EMPÉDOCLES (JiKook) - Capítulo 7

CAPÍTULO 7


JungKook POV:

 

Poco a poco y a medida que caminamos nos vamos alejando del bullicio de personas para conducirnos por unos pasillos aún con bastante gente. Tras unos minutos de seguir sintiéndome observado desembocamos de nuevo en una gran sala donde la música nos conduce y el barullo de gente regresa a ser algo ensordecedor.

A la izquierda hay una gran plataforma donde unos músicos, todos ellos vestidos con ropas rojas y negras tocan unos extraños instrumentos de metal que al fijar la vista más detenidamente no son más que trozos de chapa y mierdas similares. Pero algo hay que llama más mi atención y es una mujer, vestida con una falda de trozos de tela roja y una camiseta ajustada negra que se deleita en el asombro de los espectadores mientras hace juegos pirotécnicos. En sus manos hay bolas de fuego que desaparecen y reaparecen mientras baila con ellas. No puedo ver mucho más porque Jimin me conduce lejos del escenario a una gran barra donde tras ella, un camarero sirve a los clientes.

Este sí que me llama la atención por su indumentaria, ya no la extraña ropa, sino que su cabeza rapada está decorada con una cresta de plumas rojas que degradan su color a medida que ascienden. Es grande y se mueve al caminar. Es sin duda algo maravilloso. Jimin suelta mi mano y se dirige corriendo hacia una de las personas en la barra apoyadas, dándonos la espalda. Yo observo con una sonrisa como Jimin llega hasta él y palmea fuertemente su espalda haciendo que el pequeño cuenco que sostenía se le caiga de la mano y se derrame en la barra. Ya puedo oír los gritos del hombre y las súplicas de Jimin.

-¡¿Qué diablos te pasa?!

-Lo siento. –Dice Jimin intentando parecer triste pero no puede aguantar la risa-. No era mi intención…

-¡Maldito topo de mierda…! –Una vez me acerco y me pongo al lado de Jimin los ojos de ese hombre me miran unos segundos algo confuso. Sus ojos son pequeños y oscuros y su pelo, completamente negro. Sus ropas no son nada especiales ya que porta unos pantalones de cuero negros, unas botas y chaqueta de cuero también y una camiseta roja. Lo más impactante son las tachuelas en la chaqueta.

-Mira, -Jimin coge de nuevo mi mano-. Este es Jeon Jungkook, es un humano.

-Ya lo veo, ya… -Dice el hombre.

-Este es Yoongi. –Me dice ahora a mí-. Es uno de los de fuego.

-Hola. –Le digo y con un movimiento de cabeza que recibo de su parte se gira de nuevo a la barra y llama la camarera algo enfadado.

-Otra de nitroglicerina*, por favor. –El camarero asiente y se marcha a buscar un cuenco como el que sostenía antes en sus manos y lo llena de un líquido extraño desde un barril anclado a una de las vigas que caen del techo.

-¿Por qué bebes nitroglicerina? –Le pregunto tremendamente curioso.

-¿No pretenderás que beba agua? –Yoongi y Jimin se destornillan y aunque me hacen sonreír a mí también, no entiendo la gracia. Jimin desaparece a los segundos para acercarse a una pequeña vitrina que contiene alimentos y me deja a solas con Yoongi. No puedo evitar mirarle de arriba abajo a sabiendas de que le incomodo. Ahora puedo ver con mucho más detalle que su pantalón se ciñe a sus piernas y estas parecen ser muy delgadas. Sus ojos están maquillados y las puntas de su pelo son de un color granate que se degrada a rojo brillante. Me había pasado desapercibido-. ¿Qué miras?

-Lo siento, es que esto es muy extraño. –Se encoge de hombros-. De todo lo que he visto hasta ahora tú pareces algo más normal. –De nuevo ese gesto.

-¿Esto es normal para ti? –Dice extendiendo su mano sobre la mesa e incendiándola tan solo con su habilidad. La llama que sale es grande, brillante y hermosa. Potente e intimidante.

-¡Oh dios mío! –Retrocedo asustado con el ruido extraño que se ha producido y choco con el cuerpo de Jimin a mi espalda que acaba de regresar.

-¡No asustes a mi nuevo amigo! –Le riñe pero Yoongi pone los ojos en blanco y coge el cuenco que parece la cáscara vacía de algún fruto seco y se la lleva a los labios para tragan una buena parte del líquido. Jimin trae consigo dos recipientes como el de Yoongi y una hoja verde, extendida y con algo de comida sobre ella.

-¿Qué traes? –Le pregunto curioso.

-Te he pedido una infusión fría. –Me pasa uno de los vasos-. Y he comprado esto. Pruébalo. –Sobre la hoja hay unos trozos de carne al parecer a la plancha ensartados en una ramita. Su olor es delicioso. Sin pensármelo demasiado me llevo la ramita a la boca y ayudándome de los diente saco uno de los pedazos de carne para masticarlo de forma individual. El sabor es muy agradable y se nota la cantidad de especias en ella. La saboreo degustando su sabor mientras Jimin se interpone entre Yoongi y yo y le ofrece a él también, que menos cuidadoso que yo, coge uno de los pedazos con la mano y lo mira frunciendo el ceño.

-Odio la comida de este sitio. No saben dejarla al punto. –De su mano de nuevo las llamas surgen para consumir al trozo carne y cocinarla hasta dejarla negra como un trozo de carbón. Así, sonríe, y se la lleva a la boca para degustarla y paladearla todo lo que puede. Ya veo que no solo la ropa sino los gustos distan mucho unas raíces de otras.

-¿Puedo comer otro trozo? –Le pregunto llevándome las manos a mi tripa y haciendo un adorable puchero que Jimin no pueda resistir. Él asiente y me da el último pedazo sujetando por mí el pincho y dejándome la libertad de arrancarlo con gusto-. ¡Mmmm! Es muy sabroso.

-Claro que sí. –Me dice Yoongi-. La carne de larva es muy jugosa. –Detengo el movimiento de mis dientes masticado la comida. Palidezco al instante.

-¿La-Larva?

-¡Claro! ¿Qué te creías que era?

-¡Oh…! –Digo y llevo mis manos a mis labios para contener el vómito latente en mi interior. Jimin rápido pone una mano sobre mi hombro preocupado y me acerca el vaso con la infusión.

-Bebe, se te irá el sabor. –Asiento mientras llevo mis manos al vaso y doy un gran trago para pasar la comida pero cuando el sabor del se te queda en mi boca es incluso peor. Siento como si hubiera lamido el césped de mi casa. Hago una expresión agria y suspiro decepcionado-. Perdóname, no sabía que no te gustaba…

-No importa…

-Si tienes hambre puedo comprarte otra cosa…

-¡No! Da igual, he perdido el apetito. –Jimin asiente subordinado.

-¿Qué soléis comer los humanos? –Me pregunta Yoongi curioso.

-De todo, la verdad. Cada país tiene su cultura desde luego. Pero en mi casa me alimento a base de pasta y filetes de pollo. –Me encojo de hombros.

-Ya veo. –Asiente mientras suelta su vaso y se quita la chaqueta de cuerpo haciendo que su camiseta interior se mueva y produzca una sensación de pliegues muy elegante. El color intenso y su movimiento atrayente. Es como el fuego, pienso, en un movimiento violento y constante. Peor algo sobre todo llama mi atención. Tras girarse a mí y poner su chaqueta sobre la barra un poco alejada de nosotros puedo ver su espalda completamente desnuda y nada más cubierta que por dos finas tiras de tela que sujetan su camiseta formando una cruz en su dorso. Su espalda se ve pálida y brillante en comparación con la tonalidad de su ropa y su pelo. Debí suponer que su rostro ya era pálido pero me figuré que se había maquillado. No. él es así de pálido y puedo incluso ver las vértebras en su espalda. No resisto a mis instintos.

-¡Mira, mira! ¿Cómo es posible que sea tan blanco?

-¡Shhh! –Me chista Jimin de nuevo mientras tapa mi boca con su mano. Rápido me pongo en estado de alerta y Yoongi nos mira un poco curioso pero no lo suficiente como para involucrarse-. ¡No digas nada! No le gusta que le mencionen eso. ¡Arderemos todos! –Se asusta y suelta mi rostro para sonreírle de una manera completamente estúpida a Yoongi que vuelve a estar presente en la conversación.

La camiseta es de tirantes, lo que hace que sus brazos se queden al descubierto y se haga más evidente la palidez en su piel. No puedo evitar mirarla y acaba dándose por aludido a lo que recibo un fruncimiento de ceño y un suspiro a la copa. Parece acordarse de algo de repente.

-¿Tienes lo mío? –Le pregunta a Jimin y este suspira cansado y recupera de su cintura un bolsito de tela que pone sobre la barra.

-No me gusta que me pidas estas cosas… tener amigos para esto… -De la bolsa saca unas cuantas hojas de marihuana y otras tantas de tabaco. Apenas caben en su mano y se las pasa a Yoongi con una amarga expresión.

-Tú que puedes hacer que crezcan en cualquier parte, ojalá pudiera hacer yo eso… -Se queja Yoongi mientras se guarda todas las hojas menos una de marihuana en el pantalón vaquero y la coloca sobre su palma abierta en la mano. Me mira con una sonrisa amigable a la par que tranquila y sosegada. Parece que el efecto de la droga hiciera efecto en él solo con saber de su propiedad-. Demasiada teoría filosófica, demasiado cuidar el medio ambiente y la naturaleza. Tonterías todo. Este es el verdadero intercambio de la naturaleza. –Me dice señalando la hoja en su mano. La observo detenidamente y compruebo como muy lentamente la seca en su mano hasta hacer que la vida en la hoja desaparezca y la aplasta y la espolvorea en otra hoja marrón en forma de rectángulo. Sus movimientos son muy complicados y delicados pero los realiza con precisión y sin duda alguna, práctica.

-¿Piensas que los humanos seamos despreciables?

-¡Qué va! Solo sois la degeneración de la peor obra que ha creado la naturaleza.

-¿Sarcasmo? –Pregunto.

-¡No! –Dice serio-. Me encantáis tanto como me gusta el resto de la obra de la materia racional que haya creado todo esto. Es decir, nada.

-Vaya. -Me susurra Jimin-. Hoy lo has pillado de buen humor. –Dice sin pizca de sorna o sarcasmo. No quiero imaginármelo en sus días malos. Yoongi mira de una extraña forma a Jimin y se encoge de hombros.

-El amor hace mella en todos. A ti te sale la maría mucho más aromática y a mí me deja en paro. –Dice refunfuñando mientras con la llama misma de sus manos enciende el porro que se acaba de preparar.

-¿En paro? –Pregunto. Yoongi me responde.

-Formo parte de la plantilla encargada en verano de hacer que se incendien los bosques. Pero como está siendo un verano demasiado tibio no tengo función.

-¿No podías haberte dedicado a trabajar dando luz y calor a las plantas y flores? –Le pregunta Jimin-. Es un trabajo mucho más bonito y agradable.

-Eso es un truño. ¿Quieres que te tire la bebida encima? –Le amenaza y Jimin retrocede rodeando su brazo con el mío como si yo fuera a servirle de protección.

-Siento envidia, yo también quiero trabajar con plantas y esas cosas. No cavando túneles y sacando piedras de entre el barro. –Se frustra y yo acaricio de forma inconsciente, casi como un acto reflejo su brazo a mi mando y me mira sonriendo, reconfortado al fin.

-No podemos ser otra cosa, estamos hechos para lo que estamos hechos. Tú eres un minero y yo un quema bosques. –Dice de ellos mismos de manera jocosa-. ¡Ya quisiera trabajar yo en algo mejor!

-¡Puf! Yo amaría poder trabajar en los cultivos. O incluso en el cuidado de los bosques.

-Vaya tontería. –Les digo a los dos-. ¡Ojalá yo tuviera la mitad de los poderes que vosotros tenéis!

-No te hagas la víctima. -Me espeta Yoongi-. ¿Acaso un paralítico sin piernas no desearía tener la mitad de las piernas que tú tienes? Y sin embargo tú estás aquí de pie sin darles importancia. –No digo nada porque ha conseguido cerrarme la boca pero Jimin sale en mi defensa frunciendo su rostro pero antes de que pueda decir nada una voz a lo lejos le interrumpe.

-¡Jimin! ¡Yoongi! ¿Qué hacéis aquí? ¿No pensabais venir a verme?

 

———.———

 

*Nitroglicerina: Sustancia pesada y aceitosa, resultado de la acción del ácido nítrico en la glicerina que, mezclada con un absorbente, forma la dinamita.

 

 


Capítulo 6                                    Capítulo 8

 Índice de capítulos


Comentarios

Entradas populares