PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 11

 Capítulo 11

 

JungKook POV:

 

Una fuerte vibración hace que me despierte aunque no de golpe sin embargo al abrir los ojos veo a Tae quitarse las sábanas de encima y saltar de la cama como si hubiera dormido días y tuviese energía para poder con el mundo entero.

—¡Levanta Kookie! –Me incorporo en la cama mientras me froto los ojos para ver como coge mi ID de la mesilla, se abre la puerta y me lo lanza antes de salir por ella—. Te esperaré en mi cuarto. Date prisa.

Me levanto sintiendo todo mi cuerpo pesado y cierro la puerta para pretender tener intimidad, vaya tontería. Voy directo al vestidor para quitarme toda la ropa incluso la interior y tras orinar me doy una ducha con agua fría para despejarme. Tal vez sea porque ya estoy acostumbrado a la temperatura pero por las mañana no creo que sea bueno una ducha caliente.

Tras coger una de las toallas blancas e impecables del baño y cubrirme el cuerpo con ella regreso a ponerme el traje que me quité anoche porque no hay más que eso en mi armario y rescato el segundo calzoncillo que me prestó Suga dejando el sucio que me he quitado por ahí, sin embargo antes de salir del vestidor veo en la pared, entre el armario y la salida del cuarto un cuadrado de metal con la palabra “lavandería”. Me encojo de hombros y llevando la ropa sucia allí, este detecta mi presencia y se abre como un resorte para dejarme tirar ahí las prendas. Desaparecen de mi vista y espero no haber hecho nada malo, ya que esta ropa, no es mía.

Me miro en uno de los espejos antes de salir y poniéndome los zapatos salgo rescatando de la mesilla mi ID y mi DC. Bajo el ascensor escuchando ya ruido en la planta inferior.

—¿Por qué siempre tardas tanto, Tae? –Pregunta Hoseok en la puerta de Tae pero se gira al verme aparecer por el ascensor. Al parecer no soy el único que espera por el león.

—Buenos días. –Saludo inclinándome y la sonrisa de Hope se hace enorme hasta el punto que solo veo sus grandes dientes. Intimidante.

—¡El pequeño Kookie! –Tae se asoma por la puerta abierta de par en par desde el vestidor a medio cambiar y me saluda con la mirada. No necesita más—. ¿Dormiste bien en tu primera noche aquí? –¿Lo dice porque sabe lo de Tae? Me limito a asentir y mantengo la discreción. Tal vez no deba saberlo nadie.

—¡Ya casi estoy! Pasa Kookie, ven a ver mi cuarto. –Tímidamente y buscando su consentimiento no solo en sus palabras sino en su rostro me adentro muy lentamente percatándome que tiene la misma extraña distribución que la mía y sin embargo apenas lo parece porque hay muchas cosas personales que dan originalidad al cuarto.

La cama tiene sobre ella una funda nórdica con el dibujo de la bandera del país. El logotipo de BTS, el mismo que aparece en todas nuestras identificaciones, en un cartel sobre la cama. Tiene un escritorio, algo que yo no he visto por ninguna parte lleno de tonterías infantiles como juguetes antiguos y alguna tontería similar.

—Pasa dentro, tonto. –Agarra mi brazo para introducirme en el centro del cuarto y desde donde puedo ver su vestidor lleno de ropa preciosa que sin duda me hace sentir tremendamente envidioso.

—Mañana, después de la prueba, ¿vemos una película? –Pregunta Hope a V mientras este se pone sus zapatos. Él asiente.

—Hay una sala de cine en la planta trece. –Me aclara—. Hay todo tipo de cosas. Desde billar o futbolín hasta videojuegos virtuales. –Frunzo el ceño—. Mañana lo verás.

—¿Cuál crees que será la prueba de mañana? –Pregunta Hoseok preocupado.

—No lo sé. –V se encoge de hombros y su desconcierto me provoca mucha inseguridad.

—¿Hoy haremos tiro a la diana con cuchillos? –Pregunto recordando las palabras de V anoche. Hope asiente y me habla con todo conocimiento de la situación. No es para menos, es su especialidad.

—Primero calentamiento, luego tiro a la diana. Combate por parejas, individual y por último conocimientos médicos. –Un gran peso cae sobre mis hombros.

—¿Eres bueno en esto, Hoseok?

—Sí. –Dice orgulloso—. Es muy fácil.

—Dilo por ti. –Dice Tae recogiendo sus cosas y saliendo con nosotros del cuarto.

 

 

En la mesa ya nos esperan el resto de los miembros menos Jin y Jimin pero lo que me llama la atención son la cantidad de delicias que acaban de alegrarme el día. Tae me explica todo lo que se nos ofrece, tortitas, chocolate caliente, fruta como fresas, naranjas, manzanas…

—Tienes que comer lo suficiente como para estar satisfecho pero no para hacer que tu estómago pese. –Me aconseja—. Si no, no podrás ni moverte. –Asiento y me sirvo en el plato la comida que creo conveniente. Por lo que veo ya hemos empezado todos cuando Jimin llega y se sienta a mi lado, el único sitio libre excepto al lado de YongGuk que al parecer solo le pertenece a Jin.

—Buenos días, Jimin. –Me mira de reojo infravalorando mi presencia y emite un gruñido que debo interpretar como un saludo. Tal vez haya sido un “déjame en paz”—. Hyung… ¿Cómo has dormido?

—Bien.

—Me alegro, yo también. –Tae nos mira a ambos con una sonrisa en sus labios, valorando el intento que hago por acercarme a él. Suga al lado de Jimin hace lo mismo que V—. Oh, Yoongi. Muchas gracias por la ropa. El pijama es muy cómodo.

—Me alegro que te sentara bien. –Dice mientras come.— Crece rápido, por favor. –Sonríe de lado y yo sonrío de manera sonora.

—O bien puedes quedarte como Jimin. –Dice V a mi lado y Jimin le fulmina con su mirada mientras yo estoy en medio. Es algo incómodo por lo que intento suavizar la situación.

—Si llego a ser la mitad de bueno que Park Jimin hyung seré feliz.

—Ohh. –Dice Hoseok y Jimin pone los ojos en blanco y sonríe porque una vez más acabo de aumentar su ego. Lo que me llevo a cambio, una fea contestación que rápido olvido.

—Siéntete afortunado por llegarme a los talones.

—¿Por qué eres tan duro con el niño? Te admira. –Dice Suga.

—Y hace bien. –Una vez más parece que no explota su ego a pesar de todo. Jin llega para aumentar el mío.

—Te felicito Jeon JungKook. Nuestro maknae de oro. –V me da un codazo y me levanto de mi asiento para recibir las nuevas de Jin—. Saliste en las noticias de anoche, fuiste un éxito. Mis más sinceras felicitaciones. –Me inclino con las mejillas ardiendo y mi corazón palpita rápido. Mientras ambos nos sentamos en nuestros asientos para comer Tae golpea repetidas veces mi hombro orgulloso de mí y Jimin parece aguantar el humo que sale de sus orejas.

—Chim—chim. –Susurro a Jimin—. ¿He superado ya tus talones?

Poco a poco su cuello se gira en mi dirección con los ojos muy abiertos no creyendo aún que sea tan descarado, pero no me importa. Tapo mi risa con la palma de mi mano y sigo comiendo ante la asesina mirada de mi compañero. Ahora la comida es más deliciosa aún y me regodeo en ello para hacerle enfurecer aun más.  

 

 

 

 

 

 

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