DESDE EL ORFANATO [PARTE II] (Jimin x V) - Capítulo 23
Capítulo 23
Jimin POV:
Cierro mis ojos y siento que me cuesta
mucha fuerza de voluntad volverlos a abrir. Él no se da cuenta tirado en el
sofá a mi lado pero creo que me estoy quedando dormido mientras vemos una
película cualquiera. Tae está emocionado con ella y cada dos por tres comenta
fascinado pequeños detalles sin importancia. Estos me mantienen algo presente
pero juraría que no entiendo nada del argumento de esta.
—¿Te duermes?
—No.
—Mentira. –Se levanta de donde está y se
acuclilla a mi lado en el sofá—. Vamos a la cama—. Pasa sus manos por debajo de
mi cuerpo y haciendo acopio de toda su fuerza intenta levantarme en brazos lo
que le resulta imposible y acaba cediendo a mi peso.
—¿No puedes conmigo? –Sonrío adormilado.
—Levanta de ahí, gordo.
—¿Gordo? –Me sorprendo por sus estúpidas
palabras y me incorporo rápidamente. Se asusta e intenta retroceder de mí pero
antes de que pueda le cojo en mis brazos y camino con él sujetando con un brazo
sus piernas y con otro su torso. Se ayuda de sus manos para aferrarse a mi
cuello y no caer. No caerá de todas maneras, yo no lo permitiría.
—¿Soy tu esposa para que me lleves al
cuarto así? –Camino con él hasta entrar en su cuarto y una vez estamos dentro
le suelto. Le veo caminar hacia su cama pero como yo no le sigo se detiene
mirándome—. ¿No vamos a dormir juntos? –Me encojo de hombros.
—Esto por llamarme gordo. –Retrocedo y
salgo encaminándome a mi cuarto. Él me sigue.
—Era una broma hyung…
—No, no. Ya no vale. –Me tiro en mi cama y
me cubro con las sábanas esperando porque se introduzca conmigo.
—Hyung, hyung… Jimin hyung… —Sus frías
manos tontean con mi espalda y poco a poco llegan a mi abdomen jugueteando allí—.
No estás gordo. Mira que músculos. Me gustan tanto que quiero correrme en
ellos.
—¡Taehyung! –Me giro de inmediato para ver
su rostro enrojecido—. Será mejor que durmamos ya.
Y sin más caemos rendidos uno en los
brazos del otro agradeciendo la soledad y la autonomía que nos proporciona la
ausencia de nuestros padres.
…
El miércoles nos lo pasamos,
mayoritariamente haciendo nada en absoluto. Nos hemos levantado tarde, casi a
la hora de comer y ya que no tuvimos tiempo para desayunar, Taehyung hace la
comida. No tiene un gran repertorio pero sin duda todo lo que hace es
delicioso. Nos hemos llenado de espaguetis con tomate y ahora está tirado en el
sofá, palmeando su vientre mientras ve la televisión.
Yo voy de aquí para allá mientras friego
los platos sucios, es lo mínimo supongo después de que me ayude siendo un
desastre en la cocina. Le miro por encima del hombro y sin duda él sabe que le
miro pero se hace el loco.
—¿Qué planes hay para hoy? –Pregunto.
—Te propongo el mejor plan que jamás has
oído. –Afino el oído impaciente pero es extraño porque no pone emoción en sus
palabras—. Nada.
—¿No quieres salir por lo que pasó ayer?
—Exacto. Basta que vayamos a dar una
vuelta a cualquier lado para que tengamos que regresar con el rabo entre las
patas.
—¿Estás enfadado conmigo por eso? –Me mira
confundido.
—Pues claro que no. Es solo que odio mi
mala suerte. –Asiento comprendiendo.
—Vale, no saldremos.
—Hum…
—¿Y qué hacemos aquí, pues?
—¿Propones algo? –Termino de fregar y me
siento a la otra punta del sofá, quintándome la camiseta del pijama para que
pueda ver mi cuerpo musculado.
—La idea de que te corras en mi me resulta
muy tentadora… —Pone los ojos en blanco y regresa a atender el estúpido
programa de televisión—. Tae~ —ronroneo—, ¿jugamos a algo travieso? –Intento
tentarle con mi voz pero se resiste.
—Déjalo, Jimin.
—Dongsaeng… —con mi pie rozo sus muslos y
poco a poco me adentro en la cara interna hasta que rozo su polla. Se retira un
poco donde no puedo alcanzarle—. ¿No quieres un poco de…?
—No. –Me interrumpe.
—¿Taehyung? ¿Qué te ocurre?
—Acabamos de comer y tengo la tripa llena.
¿De veras piensas que tengo fuerza para…?
—¿Qué te ocurre? –Repito porque no me da
más que excusas.
—Hyung. –Suspira y mira a todas partes
tragando un enorme nudo en su garganta. Organiza sus pensamientos y los hila
poco a poco para formar una frase entera—. ¿Y si vamos a más?
—¿De qué hablas?
—Hasta ahora todo está bien pero, se
pueden hacer muchas más cosas. ¿Y si vamos a más?
—¿Me hablas de hacer el amor? –Le pregunto
sintiendo todo mi cuerpo temblar.
—No sé cómo se hace eso, hyung.
—Tae…
—Es decir. Entre un hombre y una mujer,
nos lo explican. El pene debe introducirse en la vagina y…
—¡TAE! –Me mira sorprendido. Susurro—. Yo
tampoco sé como deberíamos hacerlo. Entre hombres, no sé. –Niego con la cabeza.
Él regresa con la vista a la tele y yo le doy vueltas a la conversación por un
tiempo—. ¿Quieres hacerlo?
—Sí. —Titubea unos segundos antes de
contestar pero un sonoro “sí” sale de sus labios.
—¿Seguro? –Asiente y yo me deshago en pedacitos
por la enorme presión que ha entrado en mi cuerpo.
—¿Tú no quieres?
—Sí, sí quiero pero tengo miedo.
—¿De qué?
—No quiero hacerte daño. O que no te
guste. –Asiente comprendiendo mi temor.
—Si fuera una mujer todo sería más fácil.
–Sonríe triste y yo pateo su pierna.
—¡No digas estupideces! –Ríe un poco más
alto—. A mí me gustas tú. Punto. –Vuelve a su programa—. Ya encontraremos la
manera, no te preocupes amor.
Comentarios
Publicar un comentario