EL PRECIO DEL ARTE [PARTE II] (BTS) - Capítulo 16

 Capítulo 16

 

Yoongi POV:

17/07/1995

 

Despierto con el movimiento de algo sobre mi brazo. Ese algo me hace moverme levemente y yo doy un leve respingo con una sensación de confusión y desorientación. La misma con la que me he levantado cada vez que despierto en esta habitación. Mi reacción es siempre la misma, caigo en el almohadón exhausto por la impresión y me acomodo levemente al ambiente, sentido por sentido.  Primero el tacto, haciéndome a unas sábanas relativamente limpias con una suavidad cuestionable. Después un olor a colonia dulce pero levemente ácida. Como una fresa. Huele a fresa. Es un olor que reconozco, el olor a chicle de fresa. Después el sonido de mi nombre desde la voz de Jeon, y a esa voz le acompaña el sabor de la fresa. Por último y tras que mis párpados se abran puedo ver su rostro inclinado hacia mí con una expresión entre excitada y algo entristecida. Yo frunzo el ceño y acabo regresando a mí antes de lo que pensaba.

—Yoongi… tenemos que irnos. Es ya tarde. Va a amanecer de un momento a otro. –Me dice mientras yo miro alrededor. Taehyung ya se ha levantado por lo que puedo ver en la cama vacía a mi lado y estas sábanas algo revueltas—. ¿Todo bien? –Me pregunta mientras se separa de mí como divisando a lo lejos de mi rostro una expresión confusa que le indique que estoy bien. Yo asiento con el rostro como culpando al sueño de mi expresión y me levanto quedándome con los pies en el suelo y las manos sobre la cabeza. Me las paso por el rostro y cuando la puerta del baño se abre y sale Taehyung con ojos como platos, también evidentemente nervioso, yo voy al baño y me encierro dentro unos segundos. Necesito orinar, necesito lavarme los dientes y necesito cavilar unos segundos pero antes de todo me miro frente al espejo para intentar ver en mí lo que Jeon ha parecido divisar.

Como no encuentro nada me decido a orinar aun paladeando con mi lengua dentro de mi boca y bostezo. Me paso una de mis manos por el pelo y cuando termino me vuelvo a dirigir al espejo. Cuando me doy cuenta solo queda mi cepillo de dientes ahí en un vaso del propio motel con una pasta de dientes. Estoy seguro que solo quedan en la habitación las pequeñas cosas que he ido dejando por ahí, solo las mías, como una muestra de personalidad aún presente en el cuarto. Me lavo los dientes a prisa y cuando salgo me llevo mi cepillo de dientes, junto con la pasta, el vaso del motel, y un par de rollos papel junto con algunas toallas. Todo lo dejo sobre una de las camas y lo veo y metiendo en la primera maleta que me encuentro. Junto con mi pequeña bolsa de viaje que el propio Jimin me regaló para meter mi nueva ropa y junto con la maleta de Jeon y las mochilas de Taehyung me siento terriblemente confuso. Falta algo. Falta algo muy importante alrededor. Me incorporo cuando todo está guardado y miro alrededor de mí un par de veces. Jeon es el primero en que me mira como si yo estuviese haciendo algo confuso, después Taehyung se para antes de salir y ambos se me quedan mirando levemente apenados.

—¿Dónde está Jimin? –Pregunto al fin como iluminado por la lucidez de la pérdida de la somnolencia.

—Jimin se ha ido por su cuenta. –Me dice Jeon con palabras en una entonación triste, casi compadeciéndome, pero sus palabras no son del todo tristes, sino dolidas. Yo miro un segundo más alrededor, observando en torno a mí y acabo asintiendo, consciente de que la única solución es hacerme a la nueva idea, asumirla y seguir adelante. Ahora mismo hay cosas más importantes que debo hacer, otras cosas en las que pensar y dado que soy el más adulto de nosotros tres me siento como repentinamente responsable de todo lo que nos suceda. Asiento con un gesto de firmeza y me pongo una chaqueta vaquera a juego con mis vaqueros y cojo mi bolsa de viaje señalando la puerta con la mirada. Jeon es el primero en salir y comprueba a ambos lados de la puerta rezando porque no haya nadie que pueda reconocernos y después sale seguido de Taehyung y de mí, que cierro con un golpe seco la puerta y sigo en fila india a Taehyung que a su vez sigue a Jeon hasta las escaleras y las bajamos en completo silencio, el que producen nuestros pasos, el traqueteo de una de las maletas y nuestras respiraciones, las de algunos más entrecortadas que las del resto.

Cuando llegamos abajo del todo nos desplazamos casi como fugitivos, como lo que somos, mirando alrededor, hacia todas partes, hacia delante, atrás, a nuestros lados, nos sentimos observados pero no más que de costumbre, seguro. Rodeamos todo el edificio en silencio hasta que a lo lejos vemos el coche que ya hemos observado antes. Un coche gris, de pocos años, pero ya los he visto mejores. No está nada mal. Lo he escogido porque la marca me es conocida y ya he puenteado coches como este antes. Otros motivos me han hecho decantarme por este, de todo el lugar en donde estamos rodeados de los coches de los clientes del motel. Es un coche del todo común. El color gris es uno de los colores más comunes para los coches. Es lo sufrientemente grande como para cuatro personas, bueno, tres ahora. Casi mejor. De no poder dormir bajo techo, el coche nos será de ayuda yademás no consume mucha gasolina.

Cuando llegamos a él Jeon deja sus maletas en el suelo y viene a mí para quitarme mi bolsa de viaje de las manos y llevarlo todo cerca del maletero a la espera de que yo se lo habrá. Aun tengo que conducirme a la parte de la puerta del conductor. Taehyung se queda en la del copiloto y mientras me mira por encima del techo del coche yo me saco una pequeña horquilla que he encontrado en el suelo de la habitación y la abro para meter esta de esta forma en el interior de la ranura para la llave. De no haber tenido la suerte de haber encontrado una, habría pedido que comprasen algo parecido, pero ha sido gracias a la horquilla que me ha asaltado la idea de robar un coche. Ya lo he hecho antes, pero nunca en serio. Es decir, siempre huíamos todos, porque todos habíamos cometido delitos, pero esta vez lo hago para salvar mi vida, literalmente, y para salvar la de estos dos pobres chicos que se han encontrado en su camino a un ser como yo.

Cuando la horquilla llega hasta el fondo la giro levemente hacia la derecha y la saco poco a poco hasta que encuentro un tope y entonces giro bruscamente a la izquierda, de forma que la puerta ceda con una facilidad casi mágica. Jeon no contiene una exclamación de sorpresa.

—¡Wow! Realmente sabía que podías. –Dice y yo sonrío guiñándole un ojo a lo que me siento en el asiento del conductor y quito la chapa de plástico forrada de piel debajo del volante. La retiro hacia el asiento del copiloto mientras miro a Jeon por el retrovisor a través de la luna del maletero.

—Aun tengo que puentearlo. Solo me he metido dentro.

—Date prisa. –Me dice Taehyung a través de la ventanilla del copiloto. Miro hacia sus labios y su voz viene con interferencias porque tiene que atravesar el cristal—. Puede aparecer alguien de la nada.

—Lo sé, tranquilo. –Murmuro y me salgo del coche para acuclillarme justo al lado del asiento con la cabeza metida debajo del amasijo de cables que ahora cuelgan de debajo del volante. Los miro todos reconociendo y recordando el funcionamiento. Con la horquilla entre mis labio saco de mi bolsillo de la chaqueta unas pequeñas tijeras del neceser de baño de Jungkook y corto el cable cucho plástico protector es de color azul y el de color amarillo. Después, uno sus respectivos extremos y justo en el segundo antes de hacerlo se produce un silencio brutal. Un silencio que duele, que me deja inquieto e incómodo. El silencio lo rompe el sonido del motor del coche y la alegría de mis compañeros expresadas en respiraciones de alivio y algún que otro resoplido, animado—. Ya puedes abrir el maletero. –Le digo a Jeon que se encarga de meter las maletas y las bolsas de viaje dentro del maletero mientras Taehyung le ayuda y yo abro la puerta del copiloto a la espera de que Taehyung regrese. Coloco de nuevo la funda de plástico debajo del volante y me recoloco el asiento para mi compostura. Suspiro largamente y el sonido del maletero cerrándose me reconforta. Yo cierro la puerta detrás de mí y Jungkook es el primero en entrar atrás. Se sienta justo en medio de los tres asientos y Taehyung se sienta a mi lado. Este me mira sonriéndome y hace un comentario jocoso con un humor ácido que me quiebra la sonrisa.

—La última vez que estuvimos en un coche tú y yo las cosas no salieron muy bien. –Dice con una sonrisa divertida pero entristecida. Yo le retiro la mirada, recoloco los retrovisores y comienzo a salir del aparcamiento.

—Todo saldrá bien, ya veréis. –Suspiro y miro a Jeon, a través del retrovisor—. ¿A dónde tienes pensado ir, pequeño?

—No me llames pequeño. –Me dice con una mueca fruncida y yo sonrío, mientras me saco la horquilla de entre los labios y la meto en el interior del bolsillo de mi chaqueta. Le devuelvo las tijeras que este deja en algún lugar de los espacios vacíos de las puertas—. No lo sé, hyung. –Suspira.

El interior del coche huele a vainilla. Estoy por apostar que hasta hace poco aquí dentro ha habido un ambientado a vainilla, pero a este olor le preceden el olor a aire estancado y ahora, a chicle de fresa. Jeon hace una pompa con el chicle que estalla, haciendo a Taehyung dar un respingo. Los tres sonreímos y salimos del aparcamiento mientras nos preceden nuestros nervios y nuestra excitación. Salimos a una carretera desierta que nos ampara con la protección de la soledad. Yo suspiro largamente y veo como Jeon se saca del interior de la chaqueta de cuero que lleva una bolsa de gominolas. Ahora que nos veo con la perspectiva de los nervios desapareciendo puedo fijarme mejor en nosotros mismos. Taehyung porta una sudadera de color grisáceo con la manga cortada. Tiene un corte extraño que es muy probablemente que sea una especie de desgarro. Unos vaqueros oscuros y unas deportivas poco usadas. Jeon lleva una camisa blanca con un raro estampado que parecen manchas de pintura y una chaqueta de cuero negra sobre sus hombros. Yo una camisa de estampado floral metida dentro de unos vaqueros y sobre mis hombros una chaqueta vaquera haciendo juego.

—¿Por qué dices que Jimin se ha ido por su lado? ¿Tiene acaso planes mejores que vive aventuras surcando la carretera? –le pregunto a Jeon con una voz divertida que hace que Taehyung sonría, pero mis palabras han sido como lo fueron las suyas antes, crueles y dolidas.

—Solo me ha dicho que se ha comprado un billete de avión a Tokio. –Suspira mientras apoya sus manos en ambos dos asientos y se inclina hacia delante, mientras mastica el chicle—. Me dijo que allí tenía amigos que le acogerían.

—Jeon. –Suspiro—. Jimin no tiene amigos. Y menos en Tokio. –Taehyung me devuelve una mirada confusa y Jeon sorprendida—. Te ha mentido de la forma más cruel posible. –Niego con el rostro pero le quito importancia.

—¿Y dónde crees que puede estar?

—Seguro que se ha ido con sus padres. –Chasqueo la lengua y me giro para mirar al rostro de Jeon a mi lado. Este me sonríe triste y yo niego con el rostro—. No importa, no le des más vueltas.

—Pero si no se lleva bien con sus padres…

—Por eso no te ha dicho la verdad. Estoy seguro de ello. –Digo mientras giro levemente el volante en una curva y Jeon imita mi gesto de negar con el rostro y se sienta con la espalda en el respaldo. Veo por el retrovisor que juguetea con la bolsa de gominolas en su mano pero tan solo se entretiene mirando el intuir de esta. Se ha producido un extraño silencio dentro del coche, acompañado de la luz del amanecer a través de la carretera. Los colores anaranjados y rosados comienzan a salir de alguna parte. Sobre las nubes se reflejan estos colores pastel que siempre me ponen de tan buen humor y Taehyung es el primero en romper el silencio con una observación más que curiosa.

—Hay cintas de casete. –Dice mientras abre la guantera, no pudiendo ceder a su curiosidad.

—Pon una. –Dice Jungkook mientras vuelve a verse animado, incorporándose sobre el asiento para inclinarse hacia delante.

—No esperes encontrar Mozart o Paganini. –Le digo y él me saca la lengua, gesto que me hace sentir un leve escalofrío, y sonrío intentando domar ese extraño momento de ansiedad. Taehyung comienza a nombrar los grupos de las cintas que encuentra.

The Seeds*, Jefferson Airplane*, The clash*…

—Jefferson Airplane. –Le pido mientras veo el rostro confuso de un Jeon que no ha conocido más que música clásica—. Es una banda de los 60. Pioneros del movimiento psicodélico del LSD*. –Digo mientras él asiente comprendiendo y cojo la cinta mientras alterno mi mirada entre el reproductor de cassette y la carretera. Taehyung vuelve a guardar las cintas en la guantera y yo meto el casete mientras le doy a rebobinar y cuando llega a su límite la primera canción que suena es White rabbit. Ambos dos acompañantes asienten reconociendo al instante la canción y Jeon ríe divertido mientras Taehyung se deja caer sobre el asiento, entrecerrando los ojos. Fugazmente pienso en que ojalá la canción nos influenciase a nosotros para conducir a través de un camino de colores distorsionados y de figuras surrealistas que parecen cobrar vida de una forma misteriosa hasta que nos consumiésemos en nosotros mismos y desapareciésemos como la espuma en el mar. La canción nos acompaña, pero solo eso, nos acompaña en una huída a ninguna parte, sin un destino fijo, compadeciéndonos de nosotros mismos por unas vidas que nos merecemos. Antes solía pensar que el destino estaba escrito y todos nuestros pasos estaban de alguna forma controlados. Si es así, he dejado de entenderlo.

 

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*The Seeds fue una banda de la década de 1960 formada en la ciudad de Los Ángeles, California. Fueron una de las bandas que con su energía abrasiva y letras repetitivas dieron lugar al garage rock.

*Jefferson Airplane fue una banda estadounidense de rock surgida en la ciudad de San Francisco (California), pionera del movimiento psicodélico influenciado por el LSD. Fue una de las primeras bandas de la escena de San Francisco en gozar de éxito comercial y crítico.

*The Clash fue una banda británica de punk que estuvo activa entre 1976 y 1986. El grupo fue uno de los más importantes e icónicos de la primera ola del punk originada a fines de los años 70 y, a diferencia de la mayoría de las bandas punk que se caracterizaban por su simplicidad musical, incorporó reggae, rock, rockabilly, ska, jazz y dub entre otros variados estilos en su repertorio. The Clash llegó a ser una banda muy influyente en la música mundial.

*LSD: La dietilamida de ácido lisérgico,​ LSD-25 o simplemente LSD (del alemán Lysergsäure-Diethylamid ), también llamada lisérgida y comúnmente conocida como ácido, es una droga psicodélica semisintética que se obtiene de la ergolina y de la familia de las triptaminas y que produce efectos psicológicos. Sus efectos pueden incluir alucinaciones con ojos abiertos y cerrados, sinestesia, percepción distorsionada del tiempo y disolución del ego, la alteración de la percepción, la conciencia y los sentimientos, además de sentir o visualizar sensaciones o imágenes que al consumidor le pueden parecer reales pero que no lo son. Se utiliza principalmente como una droga recreativa ilegal, como enteógeno y en algunos países como droga legal bajo prescripción médica en psicoterapia. ​ Por lo general el LSD se ingiere tragándolo o poniéndolo debajo de la lengua. A menudo se puede conseguir en el mercado negro en papel secante o en gelatina o terrones de azúcar, aunque también se puede inyectar.

 


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