SÍNDROME DE ESTOCOLMO (JiKook) - Capítulo 34
CAPÍTULO 34
Jungkook POV:
Martes.
Despierto al día siguiente cuando el efecto de la
droga ha disminuido y el dolor que recorre mis venas es horrible. Me giro en la
cama como unas veinte veces pero mi brazo me molesta en todas las posturas en
que quiero descansar. Al fin abro los ojos y veo a Jimin tumbado en el suelo
con una almohada bajo su cabeza y una pequeña manta que cubre su cuerpo.
Es demasiado tentador como para resistirme y me
incorporo a duras penas, apretando mi mandíbula por los pinchazos de dolor, y
retiro las sábanas de mi cuerpo tan solo cubierto por la ropa interior. Me
levanto y camino hasta él sutilmente para que mis pasos no le despierten y
retiro un poco su manta para colarme furtivamente.
Al principio apenas me siente, dormido como está por
el agotamiento de ayer, pero cuando empiezo a besar su nariz, sus mejillas,
despierta con una sonrisa en su precioso rostro.
—Buenos días… —le saludo y él para corresponderme
abraza mi cuerpo y le ayuda a entrar en calor.
—Ve a la cama, aquí estarás incómodo.
—Ven conmigo.
—No, no quiero hacerte daño en el brazo y la cama no
es muy grande…
—Jimin… —Abre un poco sus preciosos ojitos y me
vislumbra entre sus párpados. Espera que continúe lo que voy a decir pero en realidad
no hay nada. Beso sus labios tímidamente al principio, luego más rápido y
profundo. Obviamente se deja, sin rechistar en absoluto.
—¿Qué tal has dormido Kookie?
—Bien pero ahora me duele el brazo. Necesito drogas
hyung… —Río por lo que acabo de decir pero él se asusta.
—No hagas eso… te pareces a V… —Frunce su ceño.
—Me duele hyung… —Hago un puchero adorable.
—¿Con un beso se pasa? –Me pregunta esperando que
asienta pero no me gusta seguir sus deseos.
—No. –Pienso—. A lo mejor uno de V… —Mi rostro se
vuelve inocente y puro, haciendo que parezca de verdad mi sentimiento por
querer besar a Tae pero lo que no me espero es la mano de Jimin alcanzar
fácilmente mi nuca y estampar sus labios con los míos.
Me besa caliente y frenético y borro inmediatamente la
imagen de V de mi mente. Solo pienso en su lengua violando tan deliciosamente
mi boca. Cuando mis colores se han subido y ya no quiero parar, él se detiene
formando un pequeño hilo de saliva entre nuestras lenguas. Solo
momentáneamente.
—Vuelve a decir eso y te violo otra vez. –Me amenaza
cuando ya no nos besamos.
—Bueno pues… A lo mejor… —Quiero reiterarlo pero me
detiene.
—¡Cállate Jungkook! –Ambos reímos descontrolados—.
Vuelve a la cama. –Se incorpora—. Te traeré el desayuno.
—¿No puedo bajar contigo?
—No Kookie. No debes moverte demasiado. –Me incorporo
a su lado y nos ponemos de pie—. Ni siquiera deberías haber bajado de la cama.
—Vale… —Digo resignado y regreso a sentarme en la
cama. Suspiro una vez que lo hago descansando mis músculos.
Le veo salir y sonrío como un idiota cuando me lanza
un beso antes de cerrar la puerta. Sigo haciéndolo aun cuando ya no me ve.
Espero que me traiga calmantes porque siento mi cuerpo dolorido y mi brazo
apenas puedo moverlo.
Veo una sudadera negra a los pies de la cama y la
alcanzo para ponérmela y cuando estoy en el proceso, pasados unos minutos de
que Jimin se fuera oigo el ruido de una taza romperse abajo en la cocina. Sin pensarlo
demasiado me levanto y salgo del cuarto.
Estoy bajando las escaleras cuando unos gritos
provenientes de la cocina me hacen para en seco antes de pisar el último
escalón. Permanezco escondido allí atento a todas las palabras. Hablan Namjoon
y Jimin pero sé que todos están presentes.
—No te haces una idea del lío que nos has metido.
—¿YO? –Grita Jimin con voz grave y autoritaria. No sé
desde cuando le ha perdido miedo a Namjoon.
—¡Sí! Debiste dejarlo que se muriera allí en el banco.
Ahora tendremos que ser nosotros los que nos deshagamos de él. –Mi corazón da
un vuelco.
—Debes estar loco si piensas que voy a dejar que le
pongas una mano encima.
—No nos queda otra, Jimin, hay testigos que han podido
verle el rostro y tú gritaste su nombre. Eres idiota.
—¡Hijo de puta! –Oigo cómo llegan a las manos pero
solo un momento porque los separan rápido. La discusión vuelve.
—Yo solo te cuento la situación. Si tienes otra
alternativa…
—¡Mataros a todos! –De nuevo oigo golpes pero creo que
es Jimin desfogándose con el mobiliario a su alrededor.
—Si prefieres hacerlo tú… —Su voz es provocativa,
cansado de su estúpida rabieta.
—¡Pasaréis por encima de mi cadáver!
—No me lo repitas dos veces Jimin. No me gustan los
daños colaterales pero si te empeñas en ser uno no me lo pensaré.
—En ese caso mátame. ¡HAZLO! –No oigo nada por lo que
la situación se ha detenido esperando una respuesta de Namjoon que nunca llega.
—Namjoon… —Habla Suga—. ¿No hay otra solución?
—No lo veáis como una solución es algo que hay que
hacer sí o sí. Nos tenemos que deshacer de él.
—Si lo dejamos libre va a volver a casa, —habla Jin—,
va a ser detenido por la policía y nos cogerán a todos.
—No puedes estar de acuerdo, Jin. –Le espeta Jimin
decepcionado.
—Lo siento Jimin…
—¡NO! ¡No podéis!
—¿Se puede saber por qué te importa tanto? –Pregunta
Hope.
—¡Lo amo! ¡Es mi mejor amigo desde los diez años! –Al
fin lo dice y hay un silencio horrible. Todo mi cuerpo tiembla porque puedo
sentir la tensión acumulada en la cocina.
—¿Cómo? –Oigo a V.
—¿Qué? ¿Ese es el niño rico que tanto te gustaba?
–Pregunta Hope.
—Esto no cambia las cosas, Jimin. Yo no voy a acabar
en la cárcel por nadie.
—¡No pienso permitirlo! –Oigo el ruido de vajilla ser
manipulada y sin darme cuenta Jimin aparece por la puerta de la cocina
enfurecido y a pasos agigantados. Se obliga a parar cuando encuentra mi cuerpo
interponiéndose en medio de las escaleras.
Queda en shock por darse cuenta de que he escuchado
suficiente, el gesto en mi rostro es de lo más pálido, mostrando tanto la
sorpresa como el miedo que hay en mí. Lleva una bandeja en sus manos con mi
delicioso desayuno pero mi hambre se ha cortado. Tampoco siento el dolor en mi
brazo ni el frío en mis piernas desnudas.
Tengo verdadero miedo.
Comentarios
Publicar un comentario