DESDE EL ORFANATO [PARTE II] (Jimin x V) - Capítulo 17
Capítulo 17
Jimin POV:
—¡PARA HYUNG!
–Me dice Kook deteniendo mi discurso—. Si
continuas vas a ser tu quien me alivie a mí.
Le veo
retorcerse sentado delante de mí. Presiona el bulto en sus pantalones evitando
caer en la tentación.
—¿Puedes
aguantar? –Le pregunto preocupado.
—Sí, pero no
hables más de sexo.
—¿No es lo
que querías?
—Sí pero esto
es demasiado. –Sonríe avergonzado—. Piensa en cosas feas
Jungkook. –Se dice a si mismo cerrando los ojos. Yo me rio de él y me gustaría
saber qué cosas piensa para que a los segundos ya no sienta excitación.
—¿Qué has
imaginado?
—A ti,
besándote con SungJin. –Frunzo el
ceño.
—No pienses
esas cosas.
—Es lo único
que me baja el lívido.
—Eso me
recuerda otra historia.
…
Unas semanas después de lo último que te
he contado fue la entrega de notas. Yo salía enormemente contento de clase,
hablando con mis compañeros cuando la voz de Taehyung me detuvo.
—Hyung… —Le veo venir hacia mí corriendo y
llego a mi altura en dos segundos aun cargando con su mochila.
—El pequeño TaeTae… —Suga revuelve su pelo
y él les saluda con una inclinación de cuerpo. Ya le he dicho que eso no hace
falta, hay confianza pero él se ve obligado no sé por qué.
—Hyung… —Él vuelve a repetirlo y su
expresión me dice todo lo que necesito saber.
—Bueno chicos, me voy con mi hermano. –No
le doy importancia y paso mi brazo por sus hombros para caminar en dirección a
casa. Una vez que nos quedamos a solas hablo seriamente con él—. ¿Qué ha pasado
Taehyung?
—Hoy me han dado las notas, hyung. –Mira
al suelo diciéndome todo lo que debo saber.
—¿Cuántas esta vez, Tae? –Prefiere no
decirme nada y las saca de su bolsillo dándomelas—. Mates, tres. Sintaxis y
literatura, cuatro. Economía del hogar, dos. Oh Taehyung…
—Pero mira, he sacado un nueve en
historia. Y un siete en música. –Señala el papel alegre pero al ver mi rostro
serio entiende que conmigo esto no funciona, y con nuestro padre tampoco lo
hará.
—Son dos más que el segundo trimestre… —Me
quejo lloriqueando.
—Sabes que no se me da bien, hyung.
—No es excusa.
—¿Tú has bajado el ocho de media? –Niego
con la cabeza siendo consciente de la diferencia de notas. Deja caer su cabeza—.
Papá va a regañarme.
—Siempre es así, no te preocupes. Agacha
la cabeza y soporta la charla. En unos días todo volverá a la normalidad.
—No quiero que me castiguen…
—Pero ¿de qué te quejas? Tú nunca sales de
fiesta ni…
—No hyung, no quiero que me castiguen en
mi cuarto. –Susurra—. Yo quiero estar contigo… —Frunce sus labios haciendo un
pico adorable.
—No digas eso… —Miro a todas partes
sonrojándome—. No voy a dejar que eso pase, nadie puede impedir que estemos
juntos.
Me sonríe como si todo estuviera bien. Me
mira de una manera tan dulce que me enternezco. ¿Qué diablos me pasa?
…
Entramos por la puerta de casa y Tae ya
comienza a ponerse nervioso. Me da la mano pero le suelto como si eso solo
supusiese que es mi debilidad. No puedo permitirme ser débil frente a mis
padres de esta manera. Tengo miedo, miedo de que sepan lo que hay entre
nosotros. Y de que puedan arrebatármelo.
Nuestro padre permanece sentado en la mesa
con una taza de té en sus manos, nuestra madre a su lado leyendo un libro.
Ambos soltamos las mochilas de nuestras espaldas y caminamos hacia ellos con el
boletín de notas en las manos. Un papel que nos hace tanto daño…
—Hijos… —Dice nuestro padre.
—Padre, —camino hasta él y le entrego mi
boletín—, las notas…
Ni siquiera se levanta de su asiento, no
le da la menor importancia porque sabe lo que se puede esperar de mí. Una vez
termina de verlas me acaricia el pelo unos segundos mostrándome su sonrisa más
falsa. Pero me encanta, tengo el reconocimiento de mi papá. Después mira a Tae
y este, con el rostro hacia el suelo le acerca el papel y lo recoge sabiendo,
de sobra, lo que se espera de él.
—¿Qué diablos es esto, TAEHYUNG? –Grita y
yo me veo obligado a bajar el rostro igual que mi hermano porque quiera o no
soy el mayor y soy responsable de sus actos. Tanto de los buenos como de los
malos.
—Lo siento papá. –Gimotea—. Prometo que la
próxima…
—¡Eso dices siempre! ¡Ya estoy harto,
estas son las peores! –Se levanta de su asiento y la silla cae detrás de él.
Nuestra madre le sujeta el brazo.
—Cariño… —Dice ella impotente ante la
situación pero sus palabras son ahogadas y silenciadas cuando mi padre tira de
su brazo apartándola de él.
—¡Lo siento papá!
Yo me aparto de la situación retrocediendo
y teniendo una mejor perspectiva de todo a mí alrededor. Mi cuerpo tiembla y no
puedo creer lo que estoy a punto de presenciar. Esta vez no se digna a
ocultarlo de mis ojos, parece que quiera castigarnos a todos siendo testigos
mudos y mancos de la reprimenda que va a obtener mi hermano.
Veo los brazos de Taehyung ocultar su cara
pero sin perder de vista a mi padre intentando interponerlos para no ser
golpeado. El papel de las notas en la mano de mi padre se estampa en el pecho
de Tae y él las recoge inconscientemente llevando sus brazos a ellos. Maldito
estúpido. Papá aprovecha para abofetearle la mejilla derecha y su cara se
vuelve con la boca abierta. Veo su pelo moverse a cámara lenta porque un choque
de adrenalina recorre mis venas.
—¡Papá! –Grita pero es como si estuviera
sordo. Él no obedece a su conciencia ni a su moral. Me enternece pensar que tal
vez ni siquiera tenga.
—Si no aprendes por las buenas lo harás
por las malas. –Mi hermano caer al suelo y mi padre le tortura a patadas. Él se
intenta cubrir la cabeza con los brazos pero es su abdomen el que más sufre y
sus piernas, sus brazos… Juraría haber visto su ceja sangrar y me estoy
muriendo. De veras.
—¡Para papá! –Llora. Está llorando y yo me
mantengo firme. Inamovible pero de repente grita inducido por una de sus
patadas en el costado y siento como si algo dentro de mí se rompiera al ver
coger carrerilla a mi padre para embestirle con sus piernas de nuevo. Veo las
manos de Tae manchadas de sangre y pienso en su preciosa sonrisa. En sus
cálidos besos y en la manera en que se preocupa por mí. Su voz, sus carcajadas
que me incitan a reír también.
No soy un héroe, maldita sea. Pero es mi
hermano.
—¡Suéltale! –Corro hacia mi padre que está
de espaldas a mí y oigo a mi madre gritar por mi nombre. No me importa. Agarro
la chaqueta de mi padre y tiro de ella haciendo acopio de todas mis fuerzas que
sin duda no son suficientes e intento apartarlo de Taehyung
No duro dos segundos antes de que se dé la
vuelta y su mano me golpee en la cara haciéndome caer al suelo con el labio
roto. El dolor es extrañamente inexistente en comparación con el fuego quemando
dentro de mí.
—¡GOLPÉAME A MÍ! –Grito cuando estoy en el
suelo de nuevo consciente de la situación pero antes de levantarme, nuestro
padre agarra del cuello a Taehyung y lo levanta en el aire ahogándolo. Las
manos manchadas de sangre de mi hermano agarran las de mi padre y este lo
estampa contra la pared para que el dolor sea más intenso.
Nuestra madre llora, ¿y de qué sirve? De
nada en absoluto. Es una cobarde y yo me veo obligado a intervenir de nuevo.
—¡No le toques! –Interpongo mis brazos
entre ellos y consigo separarlos. Mi hermano cae al suelo aferrándose a su
cuello para poder respirar de nuevo. Yo me interpongo entre él y mi padre y le
encaro, por primera vez en mi vida estoy dispuesto a llevarme, por mi hermano,
todo el dolor que sea menester—. Suficiente. –Frunzo el ceño y me mira
acumulando el rencor en su cuerpo pero sin llegar a golpearme.
Y se detiene. Tal vez por la sangre
goteando de mi boca o por la imagen de mi hermano tirado en el suelo
retorciéndose por la incapacidad respiratoria. Le oigo toser y gimotear. No
quiero mirarle porque ahora he encontrado el valor de enfrentarme a mis
demonios, no quiero volverme débil por su imagen destrozada.
Retrocedo un paso sintiendo el cuerpo de
Tae a mi espalda, muy cerca de mí. Siento también una de sus manos agarrando mi
pierna suplicante, confiado de mi valentía. Parece ser el único porque la
mirada de mi padre me aclara que esto se ha detenido por su propia voluntad, no
por mi teatro de hermano protector.
Comentarios
Publicar un comentario