POR TI, TODO MENOS MI DIGNIDAD (Yoonmin) - Capítulo 22 - Arrogancia
Yoongi POV:
Cuando llega el momento en el que ni haciendo
un esfuerzo por centrarme consigo leer al derechas creo que es mejor parar. Me
levanto de mi asiento y miro la hora en el móvil. Las nueve y media de la
tarde. Me he pasado el día en la escuela. Por la mañana en clase y por la
tarde, sin necesidad de comer, en la biblioteca, pero siento mi cerebro
saturado por lo que creo que debo irme.
Ha sido difícil pasar el lunes entero con Jimin
sentado a varios metros de mí. El ambiente era tranquilo pero no podía evitar
sentí su mirada penetrándome. Creí que en algún momento saltaría con el tema en
medio de clase, y de no ser así me obligaría a que hablásemos a escondidas.
Pero no se ha dado la oportunidad de quedarnos solos. Tampoco yo la estaba
buscando, al contrario, la evité como la peste.
Y por eso estoy aquí, tengo miedo de que vaya a
buscarme a casa. Tengo miedo de caer de nuevo. De verme débil en sus brazo. De
hacerle daño. De hacérmelo yo.
—Adiós. —Digo al hombre que estaba de
bibliotecario y me despido con una inclinación de cuerpo.
Salgo por la puerta y me dirijo por el pasillo
a la salida pero la música que aparece en el aire me cautiva y me veo obligado
a caminar hasta encontrarla. Es música de un CD pero aun así es hermosa y me
guía hasta la sala de gimnasia. La puerta no es transparente por lo que la abro
mínima mente, lo suficiente como para ver un cuerpo solitario, allí de pie
moviéndose acompañado de esa música. Y ya no es la música lo que me atrae, sino
el cuerpo de Jimin moviéndose desenfrenadamente para bailar lo más acorde
posible con el sonido.
La música no es rápida pero no es nada lenta,
sin embargos sus pasos son muy difíciles aunque los hace a la perfección. Me
quedo todo el tiempo que me es posible allí observando sus pies, como saben a
qué distancia colocarse entre ellos, dónde deben pisar fuerte, y hasta donde
levantarse. Su espalda en contracciones a medida que sus brazos hacen una u
otra acción.
Por lo que veo, no soy el único que tiene
talentos escondidos.
Sin decir nada, sin hacerme vez, me marcho a
casa. Es mejor así.
…
Jimin POV:
—Adiós Jimin...
—Adiós Kookie... —Me despido de él frotando la
palma de mi mano en su cabeza y revolviendo su pelo negro. Es muy adorable a
pesar de que es tan alto como yo. Sigue siendo un pequeño niño adorable.
—Ahh... no me gusta eso...
—Hasta mañana.
Él se aleja y lo veo marcharse. Es tarde y me
preocupa que se vaya solo a casa pero no importa, yo debo seguir mi camino y
camino por las calles vacías con los casos puestos y la música a tope. Ando al
ritmo de esta y sonrío porque es alegre, pero cuando se torna triste, me obligo
a fruncir el ceño. Mi cuerpo quiere moverse al compás de las canciones pero me
contengo porque aparte de que estoy solo a las once de la noche en medio de una
calle vacía, no estoy loco.
Camino un rato más hasta que un hombre se
detiene frente a mí cortándome el paso. En un principio creo que tan solo
intenta esquivarme pero no, me prohíbe seguir caminando. Y cuando quiero
mirarle me doy cuenta de que apenas es de mi edad. Sin embargo todo mi cuerpo
tiembla y se ve sometido a su altura y porte. La chaqueta de cuero negra y el
hecho de que sean las once no ayudan.
Todo mi cuerpo emite una descarga de adrenalina
instantánea al ver como agarra mi brazo y me conduce rápidamente a un callejón
del que no tengo constancia. Me estampa contra la pared y hace que los
auriculares en mis orejas caigan y queden colgando en el cuello desde el
interior de la chaqueta.
Al golpearme la espalda contra la pared me
obligo a sacar todo el aire que contienen mis pulmones por lo que tardo tiempo
en preguntarle cualquier cosa. Pero antes de hacerlo, me veo siendo golpeado
por sus puños en mi vientre. Mi cuerpo se encoje pero vuelve a golpearme como
si no hubiera sido ya suficiente. Antes debería darme alguna explicación.
Alzo la cara para mirarme pero parece que eso
le sienta peor y me golpea ahí con toda su fuera. Mi rostro se ve obligado a
girar en la dirección en la que ha sido golpeado y la sangre brota de mi labio
inferior llenando mi boca de ella.
—¿Se puede saber qué diablos haces, hijo de
puta?
—¿A caso no te lo mereces?
—Eso depende.
—Maldito cabrón arrogante. —De nuevo su puño
cerrado choca contra mi tronco. Y pocos segundos después antes de recomponerme
su rodilla se haza para seguir el mismo camino.
—Deja de golpearme, imbécil, —digo y escupo la
sangre que se aglomera en mi boca—, y dime de una vez quien eres.
—¿No lo sabes? —Me deja de golpear para agarrar
el cuello de mi camisa. Me gustaría defenderme, pero la verdad es que no me
importa.
—Espera, sí, lo sé. Lo siento, yo no lo sabía.
Cuando ella me...
—¿Ella?
—Sí, ¿no eres el novio de HwaYoung?
—Sí, pero ella no me importa. No estoy aquí por
esa guarra.
—¿Entonces? No lo entiendo.
—Voy a matarte hijo de puta. Esto es por Min
Yoongi. —De nuevo me golpea y dejo mi cuerpo libre. Caigo al suelo y la
oscuridad ante mis ojos se hace evidente. Ya no siento dolor. Ya no siento más
que nostalgia de sus besos.
Comentarios
Publicar un comentario