DESDE EL ORFANATO [PARTE II] (Jimin x V) - Capítulo 11

 Capítulo 11

 

Jimin POV:



Pero las cosas no fueron siempre infancia y luces de colores. En algún momento eso terminó, y conozco el momento exacto. En cuanto el verano siguiente terminó y ambos comenzamos las clases. Ya con sus doce años –a punto de cumplir trece en unos meses— empezaba la escuela secundaria y yo estaba un curso por encima de él. Recuerdo que nuestras clases no estaban muy lejos entre ella y siempre que podía en los descansos iba a verle. No eran muchas las oportunidades ya que mis compañeros me mantenían muy ocupados.

Mentiría si dijera que las clases eran aburridas o incluso dolorosas pero la verdad es que a mí me encantaba asistir a la escuela. Mis compañeros son los mejores, mis profesores son amables conmigo y mis notas excelentes. ¿Puedo pedirle algo más a la vida?

Mi hermano por el contrario siempre andaba por ahí perdido, solo y perdido. Más de una vez le he obligado a venir conmigo y mis compañeros pero me ha reiterado mil veces que debo dejarle vivir su vida. Siento pena por él pero es cuestión de tiempo que haga amigos.

—Te has pasado la clase lanzándome bolitas de papel al pelo. ¿Crees que no me doy cuenta? –Le recrimina mi amigo Jin a mi otro compañero Yoongi.

Estos son mis amigos, somos inseparables a la par que completamente diferentes entre nosotros. Por ejemplo, Jin y yo vamos a clases de Taekwondo juntos desde el año pasado mientras que Yoongi  —o Suga, como lo llamamos nosotros— se puede partir con solo un golpe. Yo me decanto siempre por las clases de matemáticas, Suga por la literatura y Jin por los idiomas.

—Odio las mates, son aburridísimas y tenerte delante es un gran entretenimiento. –Suga le guiña el ojo y eso hace que su enfado aumente en gran medida. Aprovecha este tiempo de descanso entre clase y clase para expresarle su frustración por su constante molestia en clase.

—Pero eso no es motivo, idiota. –Acabamos como siempre, riendo.

—Eh chicos, ¿este viernes quedamos? –Yo y mi insufrible manía de planificar las cosas una semana antes. Pregunto esto aun estando a lunes.

—¡Claro! –grita Jin sobresaltando a Suga a su lado.

—Escandaloso, puedes asentir con la cabeza y listo.

—Pero nada va a volver a ser como tu fiesta de cumpleaños de la semana pasada. –Sonrío recordando que es cierto, cumplí catorce la semana pasada.

—Podemos ir a los recreativos. –Sugiere Suga animado—. Me han dicho que hay una nueva… —el sonido de su voz ya no llega a mis oídos pero sí lo hace una desconocida que me llama desde la puerta de clase a voces.

—¡JIMIN! –Me giro de inmediato y veo a un chico de la clase de mi hermano pidiendo por mi ayuda—. ¡Están pegando a tu hermano!

Mi corazón se detiene igual que las animadas conversaciones que llenaban el aula. Siento un extraño fuego naciente dentro de mí y que poco a poco sale a la superficie. Nunca antes me había sentido de esta manera tan extraña pero no me gusta. Junto con mis dos amigos me levanto de mi asiento para salir disparado como una bala por la puerta y encaminarme a la clase de mi hermano. O al menos es donde creo que estamos yendo porque no estoy muy consciente de mis actos.

Cada paso nos acerca más a un cúmulo de gente extrañamente situada al fondo de un pasillo sin salida. Mis amigos se quedan atrás y yo me hago paso entre la gente, apartándola, empujándola incluso gritándola y golpeándola solo por llegar a donde un niño precioso se cubre el rostro para no ser golpeado allí de nuevo y otro con su puño en lo alto estampándolo contra su cara.

Las llamas que ardían en mi interior toman el mando de mi cerebro y por primera vez en mi vida dejo de ser yo. Ya no puedo controlarme ni medir las consecuencias que esto me proporcionaría. Ya me da igual todo. Soy esclavo voluntario de este maravilloso pecado capital que es la ira.

—¡APÁRTATE  DE  MI  HERMANO! –Grito con todas las fuerzas que guardaban mis pulmones y me lanzo –literalmente, salto para caer con todo el peso de mi cuerpo— al chico que agredía a Taehyung.

Tan solo soy un pequeño niño de catorce años y no tengo la fuerza suficiente como para matar a nadie, y sin embargo entre todas las personas que se aferran a mi cuerpo y mis ropas para apartarme de aquel hijo de puta, no consiguen que pare de golpearle. Me puede la rabia dentro de mi cuerpo y me encanta este sentimiento aunque no pueda reconocerlo.

Ver como mis puños cerrados destrozan poco a poco su cara me hace sentir vivo, me hace verme como alguien a quien temer y a mi hermano como algo a lo que defender hasta morir. Y así es. Él es también uno de los que intenta separarme a pesar de que de uno de sus orificios nasales gotee la sangre. Eso me enfurece aún más. Dios. Siento que puedo con todo y así es.

Como decía William Shakespeare, "La ira es un veneno que uno toma esperando que muera el otro".

 

 

—¿Esta fue la primera vez que golpeaste a alguien, hyung?

—Sí.

—¿Te sentiste bien?

—Me sentí lleno de ira, Jungkook. No podía controlarme.

—Defendiste a tu hermano, esto está bien.

—Más que bien. –Alzo mis brazos al cielo exclamando.

—¿Qué sentías mientras lo viste? ¿Mientras lo pegaban?

—Como si me arrebatasen a golpes lo que más quiero en toda mi vida. Querría estar yo en su lugar para no tener que sufrir el tormento de verle indefenso bajo los brazos de otra persona.

—¿Sentiste lo mismo aquel día que un hombre quería meterme en su coche a la salida de clase?

—Sí. Exactamente eso.

—Pero yo no soy tu hermano, Jimin, es así.

—No digas eso.

—Pero es la verdad. Yo soy un niño al que unos padres, necesitados de otra mente infantil en la familia adoptaron.

—Para mí eres lo mismo que Taehyung, uno más.

—Yo no sé si podría verlo de esa manera.

—¿Y si tus padres tuvieron otro hijo? ¿Querrías más a esa persona que a nosotros? –Le pregunto completamente en serio.

—¡NO! –Niega con las manos. Yo me relajo un poco.

—¿Alguna vez pensaste en tus padres biológicos? Ya sé que no los conociste pero…

—Tal vez no tanto como debía. Supongo que al conoceros fue cuando realmente empecé a ser una persona. Con hermanos, con familia completa. Antes de eso no era más que un niño sin pasado.

—Kookiee… —Susurro y miro a todas partes como si alguien pudiera oírnos—. Dime la verdad. A que soy tu favorito…

—¡No puedo decir eso! –Se ofende por mis palabras al hacerle escoger entre Tae y yo.

—Va… —golpeo su brazo y me acerco a él—. No te hagas de rogar, sé que soy yo. –Sonrío cínico convencido de todo lo contrario.

—No puedo escoger entre ninguno de vosotros.

Asiento cabizbajo como si estuviese ofendido pero en realidad sé que jamás sería escogido. Les he hecho demasiado daño como para ser su favorito entre los dos. Le miro. Y a pesar de todo me siento orgulloso de poder llamarle “hermano”

 

 


 

 

 

 

Capítulo 10                          Capítulo 12            

 Índice de capítulos

Comentarios

Entradas populares