Sin recompensa (JiKook) Capítulo 3 - Baño
CAPÍTULO 3 - Baño
Jimin
POV:
Unos maullidos frente a mi cara y algo jugando con mis cabellos me despertó de un estado de somnolencia. Abrí los ojos aturdido y con un dolor palpitante en mi cabeza, y allí estaba Kookie, frente a mí en el sofá.
¡Oh! NO.
Anoche me quedé dormido en el sofá y ya no llego a la universidad. Me froté por un momento los ojos asimilando cuidadosamente la situación. O al menos eso intenté porque mi cuerpo dolorido no me dejaba. Y el gato maullando a mi lado menos.
Lo observé un momento jugando con mis dedos apoyados en el sofá. Saltaba sobre ellos para morderme sin hacerme daño, y yo alimenté su inocencia moviendo los dedos como si tuviesen vida propia. Reí con él. Y me sorprendí a mi mismo como mi mente se despejaba viéndole.
—Buenos días Kookie. —mi mano saltó a él y cayó de espaldas dejándome su panza al descubierto, momento que aproveché para acariciarle allí. Con sus patitas se ayudaba para cazar mi mano. Tan adorable—. ¿Quieres desayunar?
Creo que empecé a acostumbrarme a hablar sin esperar respuesta pero verle jugar tan dulcemente conmigo me quitaba todos los males.
—Voy a ducharme primero, no te muevas.
Me dirigí al baño desnudándome por el camino. No sé cómo pude ser tan idiota de quedarme dormido con ropa mojada. Apenas tuve tiempo anoche de cambiarme y me quedé dormido. Sentía todo mi cuerpo helado pidiendo el agua de una ducha caliente. Y así hice, terminé de desnudarme y metí mi cuerpo dentro de la bañera encendiendo la ducha.
El agua cálida caía en mi cuerpo regenerándome. Quité la venda en mi mano y la dejé en el lavabo. Fue una tarea muy difícil darme el gel y el champú sin usar una de las dos manos para evitar que el jabón entrase en la herida y viese las estrellas.
Una vez terminé salí de la bañera, envolví mi cintura con una toalla, y vendé de nuevo mi mano. Antes de salir del cuarto de baño volví a dejar correr el agua y llené un poco la bañera. Salí de allí y entré en el salón.
—¿Kookie? ¿Dónde estás? — mi intención era la de darle un poco de leche y más tarde darle un baño para quitarle el olor a calle que estaba empezando a invadir mi casa.
Lo encontré en un intento de escalar mis cortinas amarillas.
—¡KOOK! —corrí a él y lo arranqué de allí dando voces—. ¿Qué coño haces? Maldito gato.
Aish... mis preciosas cortinas... y apenas había hecho nada por su pata herida. Estoy temiendo el momento en el que se haya curado y las escale hasta el techo. Dios mío.
Me senté con él en el sofá tras llenar otro vaso con leche como anoche. Le introduje la jeringuilla en su boca y aceptó la leche de buen grado. Ambos nos habíamos acostumbrado ya a aquella sensación y cuando recargaba esta con la leche, él maullaba para pedirme más. Sus pequeñas zarpas se enganchaban a la tela de las vendas en mi mano para aferrarse al instrumento.
Una vez se hubo saciado nos levanté y me dirigí al baño con él en mis brazos. Me senté con el gato en el suelo y quité la venda en su pata. Observé la rápida curación de la herida y antes de volver a vendarle le guié a la pila con agua. Apenas había tocado el agua y ya se revolvía en mis manos queriendo salir de allí y estoy seguro de que si lo soltase allí saldría sin problemas por lo que lo mantuve bien aferrado mojando su cuerpo con el agua tibia que estaba allí.
En un principio la sensación le desagradó hasta el punto de escalar por mis brazos para salir. En uno de sus arrebatos arañó mis brazos saliendo y mi pecho con sus uñas. Apenas fue un rasguño pero escocía como los demonios.
—Ven aquí —grité persiguiéndolo por el baño—. Hijo de puta. ¿Quieres dejarte bañar de una vez?
Al fin conseguí enjabonarle y aclararle y una vez estaba secándole, algo que descubrí le encantaba, pensé que sería mejor no vendarle de nuevo y dejar que su saliva terminase por curarle.
Revolví su cuerpo bajo la toalla que había estado yo antes usando y jugaba con ella como antes jugó con mis manos. Lo saqué de allí e hice algo que no había ahecho desde que lo recogí de la calle. Lo acerqué a mi cara y le besé. Un beso sonoro solo para ver su reacción. Fue muy graciosa, se dejó besar como si tuviera miedo de ser devorado y una vez lo alejé unos centímetros de mí me miró con sus grandes ojos negros.
—Kook... —susurré—. Pórtate bien por favor...
…
Llegó la noche y estaba dando la tercera toma del día a Kookie. Mañana tendría que regresar a clase y compensar que no estuviera hoy, por lo que debía irme a dormir pronto para poder madrugar. Eran las diez cuando Kookie terminó de tomar su leche y de inmediato le llevé a su cajón para que pudiera hacer sus necesidades. Aprende rápido y nada más lo solté allí, orinó.
Una vez terminó lo llevé a su cama que estaba en una esquina del salón y lo acaricié un par de veces antes de levantarme e irme a mi cuarto. Apagué las luces y me metí en la cama.
Respiré hondo y cerré los ojos sintiendo un malestar general en mi cuerpo invadiéndome poco a poco. Creo tenerlo controlado cuando oigo un maullido a los pies de mi cama. Me levanto y lo veo allí intentando escalar las sábanas.
—¿Kookie? Vuelve a tu sitio. —Dije como si pensase que me haría caso.
Me levanté y lo cogí con una mano para devolverlo al salón. Lo acaricié un par de veces esperando a que se quedase dormido y cuando creí que no se levantaría me siguió de nuevo a la cama. Ya no recuerdo cuantas veces hice eso pero llegó un momento en el que mi cerebro explotaría dentro de mi propio cráneo y candé la puerta de mi cuarto tras de mí. Podía oír sus maullidos tras la puerta. Lastimeros lloriqueos que con el paso de los minutos desaparecieron, y por fin, pude dormir.
JiMin ya va cayendo por JungKook 🤗✨💖😭💖
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