PARTE DE LA ÉLITE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 10

Capítulo 10

 

JungKook POV:

 

Llego solo a la puerta de mi cuarto y con mi nueva identificación consigo abrir las puertas que ya comprobé son seguras. Nada más pasar se cierran a mi espalda y me tiro en la cama cogiendo donde lo dejé antes el DC y aprender a usarlo pero antes acaricio mi tripa por una vez en la vida llena por la cena.

Primero miro mi foto en la identificación, o como la llama V, la ID, para comprobar si la cámara ha sabido captar el sentimiento de orgullo que me corroía mientras me hacían las fotos. Efectivamente, me veo muy mayor. Pero hay algo que me llama mucho más la atención. ¿Mi habilidad? Imagen.



—¿Qué diablos es esto? –Pregunto a la nada observado la palabra con precaución, vaya a ser que me haya equivocado. Me encojo de hombros ante ello y acercándome el DC paso la tarjeta sobre él y rápido se enciende mostrando la imagen de mi ID en la pantalla transparente.

Una amplia gama de posibilidades se abren ante mí y la más llamativa y estúpida es una en la que pone “Ventana”. Miro a mí alrededor siendo consciente de que no hay una sola ventana en mi cuarto pero salta la imagen de un graduador. Lo deslizo con mi dedo y poco a poco la pared a mi lado, donde no era más que una pared lisa sin nada sobre ella se torna primero traslúcida y luego trasparente, mostrándome toda la belleza de la ciudad de noche. Los coches imparables, con sus luces de colores hacen que parezca todo en movimiento y los rascacielos a la altura de mi ventana se ven imponentes.

Rápido me levanto para caminar poco a poco y a medida de que me acerco siento un estúpido e incoherente miedo por caer al vacío pero acabo chocando con la nada delante de mí. Mis ojos se abren como platos. Debería haber caído, pero no.

Miro a mi izquierda y veo sobre un taburete del vestidor unas prendas de ropa. Me acerco y las toqueteo curioso viendo unos calzoncillos negros, un pijama y unos calcetines. Todo ello con una nota a su lado.

Espero que te valga, no la estropees y si necesitas algo más, solo pídelo.

Bienvenido, Kook.

Yoongi.

No sabía que aún se usara papel. –Digo en mi mente riendo de mi mismo.

Alzo la camiseta del pijama y veo que es de mi talla por lo que rápido me quito el traje que me prestaron y lo cuelgo por ahí sin darle mucha importancia. Sin duda es precioso pero me siento más satisfecho con la generosidad de Suga al prestarme su ropa.

Me pongo toda la ropa incluso un par de sus calzoncillos esperando que me queden bien. Perfectos, sin duda. Cojo el DC y más opciones. Cambiar armarios, mover perchas, espejos. ¿Qué diablos? Presiono “Cambiar armarios” y uno de ellos se esconde en la pared para que de paso a otro diferente pero igual de vacío. Esto es mucho para mí a estas horas y niego con la cabeza pensando que aun tengo tiempo de saberlo todo.

Lavo mi cara en el lavabo y me meto en la cama dejando el DC y la identificación en la mesilla. Miro a mí alrededor y me pregunto cómo serán los cuartos de los demás. ¿Tendrás cosas personales? Me encojo de hombros y me tumbo sintiendo como la calidad y el cuidado de las sábanas me absorbe y agradezco su peso porque me ayuda a dormir.

 

 

Miro el DC de nuevo por duodécima vez en los últimos diez minutos esperando por caer dormido pero no puedo. Mi corazón late tan rápido por todas las emociones de hoy que juraría que no podré dormir jamás. Pensé que por mi tripita llena y el cansancio del día caería rendido pero me temo que todo lo contrario. Son las tres de la mañana y de seguro que todos están durmiendo plácidamente y no quisiera molestar a nadie con mis delirios pero cojo de nuevo el DC y busco el contacto de Tae. Aún no me manejo bien pero consigo llegar a la sala de mensajes y escribirle algo.

—¿Taehyung? ¿Estás despierto? –Jamás había escrito en este tipo de teclado y me siento realmente lento y torpe. Él no tarda en contestarme.

—Lo estaba, ¿ocurre algo, Kookie?

—Nada, no quería molestarte. Lo siento, vuelve a dormir. –Un pequeño sentimiento de arrepentimiento me rompe.

—Dime, ¿quieres hablar un rato?

—No puedo dormir…

—Ah, entiendo. ¿Y de qué hablamos?

—No sé. Escribo lento y mal.

—¿Quieres que vaya? –Me pregunta y siento una pequeña descarga de adrenalina por sus palabras.

—¿Puedes?

—¡Claro! –Sonrío yo solo escondido entre las sábanas—. Ábreme la puerta. Ya salgo.

Sin contestarle si quiera me levanto de la cama con la ID en la mano y la paso por la ranura al lado de la puerta mirando el ascensor frente a mí como baja y se detiene. A los segundos, sube y aparece con el cuerpo de Tae en pijama. ¿Qué diablos? Es un pijama de leones.

—Cierra. –Me dice a medio susurrar cuando pasa dentro y paso de nuevo la tarjeta y las puertas se cierran. Después salgo corriendo a la cama bajo la atenta mirada de Tae y me adentro en las sábanas cubriéndome con ellas como estaba antes.

—Perdona por despertarte, es que… yo… —Tae se sienta delante de mí con las piernas cruzadas y niega con las manos quitándole importancia. Realmente se lo agradezco.

—No pasa nada, Kookie. –Sonríe y un cosquilleo invade mi estómago. Una sonrisa perfectamente cuadrada adornada por dos pequeñas líneas que esconden sus ojos.

—No sabía a quién hablarle y pensé que tú no te enfadarías.

—¿Has aprendido a usarlo? –Señala el DC en la mesilla. Asiento.

—Más o menos. Aun me queda mucho por descubrir pero aprendo rápido. –De nuevo esa maldita sonrisa.

—¿No has hablado con Jimin antes que conmigo? Pensé que como eras su fan… —Parecería que lo dijera intentando hacerme enfadar pero no, es sincero e inocente con sus palabras.

—Creo que no le he caído muy bien. –Me encojo de hombros negando con la cabeza.

—Nah, no le cae bien nadie más que él mismo y el país. A veces ni él mismo se quiere. –Ríe ensimismado.

—¿Está muy entregado al estado? –Asiente.

—Todos lo estamos. –Ahora asiento yo comprendiendo—. Y espero que tú estés con nosotros para siempre. –Asiento otra vez.

—¿Mañana qué haremos?

—¿No te lo han dicho aún? –Niego con la cabeza. Y él sonríe acomodándose en su asiento—. Muy bien, te explicaré cómo trabajamos aquí.

—Hum.

—Cada semana trabajamos una especialidad. Esta semana estamos con las armas blancas. Y como es viernes hoy al levantarnos entrenaremos el tiro a la diana y algo más. –Asiento mientras entiendo que habla como que hoy ha sido jueves pero ya es viernes porque han pasado más de las doce de la noche.

—¿Es difícil? –Asiente.

—Más de lo que parece. –Continúa ahora con su explicación—. Pero todos los sábados hacemos pruebas que de alguna manera tienen que ver con la especialidad. A veces son pruebas nuevas y otras repetidas pero con más dificultad. Me temo que tendrás que aprender rápido y dedicar muchas horas de entrenamiento.

—¿Tu especialidad eran las armas de fuego? –Asiente—. ¿Cuándo toca esa semana?

—Es la siguiente. –Sonrío animado.

—¿Te gustan? –Niego con la cabeza.

—No pero espero que me ayudes.

—Te ayudaré en todo lo que me pidas. Todos te ayudaremos. Nos ayudamos entre nosotros menos cuando nos dicen que no lo hagamos. –Frunzo el ceño sin comprender—. Cuando nos obligan a enfrentarnos entre nosotros debemos olvidar cualquier clase de sentimiento por esa persona.

—Hum… —Mi sangre se congela. ¿Taehyung me golpeará?

—A Jimin se le da bien olvidarse de todo. –Sonríe pero esta sonrisa cálida y tranquila se torna sádica y se revuelve en su asiento—. ¡Déjame tu DC! Molestemos a Jimin. –Me niego en rotundo.

—¿Quieres que me mate? –Detengo sus manos en camino a coger mi DC. Acabo de comprobar que Tae es incluso más infantil que yo. Tal vez por eso me guste tanto. Su insistencia parece no calmarse por lo que busco un tema alternativo para distraer su perturbada mente—. Me gusta tu pijama. –Rápido tapa su cuerpo con sus brazos.

—¡No te burles de mí!

—¡No lo hago! –Retiro sus brazos de su propio cuerpo y sonrío al ver los infantiles dibujos.

—En mi urbanización se venden cosas así, porque se llama Leones. –Asiento recordándolo. Él mira por la ventana y a los segundos regresa con el tema—. ¿Ese es de Yoongi? –Asiento.

—Me gusta como huele. –Confieso susurrando y él ríe de mis palabras mientras huelo la manga de la camiseta.

—Dime. —Susurra como yo temiendo que alguien nos oiga. Nadie puede hacerlo—. ¿Qué te han parecido el resto de los miembros? –Me encojo de hombros—. Dime la verdad, ¿a que soy el mejor? –Sonrío avergonzado.

—No os conozco tanto pero todos me gustáis. Quiero ser como vosotros.

—¡Ya lo eres, tonto!

—Sabes a lo que me refiero… —El asiente.

—Con el tiempo… —Miro mis manos en el regazo pensando en mis próximas palabras.

—Tengo miedo de no hacer las cosas bien.

—Te contaré un secreto. –Se acerca a mí de forma innecesaria—. Le clavé un cuchillo a Jin en el pié hace un tiempo porque se me da fatal el tiro a diana. –Abro los ojos como platos.

—¿Al hijo del presidente? –Tapo mi boca asombrado.

—Sí. Pensé que me matarían pero todo quedó en un accidente y nada me pasó. –Asiento—. Pero no te preocupes. Son cosas que pasan. Nos dañamos los unos a los otros constantemente. Intentamos no hacerlo desde luego pero cuando te ves con un machete y a otro de nosotros con otro igual, alguna herida si se hace.

—Uf…

—¿Qué ocurre, Kookie?

—No quiero vérmelas con Jimin. Siento que puede matarme. –Él asiente y eso no me ayuda.

—Usa tu especialidad. –Se encoge de hombros.

—No creo que eso me ayude para nada.

—¿No? ¿Qué especialidad tienes? –Alcanzo el ID de la mesilla y se lo doy para que lea, igual que hice yo, y la misma extraña expresión aparece en su rostro solo que esta se degrada a miedo con los segundos.

—¿Qué pasa?

—Tienes razón, esto no te servirá para nada.

—Puf… —Suspiro de nuevo—. Voy a morir.

—Yo te protegeré. –Se pone firme pero sin ninguna credibilidad con ese pijama de leones

—Gracias hyung. –De nuevo miro mis manos en mi regazo.

—¿Tienes sueño ya? –Niego con la cabeza.

—Vete si quieres, no te obligo a quedarte.

—¿En qué piensas, Kookie? –Sus dedos van a mi barbilla para hacer que le mire.

—En mi familia. Ellos estarán preocupados por mí.

—Saben donde estás. No te preocupes por eso.

—Es la primera vez que voy a dormir sin ellos. –Hago un puchero.

—Si fueras Yoongi juraría que intentas convencerme de que me quede contigo a dormir. –Levanta su ceja.

—Si fuera él no te darías ni cuenta.

—¿Eso es que sí? –Me encojo de hombros a pesar de que la idea no me desagrada en absoluto y antes de que le de permiso se cuela a mi lado en la cama para tumbarse sobre el almohadón—. Vamos Kookie. A dormir.

Sin pensarlo demasiado y agradeciendo su gesto, me tumbo a su lado y ambos quedamos cara a cara escuchando nada más que nuestras respiraciones, la suya más acelerada que la mía.

—Mañana hay que levantarse pronto. Nos moriremos de sueño si no nos dormimos ya. –Asiento y cierro los ojos pero él sigue hablando—. Tu DC sonará a la par que todos para avisar y despertar. Lávate la cara para despejarte, ponte un traje cualquiera y baja a buscarme. Desayunaremos fuerte y todos juntos iremos al pabellón de entrenamiento. –Asiento lleno de miedo.

—Estoy nervioso, no podré dormir si sigues contándome cosas.

—Lo siento. –Su mano acaricia mi mejilla y se gira para quedar boca arriba y cerrar los ojos. Yo me limito a quedar tumbado a su lado mientras poco a poco y esperando que no se dé cuenta me acerco a su cuerpo. No soy bueno en ello y ríe estrechando mi cuerpo en sus brazos muy fuerte. Siento que me ahoga pero no me importa—. Duérmete pedacito de oro. Mañana será un día difícil.

Asiento respirando su olor que no es más agradable que el de Yoongi y sin embargo caigo rendido ahí sin más que sus labios besando mi coronilla a su alcance.

 

 

 

 

 

 

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