FRENTE A LA COMIDA (YoonMin / VKook) - Capítulo 5
Capítulo 5
Narrador
omnisciente POV:
Y aquí estamos de nuevo. En esta sala cuadrada con ventanales que iluminan el interior con una luz alegre que contrasta duramente con los apagados rostros de los aquí presentes. Sin darnos cuenta estamos una vez más rodeados de las personas sentados individualmente en sillas y todos formando un círculo, pero nuestros ojos están enfocados en las manos de Jimin que se mueven nerviosas sobre su propio regazo. En tres de sus diez dedos hay varios anillos de metal que aunque baratos se ven muy bien en sus pequeños y regordetes dedos. Con sus yemas se ayuda para moverlos y girarlos sobre sus dedos y por varias veces que lo intenta cubriéndose las manos con las mangas de la sudadera, acaba cediendo de nuevo al nerviosismo.
No vemos aún su rostro y nos desplazamos un asiento a su derecha para encontrarnos unas manos con nudillos maltratados. Esto es nuevo, nunca antes se había golpeado los nudillos, pero al parecer le ha resultado efectivo. La sangre no brota pero sin embargo se ven las heridas bastante recientes. Apenas tienen un día. Las manos de la persona a la derecha de esta están en un cuaderno con notas. Una mano sujeta el cuaderno sobre su regazo y la otra, con una pluma que intenta ser vintage pero no lo consigue, apunta algo sobre una especie de tabla dibujada a lápiz. Nos acercamos con curiosidad a la tabla y descubrimos varios nombres que ya conocemos. A su lado en línea perpendicular y con cada nombre, unos números. El peso de cada uno. Sobre cada peso vemos el día en que ha sido marcado y nos damos cuenta de que la diferencia de cada uno es de una semana.
–Bueno chicos, ya sabéis lo que toca. Después de esto hablaremos un poco, ¿sí? –Nadie le contesta. Nadie está de acuerdo con ello–. NamJoon, tú primero.
Namjoon asiente y todos se levantan dejando las sillas a un lado de la sala mientras NamJoon y Jin se acercan a una sección de la habitación cubierta con un biombo de tela blanca, como los que el hospital usa en las habitaciones de los pacientes para separar las camas y estas puedan tener intimidad. Ambos desaparecen detrás del biombo y podemos ver como solo somos capaces de ver los pies de ambos bajo el biombo y una báscula de metal.
Poco a poco las prendas de ropa de NamJoon comienzan a aparecer por encima del biombo. Primero la sudadera gris, después una camisa de tirantes blanca y unos vaqueros un poco holgados. Los zapatos quedan en el suelo y de repente, un sol de primavera entra por la ventana tras el biombo mostrándonos las sombras de ambos. Podemos ver como NamJoon se sube a la báscula, ambos miran el peso y con serio gesto, Jin apunta la cifra en su libreta. Ambos se miran y NamJoon comienza a vestirse de nuevo. Ninguno sale hasta que NamJoon no ha terminado de vestirse y este deja a Jin oculto tras la tela blanca.
–Hoseok.
Hoseok, uno de los que miraba hacia el suelo, levanta la vista y se esconde detrás del biombo desvistiéndose igual de rápido que NamJoon. Se sube a la báscula y Jin resopla, decepcionado.
–Has perdido cien gramos en siete días. –Hoseok no dice nada, tampoco ha mirado en ningún momento el número sobre la báscula. Tras que Jin espera una respuesta de Hoseok, ambos se miran unos instantes y cuando Jin cede, Hoseok vuelve a vestirse–. JungKook.
Jungkook, que ha estado atento a todo, se adentra entre la cortina y se desviste con agilidad. Cuando se sube a la báscula oímos un resoplido, pero por la forma en la que Jeon inclina su cabeza hacia atrás entendemos que ha sido él, insatisfecho con lo que le refleja la pantalla. Jin no dice nada esta vez y le pide que se vista. Lo hace con lentitud y cuando aparece tras el biombo, su expresión es levemente derrotada–. Jimin.
Miramos rápidamente el rostro de Jimin que levanta los ojos asustado, como si estuviera en el corredor de la muerte y acabasen de condenarle. Sus manos van al borde de sus sudadera pero no con intención alguna de desvestirse, sino todo lo contrario, de impedir que el aparten la ropa sobre su cuerpo. Sus pies han quedado paralizados unos segundos y ni siquiera la manos de Hoseok empujando su hombros consigue moverle. Solo Jin con su réplica–. Jimin, es tu turno, ven aquí. –Ahora su voz es más fuerte pero no por eso la expresión de Jimin se relaja. Camina con pasos torpes y con ojos temblorosos hasta el borde del biombo y se queda unos segundos mirando la báscula desde lejos, con un miedo atroz, con pánico. Con respeto y sumisión.
Cuando ha entrado tras el biombo comienza a quitarse los zapatos, y después los pantalones, pero no es hasta que no se quita la parte superior que no comienza a temblar. Poner un pie sobre el frío metal de la báscula le hace sentir escalofríos y cuando esta comienza a marcar un peso, rompe a llorar sin remedio. Jin hace caso omiso al principio pero como ve que no es algo momentáneo ni tampoco una llamada de atención, comienza a preocuparse. Jimin ha abrazado su cintura con los brazos y sus hombros ceden a las convulsiones. El llanto se torna agónico miedo. Grita acuclillado en la báscula, aun con sus manos protegiéndose el cuerpo, no del aire, de las miradas de otros, aunque sea solo Jin el que puede verle.
–Jimin, Jimin, cálmate, no puedes hacerme esto todas las semanas…
Los ojos de los espectadores del exterior miran todos al biombo con ojos preocupados y con una expresión de amarga curiosidad. Las manos de Jeon tiemblan con el llanto de Jimin por toda la sala. Los brazos de Jin abrazan a Jimin, pero esto le hace sentí más incómodo y solo consigue que el llanto se intensifique.
Pasados cinco minutos el llanto se ha degradado a un simple lagrimeo sin control. De vez en cuando tira de su nariz y otras suspira dolorido y cansado. Se viste de nuevo con rapidez y agilidad y sale del biombo para ocultarse con el resto de la gente en el cuarto.
–Taehyung. –Taehyung, como si nada, se oculta tras el biombo, se pesa, y sale tan fácil como si no hubiera tenido que enfrentarse a la mirada recriminatoria de Jin–. Yoongi. –Esta reacción es un poco más lenta, como si le costase escuchar. Como si no quisiese escuchar. Se despereza despacio alzando los ojos a las cortinas y suspira amargamente. Con un paso lento se encamina tras el biombo y se quita los zapatos uno a uno, despacio. Saboreando el momento. Nosotros tan solo vemos el contorno de su sombra pero podemos ver como muy lentamente se desprende de su ropa. Los pantalones vienen después, Jin tan solo está absorto en el cuadernillo en su mano. Yoongi mira a su espalda y se desprende de la camiseta de manga larga en su torso. Se oye la voz de Jin–. Toda la ropa, YoonGi. No eres nuevo…
Yoongi obedece con un suspiro y se quita la camiseta interior que le deja al descubierto. Ahora sí es testigo de la mirada de dos ojos oscuros, profundos. Dos ojos que se abren y se horrorizan. Tan solo sale un suspiro de los labios de Jin–. Oh… Yoongie…
Este, como si estuviera absorto, se sube a la báscula y espera a que Jin la mire y tome nota, pero vemos como su rostro está girado al cuerpo de YoonGi con una expresión paralizada. No mueve un solo músculo hasta que YoonGi le pide que tome nota ya. Lo hace subordinado a las exigencias del paciente y este se baja para vestirse cuanto antes. Con un gemido se pone la ropa y con otro sale de detrás del biombo colocándose con el resto. La expresión descompuesta de Jin reaparece a escena y se queda unos segundos mirando la libreta con una cortada expresión. Ha palidecido. Cuando se planta frente al resto y se aclara la voz.
–Namjoon, has adelgazado cincuenta gramos esta semana. –Namjoon niega con el rostro.
–Estoy bien con mi peso… –Jin suspira y niega con el rostro mientras sigue hablando.
–Hoseok, cien gramos. ¿Qué te ha pasado este mes? Estás adelgazando cien gramos por semana… –Hoseok se encoge de hombros–. Jungkook, tu peso es el mismo. –Este se decepciona y baja su rostro–. Jimin, has adelgazado ciento veinte gramos. –Jimin sigue llorando, cubriendo su rostro con sus pequeñas manos–. Taehyung, cuatrocientos. Has vomitado casi todos los días. Lo extraño es que no hayas perdido más. –Jin niega decepcionado–. Yoongi… ciento ochenta. ¿A qué este bajón? ¿Hum?
Yoongi hace oídos sordos y se cruza de brazos. Como las palabras no parecen funcionar Jin cierra el cuadernillo y se esconde de nuevo tras el biombo para dejarlo sobre una mesa allí detrás. Cuando sale, se sienta en una silla y deja al resto de pie un metro delante de él. Cruza sus piernas y tras dejar las manos sobre su regazo, los mira a todos alternativamente y suspirando fuerte.
–Ayer estuve hablando con Jeon. –Dice en alto para todos. Casi todos le miran. Jimin aún sigue llorando, YoonGi aun sigue con la mirada perdida en el suelo, en sus pies. Las terapias en grupo no sirven. Los que me queréis escuchar no me entendéis y el resto ni me presta atención. Estáis absortos en vuestra concepción de vosotros mismos y estoy cansado de repetios la realidad, que no sois capaces de ver. Deciros que vuestra alimentación no es la correcta no ayuda. Deciros que vuestro físico está sufriendo, no mejorando, no parece que lo entendáis. Bien, pues he pensado en otra solución. Diles, Jeon. ¿Qué es lo que me dijiste ayer antes de irte a dormir? –Jeon le mira un poco extrañado y después asiente, haciendo memoria.
–Que YoonGi sería capaz de ganarme en una pelea y de inmovilizarme. –Yoongi alza la mirada extrañado. Jimin ha dejado de llorar, mirando a ambos alternativamente. El resto mira a Jin, confuso.
–Muy bien, si piensas eso es porque tienes una concepción distorsionada de tu cuerpo. Te ves débil y frágil, pero no es cierto. –Jeon niega con el rostro.
–No es cierto… tengo que ser fuerte…
–Muy bien, comprobemos tu teoría. Vamos, venga. –Los señala a ambos dos y les pide que se reten–. Poneos aquí en medio. El resto, apartaos, vamos. Venga. –Yoongi no se mueve del sitio y el resto se aparta, Jimin y Hoseok a un lado y NamJoon y TaeHyung a otro. Jimin aún tiene las mejillas ardiendo y las manos temblorosas. Jungkook sonríe juguetón y comienza a limpiarse las manos en los vaqueros retirando el sudor de ellas–. Vamos YoonGi, tírale al suelo e inmovilízale. Jungkook, no hagas nada. Déjale solo.
Jungkook mantiene su sonrisa, YoonGi ha perdido todo rastro de expresividad y frunce su ceño y sus labios, confuso. Ambos se miran y JungKook se cruza de brazos mientras YoonGi ni siquiera se remanga. Primero apoya sus manos en los hombros de Jeon e intenta desequilibrarlo pero las fuerzas le ceden y opta por empujarle, solo consiguiendo hacerse daño a sí mismo. Los pies de Jeon no se han movido, su sonrisa tampoco.
–¿Ves? No puede hacer nada. –Jeon no se siente convencido, y aún así, se encoje de hombros desinteresado. Yoongi se detiene con el ceño fruncido, apoyándose en sus rodillas, rendido–. Tu turno, Jeon. Inmovilízale. –Yoongi rompe en una expresión de miedo cuando JungKook arremete contra él y con una sola mano consigue coger su brazo, pasarlo a su espalda y tirarle al suelo. Yoongi gime, agónico por un dolor real que quiebra su cuerpo. No tiene fuerzas para contrarrestarlo, para defenderse o moverse. Se queda inmóvil soportando el dolor.
–Yoongi… vamos… haz algo, no le des la razón a este… –Se queja Jeon como si de verdad creyese que YoonGi no hace nada por no quedar mal delante de Jin, pero tras que Jeon le zarandee unos segundos, comprende, que no tiene fuerzas casi ni para respirar, por lo que le suelta. Ambos se levantan y quedan de pie el uno frente al otro. YoonGi se abraza el cuerpo y los brazos, dolorido, Jeon no ha perdido aún la sonrisa.
Jin, acercándose de nuevo a la mesa tras el biombo rescata una cinta métrica de color azul claro. Con ella de la mano se dirige a Jeon y le arremanga con delicadeza. Le estira el brazo y le rodea el bíceps con la cinta métrica.
–Cuarenta y cinco centímetros. –Jeon se siente frustrado y fuerza el músculo para que dé más pero Jin retira la cinta métrica y coge la muñeca de YoonGi recibiendo una negativa por su parte zafándose de su agarre. Jin no desiste y vuelve a cogerle la muñeca por la fuerza–. Veamos si YoonGi es más fuerte. –En contra de la voluntad de YoonGi y mientras este se revuelve, le levanta la manga de la sudadera y deja al aire todas y cada una de las marcas de todo su brazo. A medida que asciende por la muñeca se van intensificando los cortes, su profundidad y su presencia. La mayoría son viejos, algunos son tan nuevos que aún impresionan. Otros, directamente están sangrando por la violencia que se acaba de ejercer sobre su brazo. Ha abierto las heridas de nuevo. Jeon retrocede un paso y el silencio se hace en toda la sala. Jin pasa la cinta métrica por el brazo de YoonGi y habla en alto–. Veintidós.
Jeon ya no escucha la cifra, solo ve en el brazo de YoonGi el contraste entre la sangre que comienza a brotar de uno de los cortes con la palidez de su piel que aún está libre de maltrato. Ha dejado de ver en él la fuerza muscular, para ver la debilidad de sus cortes.
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