POR TI, TODO MENOS MI DIGNIDAD (Yoonmin) - Capítulo 17 - Descontrol

Capítulo 17 - Descontrol

Yoongi POV:

 

Despierto sudando y aturdido. Me revuelvo bajo las sábanas intentando liberarme de estas pero parece que están pegadas a mi cuerpo. Una vez he conseguido levantarme siento mi cuerpo débil y caliente, pero tengo frío, por lo que regreso a coger mi manta y cubrirme con ella los hombros.

Analizo lentamente mi situación de camino a la cocina. Los ojos se ven cansados, mis oídos pitan y mi garganta duele como los demonios. Estornudo. Estoy claramente resfriado.

Una vez salgo al salón no veo a nadie de por medio y me pregunto dónde está Jimin. Creí que se habría quedado dormido en el sofá, pero ese me parece que fui yo. No recuerdo haber llegado a la cama, ni haberme despedido de él. Siento el impulso de comprobar que nada de valor falta, pero lo único que ha desaparecido son su uniforme y la ropa que lo le presté.

Lo pienso varias veces, todas las que me permite mi situación y puedo llegar a la conclusión de que durmió en el sofá y se fue pronto pero no hay indicios de ello, por lo que debe estar completamente loco para haberse marchado en plena noche, diluviando y con apenas ropa.

Froto mis ojos y me dirijo a la cocina abriendo el microondas y encontrándome allí algo de cena de la que sobró ayer. Normalmente apenas desayuno, pero hoy me siento con ganas de comer a pesar de que mi garganta duele demasiado. No importa. El sabor de la hamburguesa recalentada me recuerda a su mirada. A la forma en la que su sonrisa me hacía sonreír a mí también. Me he dado cuenta de que uno de sus dientes está un poco torcido. No me había fijado hasta hora y sin embargo se ha convertido en una de las cosas que más me gusta de él. Algo que aprecio y quiero mirar constantemente para repetirme a mí mismo que es humano y con defectos.

Muchos defectos inalcanzables a mi vista.

 

 

Jimin POV:

 

El maestro entra y todos nos sentamos en nuestros correspondientes sitios ya con el material sobre la mesa. Yo dejo las risas con Jungkook y Tae para más tarde e intento centrar, poco a poco, mi mente en las matemáticas que están comenzando. No sin antes oír la voz del maestro pasar lista.

—¿Min Yoongi? —pregunta pero ninguna voz le contesta y es entonces cuando me percato de su asiento vacío. Es lunes y han pasado dos días desde que lo vi por última vez. Pienso en mil cosas que le hayan podido suceder para no estar aquí. Ninguna me convence

—Chisss.. —Me chista Tae desde el asiento delantero—. Por lo que veo ya cobraste tu deuda ¿no?

Tengo que pensar por unos segundos antes de darme cuenta a qué se refiere y todo un escalofrío recorre mi espina dorsal temiendo que le haya pasado algo malo. Simplemente me limito a seguir la clase y no le contesto. No importa.

Ha pasado una hora y la clase termina con todos los alumnos desfogándose con la salida del profesor del aula. Todos se levantan de sus asientos, se giran para ver a su compañero de atrás o se limitan a poner la mochila sobre la mesa y pegarse una cabezadita antes de la próxima clase. Yo soy de los que prefieren esperar a que el de delante se gire para hablar con migo.

—Ya era hora de que le dieras su merecido... —dice Tae alardeando de un poder que en realidad no tiene.

—Yo no he hecho nada —Digo simplista.

—¿No? ¿Entonces por qué no ha venido?

—Y yo que sé. Me lo preguntas como si yo supiera algo...

—Hoy hace un día precioso. —Dice un chico de pelo castaño a nuestro lado dirigiéndose a nosotros—. Hace sol, los pájaros cantan, y el inútil de Suga no ha aparecido por aquí.

Me encantaría saber describir lo que siento en este momento pero es difícil. Es una descarga de adrenalina que controla mi cuerpo y mi mente. No puedo regirme por mi criterio o mi razón, ni si quiera consigo retenerme a mí mismo. Me limito a levantarme del sitio donde estoy y dirigirme al chico que ha pronunciado esas jodidas palabras. Lo veo temeroso a medida que avanzo apartando muebles y personas por mi camino.

Una vez llego a él aferro el cuello de su camisa y lo estampo en la pared más cercana a mí. Mis ojos pican. Mi estómago va a salirse de mi interior y solo puedo ver el cuerpo golpeado de Yoongi frente a mí. Su sonrisa triste y sus ojos llorando de risa. El humo de un cigarrillo siendo expulsado tan lentamente que se deleita con la sola imagen de este. Veo un bebé regordete y una libreta llena de ralladas y palabras que deben ir a acompañadas de una melodía que tan solo está en su mente. Siento su pequeño cuerpo en mis brazos dormido y su cálido tacto en mi pelo al ser secado.

Oigo su voz llamando a mi nombre. Veo sus ojos mirándome.

—¡Detente Jimin! ¡Vas a matarlo! —mis ojos dejan de ver a Yoongi para ver a un chico sangrando en el suelo. No recuerdo haberlo golpeado. Solo la ira en mi y la fuerza salir de mi cuerpo libremente. Ente dos personas consiguen apartarme del chico allí tirado y yo tan solo puedo mirar a mi alrededor para ver como mi reacción ha surgido efecto en los demás.

Jungkook y Tae están completamente confusos. El resto no es diferente. Los comprendo. Yo también estoy asombrado.

 

 

Me siento en el sofá y respiro profundamente mientras Jungkook frente a mí juega a un vídeo—juego estúpido. Estamos en su casa porque tengo miedo de llegar a la mía. El director ha llamado esta mañana advirtiendo a mis padres que he golpeado a un chico de mi propia aula y mis padres le dan la importancia que le dan siempre, ninguna, y sin embargo no quiero regresar. No ahora.

—Aww... —se queja una vez ha perdido la partida—. Voy a beber agua, ahora regreso.

Asiento aburrido. Y mientras este desaparece por la cocina su hermana baja de su cuarto, me mira y se sonroja antes de dirigirme la palabra. Yo pongo mi mirada sexy que suelo utilizar para ligar pero ya lo hago con casi todas las chicas por defecto profesional.

—Oh, Jimin Oppa... ¿Cómo estás?

—Muy bien, ¿y tú preciosa?

—Oh... —se ríe tímidamente—. Muy bien ahora que te veo.

Se sienta a mi lado en el sofá y la miro cómo coloca su ropa para estar perfecta para mí. Su hermano regresó y nos miró sonriendo. Sabía que su hermana era solo mía.

—Jungkook —digo dirigiendo su atención a mí—. Menudo susto debiste llevarte cuando viste a Yoongi ligar con tu pequeña donsaeng ¿verdad? —Ambos se miraron y Jungkook se volvió tenso de repente.

—¿Cómo? —Preguntó Hyelee confundida.

—Nada, vuelve a tu cuarto. —La chica va a levantarse pero yo la agarro por el brazo evitando que desaparezca y obligo a Jungkook a que me explique lo que pasa. Algo no va bien, puedo verlo. Puedo sentirlo.

—Hyelee, ¿Qué hablaste con Yoongi aquel día? Él intentó ligar contigo ¿verdad?

—No oppa, no sé de quién me hablas. —Dijo asustada.

—Yoongi —repito por si no me había oído con claridad—. Suga. El chico pálido de nuestra clase.

—Jimin, déjala ir.

—¡NO! Vas a explicarme ahora mismo que está sucediendo. Tú los viste hablar. Me dijiste que Suga se acercó a ella y estuvo intentando... —lo miré sin terminar la frase y no necesité más que su mirada derrotada para saber la verdad. Una mentira. Y probablemente esta no sea la única. Siempre me dejé guiar por sus excusas para golpearle y probablemente ninguna fuera cierta. Se está desmoronando mi mundo en este momento. Salgo corriendo.

 

 


 Capítulo 16                  Capítulo 18                                              

 Índice de capítulos                                                   


Comentarios

Entradas populares