DESDE EL ORFANATO [PARTE II] (Jimin x V) - Capítulo 18
Capítulo 18
Jimin POV:
Eran las tantas de la mañana y aquella
noche se me hizo imposible dormir como la última vez que mi padre pegó a
Taehyung. Pero ahora no eran los remordimientos los que me mantenían despierto
sino el dolor físico en mi rostro. Miro una vez más mi reflejo en el espejo y
hago muecas para hacer evidente el corte en mi labio. Maldita sea.
Me siento en el retrete y miro mis pies
descalzos, los pantalones del pijama gris y su camiseta correspondiente. No soy
más que un niño y ya me siento como un adulto con unos problemas reales que
afrontar. Siento que poco a poco cargo en mis hombros demasiadas
responsabilidades y con el peso de los secretos que yo mismo he creado se me
hace insostenible.
Entiendo la postura de mi padre sin duda,
solo quiere lo mejor para nosotros pero no creo que esta sea la mejor forma de
proporcionárnosla. Me refiero a que, de alguna manera u otra, esto tiene que
acabar o acabará conmigo.
—Hyung… —Veo el asustado rostro de mi
hermano aparecer por la puerta del baño y me encuentra en un estado lamentable
de autocompasión.
—¿Cómo estás? –Entra y gira el pestillo.
Sabe que estamos castigados y no podemos salir de nuestros cuartos y aunque
esto no es una manera de solucionarlo, nos proporciona seguridad.
—Mejor, ¿tú? —Asiento como respuesta y
espero que le sirva. Camina hasta donde estoy yo y se sienta entre mis piernas
alzando su rostro para mirarme. Yo me mantengo con la cabeza sujeta por mis
manos, con los codos apoyados en mis rodillas.
—Deberías estar en tu cuarto, Tae. –Un nudo
se me forma en la garganta.
—He venido a saber cómo estabas. –Suspira
y me mira con sus grandes ojos marrones. Le amo mucho—. Y a darte las gracias.
Con mi mano, sin querer, acaricio su
mejilla morada y puedo ver su ceja rota. Duele mucho, tanto que si volviese a
pasar no me lo perdonaría.
—No tienes que darme las gracias. –Le
muestro mi mejor sonrisa y él desciende su mirada a mis labios para erguirse y
besarlos tiernamente. No tiembla ni titubea en su gesto. Es firme y seguro, sin
duda me encanta pero por primera vez soy yo quien no está seguro.
—¿Qué ocurre? –Se aparta de mí y yo froto
mis ojos confundido—. ¿Te he hecho daño, mi amor? –Sonríe porque es consciente
del corte en mi labio. Lo roza con su dedo pero yo me aparto y me pongo en pie.
De nuevo me miro al espejo.
—Debemos dejar de hacer esto. –Él se queda
un momento pensativo analizando mi rostro disgustado y entiende perfectamente
qué quiero decir, pero se hace el loco solo para complicar más la situación.
—¿Dejar qué, hyung?
—Sabes a lo que me refiero, esto no está
bien.
—Hay tantas cosas que no están bien… —Repite
las palabras que un día le dije.
—Por eso es mejor eliminar una por una…
—Hyung, no te entiendo.
—Sabes que esto es un problema más en
nuestras vidas. Ocultarnos. Mentir.
—No me importa. Merece la pena.
—No seas así. –Me giro para verle cara a
cara y al instante me arrepiento porque sus ojos están a punto de romper a
llorar—. Entiéndelo, hemos ido demasiado lejos.
—Yo… pero… tú dijiste… —Frota sus ojos.
—Lo sé pero es mejor de esta manera, ¿no
crees?
—¡Mentiroso!
—¡Baja la voz! –Todo mi cuerpo tiembla por
la posibilidad de que nuestros padres se despierten.
—Me dijiste que me querías…
—Y te quiero, pero como a un hermano. ¿No
lo entiendes? –Dentro de mí algo se parte en pedazos.
—Pero… —Mira a todas partes y sus labios
tiemblan impidiéndole hablar. Se cubre el rostro con las manos y llora allí
sentándose en cuclillas sobre el suelo. No me lo pienso y voy a abrazarle pero
él me aparta y sale del baño corriendo a su cuarto para encerrarse allí.
Yo me quedo aquí sentado en el frío suelo
abrazando mis piernas porque he hecho daño a mi hermano, a la persona a la que
amo. Claro que quiero estar con él. Abrazarlo, besarlo, decirle cada día lo
importante que es para mí pero es demasiado arriesgado. Si ellos lo supieran
podrían destruir toda nuestra vida separándonos para siempre. Me imagino la
peor situación posible y rompo a llorar yo solo. Me tiro del pelo y me clavo
las uñas en mi piel. Muerdo mi labio porque esto es lo que merezco. Dolor.
Quiero matarme pero soy demasiado cobarde.
Comentarios
Publicar un comentario