POR TI, TODO MENOS MI DIGNIDAD (Yoonmin) - Capítulo 20 - Sexo
Jimin POV:
Hoy llego veinte minutos tarde porque he tenido
que pasar a buscar comida y estoy seguro, Suga se está muriendo de hambre por
esperar una hora más de la debida para comer conmigo, pero ha sido él quien ha
querido, por lo que no me siento tan culpable como podría.
Llamo con dos golpes en la puerta y aparece él
sonriendo y abalanzándose a mis bolsas desesperado. Apenas me ha dejado
quitarme el abrigo cuando ya está rebuscando entre ellas algo comestible.
—Tan solo son unos fideos instantáneos, pero
era barato y estaba cerca de aquí...
—¡Genial! Ramen y Kimchi.
Rápidamente pone agua a calentar a fuego lento
y abre los paquetes espolvoreando las especias sobre los fideos aun compactos.
Se le ve hambriento y por lo que veo ya ha abierto un paquete de galletas para
aparcar su hambre.
—Perdona haber tardado. —Cojo una de las
galletas.
—No pasa nada. Hoy tengo especial hambre por el
partido en el recreo.
—Estuviste genial. Te dije que podías.
—Ya lo sé. Soy el mejor. —Me mira con sorna y
no puedo evitar sonreír sádicamente.
—No me provoques o acabarás tirado en el suelo.
—¡Ya! Cuidado con las cosas que le dices a tu
hyung.
—Oh hyung... —Me acerco a él y le obligo a
chocar su cuerpo con la piedra de la cocina—. ¿De veras quieres problemas?
Pongo ambas manos a cada lado de su cintura
sobre la piedra. Puedo ver su nerviosismo inducido por la cercanía de nuestros
rostros. Sus ojos no son capaces de mirarme y cuando habla, no sabe lo que
dice.
—Jimin, apártate o voy a golpearte.
—Estoy esperando, por si no lo recuerdas, te lo
debo. —Mi rostro se acerca más a él. Nuestras narices juegan entre ellas y
siento la tentación de morder su cuello. Me dispongo a ello cuando su pierna
asciende debajo de mí y golpea levemente mis partes haciéndome retroceder
instintivamente.
Mis manos se van a mi polla bajo la tela y la
sujeto temiendo un dolor que en realidad no era para tanto. Sin embargo me
asusto y retrocedo indignado.
—Eso es un golpe bajo. No es justo.
—No te quejes, no ha sido nada. —Se acerca al
agua hirviendo y la sirve en ambos tarros de comida. Los tapa de nuevo y los
deja reposar varios minutos llevándolos a la mesa. Yo aun me quejo de lo que
acaba de hacer.
—Puedes dejarme estéril idiota.
—Exagerado.
—Apenas me has tocado pero lo he sentido, ya
sabes que es más grande que tu cabeza. —Me mira con la boca abierta ofendido y
teniendo presente lo que el obligué a hacer.
—Entonces debo tener la boca muy grande ¿no?
—Uf... una garganta muy profunda. —Digo
recordando. Me pongo duro de solo pensarlo y doy gracias que rápidamente cambia
de tema.
—Siéntate y come de una vez. —Le obedezco,
introduzco los palillos de madera en el interior removiendo la pasta—. A pesar
de todo, ha sido una semana muy agradable. —No me mira, se limita a comer y
hablar. De vez en cuando sonríe y yo quisiera también pero sus palabras son
duras—. Estos días que he podido conocerte me he dado cuenta de que eres la
persona más estúpida e inmadura que he conocido pero tienes todo lo que me
gusta en alguien. Siempre te ríes de todo, gesticulas de forma linda, cantas
genial, eres atento y protector, sabes lo que te gusta y lo defiendes. Tienes
amigos, tienes un séquito de chicas que te admiran. Padres responsables...
—Yoongi... —No me oye cuando intento detenerle.
—Todo este tiempo que me has insultado y me has
dado palizas, no veía más allá de tres chicos hipócritas que se inventaban
excusas para golpearme, pero quiero que sepas que eres el primer amigo que
tengo en Seúl, y que aún conservo. Que te perdono por todo lo que has hecho si
lo que buscas es mi perdón, y si no, pues ya lo sabes. Yo... —Me mira—.
Simplemente me gusta estar contigo. Me siento menos solo.
—¿¡Se puede saber de qué diablos hablas!? —No
puedo contener por más tiempo mi ira que degenera en llanto con los segundos—.
No estás diciendo más que gilipolleces. No te das cuenta de que soy un completo
inútil que no sirve para nada en absoluto e insistes en querer ser como yo
cuando tú tienes todo lo que yo quisiera tener.
—Para, no llores. —Me pide pero soy incapaz de
obedecerle.
—Te he pisoteado todo el cuerpo, te he golpeado
hasta quedarme sin aliento, te he humillado y juzgado sin conocerte, te he
podido matar en varias ocasiones solo para liberarme de la vida que tengo. Solo
has sido un juego.
—Lo sé. —No puedo creerlo y me levanto ofendido
y queriendo marcharme.
—¿Se puede saber qué demonios te pasa? —Le
agarro del cuello y le acerco a la pared más cercana golpeando su cuerpo allí
haciéndole fruncir el ceño—. Llevo días sin dormir por los remordimientos que
no he tenido durante años. Ya no puedo tener relaciones con una chica sin
acordarme de ti. No puedo comer, no puedo ser feliz porque me mata el saber que
alguien como tú ha sufrido por un idiota como yo. ¿Y dices que sientes envidia
de mí? Realmente estas buscando una paliza muchacho.
—Hazlo.
…
Yoongi POV:
Sé que no va a golpearme pero cuando sus labios
regordetes chocan brutalmente con los míos me quedo por un momento paralizado.
Todo mi cuerpo pide una huida y lo único que puedo intentar es interponer mis
brazos en medio para apartarlo de mí pero todo su cuero haciendo fuerza para
atraerme a él sin duda me encanta. Siento sus manos en mi espalda presionando
allí con fuerza pero sin hacerme daño.
En un momento en el que se permite respirar no
puedo evitar hablar.
—¿Esto es enserio? ¿O vas a obligarme a hacer
lo de la otra vez? —Sin duda mi rostro está recalentado pero necesito
preguntarlo.
Sus manos salen de donde quiera que estuvieran
y vuelven a ambos lados de mi cara como esta mañana. Acaricia mis cabellos y me
obliga a mirarle directamente a los ojos. Sus labios ya están rojos e hinchados
por el intento de beso.
—Jamás Yoongi, escúchame, no voy a obligarte a
nada que no quieras. No voy a volver a golpearte ni a insultarte. De ahora en
adelante, voy a cuidarte mejor que a mí mismo. Si no quieres que continúe,
dilo.
—¿Quieres besarme?
—Mucho. —Su rostro vuelve a acercarse a mí
esperando una reacción positiva. Me mira a los labios y los suyos, entre
abiertos, son muy tentadores.
—¿Por qué?
—Me gustas.
—¿Por qué? —Repito intentando buscar en él una
excusa para seguir.
—Todo en ti me sobrepasa. Eres la mejor definición
de perfección que he encontrado.
No puedo pensar por más tiempo y dejo que sus
labios vuelvan a atacar los míos pero esta vez yo colaboro para que sea más
caliente. Entrelazo mis brazos tras su cuello y dejo que me alce sobre su
regazo. Me gusta sentirme tan frágil como una pluma sobre sus brazos y sin
embargo tener tanto poder sobre él que puedo decirle lo que quiero con tan solo
un gesto.
Me gustaría decir que es extraña esta
sensación, pero en realidad estoy muy cómo besando sus labios, su cuello. Me
siento bien y a la vez es como si no fuera esta la primera vez. Sin pensárselo
por más tiempo nos conduce a ambos hasta el dormitorio y me tira en la cama.
Mi cuerpo rebota levemente allí y retrocedo
hasta tocar mi espalda con el cabecero. Él gatea hasta mí y no se detiene hasta
que no siento su aliento en mi cuello. Chupa y lame mi piel libremente y todo
un escalofrío recorre mi cuerpo. No puedo evitar temblar ante su tacto, y al
notarlo, él me mira inocente. Temiendo hacer algo que no me guste.
Besa mi mejilla rápidamente y se vuelve a
mirarme. Hace lo mismo con la otra y de nuevo me mira. No sé qué hacer, qué
decir.
—Déjame hacerte feliz. —Su voz es más grave de
lo normal y sé que no puede aguantar más tiempo. Asiento y me tumbo en la cama
dejándome hacer.
El se tumba sobre mí y me besa de nuevo
introduciendo su mano fría en mis pantalones. Mi polla ya empieza a dar señales
de vida y no creo que pueda aguantar tampoco demasiado porque hace mucho que no
tengo relaciones sexuales. Ni si quiera yo solo.
No tardamos en quitarnos la ropa y tirarla por
ahí. Ambos nos quedamos en ropa interior y puedo ver claramente su cuerpo
musculado y moreno, sin embargo me avergüenzo del mío e intento cubrirme con
las manos para que no me vea los restos de moratones.
—No hagas eso, eres hermoso. —Me gustaría
creerle, oh si me gustaría. Pero no es posible y yo sigo avergonzado.
Una vez comprueba que mi polla ya está lo
suficientemente dura baja hasta colocarse frente a ella. Me mira y sé lo que va
a hacer pero no le detengo porque lo quiero ahora más que cualquier otra cosa.
Comienza torturándome y muerde la tela que me cubre solo para provocarme y
hacerme suplicar, pero aun no estoy de ánimo.
Después besa mi ingle. Siento su lengua
recorrer aquella zona y los escalofríos y la presión en mi abdomen empiezan a
ser más que notables. Me muero de impaciencia. Retira lentamente la prenda
haciendo que mi polla salte en su cara y su boca forma una ''o'' demasiado
graciosa, evito no reírme pero es imposible.
Creo que va a preguntarme qué quiero ahora y
todo eso para alargarlo pero no lo hace, probablemente él esté más desesperado
que yo por llegar rápido al orgasmo. Traga de una vez mi polla y me siento
delirar ya en la primera vez. Mis caderas se mueven instintivamente con su
movimiento obligándole a ir más profundo. Y desgraciadamente cometo el erro de
mirar su rostro. Sus labios gruesos acompañando el movimiento, sus ojos fijos
en su tarea y sus manos ayudándole. Entrelazo mis tobillos tras él y lo animo a
continuar con mi movimiento.
—Ah, Jimin, sigue. Más. —Mis gemidos me
avergüenzan pero también delatan mi pasión contenida. Amo a forma en que su
lengua recorre mi longitud y continua así por unos minutos—. No voy a aguantar
más...
Y sin terminar me corro dentro de su boca. Me
arrepiento al instante viendo el gesto extraño que pone al tragar mi semen y
como se limpia los labios pero rápidamente vuelve a tumbarse sobre mí y me besa
haciéndome sentir mi propio gusto. Aun siento la viscosidad en su lengua pero
es agradable. Los espasmos en mi cuerpo han terminado y de nuevo me pongo duro
tan solo besándolo.
Moja sus dedos con la su propia saliva e
introduce el primero en mi entrada haciéndome curvar la espalda. Me mira
mordiéndose el labio inferior y disfrutando de la escena ante sus ojos. El
segundo va en poco tiempo y le aconsejo de meter un tercero pero no me escucha.
Es molesto y extraño pero me acabo acostumbrando.
—Espera. —Le dijo a medida que se quita la ropa
interior. Me dirijo a uno de los cajones de la mesilla y saco de allí un
condón. Compruebo no esté caducado y se lo doy observando su cara confundida.
—¿Tienes miedo de quedarte embarazado?
—Solo póntelo. El otro día me dijiste que te
acuestas con tías frecuentemente.
—Pero quiero sentirte...
—Si no te lo pones tú, me lo voy a poner yo y
eso no va a gustarte. —Se lo piensa unos segundos y lo abre. Se lo coloca y
estira de él para deslizarlo y cubrirse todo el miembro con el látex.
—No vale quejarse.
—¿Cómo? —ya se ha colocado entre mis piernas y
penetra con fuerza haciéndome delirar de dolor. Me veo arañando su espalda tan
solo para abandonar el dolor de mi mente, pero es imposible. Nada es esto en
comparación con sus dos pequeños dedos.
Él se mueve sin que yo esté listo y no me
quiero imaginar la sensación de todo esto sin el lubricante del condón. Jadea
en mi oído y yo me siento sucio. No me siento excitado más de lo que debo.
Golpea varias veces mi próstata y mi cuerpo se ve sumido en convulsiones y
espasmos. Abraza mi cuerpo. Lo estruja bajo sus brazos. Me golpea fuertemente
con las envestidas y viene dentro de mí manchando el condón.
Ni siquiera sus gemidos ayudan, todo viene a mi
mente justo ahora que debo cumplir. Cada vez que me ha golpeado y las duras
palabras que lanzaba de sus labios. Cada vez que me ha ridiculizado, y no puedo
evitar pensar que me utiliza, y es exactamente como me siento, utilizado.
Ha tocado repetidas veces mi próstata y su mano
masturba mi pene húmedo. No tardo apenas dos segundos en correrme también sobre
mi abdomen y las sábanas. Cuando pasan los segundos me incorporo y él limpia mi
cuerpo y mi cara de sudor con las sábanas ya sucias. Le miro y ambos estamos
sin palabras pero yo no quiero decir nada. Me levanto poniéndome mi ropa
interior y salgo del cuarto para entrar en el baño, cando una vez dentro para
evitar que él me siga, pero es inevitable porque ya está en la puerta
golpeándola.
—Yoongi, ¿estás bien? —¿Me veo como que estoy
bien?
—No Jimin, vete a casa por favor. —No quiero
parecer desagradable, ni tampoco darle la impresión de que me encuentro mal,
tan solo no quiero verlo ahora.
—¿Te he hecho daño? Perdóname.
—No, estoy bien. Solo vete ya.
—Yoongi, la comida sigue en la mesa, mis padres
no están en casa y el siguiente bus pasa dentro de media hora. Por favor, sal y
dime qué pasa.
—BASTA. —No sé que me sucede. Solo quiero estar
a solas.
—No pienso irme hasta que no me dígas que
sucede. —Abro la puerta haciéndole retroceder al instante.
—¿No entiendes mi idioma? —Le grito hasta
quedarme sin voz, no la necesito, mis gestos son suficientes—. Vístete y sal
ahora mismo de mi casa.
—No. —Se mantiene firme—. ¿Te has aprovechado
de mí?
—¿YO? No sé ni por qué me he acostado contigo.
Tienes razón, eres un hijo de puta que me ha hecho la vida imposible, pero yo
soy un gilipollas por darte el placer de aprovecharte de mí. Fuera de mi casa
ahora antes de que yo te saque a patadas. —Se queda sin palabras unos minutos y
luego reacciona de la peor manera posible.
—De acuerdo, lo siento. —Se resigna a marcharse
pacíficamente—. Tienes mi número de teléfono, si quieres hablar de eso, o
cualquier cosa... ya sabes.
Se viste y se larga de allí. Yo me quedo de pie
pero me resbalo por la pared hasta ceder en el suelo. No puedo evitar llorar.
Las lágrimas duelen en mis ojos, el nudo en mi garganta es deshecho cuando
grito. Cubro mi rostro con las manos y mi cuerpo con las piernas, pero ya no
importa, nadie está viéndome. Tan solo yo, yo y mi futura botella de soju.
Comentarios
Publicar un comentario