EL PRECIO DEL ARTE [PARTE I] (BTS) - Capítulo 12
Capítulo 12
Jimin POV:
10/06/1995
—¡Ah! ¡Joder! –Se oyen los gritos de Jeon
al fondo del pasillo y estos recorren todo el camino hasta el salón. Taehyung
se sobresalta en el sofá con una sonrisa divertida mientras y yo me tapo los
labios con una mano mientras que con la otra cierro el grifo de la cocina con
la risa cómplice de Yoongi a mi lado. Namjoon en su cuarto aun no ha salido
para decirnos nada pero estamos tentando mucho a la suerte, siendo esta la
tercera vez que Jeon grita por culpa de nuestra divertida acción de cortarle el
agua caliente abriendo el grifo de la cocina.
—Os cogerá del pescuezo cuando salga.
–Murmura Taehyung en el sofá mirándonos de reojo mientras sujeta una galleta de
avena en sus manos. Le da un muerdo y después nos retira la mirada mientras yo
niego con el rostro.
—Le pinta, por bocazas y prepotente. –Digo
y regreso con mis manos al fregadero con agua acumulada y Yoongi mete las manos
en el interior buscando uno de los cuencos para pasarle una de las esponjas y
limpiar el interior con más tedio que dedicación. Yo le imito mientras sigo
recordando los gritos de Jeon.
—Taehyung tiene razón. –Murmura Yoongi a
mi lado de forma que solo yo pueda oírle y le miro con curiosidad por la
cercanía a la que nos ha reducido. Cuando no digo nada se retira con una
sonrisa divertida y regresa su mirada a sus manos enguantadas en látex rosa y
yo le miro las manos como frota el cuenco devolviéndolo al agua sucia. Ya se ha
hecho de noche cerrada. Pueden ser al menos las diez y media y después de un
día tan largo me siento cansado mentalmente. Se me cierran los ojos y suspiro
largamente mientras me apoyo con las manos mojadas en el fregadero, a la espera
de que Jeon salga de la ducha para terminar nuestro trabajo. Miro de nuevo las
manos de Yoongi, enguantadas y con los tatuajes trepando a través de su piel
blanca de azúcar hasta desaparecer en la manga arremangada de su sudadera negra—.
¿Qué miras? –Me dice serio y yo frunzo mi ceño a la par.
—Lo mal que te quedan los guantes. –Le
digo y suelto una carcajada pero él me devuelve una mirada indiferente. Como me
gusta esa mirada, yo jamás he sabido expresar una.
—Tú cara sí que no te queda bien… —Murmura
y sigue lavando los cacharros.
Doy un respingo en el momento en que se
oye un portazo y miro directo a la puerta del pasillo de donde veo venir un
cuerpo en toalla de pelo húmedo y a paso ágil a través del pasillo. Me siento
tremendamente intimidado más que por la forma en que camina, sino por la
expresión enfadada de su rostro. Mi sonrisa le hace cogerme por la camiseta de
tirantes y yo retrocedo por la fuerza de su mano, haciendo que Yoongi retroceda
conmigo, pero aun con las manos en el fregadero.
—¡¿Se puede saber qué diablos te pasa?!
–Grita haciendo que Taehyung de un respingo. Yoongi a mi espalda comienza a
quejarse por la presión de mi cuerpo sobre él, no dejándole manejarse en el
fregadero.
—¡Solo ha sido una broma! –Digo
defendiéndome, entre la risa y el enfado.
—¿Una broma? ¡Me he congelado! –Dice y eso
me hace sonreír aún más, a lo que acaba por mirarme con ira.
—Te la debía, para que vuelvas a mostrar
iniciativa de mi parte…
—Mira… —dice algo más calmado—. No soy
bueno con la convivencia, pero tú me lo estás haciendo muy difícil…
—No es mi problema. –Digo, deshaciéndome
de su agarre. Antes de que diga nada más Yoongi nos corta.
—¡Ya! A discutir al salón, pero dejarme
fregar en paz. –Dice y Jungkook acaba dándose la vuelta y desapareciendo por el
pasillo al interior de uno de los cuartos seguramente por el frío de salir
húmedo de la ducha. Yo doy un bufido ajustándome la camisa al cuerpo y regreso
a encender el grifo y terminar por lavar los cacharros. Yoongi regresa a una
expresión neutra y mis ojos de vuelta a sus manos.
—Que prepotente… —Murmuro a lo que Yoongi
me mira.
—Entre su prepotencia y tu intransigencia
va a ser divertido convivir con ambos…
—Ya… —Digo y regreso a fregar pero se
instala un silencio alrededor tan solo roto por el agua del grifo corriendo y
el sonido de la televisión en el salón. Frunzo los labios con las palabras
queriendo salir de entre ellos pero solo lo hacen tras cinco minutos aguantando—.
¿Qué quería decir eso de “Pan y circo”? –Pregunto a lo que a Yoongi le cuesta
saber que le estoy hablando a él y qué es lo que le estoy preguntando. Al menos
cinco segundos en que mira a ninguna parte en concreto. Acaba asintiendo, al
darse cuenta de ello y habla, tranquilo.
—Es una expresión que procede del latín.
Quiere decir que al pueblo hay que tenerlo contento y se consigue simplemente
proporcionándoles algo de comer y entretenimiento.
—Eso está muy bien, pero aplicado a esta
situación…
—Ya sé por dónde vas. Pero no hay más que
eso. –Sentencia un tanto inquieto.
—¿Hay que tenernos contentos y distraídos
por algo en concreto? –Pregunto y él me mira, sorprendido.
—Vaya, eres más avispado de lo que yo pensaba.
–Dice y niega con el rostro mientras chasquea con la lengua.
—También he de entender que no vas a
decirme más de lo que ya sé.
—Todo debe tener su momento. No te
preocupes.
—Compréndelo, no es que tenga prisa por
irme de aquí, pero me siento impaciente e inseguro. Creo que todos nos sentimos
así.
—Lo sé. No tienes que darle más vueltas.
Aún tenemos que instalarnos del todo. Hay gente aquí que aún no ha terminado de
traer sus cosas. Ni siquiera tenemos el tiempo ni la capacidad de comenzar
muchas cosas. No vamos a llevar a cabo la misión mañana mismo.
—¿Para cuándo?
—Para dentro de unos meses. –Asiento, algo
más tranquilo e impaciente—. Por lo pronto hazte al entorno y a las personas. Y
no crees malos rollos. –Me dice con voz recriminatoria a lo que yo bufo y me
giro para terminar con los cacharros y centrarme en la tarea sin distraerme con
Yoongi. Solo pienso en terminar cuanto antes y deshacerme en mis quejas en la
soledad de mi habitación. En la que ahora mismo Jeon se está cambiando de ropa.
Miro la puerta a lo lejos en el interior del pasillo y suelto un largo suspiro
mientras miro a mi lado y veo como Yoongi termina de secar los cacharros que yo
le he extendido y se quita los guantes. Yo me seco las manos con un trapo
cualquiera y después, como un acto reflejo, me las huelo, sintiéndome asqueado
del olor del detergente.
—Qué asco. –Murmuro mientras me encamino
al salón y Yoongi me sigue.
—No todo huele a rosas. Seguro que la
porcelana china en la que te servían el té olía a fresas, ¿verdad? –Dice de
forma remilgada y yo le pongo una mueca en forma de burla a lo que él se me
queda mirando con condescendencia—. Regresa al mundo real, Park. –Me dice,
palmeándome el hombro y pasa por mi lado hasta encontrar resguardo en el sofá y
cae en él, justo al lado de Taehyung que le recibe con una sonrisa tímida y
ambos se quedan mirando la televisión, comentando algo que no está a mi
alcance. No soy capaz de involucrarme en la charla ni tampoco de marcharme. Me
quedo un tanto paralizado mientras me debato en qué hacer. Ni formo parte de
ellos, ni me sé hallar en mi propia soledad. Obsoleto de todo punto me
sobresalta el sonido de la puerta de mi cuarto y rápido giro el rostro hacia
ella pero retorno a mirar la televisión cuando distingo el cuerpo de Jeon salir
a través de esta. Suspiro largamente y lo siento pasar por mi lado. Yo muestro
una pose tranquila y distraída pero siento cada uno de sus pasos acercarse, me
siento de nuevo en las carreras pero con la ausencia de retrovisores que me
indiquen donde está, exactamente. Me basto de mis sentidos. Lo siento caminar
hasta la cocina y tirar algo al interior de la lavadora. Ha pasado por mi lado
y ha dejado un rastro de olor de champú por todo el ambiente. Huele genial y
tan solo pensarlo comienzo a sentirme nervioso.
—¿Mañana vais a estar aquí todo el día?
–Nos pregunta Jungkook a Yoongi y a mí y por el tono de voz le siento algo más
calmado. Suspiro largamente mientras regulo el tono de mi voz para no sonar
nervioso. Yoongi habla primero.
—¿Y a dónde quieres que vaya, muchacho?
–Pregunta algo ofendido.
—Yo sí, estaré aquí todo el día. –Digo.
—Yo a medio día vendré a comer. –Dice
mientras anda de allí para acá en la cocina. Aun no me he atrevido a mirarle—.
Pero luego tengo que irme de nuevo. Antes de venir a cenar pasaré por última
vez por mi piso antes de darles las llaves a Namjoon. –Dice y ahora así pasa
enfrente de mi para conducirse al salón, hablando para Yoongi en vez de para
mí. Cuando pasa por delante le veo en torso desnudo y pantalones grises
holgados. Me quedo mirando la fina línea de su vientre marcado y el leve
bronceado de su piel. Trago en seco y le retiro la mirada, devolviéndola a la
televisión. Ni siquiera sé qué diablos estoy viendo.
—¿Terminarás de traer tus cosas? –Pregunta
Taehyung a lo que Jungkook asiente con un “hum” muriendo en su garganta—.
Estamos igual, pero yo no vengo a comer, lo haré en la oficina. –Dice y
Jungkook chasquea la lengua.
—No me digas eso… ¿Quién nos cocinará
mañana?
—Han sobrado fideos… —Dice Taehyung
pensativo a lo que yo cierro los ojos sintiendo un intenso dolor de cabeza por
el arduo día de hoy pesando sobre mis hombros y hablo cortándoles a ambos.
—Yo me voy a dormir ya. Buenas noches.
–Digo y me escabullo al interior del cuarto mientras cierro detrás de mí y me
sumerjo en la sensación de la soledad alrededor. Suspiro largamente y me siento
lentamente en el borde de mi cama. Veo como el azul de la calle entra a través
de la ventana, como puedo ver a través de esta algunas ventanas con luz de
otros pisos sobre y bajo nosotros. Me muerdo el labio inferior y me inclino con
el rostro en mis manos, apoyando mis codos en mis rodillas. Es demasiada
presión. Es demasiada responsabilidad. Me siento ahogado.
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