EL PRECIO DEL ARTE [PARTE II] (BTS) - Capítulo 28
Capítulo 28
Jungkook POV:
20/07/1995
Despierto levemente aturdido. Me paso la
mano por el rostro intentando despejar el adormecimiento de mi cuerpo, pero no
consigo despejarlo por completo por lo que me doy media vuelta y me cubro un
poco más con la manta que oculta mi cuerpo de cualquier resquicio de aire. Me
cubro por completo, incluso la cabeza, y me quedo hecho un ovillo esté donde
esté. No reconozco el sitio en el que me encuentro y tampoco quiero saberlo.
Por mi mente pasan tantos recuerdos y tantas ideas descabelladas que todas
juntas me hacen creer que estoy en la cama de una celda en la prisión, pero sé
que no es real. No es real porque huelo a pan tostado y a café.
Esto también puede ser una especie de
alucinación, un recuerdo reprimido de mi inconsciente por volverme loco, pero
no puedo evitar pensar que la realidad no es tan cruel y que solo me encuentro
en un estado de somnolencia. Cuando el resto de mis sentidos comienzan a
funcionar empiezo a oír ruido de cacharros, no muy lejanos, como tazas y platos
de un lado a otro. El chisporroteo de algo en una sartén y el sonido de unos
pasos de un lado a otro caminando sobre el piso del salón. Van, vienen, un
suspiro y de nuevo ese chisporroteo momentáneo. Me pongo boca abajo en el sofá
mientras me cubro los oídos con las manos e intento no escuchar nada que no sea
el latido de mi corazón. Tengo un sueño terrible que poco a poco me abandona y
me hace despertar en una realidad en donde un tremendo dolor de cabeza me
perfora el cráneo.
Cuando la mayor parte de los sonidos se
detienen cae un peso a mi lado en el sofá en el que estoy tirado y yo gruño
como forma de ahuyentar el peso, pero este no desparece, y una mano comienza a
acariciar la línea de mi espalda cubierta por la manta. Yo me revuelvo unos
segundos hasta ponerme boca arriba y me descubro el rostro para ver el rostro
de Yoongi con una sonrisa divertida mientras me acaricia el cabello.
—Buenos días. –Me dice mientras y yo
cierro los ojos de nuevo y paladeo mi boca intentando recobrar la voz de algún
lugar en mi garganta.
—Humm… —Digo como respuesta mientras me
paso las manos por los ojos e intento incorporarme mientras él se queda a mi
lado sentado y me extiende un periódico que rescata sobre la mesa. Me golpea el
pecho con él con una sonrisa resplandeciente.
—Segundo día que no salimos en portada.
–Me dice y yo frunzo el ceño mientras cojo el periódico en mis manos y me
deshago de la manta sobre mi cuerpo, bajando los pies al suelo y él se queda a
mi lado mientras se sirve un poco de café en una taza. Joder, ya es de día.
—¿Has bajado a comprar el periódico? –Le
pregunto casi alarmado y él se encoge de hombros y señala las tostadas de pan.
—¿De dónde te crees que ha salido el pan?
–Había café y sartén, pero el pan no sale de la nada…
—No deberías haberte arriesgado. Deberías
haber esperado a que me levantase yo… —Suspiro y abro el periódico, sin
expectativas, dado que ya me han avisado que no salimos.
—No importa. Ya está hecho. Lo he comprado
todo en una pequeña tiendecita unas calles más abajo. La señora que atiende es
muy mayor, casi ni ve. –Dice tranquilo, casi sonriente y yo resoplo mientras le
golpeo en el brazo y sonríe, divertido. A los segundos me sujeto levemente la
cabeza y suspiro largamente mientras me inclino un poco.
—¿Te duele la cabeza? –Me pregunta
mientras me acaricia el cabello y yo asiento, un poco agitado.
—No he dormido muy bien. Creo que ha sido
el estrés acumulado de todos estos días, que comienza a pasarme factura. Ya
casi no me duele el muslo ni el brazo. –Le digo por las heridas del día de la
persecución—. Pero todo esto es demasiado, a veces me supera.
—No te preocupes. –Dice él mientras pasa
su brazo por mis hombros y con la mano libre sirve un poco de café en una taza
para mí, mientras me sirvo una tostada en un plato—. Esta noche tenemos whiskey
y un motivo para celebrar…
—¿Qué motivo?
—Que hace dos días que no somos noticia.
–Me dice, como si fuese obvio.
—A mí no me parece algo tan bueno. Me da
la sensación de que están retardando lo inevitable. Es como si estuviesen dando
un descanso a la sociedad de un tema ya un poco banido para regresar con una
bomba como la de Hiroshima. –Le digo y él no puede evitar sacar una sonrisa, lo
que me hace levantar una ceja—. Parece que he sido el único que ha dormido mal
esta noche… ¿Qué hora es, joder? ¿Has madrugado?
—Me he levantado a las siete, y a y media
he bajado a comprar. Apenas había gente por estas calles…
—Y qué hora es… —Miro el reloj—. Joder,
solo son las nueve… —Me quejo mientras me paso las manos por la cabeza y Yoongi
comienza a desayunar en silencio sentado a mi lado.
—Cuando termines de desayunar puedes
dormir todo lo que quieras, somos fugitivos, no tenemos que ir a trabajar ni
nada… —Dice tranquilo y yo me dejo caer en el respaldo del sofá y ahogo un
quejido oculto en mis manos. Cuando me las quito le veo a él, vestido con unos
vaqueros negros y una camiseta blanca de manga corta, dándome la espalda
mientras bebe un poco del café en silencio. Hace una mueca desagradable y deja
el café en su sitio. Yo estoy a punto de reír cuando la puerta del cuarto de
Taehyung se abre con un ruido tranquilo y prolongado y ambos dos nos giramos en
su dirección. Por la puerta aparece el cuerpo en pijama de un joven despistado
y desorientado. Se sujeta al marco de la puerta y se nos queda mirando con un
ojo entrecerrado mientras se frota el otro con insistencia.
—Buenos días. –Le digo mientras este me
devuelve un gesto de cabeza como saludo y cuando recae en la comida suelta una
sonrisa hambrienta que le obliga a sentarse en el suelo con un cojín bajo su
trasero para llevarse una de las tostadas a la boca, con una amplia sonrisa
divertida. Pareciera que el sueño ha desaparecido si no fuera porque algunos de
sus mechones superan las leyes de la gravedad y en sus mejillas aún se
desdibujan las líneas de las sábanas aprisionadas contra su cara. Seguro que yo
tengo la misma expresión pero prefiero no pensar en ello, por lo que me llevo
una de las rebanadas de pan a la boca y mastico en silencio mientras rescato el
periódico y suelto un largo suspiro resignado. Miro por encima las noticias y
al no encontrar nada interesante me conduzco sin pensarlo a la parte del
crucigrama en donde doblo el periódico para mejor accesibilidad y lo pongo
sobre una de mis rodillas mientras intento hacerlo sin tener que escribir sobre
él, pues no sé dónde encontrar un bolígrafo. Como y leo en silencio hasta que
me surge la primera duda.
—Una palabra, doce letras. “Novela de
Tolstoi* publicada en 1899”. –Digo y Yoongi lee a mi lado mientras me mira con
el ceño fruncido.
—¿Por qué no paras de hacer estas mierdas?
–Me dice, pero con aire divertido, sabiendo que es algo completamente
irremediable.
—Me entretiene… —Suspiro—. ¿Acaso hay algo
mejor que hacer aquí? –Pregunto y él se encoge de hombros mientras piensa en
silencio mirando en dirección al periódico entre ambos.
—Creo que es Resurrección*. No recuerdo el año en que fue publicada, pero encaja.
–Dice señalando los huecos del crucigrama. A los segundos se levanta, tras
creer que su decisión es la correcta y regresa con un bolígrafo que ha sacado
de alguna parte y lo escribe, comprobando que es la respuesta correcta. Yo la
doy por válida y sigo buscando otras palabras.
—Nombre de pila del presidente Nº 33 de
EEUU cuyo mandato comprende entre los años 1945 y 1953. –Leo—. Truman*, está claro. –Digo en alto
mientras escribo el nombre y me termino mi tostada, recostándome contra el
sofá. Yoongi sigue comiendo despreocupado y Taehyung le imita, mientras yo sigo
leyendo el crucigrama—. Junto con el color negro y el blanco, ¿qué otro color
se encuentra en la bandera de Estonia? –Me respondo de nuevo—. Azul.
—¿Azul? –Pregunta Yoongi frunciendo el
ceño y haciendo una mueca extraña. La misma que cuando ha probado el café.
—Sí. Azul, negro y blanco, en franjas
horizontales de arriba abajo en ese orden. Cada color tiene una simbología.
Azul, por el cielo, los lagos y el mar de Estonia y la lealtad a las ideas
nacionalistas; negro, por el color del suelo nacional; blanco, que simboliza la
alegría de la gente. Hace poco para un trabajo de heráldica tuve que leerme un
libro sobre los escudos de las banderas y cosas así, y me llamó la atención la
simbología de los colores.
—Las banderas son el símbolo más llamativo
de una ideología, y si el nacionalismo puede meterse en ellas y manejarlas a su
gusto se convierten en la simbología de un nacionalismo, y cuanto más
llamativo, más radical. –Suelta Yoongi.
—Por eso Hitler cambió la bandera nacional
cuando llegó al poder. –Dice Taehyung—. En un principio la bandera que
conocemos con la esvástica era tan solo la bandera de su partido político, el
partido nacional—socialista obrero alemán. Pero una vez llegó al poder, pasó de
ser solo la bandera de unos ideales a la bandera de una nación entera. –Se
encoge de hombros Taehyung mientras Yoongi asiente—. Necesitaba que toda la
nación se viera arropada bajo los mismos ideales.
—¿Sabéis que el símbolo de la esvástica
proviene del idioma sánscrito suastíka
que significa “muy auspicioso”, “Buena suerte”, “Con éxito” o incluso “Salud”?
Es un motivo decorativo que se ha encontrado en cientos de lugares a lo largo
de toda la historia del arte. Desde la roma antigua hasta en países hindúes.
–Yoongi asiente de nuevo mientras Taehyung se me queda mirando sorprendido—. El
miedo al símbolo viene por los actos que se han cometido justificándolos con
este…
—Deja la clase de historia y sigue con el
crucigrama. –Me dice Yoongi divertido mientras yo ruedo los ojos y bebo un poco
de café, poniendo la misma cara de asco que ha puesto él antes. El café sabe
demasiado amargo y un poco añejo.
—Dialecto del que proviene la palabra
“Hipopótamo” –Me contesto yo de nuevo—. Griego.
—Déjame eso. Me toca. –Me dice Yoongi
quitándome el periódico de las manos mientras yo doy un respingo y él me
devuelve una sonrisa pícara. Pone el periódico en el centro de la mesa y se lo
queda mirando, buscando una pregunta que le agrade. Cuando encuentra una no la
lee en alto pero la escribe en silencio. Yo frunzo el ceño y vuelve a hacer el
mismo proceso con unas cuentas más.
—Lo divertido es que podamos hacerlo entre
todos… —Le digo con voz infantil, cruzado de brazos en el sofá pero él suelta
un bufido y me hace una pregunta.
—Ciudad más poblada de Yemen. –Pregunta y
yo le miro con ojos entrecerrados.
—Yo que mierdas sé. –Le respondo y él se
encoge de hombros. Taehyung hace el mismo gesto y pasa a la siguiente mientras
yo miro mi taza de café apenas sin tocar. La de Yoongi no está mucho más
diferente.
—¡Esta es para ti! –Me dice mientras me
mira sobre su hombro, de reojo—. Seis letras. Nombre de pila del pintor del
cuadro “La fornarina*”. –Yo resoplo
de forma prepotente y Yoongi me mira sonriendo.
—¡Rafael*! Por su puesto… —Digo con una
sonrisa de superioridad y Yoongi me mira con condescendiente mientras escribe
el nombre que le he dicho sobre el periódico. Taehyung da un respingo a nuestro
lado y traga en seco para señalar el periódico.
—¡Ese cuadro estuvo a punto de comprarlo
el padre de Jimin! –Dice con una mueca divertida mientras rebusca en sus
recuerdos. Yo me le quedo mirando casi patidifuso, igual que Yoongi, alzando la
mirada del periódico—. Al final se lo llevaron a la Galería Nacional de Arte
Antiguo en Roma, pero el padre de Jimin propuso una alta cantidad de dinero
para comprarlo. –Después de sus palabras sobreviene un largo silencio en el que
nos quedamos Yoongi y yo mirándonos entre nosotros un tanto confusos y
levemente desorientados. Taehyung comprende que ha dicho algo fuera de nuestro
sistema cognitivo—. Bueno, el padre de Jimin no, su empresa. –Aclara—. ¿Qué he
dicho?
—¿Cómo que el padre de Jimin…? –Intento
formular—. ¿Qué?
—El padre de Jimin y su hermano tienen una
empresa de compraventa de obras de arte. Cuadros, esculturas, inmuebles… —Ante
nuestras caras de pasmo, Taehyung palidece—. ¿No lo sabíais? –Nos pregunta
sintiendo que ha cometido un error pero yo comienzo a tamborilear con mis dedos
sobre mi pierna, nervioso y pensativo.
—¿Tú sabías algo de esto? –Le pregunto a
Yoongi que rápido me mira negando con el rostro—. A mí sí me dijo que su padre
y su tío tienen una empresa, pero ni él mismo de me dijo de qué diablos era.
Creo que ni lo sabe.
—¿Me estás tomando el pelo? –Le suelta
Yoongi a Taehyung mientras este se refugia tras su taza de café, negando con el
rostro.
—N—no… —Niega, aturdido—. ¿Por qué? ¿Qué
ocurre con eso?
Yoongi rápido me agarra del brazo, con
fuerza, sacándome de mis pensamientos que comenzaban a hilarse entre ellos. Los
de Yoongi han sido más rápidos que los míos y yo doy un respingo asustado
mientras él me devuelve una mirada de ojos desorbitados.
—¡Por eso querían Jimin aquí, con nosotros! Por culpa de la
empresa de su padre.
—¿Qué tiene que ver la empresa de su padre
con esto? –Pregunta Taehyung, desorientado, como todos.
—¡Jimin ni siquiera sabía qué diablos
hacía aquí, con nosotros! Él me lo dijo en varias ocasiones, y ahora todo tiene
sentido. No sé por qué motivo, pero Namjoon quiere implicar a Jimin para
implicar también a la empresa de su padre. Ellos serían el móvil. El motivo por
el cual hemos cometido el robo…
—Tráfico ilegal de obras de arte. –Aclaro
y sentencio.
———.———
*El conde Lev
Nikoláievich Tolstói (Yásnaia Poliana, 28 de agosto / 9 de
septiembre de 1828.—Astápovo, en la actualidad Lev Tolstói, provincia de
Lípetsk, 7 de noviembre / 20 de noviembre de 1910.), fue un novelista ruso,
considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial.
Sus dos obras más famosas, Guerra y Paz y Ana Karénina, están consideradas como
la cúspide del realismo ruso, junto a obras de Fiódor Dostoyevski.
*Resurrección (en ruso, Воскресение, Voskreséniye) es una novela de
León Tolstói publicada por primera vez en 1899. Fue la última suya que apareció
durante su vida.
*Harry
S. Truman (Lamar, Estados Unidos, 8 de mayo de 1884—Kansas City, Estados
Unidos, 26 de diciembre de 1972) fue el trigésimo tercer presidente de los Estados
Unidos desde 1945 hasta 1953. Previamente, fue el trigésimo cuarto
vicepresidentedurante el breve cuarto mandato de Franklin Delano Roosevelt
entre enero y abril de 1945 y llegó a la presidencia el 12 de abril de ese año,
debido al fallecimiento de Roosevelt.
*El Ritratto di giovane donna (en español, Retrato de una joven), generalmente
conocido como La Fornarina, es una de las obras más representativas del pintor
renacentista italiano Rafael Sanzio (1483—1520).
*Raffaello
Sanzio (Urbino, 6 de abril de 1483—Roma, 6 de
abril de 1520), también conocido como Rafael de Urbino o, simplemente, como
Rafael fue un pintor y arquitecto italiano del Renacimiento. Además de su
labor pictórica, que sería admirada e imitada durante siglos, realizó
importantes aportes en la arquitectura y, como inspector de antigüedades, se
interesó en el estudio y conservación de los vestigios grecorromanos.
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