DESDE EL ORFANATO [PARTE I] (Jimin x JungKook x V) - Capítulo 7

 Capítulo 7

 

JungKook POV:

 

Pasaron los años y todo continuó igual, en concreto pasaron cinco años. De vez en cuando mis hyungs discutían y según yo me hacía mayor me iba internando más en las discusiones, a veces para separarlos, alguien me separaba a mí, pero yo era feliz. Todos éramos felices.

Yo hacía relativamente poco había cumplido catorce años, mi hyung Tae veintiuno y hoy, nuestro Jimin, cumplía veintidós.

Una vez anudé mi pajarita frente a mi espejo me miré de cabeza a pies y pensé en el chico que me había convertido. Aquel día nuestros padres nos hicieron vestir de esmoquin porque celebrábamos el cumpleaños al cual asistirían trabajadores de la empresa de nuestro padre. Pasé ya a la escuela superior y comencé a estudiar matemáticas y biología. Aprendí que me fascinaba todo ese mundo y comencé a ver las expectativas de convertirme en un buen doctor. “Doctor JungKook” –pensé en mi mente— suena bien. Remetí mi camisa por dentro de los pantalones por doceava vez y me dirigí al cuarto de Jimin dando saltitos como un niño pequeño. Lo que aun era.

Una vez entré le vi haciendo lo imposible porque su pajarita quedase decente.

—Hyung, ven, yo te ayudo. –nuestra diferencia de altura había disminuido considerablemente. Apenas me sacaba un palmo y lo que más echaba de menos en algunos momentos era cuando me alzaba en brazos.

—Gracias Kookie. –Nos miramos sonriendo, él ya era un hombre.

Me sentía muy orgulloso de mi hyung, estaba estudiando economía empresarial en la universidad, un día se convertiría en un gran empresario como papá.

Una vez su pajarita estuvo perfecta esperé a que se mirara en el espejo pero confiaba en mí y me sonrió como siempre lo hacía, escondiendo sus ojos en dos finas líneas. Sus manos regordetas me sostuvieron las mejillas y me besó en los labios violando mi boca con su lengua no sin antes haber mirado si alguien pasaba por allí y nos podía descubrir.

Aquellos juegos nocturnos continuaron siempre. Ellos gozaron y me dejaron participar formando parte de su éxtasis aunque no me dejaron hacerlo como lo hacían entre ellos. a veces fue frustrante aunque supieron compensarme una vez que descubrí cómo excitarme y las consecuencias.

—Hyung, —dije sosteniendo sus manos y sacándolas de mi cara, su frío anillo estaba allí—, alguien puede vernos, todos los invitados están abajo.

Asintió resignado y segundos después entró TaeHyung emocionado porque… bueno, la verdad es que no tengo que dar una excusa para su comportamiento extraño. Mi hyung es lo más raro que he visto nunca.

Taehyung, una vez terminó la escuela superior, fue a la facultad de arte y música para licenciarse como profesor de estas materias. No era una carrera tan prometedora como prometía la de Jimin pero era algo que lo apasionaba y yo sabía que estaba muy feliz allí. Su facilidad para hacer amigos le ayudó a conseguir mucha ayuda y poder superar en notas a sus compañeros. También estoy muy orgulloso de él. ¿Cómo no estarlo?

Él nos abrazó y los tres nos vimos reflejados en el espejo. Nos besó a ambos en las mejillas y nos alabó por lo guapos que estábamos.

—Hyungs, ¿creéis que eomma me dejará beber una copita de champan? –Ambos negaron riéndose— ¿Y una copa pequeña? ¿Un sorbito?

—Ha ha ha ha, Kookie, si quieres yo puedo darte un poco pero cuando nadie mire eh… —Dijo Jimin abrazándose a mi cuello.

Inmediatamente entró nuestra madre y nos instó a bajar ya. Mi hyung tae primero junto a mí, y segundos más tarde Jimin, acompañado de un coro de “Feliz cumpleaños” cantado por todos los presentes. Enrojecido comenzó a saludar a cada uno sin excepción dando las gracias, mientras Tae y yo quedamos en segundo plano.

Me fijé en todas las personas que allí estaban. Había mujeres, con vestidos largos, cortos, de colores llamativos o negros. Mujeres mayores y jóvenes. Había hombres, todos con esmóquines como los nuestros y de edades variadas. Todos con copas en una mano y alguno con canapés en la otra.

Pasé la mayor parte de la noche hablando con Tae a excepción de las veces que alguien que se acercaba a nosotros para preguntarnos cosas banales sin importancia. La verdad es que no lo estábamos pasando mal, en realidad yo era muy feliz porque Tae me dejó probar su copa de vino y aunque desagradable me sentí muy mayor.

Cuando se acercaban las diez, unos camareros recogieron las copas de vino y comenzaron a repartir copas con champán. E incluso a mi me dieron una que no pude rechazar.

—Atención un momento por favor –dijo nuestro padre golpeando su copa con una cuchara de café, se acercó Jimin a sí mismo y continuó ablando. –Gracias a todos por estar aquí esta noche tan importante, en la que mi primer hijo cumple veintidós años. Pero no he montado este circo solo por esto. Hijo mío. –Ahora dirigiéndose a Jimin—. A partir de esta noche, y con la firma de este contrato, serás…

Yo miraba sonriendo y algo intrigado, Taehyung a mi lado con su copa en alto al igual que todos nosotros.

…el heredero de mi empresa, vicepresidente, y futuro poseedor.

Todos gritamos emocionados y excitados. Vitoreamos aquellas palabras tan grandes e importantes y pude ver las lágrimas de Jimin querer salir de sus ojos y que probablemente dejó el hombro de su padre una vez abrazó este. Ninguno nos esperábamos esto y menos Jimin que se había quedado sin palabras.

Yo sonreía embobado mirando aquello y creo que puedo jurar ver como se quebraba el alma de TaeHyung. Lo miré esperando encontrar la misma expresión que la mía en su cara pero no único que vi fue la lenta muerte de su sonrisa y el descenso de su copa hasta una posición más cómoda de su brazo.

Ya no tenía expresión y la mía se degradó a la suya. Yo no le dije nada. No hice nada. No sabía que estaba pasando.

Todo el mundo comenzó a aplaudir y yo corrí al abrazo de Jimin para darle mi enhorabuena y cuando sus brazos me soltaron miró por encima de su mi hombro buscando algo. A alguien. Pero ese alguien ya no estaba allí. Diría que habría salido corriendo a buscarlo pero la masa de personas que se abalanzaron a él como hice yo no le dejó reaccionar. Yo, al igual que él me vi sumido en la felicidad de la gente a mí alrededor.

 

 

Demasiado zumo de uva me estaba apretando la vejiga por lo que subí al cuarto de baño en mi habitación y una vez salí oí murmullos. De la habitación de Tae salía un resquicio de luz blanca que supuse sería de su cuarto de baño por lo que me acerqué allí y una vez me asomé vi a mi hermano con las manos apoyadas en el lavabo dejando rodar lágrimas de sus ojos.

—¡Hyung! –Grité y él dio un respingo del susto—, Si vas a hacer esto –ahora susurré—, al menos enciérrate. Si alguien te ve…

Mis palabras no fueron muy amables y hoy pe arrepiento pero me preocupaba que Jimin lo viese y pudiésemos arruinar su gran día. Tae no me respondió, se limitó a sentarse en el retrete y cubrirse el rostro con sus manos y sollozar. Yo no sabía cómo consolarlo, yo no sabía qué pasaba.

—Taehyung, ¿qué está ocurriendo?

—Lo he perdido JungKook, —sollozó. Su rostro rojo e hinchado se vislumbraba entre sus dedos—. Lo he perdido.

Repitió aquello hasta la saciedad. Hasta que sus lágrimas ahogaron su garganta y las palabras murieron allí. Yo me limité a sentarme frente a él y observarlo con cuidado. Yo no lo entendía. Taehyung me insistió mucho en que no  le contase a Jimin lo sucedido y así obré, a pesar de que yo estaba en contra de ocultarnos cosas entre nosotros. Pero me convenció para hacerme creer que fue un bajón momentáneo sin importancia. Los días consecutivos a aquel, se vio a veces arisco, otras depresivo. Y las noches que dormí con él, repitió aquella frase en sueños inducidas por su subconsciente. Pero yo fui el único que las oyó.

Lo he perdido.


 

Con el tiempo, él pareció olvidar aquello. Yo tenía miedo de que se lo guardara dentro y no se sincerara con nosotros, pero la tranquilidad que me proporcionaba verle bien y sonriente era todo lo que necesitaba para engañarme. Llegó un momento que dude quien engañaba a quien. Él a mí, él a nosotros, o yo a mí mismo.

 

 

El verano siguiente volvimos a Busán. Tantos recuerdos se agolpaban en nuestras mentes. Y no sé con seguridad si fue lo más conveniente. Mostrarnos los buenos tiempos nos hería dentro de nosotros. Porque aunque quisimos ocultárnoslo, no estábamos bien. Jimin apenas aparecía por casa por culpa de su trabajo en la empresa. Trabajaba allí tiempo parcial ya que el resto del tiempo estaba terminando sus estudios en la universidad. 

Taehyung se refugió en las salidas con sus nuevos amigos de la universidad y yo me centré en terminar los exámenes. Pero ahora en verano, no teníamos excusa para huir de nosotros mismos.

Una de las noches que estuvimos en Busán, nuestros padres nos permitieron in por la noche a la playa mientras ellos se quedaron en el spa de hotel. Nos vía los tres allí perdidos, solos en una playa, en silencio. Y allí, ante la mejor oportunidad para ser felices y desperdiciarla lo vi. Esto no acabaría como yo creí.

—Jimin hyung, —lo llame cuando estaba varios pasos por delante de mí paseando y jugando con sus propios pasos en la arena. Se detuvo y miró hacia atrás—, ¿nadamos?

Asintió y comenzó a desvestirse lentamente a medida que se adentraba en el agua fría. Yo le seguí pero antes obligué a Taehyung a ir tras nosotros. Una vez que estuvimos dentro me vi fascinado por como nuestros cuerpos cambiaban. Me di cuenta de que hacía algún tiempo que no tuvimos relaciones sexuales entre nosotros.

Era de noche y nadie nos vería si nos adentrábamos más en el agua. Cuando la marea nos cubría los pechos me acerqué a Jimin y salté sobre él para que me cogiera yo aun sosteniendo la mano de Tae.

Entendieron el arrebato de mis hormonas.

Jimin y yo nos besamos intensamente y posterior mente lo hicieron mis dos hermanos juntos. Me excitaba tanto ver aquello que masturbé el pene de Jimin y mío a la vez el cual comenzó a temblar y me aferró con fuerza a su cuerpo. Yo estaba seguro de que Tae estaba siendo masturbado por su hyung porque también estaba temblando. Todos hacía mucho que no teníamos esta adrenalina en nuestras venas y la anhelábamos como el aire, como el agua. Como la vida.

Mientras recuperaba mi respiración comencé a preguntarme cual sería la próxima vez que pudiéramos hacer esto. Me pregunte si cabía la posibilidad de que hubiese otra vez.

 

 

 

 

Capítulo 6                         Capítulo 8  

 Índice de capítulos

Comentarios

Entradas populares