PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 13
Capítulo 13
JungKook POV:
—Primero, combate por parejas. –Me dice
Tae al oído mientras en el medio del espacio vacío que nos rodea aparece una
plataforma simulando un rin de combate—. Consiste en que gana quien
consiga una posibilidad de matar al
contrincante. Es decir, si tras la pelea consigues desarmarle y poner la hoja
del puñal en su cuello has ganado. No tienes que matarle. –Asiento realmente
preocupado.
—¿Y si me paso y le mato? –Ríe de mí. ¿Por
qué ríe de mí?
—Por hoy céntrate en que no salgan los
puñales volando de la mano. –Su manera de infravalorarme por un momento me hace
sentí incluso más inútil de lo que ya soy.
Todos nos acercamos alrededor del rin
donde hay una mesa con dos puñales para cada uno. Todos iguales y sin duda
mortíferos.
—Los primeros serán Hoseok y Jungkook,
contra Jimin y Yoongi. –Estos dos últimos parecen incluso preocupados pero
YongGuk sigue hablando colocado en el extremo contrario a la mesa donde todos
nos hemos reunido—. Las habilidades de uno compensan la falta de entrenamiento
de otro. –Genial, otro que no me toma enserio. Jimin ríe de sus palabras y Suga
respira profundo mientras desentumece sus brazos y muñecas.
Todos cogemos un par de puñales y nos
subimos a la plataforma de la que si nos caemos, seguro nos haremos daño y nada
nos protege o al menos eso pensaba hasta que estando todos dentro unos haz de
luces verticales nos rodean. Son de color rojo brillantes.
—Wow. –Me acerco a la luz estirando mi
dedo cuando las voces de todos me detienen.
—¡No toques eso! –Contraigo mi mano al
instante a unos centímetros de distancia. Miro a todos mientras Hoseok ríe
explicándomelo—. Quema, es para que no nos salgamos. –Asiento aun con
curiosidad por tocarlo.
—Empezar. –Al principio todo es muy
tranquilo. Jimin y Suga tantean el terreno y discuten entre ellos para saber
quien luchará con quien, al fin y al cabo está muy claro. Hoseok con Jimin y
Suga contra mí.
—Yoongi… —Digo tímido—. Se bueno conmigo.
–Sonrío pero al parecer soy el único que conserva la sonrisa aquí subido. Miro
a mi lado para ver como los puñales parecen bailar en las manos de Hoseok y ni
siquiera ha empezado la canción.
Suga da un paso hacia delante y ya pierdo
noción de lo que pasa entre Jimin y Hoseok. Solo tengo ojos para ver a Suga
avanzar a mí y yo interpongo mis cuchillos en medio haciendo grandes
aspavientos. Todos y cada uno los esquiva con una precisión milimétrica que
acaba por sorprenderme.
—¡AH! –Oigo a Jimin aferrarse el brazo
pero tan solo por unos segundos porque después continúa como si nada. Y maldita
sea su grito porque la distracción me cuesta una patada en la mano derecha que
me proporciona Suga para arrebatarme el cuchillo de esa mano. Más idiota soy yo
que suelto el de la izquierda para aferrarme la mano y comprobar que todo está
bien pero antes de darme cuenta el cuerpo de Suga me tira al suelo y pone ambos
puñales cruzados en mi yugular.
Quedo ahí tirado, bajo su penetrante
mirada y el peso de su cuerpo presionando al mío para que no escape. Me siento
totalmente indefenso y quiero sonreír, igual que hace él pero tengo un miedo
atroz.
—Gané. –Me dice con una sonrisa adorable
que me deja ver todos sus dientes. Es incluso una sonrisa infantil. ¿Me estará
seduciendo con sus gestos?
—¡Ven aquí y deja a ese renegado! –Dice
Jimin que se ve agobiado por la presión que Hope le proporciona y rápido Yoongi
se levanta del suelo para dejarme ahí solo y sin saber qué hacer. Miro a Tae
fuera del rin pero igual que el resto solo tiene ojos para el combate entre
Jimin y Hoseok, ahora con un Yoongi torpe que no soluciona la situación.
Es incluso elegante como Hoseok mueve todo
su cuerpo perfectamente coordinado para conseguir sus propósitos. A pesar de todos, acaba perdiendo los puñales
de la mano y los cuatro de sus contrincantes apuntan a su cuello. Tras un
segundo de tensión los tres terminan sonriendo como idiotas y bajan sus armas a
la par.
Suga viene el primero a donde estoy yo en
el suelo y me ofrece su mano para incorporarme pero Jimin la retira enfadado y
me obligo a levantarme solo para caminar tras ellos abajo del rin cuando las
luces desaparecen. Tae palmea mi hombro animándome pero nada consigue subirme
la autoestima.
—Lo siento. –Le dice Hoseok a Jimin cuando
han dejados sus puñales de nuevo en la mesa.
—No pasa nada. No es más que un corte. –Se
encoge de hombros.
—Claro, no va a ser un disparo... –Ríe
Hoseok pero Jimin pone los ojos en blanco y se marcha de su lado. Por lo que
veo no soy al único que no soporta.
—¡Jin y Taehyung contra NamJoon y
JungKook!
—¿Otra vez yo?
—Agradezco que somos impares para aprovechar
que salgas tú y practiques más.
—Tae palmea mi hombro por última vez antes
de ser rivales pero me equivoco al pensarlo porque antes de darme cuenta tengo
a Jin frente a mí, amenazante y en guarda esperando por alguna reacción mía.
Me mataran si le hago algo.
—¡No quiero contra Jin! –Grito pero nadie
parece hacerme caso, ni siquiera Jin cuando se abalanza hacia mí e intento
interponer los puñales en medio. Sin éxito alguno porque todo lo esquiva hasta
que llega el momento en que debo ser yo quien lo haga para que no me corte el
cuello.
—¡AHH! –Grito cuando al retroceder mi
brazo toca con las luces y siento como queman. La curiosidad desaparece al
instante remplazada por una cruda realidad. La mano de Jin viene al cuello de
mi camiseta y me tira al suelo apartándome de las luces. Al igual que Suga cae
sobre mí y el filo de los puñales se paran uno en mi pecho y otro en mi cuello.
A los segundos, al igual que hice yo,
Namjoon cae al suelo inducido por la presión de las hojas de V en la yugular.
Maldito embustero, no es tan malo como me hizo creer.
Y así, otros cuatro combates en los que
tan solo volví a participar una vez y con Hope de contrincante. Maldita sea.
Los cuchillos desaparecieron de mis manos antes de darme cuenta siquiera que
Hope luchaba contra mí. Impresionante. Mi terror se volvía admiración con los
segundos.
Pero ahora, tocaban los individuales. Todo
el rin para correr, genial. Antes que mí fueron Jin y Suga, sin duda alguna fue
algo épico no el combate, sino el poco miedo que Suga tenía de herir al hijo de
nuestro presidente. Dios nos ampare si le pasara algo y Dios me apare a mí si
soy yo el culpable.
—¡Jimin y JungKook! –Me tienes que estar
tomado el pelo. Creo que no he oído bien cuando me doy cuenta que sí al
escuchar la estúpida risa de Jimin mientras sube conmigo al rin.
—Vamos renegado… —Cojo dos de los puñales
mientras veo que él solo coge uno regodeándose en su superioridad. Y yo con el
doble y me siento la mitad de inseguro.
—Empezar. –Nos dice comprobando que
ninguno de los dos se mueve esperando a que el otro del el primer paso. Me temo
que me veo obligado a ser yo. Un par de pasos y ya intenta acuchillarme,
perfecto. Me aparto todo lo rápido que puedo y lo intento con él pero su mano
libre detiene mi golpe en seco aferrando sus cinco dedos a mi muñeca tan
fuertemente que me obliga a soltar el cuchillo. Duele como los demonios y mis
dedos tiemblan bajo su intensidad.
Pero es cuando, aferrándome de esa manera,
me acerca bruscamente a él y levanta mi muñeca por encima de mi cabeza.
Nuestros pechos se juntan y puedo notar que mi respiración es ya acelerada. Su
mirada. Eso es lo verdaderamente mortal porque sus pequeños ojos vivos me
culpan y me ridiculizan por mi inmaduro y estúpido comportamiento.
Pienso en contraatacar con la mano aun
libre y dirijo el puñal a su cuello pero no llega porque una fría y constante
presión en mi cintura, sobre mi cadera me hace detenerme en seco. El único
puñal que él tiene delinea delicadamente pero con presión mi cintura poniéndome
los pelos de punta y agradeciendo que la tela consiga protegerme de esto.
Mis ojos se van a sus labios que sonríen
de lado mostrándome la malicia de su comportamiento y ojalá tuviera miedo pero
no es más que curiosidad la suave textura que ellos puedan tener o incluso su
sabor.
—Muerto. –Me susurra y de un golpe brusco
me aparta de él haciendo que caiga al suelo de espadas. Suspiro e intento calmar
mi corazón, maldito caprichoso.
—¡Taehyung y JungKook! –Oh Dios. Apenas me
he levantando ya está Tae dentro del rin rescatando mi puñal caído para
devolvérmelo.
—Gracias. —Susurro y él me devuelve el
gesto con una sonrisa encantadora. ¿Cómo diablos voy a luchar contra él? Pienso
antes de que se digne a lanzarse sobre mí y la solución, tal vez sea
sorprenderle.
Suspiro aferrándome fuertemente a los
cuchillos y salgo corriendo con mis brazos por delante embistiendo con toda mi
fuerza su cuerpo que cae al suelo con el rostro confundido. Los cuchillos salen
disparados de sus manos con estas sobre su cabeza. Me siento sobre su cuerpo
con los cuchillos, sujetados bajo su barbilla.
—No puedo creerlo, Tae. –Dice Hoseok desde
el suelo.
—Enhorabuena Kookie. –Dice YongGuk desde
su lugar. Yo aun no sé qué ha pasado pero cuando Tae se levanta rápido conmigo
en sus brazos y me zarandea como a un muñeco felicitándome me doy cuenta que
algo he conseguido.
—Un poco burdo pero ha estado bien.
–Yoongi revuelve mi pelo con esa sonrisa infantil. ¿Qué diablos, dos veces en
el día? ¿Por qué no le he visto esto antes?
…
El tiempo pasa y hemos acabado con un poco
de teoría sobre qué hacer en caso de que nos produzcan un corte. En esto es en
lo que mejor me centro y lo que más me gusta sin duda. Por lo que puedo
comprobar, todos ellos saben muchas más cosas que yo como el nombre de los
músculos, los huesos. La función de cada uno, qué entrenar si quiero fortalecer
alguna parte…
Es ahora es cuando soy consciente del
trabajo que me queda por delante para conseguir alcanzar su nivel de
dificultad.
—Antes de irnos, otros treinta minutos de
carrera continúa. Para que no sufráis lesiones. –Suspiro mientras me levanto y
antes de seguir a toda la tropa las palabras de YongGuk me detienen—. Tu no,
Kookie. Has hecho mucho por hoy. Ve a ducharte.
—Gracias. –Me inclino hacia él y me voy a
donde las taquillas para desnudarme y meterme en unas duchas muy raras. Seis
grifos, tres en una pared y tres de espaldas a los otros que caen del techo.
Genial. Me pregunto qué pasará cuando tengamos que ducharnos todos a la vez, ya
que somos siete.
Me pongo bajo la ducha y esta se acciona
refrescando todo mi cuerpo desnudo. He dejado los calzoncillos ahí a mi alcance
para ponérmelo nada más salir pero al echarle un vistazo veo en el agua del
suelo un reguero de sangre que se cuela por las cañerías. Lo sigo hasta
encontrar el cuerpo de Jimin de espaldas a mí, completamente desnudo mientras
se limpia como yo hacía.
Tapo mi boca rápidamente sintiendo todo mi
cuerpo temblar por su presencia ahí tan cerca. Lo miro de reojo mientras el
agua cristalina cae por su espalda hasta perderse en su trasero y seguir
probablemente por sus piernas no lo sé. Me he detenido en su trasero y ya no
puedo continuar más.
Soy cómplice de miradas furtivas cuando se
gira para salir y me encuentra mirándome el trasero. En vez de enrojecerse como
hago yo, se limita a sonreír de lado y salir mientras mira descaradamente mi
cuerpo denudo igual que yo el suyo momentos antes de que se cubriera con una
toalla.
Suspiro mientras el agua cae en mi cabeza
y me retiro de ahí para coger una toalla y secarme al menos mis partes pudendas
para después colocarme el calzoncillo y cubrirme con la toalla sobre los
hombros. Miro aun escondido en las duchas a Jimin como se ha sentado en un
banco y revisa su herida en el brazo que de nuevo gotea algo de sangre. Poco y
nada alarmante pero se ve molesto con ello.
Está sentado con el banco entre sus
piernas mirando su taquilla abierta. A su lado hay un pequeño botiquín con
vendas y silenciosamente yo me siento frente a él pero me hace el mismo o menos
caso que a una mosca zumbando a su alrededor.
—¿Te duele? –Le pregunto mientras le veo
tocarse el músculo comprobando su propio umbral de dolor. Niega con la cabeza y
alza la vista ahora si para prestarme atención. Mira mi cuerpo bajo la toalla y
como esta está sobre mis hombros como un niño pequeño en vez de aferrarla a mi
cintura como ha hecho él. Sonríe de nuevo de esa manera y deja de mirarme.
—Ponte la ropa y no me molestes.
—Has estado genial, hyung. –Sonrío amable
olvidando sus palabras desagradables.
—Lo sé.
—Un gracias no estaría de más. –Piensa
unos segundos mis palabras.
—Gracias. –Sonrió pero rápido hace que mi
sonrisa se borre—. Gracias por ponerme las cosas tan fáciles.
—¿Por qué eres tan desagradable con todo
el mundo?
—Porque no me importáis ninguno más que
otro.
—Qué palabras tan amables. –Se encoge de
hombros y hace un extraño gesto con los labios pero no es más que un acto reflejo
al vendarse el brazo y apretar la herida—. Deberías ser más amable. Necesito
ayuda y quiero que nos llevemos bien. –No contesta—. Además eres mi modelo a
seguir desde siempre. –Sonrío avergonzado de mis palabras pero lo único que
consigo es que su mano vaya a la mía y la conduzca a su venda para ayudar a
sujetarle y que se ponga esparadrapo.
Entran todos de repente llenando el lugar
de un olor a sudor desagradable. El pelo se les pega a la frente y caen gotas
de sudor por todo su cuerpo.
—¿Después de comer nos hacemos unos
largos? –Le pregunta Hoseok a Jin hablando de ir a la piscina.
—¿Pero a la de la azotea? Será mejor que
aprovechemos el buen tiempo antes de que se vaya. –Le contesta este y me da una
idea mientras Jimin termina de vendarse y ya no necesita mi ayuda.
—¿Qué vas a hacer hoy?
—Gimnasio.
—¿No quieres hacer algo divertido? –Me
mira y alza su ceja—. ¿Vemos una película? ¿Jugamos a algo?
—¿Contigo? –Asiento sonriendo.
—Sí. ¿Por qué no? –Hoseok llega para
interrumpir la conversación palmeando el brazo dañando de Jimin. Este se
levanta enfurecido y acaban peleando como niños incluso continúan una vez a
Jimin se le ha caído la toalla. Me veo obligado a evadirme de las infantilerías
y a vestirme de nuevo con el traje con el que vine.
Dios mío, ya se la he visto dos veces hoy.
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