SÍNDROME DE ESTOCOLMO (JiKook) - Capítulo 15
CAPÍTULO 15
Jungkook POV:
Miércoles.
Despierto poco a poco de un sueño profundo y
tranquilo. Me desperezo sintiendo que puedo abarcar toda la cama con mis brazos
y efectivamente así es porque Hyung ha desaparecido de mi lado. Miro aun con un
ojo cerrado por todo el cuarto buscándole pero no está. No le doy mayor
importancia.
Me levanto de la cama lentamente y estiro todo
mi cuerpo haciendo que cruja. Bostezo y voy al baño para hacer mi higiene. El
aire se nota cargado porque las ventanas están cerradas. Orino y me lavo la
cara, no puedo hacer mucho más porque no tengo mi cepillo de dientes ni nada
por el estilo.
En un acto un poco idiota voy hacia la puerta
para comprobar que está cerrada pero el mango en mi mano gira y esta cede ante
mi fuerza. La abro despacio comprobando que no hay nadie al otro lado y salgo
un poco confundido. Tengo miedo de que se le haya olvidado cerrar con llave y
si me ven fuera puedan entender que me estoy escapando y también que me vean
nervioso y de nuevo piensen lo mismo. Intento caminar lo más confiado posible
pero es difícil.
Bajo las escaleras y de una de las puertas con
las que me encuentro de camino salen
voces algo extrañas. Enumeran algo. No me queda más remedio que pasar por
delante y veo a Namjoon y a Princesa contando el dinero que hay en una gran
bolsa de viaje. Mi bolsa de viaje, mi dinero.
Ellos me ven y ambos dejan lo que están
haciendo para mantenerse estáticos intimidándome con su mirada. No les es
extraño que esté a mi libre albedrío sin embargo entienden que no puedo estar
viendo esta escena por lo que Namjoon se levanta de donde está sentado y cierra
la puerta dejándome ahí parado frente a la nada. En mi mente aun permanece la
imagen de todo el dinero que Dooly me ha
robado.
Suspiro apesadumbrado y sigo bajando escaleras
hasta llegar a la cocina donde un olor delicioso me espera.
—Buenos días. –Digo aun algo adormilado y sin
embargo, de las tres personas que aquí hay, tan solo Dooly me contesta dejando
todo lo que está haciendo para mostrarme su hermosa sonrisa ya a primera hora
del día.
—Buenos días Jungkook. Siéntate donde quieras,
estoy terminando los desayunos. –Asiento y miro la mesa con Suga sentado
enfrente de mí y Hope a su lado, en un lateral. Me siento cara a cara con Suga
teniendo a Hope a mi lado.
Los observo a ambos cada uno en su mundo interior
tan fascinante que ahora siento el privilegio de conocer. Suga está con su
móvil, de nuevo, pero puedo ver, estando este no en sus manos sino tumbado en
la mesa que juega al póker en una aplicación de su móvil. Hope a su lado, tal
como la última vez, juega peligrosamente con su navaja y algo en sus manos.
—¿Kook? –Me llama hyung mientras está atareado
haciendo algo de comer—. ¿Te gustan las tostadas y el chocolate caliente? –Me
interrumpen antes de poder contestarle.
—No es un invitado, ¿por qué diablos le pides
opinión? –Habla Hope pero Dooly en silencio aun me mira esperando una respuesta
y yo asiento enmarcando mi gran sonrisa de conejo para él. Entiende que me
encanta.
A los segundos pone una taza de chocolate
caliente para cada uno sin incluirse a él y un plato con tostadas, mantequilla
y mermelada aparte. Yo me lanzo a morder la tostada que sin tener nada por
encima ya es dulce porque la ha tostado con azúcar. Lleno mis carrillos todo lo
que puedo pero los dos hombres a mi lado ni siquiera se percatan hasta que no
me ven a mí devorar, literalmente, la comida en mi plato.
Suga deja a un lado el móvil pero no por mucho
tiempo y Hope suelta la navaja y aquello que tan entretenido lo tenía, el
corcho de la noche anterior pero no habría sabido lo que es porque no es el
corcho de una botella lo que veo sino una maqueta de la torre Eiffel a muy
pequeña escala. Mi masticación se vuelve lenta y no puedo creer lo que ven mis
ojos.
—¿Eso lo has hecho tú? –Se nota claramente que
aún le queda mucho por retocar pero sin duda es algo magnífico y único. Hope
levanta sus ojos del plato y me mira asintiendo sin darle importancia. Ha
dejado la pequeña figurita delante de mí y a mi alcance pero siento que debo
pedirle permiso—. ¿Puedo? –Acerco mi mano a ella y asiente otra vez
desinteresado.
—Es un genio, ¿verdad? –Dice Hyung desde la
encimera, de brazos cruzados y con una taza de café en la mano.
—Es impresionante. –Acerco esta a mí para verla
mejor y me fascina la cantidad de detalles que ha conseguido hacer sin que el
corcho se estropee o cuartee—. Hope. —deja de comer para mirarme más
detenidamente—. Tienes muchísimo talento. Yo no habría sido capaz más que de
cortar mis propios dedos. –Le sonrío dejándole de nuevo la figura a su lado.
—Gracias. –Y él también sonríe. Tal vez algo
avergonzado pero sin duda divertido por mis palabras.
Sigo comiendo y veo como Dooly termina su vaso
de café y comienza a lavar todo lo que ve a su alrededor. Pruebo el chocolate
caliente a mi lado y todo mi cuerpo agradece el sabor. Respiro su aroma
extasiado.
—Me he cansado. No quiero más. –Susurra Suga
delante de mí apartando su propio plato de él—. Quítame esto de aquí ya. –Dooly
le mira negando con la cabeza para sí mismo y yo le veo como saborea el dulce
de las tostadas en su boca como si le repugnase. A hyung se le olvidó decirme
que aún hoy tiene problemas alimenticios.
—Apenas has comido nada hyung… —Dooly le
intenta reprender pero Suga no le hace caso volviendo a su móvil. Veo que su
taza apenas ha sido tocada y de las tres tostadas solo ha comido una. Hope a
nuestro lado parece acostumbrado.
—¿No te ha gustado? –Pregunto esperando como un
idiota a que me conteste pero no lo hace.
—Todos los días me haces lo mismo. –Dice hyung
enfadado pero ya acostumbrado. Se acerca a él para retirar su plato pero yo le
detengo con un gesto de mi mano.
—Suga, mírame. –No le queda otro remedio que
levantar la vista de la pantalla de su móvil—. Si no tienes más hambre no pasa
nada, pero al menos haz un pequeño esfuerzo.
—¿Tú que tienes que decirme a mí? No me digas
lo que debo hacer. –Golpea su plato haciendo temblar todas las tazas en la
mesa. Dooly a su lado está algo confundido y receloso de mi reacción. Reza para
que no se me escape que sé de su problema con la comida.
—Olvídalo Jungkook. –Dice hyung volviendo a
intentar retirarle el desayuno pero yo le quito el plato de su mano y lo
retorno a la mesa frente a él. Una sonrisa sádica en mi rostro asusta a todos.
—¿Te gusta el póker, Suga? –Me mira sin
comprender—. Si te comes todo lo del plato jugamos todo el tiempo que quieras.
—¿Me estás chantajeando como si fuera un niño?
—Tú te lo pierdes. –Dooly y Hope se mantienen
atentos como dos buenos espectadores. La expresión de Suga cambia
completamente.
—¿Qué te hace pensar que eres rival para mí?
—Tengo mis motivos. Y si no comes, no lo
sabrás. –Me mira con un principio de sonrisa en su boca y acerca lentamente el
plato a él para al fin desayunar. Hope mira a Suga pasmado igual que Dooly me
mira a mí pero sumando un asentimiento de su rostro, reconociéndome el mérito
que me corresponde.
Los minutos pasan y veo gustoso como Suga come
todo lo que hay en su plato y cuando estamos todos casi terminando alguien
entra en la cocina con paso firme e intimidante. La puerta está a mi espalda y
no sé quien llega hasta que no lo veo a mi lado mirando por encima de mi hombro
divisando el panorama. Nadie le mira excepto yo que cometo ese error.
Sus grandes ojos rojos, inyectados en sangre me
asustan y regreso a terminar mi taza de chocolate. Él se dirige a hyung y este
le ofrece un plato con su desayuno, el mismo que el que hemos tenido nosotros.
V se queda por un momento mirando el plato en las manos del otro, esperando que
lo coja pero no reacciona.
—Tu desayuno. –Sonríe e insiste en que se
siente a la mesa con nosotros. V alcanza el plato blanco con tres tostadas
sobre él y lo mira repugnado.
—Vaya puta mierda. ¿Pretendes que me coma eso?
–Su voz es grave y aterradora. Lanza el plato desganado contra la encimera y
este se rompe aunque no haya sido un lanzamiento violento.
El ruido nos asusta a todos pero nadie
reacciona. Ni siquiera Dooly que tiene que soportar sus estupideces de
drogadicto. Hyung está intimidado por su reacción y se mantiene con los brazos
pegados al cuerpo y la mirada al suelo, asustado.
—No aprendes ¿eh? –Se acerca a hyung y lo
abofetea como él me abofeteó a mi ayer. Nadie hace nada, nadie dice nada. Dooly
no reacciona y sin embargo yo no soy mejor que el resto.
—Ya lo sé hyung, lo siento hyung… —Repite
susurrando para que solo él le oiga pero todos le oímos claramente. Le abofetea
esta vez del otro lado. Una, otra, y otra más. Siento toda mi sangre arder.
—Mírame cuando te hablo, hijo de puta. –Su mano
se alza de nuevo pero esta vez mucho más alto para que el golpe sea más fuerte
pero mi mano le detiene en el camino a su cara. Cuando he conseguido su
atención mi cuerpo se interpone entre ambos y le empujo para que se aleje de
nosotros.
—Suficiente.
—No hagas esto Kook. Puedo manejarlo. –Dice
hyung a mi espalda intentando apartarme pero no lo va a conseguir. Me niego.
—Ya veo como lo haces… Enhorabuena. –Le digo
sarcásticamente por su sumiso comportamiento.
—Qué bonito, que enternecedor… —Dice V
cruzándose de brazos.
—No vuelvas a ponerle una mano encima, y menos
cuando se ha molestado en hacerte el desayuno.
—¿Quién eres para decirme lo que debo hacer o
no?
—Eres un desagradecido. Lo único que tienes que
hacer es dar las gracias por su esfuerzo y comer lo que te dé. Si tienes
problemas te haces tú mismo…
—Basta Jungkook—. Me interrumpe hyung a mi
espalda de nuevo.
—¿Y si no quiero…? –V se acerca a mí descruzando
sus brazos y entornando sus ojos para evitar que pueda leerlos con claridad.
Sin embargo su sádica sonrisa me dice todo lo que quiero saber. Trago saliva
algo temeroso.
—Entonces… —titubeo—. Aprenderás por la fuerza.
Pero no vas a ponerle una mano encima. –El brazo de Dooly intenta apartarme.
—Me apuesto lo que quieras a que un niño de
bien como tú jamás se ha metido en una pelea de verdad. No sabrías defenderte,
¿cierto?
—No me importa.
—¡Míralo! –Grita asustándome—. Es tan idiota
que se interpone en esto que no le concierne para defender al hombre que le ha
robado y secuestrado aquí dentro. Pensé que no serías tan estúpido, niño.
–Asimilo sus palabras—. Si lo que intentas es hacer amigos aquí dentro vete
olvidándote porque no eres la mitad de hombre que nosotros y si lo que intentas
es sobrevivir, no estás yendo por el camino adecuado. –Se acerca más a mí.
—Déjalo ya V. –Dice hyung aún algo nervioso.
Avanza hasta coger una manzana que hay en un
pequeño cesto cerca de mí sin apartar su mirada de la mía y cuando la ha
obtenido se larga por donde ha venido. Cuando ha desaparecido al fin puedo
respirar tranquilo y me giro para obtener la reprimenda de hyung. Él me agarra
por el brazo y me zarandea intentando quitar el falso valor de mi mente.
—Sabía que eras idiota, pero no tanto. –Sus
palabras sin duda son de preocupación—. ¿Cómo se te ocurre? Lo tenía bajo
control.
—¿Qué te abofetee sin hacer nada es tenerlo
bajo control? –Me mira enfadado pero aun piensa que responder. Me adelanto—.
¿Cómo puedes quedarte ahí parado sin hacer nada en absoluto?
—No me conviene hacer otra cosa, igual que a ti
no te conviene enfrentarle.
—¿Esperabas que me quedara de brazos cruzados
mientras veo como te pegan?
—¡Sí!
—Entonces es que no me conoces.
—Jungkook… —Le corto.
—No tiene derecho. No me importa lo que me
puedas decir.
—¿Qué habrías hecho si te golpea? Estoy seguro
de que tiene razón y no sabrías defenderte. –Hago un pico con mis labios
sabiendo que no tengo respuesta para eso pero no la necesito porque los dos espectadores
en la mesa sentados se encargan de romper la tensión del momento.
—Qué valor has tenido, muchacho. –Dice Suga
sonriéndome igual que Hope. Ambos nos miran sintiendo la misma adrenalina que
hemos tenido nosotros también. Dooly deja caer su rostro al suelo suspirando
pero puedo ver como en la intimidad que su flequillo le proporciona sonríe
también aliviado de que todo haya pasado.
Ahora que lo pienso fríamente, no entiendo por
qué diablos me he levantado a defenderle. Ni siquiera recuerdo haberlo hecho,
antes de darme cuenta ya estaba interponiéndome entre ambos. ¿Para qué? No lo
sé. No sé qué instinto suicida me ha provocado el valor para hacerlo, pero unos
segundos después hyung alza el rostro para mirarme con su gran sonrisa,
escondiendo sus ojos entre los párpados y es entonces cuando entiendo el por
qué.
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