos parecen tener intención más dominante. Nuestros cuerpos
se ajustan perfectamente porque ambos tenemos una complexión parecida, sabe
como rozarse conmigo, donde tocarme, sabe cómo me siento a cada segundo y como
aumentar esta maravillosa sensación de ardor que me consume.
—Yoongi… —Gimo y en realidad quiero
llamarle la atención—. Suga, Suga…
—Dime, pequeño.
—¿P—Puedo besarte?
—No preguntes. Hazlo, pequeño. –No me deja
hacerlo a mí porque besa él primero mis labios de una forma lenta y suave. Son
esponjosos, húmedos, calientes. Quiero más y sin pensarlo demasiado le beso aún
más fuerte. Su rodilla hace extraños movimientos en mi pene que poco a poco
forma una dura y dulce erección. Gimoteo cuando se detiene y tan solo lo hace
para verme sufrir porque regresa su pierna a su lugar cuando he rogado
bastante. De repente y sintiendo un leve enfado por salir de la situación oigo
el DC en el baño. Ambos lo oímos pero nos negamos a atenderlo. No ahora.
—Yoongi… ¿Qué me harás? Estoy deseando
saberlo ya.
—Paciencia.
—Quiero tocarme ya. –Mi mano no llega
porque me lo impide adelantándose a mi movimiento. Toca ambas pollas al mismo
tiempo y gemimos en los labios del otro sin importarnos que mi DC suene de
nuevo. El sonido de nuestros fluidos pre seminales cubriendo nuestras pollas es
maravilloso y es lo único que queremos escuchar.
—Chúpame estos tres deditos. –Lo hago
durante unos minutos hasta que están bien cubiertos de saliva y rápidamente los
lleva a mi entrada para jugar con ellos fuera, para hacerme gemir súplicas
inconexas que solo aumentan el grado de su erección.
Mete el primero y frunzo el ceño abriendo
aún más mis piernas pensando que va a doler menos. Mentira.
—Hyung… duele…
—Lo sé, ahora pasará. Vaya, ahora no te
ves tan atrevido.
—Cállate y hazlo ya. –Golpeo su brazo a mi
alcance y sonríe cínico.
—Gime para mí, Kookie…
—No. Hazme gemir. –Sonríe travieso y mete
el segundo sacándome un puchero inesperado que lame degustándose en ello.
—No me hagas pasarme de la raya. –Mete el
tercero y los abre haciendo que aumente el diámetro de mi entrada, pero como no
es eso lo que busca no tarda en parar y buscar a tientas algo en mi interior.
Frunce el ceño incluso al no encontrarlo pero al fin toca en un punto y yo me retuerzo debajo de él buscando aún más
contacto entre nosotros. Mi polla palpita y muerdo mis labios mientras su mano
bombea mi pene haciéndome arquear la espalda.
—Ahí, otra vez. –Sus dedos presionan ahí
de nuevo todas las veces que mis gemidos le piden y me siento ir en sus brazos.
No me importa ya nada más que las yemas de sus dedos jugando tan cruelmente con
mi cordura—. Más profundo, más dentro. –No puede porque sus dedos no le dan
para tanto pero lo intenta sacándolos y volviéndolos a meter penetrándome muy
fuerte. Muy duro. Me encanta. Y mientras, sus labios besan los míos que no
saben más que temblar por el placer. No tardo nada. Me deshago en nuestros
vientres y detiene sus movimientos poco a poco. Saca sus dedos intentando no
hacerme daño pero me siento vacío cuando ya no está dentro.
—Mi turno. –Me dice y me aparta la espalda
del colchón para tumbarse él boca abajo y me deja a mí perdido—. ¿Has
aprendido? –Asiento y me siento sobre su trasero extendiéndole mis dedos para que
juegue con su lengua allí. Mientras, froto mi hace hasta ahora, una dura y
caliente erección sobre su trasero blanco. Gime y aun no le he tocado. Me
encanta.
—Suga, vas a hacerme sentir caliente de
nuevo. –Saco mis dedos de su boca y me pongo de rodillas detrás de él mientras
veo como asciende su culo esponjoso.
—Cállate y hazlo ya. –Dice imitando mi voz
y por su descaro muerdo uno de sus glúteos sorprendiéndole y haciéndole sentir
aún más débil. Meto el primer dedo, el más largo y entra bien, al contrario que
a mí que me costó más. Su ano traga bien mis dedos y el segundo aunque está más
apretado consigo meterlo igual. El tercero viene rápido y cuando todos están
dentro ya gime descontrolado moviendo su cadera para buscar más contacto.
Acerco nuestras caderas y las muevo como si penetrase pero en realidad son mis
dedos los que buscan en su interior el mismo lugar que me ha hecho delirar a
mí.
—Tócate tú. –Le digo cuando de repente
algo dentro de él tiembla y gime como jamás había oído a nadie.
—Más, Kookie. –Me dice y yo sigo aun algo
dudoso de que sea este el punto exacto pero sus gemidos me animan a continuar y
me encojo de hombros para continuar mientras siento que mi erección crece con
sus movimientos, con sus gemidos, y llega al punto cúlmine cuando gira su
rostro para mirarme.
—Quiero correrme otra vez, hyung. –Asiente
y me bombeo para correrme sobre los dedos que tengo metidos dentro de él. Ahora
hacen un sonido excitante al salir y entrar y con poco más gime alto para
correrse él sobre mis sábanas. Cae sobre el colchón exhausto y yo me tumbo a su
lado también con el aliento entrecortado. Me sonríe de nuevo con esa estúpida
sonrisa. ¿Qué? ¿Está jugando conmigo?— ¿Lo he hecho bien?
—Perfecto, pequeño. –Acerca mi rostro al
suyo y besa mis labios. Beso que se interrumpe por el sonido de su DC donde ha
puesto antes toda su ropa. Suspira en mis labios y se resigna a levantarse pero
yo le detengo.
—No te muevas, yo voy. –Me agradece el gesto
con otro beso y me levanto para coger su DC y dárselo de nuevo tumbándome a su
lado.
—Hoseok. Me está llamando. –No lo coge y
lo tira por ahí—. Ve a ver qué pasaba con él tuyo. –Asiento para levantarme
otra vez y dirigirme al baño y ver dos mensajes de Taehyung.
——¿Kookie?
——¿Dónde
estás?
—Taehyung. –Digo de nuevo al entrar en el
cuarto.
—¡KOOKIE! –La voz de Tae suena estridente
al otro lado de la puerta mientras la golpea y Hoseok está con él.
—¡Vístete! –Susurra Yoongi alterado y
salta disparado de la cama. Yo lo primero que hago es buscar mi ropa por todas
partes pero suficiente esfuerzo le cuesta a Yoongi encontrar la suya lo mejor
que hago es ir a mi vestidor y ponerme una camiseta cualquiera y un pantalón.
Olvido la ropa interior. ¿Qué más da?
—¡¿KOOKIE?! –Pregunta Tae ansioso al otro
lado.
—¡YA VA! –Grito viendo como Yoongi se
abrocha la camisa y se pone los zapatos todo a la vez. Espero unos segundos
hasta que asiente y cojo mi ID para abrir la puerta. Estamos ambos ya vestidos,
presentables entre comillas pero nuestros alientos agitados, nuestros cabellos
revueltos y la cama deshecha a nuestra espalda. Espero no se acerquen porque
encontrarán semen por todas partes.
—¿Qué hacías, Kook? –Me pregunta Tae con
su DC en la mano—. ¿Quieres que vayamos a…? —Ya no habla cuando ve a Suga
aparecer por la puerta a mi lado. Es sin duda un caballero por no marcharse sin
más y dejarme aquí con el problema. Se queda a mi lado esperando por alguna
reacción de nuestros amigos tan oportunos.
—¿Yoongi? –Pregunta Hoseok mientras nos
mira a ambos alternando su mirada. Esa mirada, la misma con la que miraba a
Suga el otro día cuando le hacía sentir mal, la misma con la que mira a Jimin
mientras está con Suga. ¿Qué diablos es esto?
—Sí. Estábamos aquí. Sois unos pesados.
–Dice frío cuando minutos antes estaba tan caliente en mis dedos.
—¿Qué hacíais? –Preguntan ambos con una
falsa sonrisa en sus labios, intentando hacer como que nada malo piensan pero
estos no les permiten hacer una verdadera actuación.
—Leyendo. –Digo señalando los libros en el
suelo. Se asoman y los ven frunciendo el ceño, yo tampoco soy un buen actor.
—Bueno… —dice V quitándole importancia a
la situación—, ¿venís a ver una peli o a jugar al futbolín? Nos han dado unos
juegos de realidad virtual que…
—Yo no quiero, —digo observando
detenidamente sus expresiones aún más confusas que antes—, nos vemos en la
cena.
—Yo tengo que ir a ver a Jimin. –Dice
Yoongi saliendo de mi cuarto al fin deshaciendo esta extraña tensión. Cierro la
puerta viendo como Yoongi baja por el ascensor. Suspiro y de repente rio al ver
el bóxer de Yoongi tirado por el suelo. Suspiro y llevo mi mano al pecho.
—Ahora tengo que cambiar las sábanas. –Las
miro sintiendo la pereza llevarme de nuevo al jacuzzi al menos para limpiar mi
cuerpo embadurnado en sudor y semen.
Comentarios
Publicar un comentario