POR TI, TODO MENOS MI DIGNIDAD (Yoonmin) - Capítulo 18 - Seguridad
Yoongi POV:
El sonido del timbre me despierta y me veo
obligado a levantarme de la cama no sin antes mirar la hora. Las siete y cuarto
de la tarde del lunes. Me he pasado el fin de semana enfermo y mi situación no
ha mejorado, al contrario, me siento muy débil, y más ahora que acabo de
despertar.
—Voy~—canturreo con la voz ronca una vez me
acerco a la puerta. La abro y la vista frente a mi me sorprende. Pero sonrió.
No puedo evitarlo.
…
Jimin POV:
—Hola Yoongi. ¿Por qué no has ido a clase? —Le
pregunto preocupado en la puerta nada más que me abre.
—Estoy enfermo. Tengo gripe.
—Oh. —rasco mi nuca sonriendo—. Fue mi culpa,
perdona.
—No importa, —él ríe también—. ¿Quieres pasar? —Me
hace un gesto para que entre pero yo niego con la cabeza.
—Solo he venido a darte esto. —Le extiendo una
bolsa con la ropa que me prestó el otro día, lavada y planchada.
—Vaya, no hacía falta que te dieras tanta
prisa. Podrías habérmela dado cuando pudieras. ¿De veras no quieres pasar? —Niego
de nuevo.
—¿Estabas durmiendo?
—Sí, no he dormido bien por la noche...
—Entonces regresa a la cama, yo me voy ya...
…
Yoongi POV:
No sé cuantas veces tengo que insistir para que
no se vaya. No quiero que se vaya. Le echo de menos.
—Antes de que te vayas... —él se detiene con mi
voz. Me mira—, el viernes por la noche, no recuerdo cómo llegué a la cama. A
demás...
—Hice esto. —No me dejó terminar y se limitó a
entrar en mi casa cerrando la puerta detrás de él. Se agachó y me levantó en el
aire sobre sus brazos. Instintivamente me aferro a su cuello evitando caerme,
igual que ha hecho la bolsa de ropa que yo antes sujetaba.
—¿Qué haces idiota? Bájame. —Le exijo pero no
me oye, se limita a caminar conmigo en sus brazos hacia mi cuarto.
Entramos allí y me deja sobre la cama
cubriéndome de nuevo con las mantas. El almohadón está mojado de sudor y la luz
está apagada por lo que el ambiente no es muy agradable para mantener una
conversación pero es lo que quiero.
—Así es como llegaste a la cama. Y tal como
hice el otro día, me voy.
—No, —le sujeto el brazo—. ¿Te fuiste lloviendo
y a las doce de la noche?
—Sí.
—Podías haberte quedado a dormir en el sofá.
—No importa Yoongi. A dios. —Besa mi frente
intentando deshacerse de mí y lo veo salir por la puerta de mi cuarto y más
tarde oigo el sonido de la puerta principal cerrarse de golpe. Desesperado, me
tumbo en la cama y cubro mi rostro con las manos avergonzado. Solo quiero
repetir cuanto antes lo del viernes. Felicidad. Tranquilidad.
…
Es martes por la mañana y me dirijo al colegio
como puedo, con toda la lluvia almacenable en las nubes cayendo sobre mi cabeza
y yo aun con el catarro encima. Acabo de bajar del bus y ya me siento empapado
por el agua.
Entro silenciosamente en clase pero parece que
mi presencia llama la atención más de lo acostumbrado. Me siento en mi pupitre
dejando la mochila a mi lado y me quito la bufanda que cubre mi rostro una vez
estoy en el asiento. Dejo esta sobre la mesa comprobando que no está muy húmeda
y me deshago también de mi abrigo siendo testigo de los cotilleos a mi
alrededor.
—Yoongi, —canturrea una chica frente a mí—,
¿por qué no viniste ayer?
La miré por debajo de mi flequillo y la vi
preguntándome tan tiernamente que me confundió el hecho de que haya sido una
persona que no me haya dirigido la palabra en años. Y ahora, de repente,
pregunte por mi salud. Por lo que le respondo receloso.
—Estuve con gripe.
—Oh, ¿ahora te encuentras mejor? —Las risas de
mis compañeros se han detenido hace rato y tan solo nos miran.
—Sí. Gracias.
—Si necesitas cualquier cosa, solo pídemela.
—Gracias. —Repito de nuevo temiendo que todo
esté siendo una broma absurda.
—Toma mi número. —Ella sigue tímida pero no
puedo evitar sonrojarme por lo que está sucediendo. Miro a Jimin a mi izquierda
y veo que está tan sorprendido como yo. Miro a mi derecha y veo a un chico con
la cara marcada y golpeada. Mi corazón da un vuelco cuando él me mira, cuando
sabe que le miro y gira su cabeza asustado de nuevo a sus libros.
—¿Qué le ha pasado? —Pregunto recogiendo el
número de las manos de la muchacha y señalando al chico a mi lado. El ambiente
se vuelve tenso al instante. Todos me observan.
—Oh, nada. No importa. ¿Me llamarás?
La miro y todo un escalofrió recorre mi cuerpo.
Ella no me ha prestado atención en todo el tiempo que llevo aquí y ahora se
presenta con esto. Nada me huele bien y como no tengo nada que perder, monto un
poco el espectáculo esperando a ver qué sucede aquí.
—Ni lo sueñes. —Rompo el trozo papel delante de
su cara y su rostro se descompone en perplejidad. Todos los ojos de la clase
están sobre mí. Y de no ser así, no importa. Yo alzo la voz para que puedan
oírme bien—. ¿Qué ayuda me podrías dar tú si solo eres una niñata más entre
todas estas? Lárgate de mi vista antes de que me obligues a apartarte yo.
Ella se ofende y está a punto de golpearme pero
se detiene mirando a Jimin sentado al lado de la ventana. Estúpida niña, ha
hecho exactamente lo que yo esperaba de ella. Me ha delatado al culpable de la
situación.
…
Jimin POV:
—Park Jimin, —entra un profesor en nuestra
clase anunciando mi nombre. No sería necesario que siguiera porque ya sé que va
a decir—, vaya al despacho del directo.
Sin más remedio me levanto rápidamente y salgo
de clase seguido por la mirada de mis compañeros. Algunos susurran cosas
inconexas, pero no importa, porque yo ya sé que dicen.
—Pase. —Dice el director una vez golpeo la
puerta de su despacho. Entro e inclino mi cuerpo mostrando respeto. Él hace lo
propio con su cabeza y me invita a sentarme frente a él. Una vez estoy en el
asiento, respiro profundamente y escucho atentamente sus palabras.— Park Jimin,
no es la primera vez que vienes aquí por una agresión. Entiendo que entre los
amigos debáis defenderos pero no puedes agredir a tus compañeros de clase día
sí y día también. Jeon Jungkook y Kim Taehyung sabrán defenderse...
Lo siento, pero no puedo respetar su turno de
palabra y me veo obligado a interrumpir.
—Fue por Min Yoongi.
—¿Cómo? —Pregunta aturdido.
—Dijeron algo de él que no me gustó escuchar y
tan solo defendí a un compañero de clase.
—¿Qué dijeron de él? —Sacó un papel y espera
unos segundos a que yo hablase. Hago memoria.
—Ayer faltó todo el día por un resfriado que
cogió el viernes y él dijo algo así como que el día se veía más hermoso sin él
en clase.
—¿Y crees que es motivo suficiente para
golpearle tan duro como hiciste? —Él director me mira fijamente, y yo tengo la
sangre fría para igualarle.
—Desde luego.
—No creo que tu comportamiento sea algo digno
de admirar, por lo que debo reprenderte. Durante todo el resto de esta semana y
hoy incluido deberás quedarte una hora más castigado en la biblioteca. Tus
padres serán informados para que sepan de tu tardanza. Por favor, regresa a
clase. —A penas me he acercado a la puerta cuando su voz me detiene—. Espera un
momento. Has dicho que no pudo venir porque el viernes se resfrió. Por lo que
tengo entendido no es un chico con muchos amigos, y menos de alguien como tú,
¿podrías explicarme cómo es posible que tengas esa información?
—¿Alguien como yo? —Ignoro completamente su
pregunta.
—Alguien que como puedes ver se mete en peleas
cada dos por tres. Que tiene un grupo de amigos para no tener miedo. Siempre
con chicas y con unos padres que le dan todos los caprichos que el niño de bien
desea.
—¿Está insinuando que Min Yoongi es mejor que
yo?
—Desde luego.
…
Una vez me he largado de allí me sorprende Suga
apoyado en la pared frente a la puerta. Nada más me ve sus ojos se abren
desechando el aburrimiento. Voy a preguntarle algo pero él se limita a agarrar
fuertemente mi brazo y guiarme a unos baños. Los más cercanos que encuentra.
—¿Te han llamado también para ver al director? —Pregunto
mientras me empuja dentro.
—No. He pedido permiso para salir. ¿Se puede
saber qué ocurre?
—¿Dónde? —Sonrío seductor. Me encanta que nos
haya encerrado aquí.
—¿Cómo dónde? En clase maldita sea. ¿Has
golpeado tú a ese chico? ¿Por qué?
—Sí, he sido yo. Se lo tiene merecido el hijo
de puta. —Me siento encender de nuevo.
—¿Qué hizo?
—El muy gilipollas dijo que estábamos mejor sin
ti.
—¿Y?
—No voy a permitir que nadie se atreva a decir
nada malo de ti, y menos a ponerte una mano encima.
—¿Le golpeaste solo porque dijo eso sobre mí? —Su
voz se calma perpleja. Asiento—. Eso mismo llevas tú haciendo durante años. Y
más cosas. ¿Y qué?
Me callo de golpe sintiendo de nuevo mi corazón
dar un vuelco por sus palabras. Nos miramos en silencio y no entiendo cómo
puede echarme en cara siempre estas cosas. ¿No entiende que me siento morir
cada vez que revivo todos los golpes que le he dado?
—Escúchame. —Le exijo—. Me han castigado una
hora más todos los días. Iré a verte cuando salga, ¿de acuerdo?
—No. —contesta rápidamente asumiendo lo que le
he dicho.
—No importa. Iré igual.
Comentarios
Publicar un comentario