DESDE EL ORFANATO [PARTE I] (Jimin x JungKook x V) - Capítulo 6
Capítulo 6
JungKook POV:
Una vez volvimos a la escuela le
adelantaron a Jimin las horas de Taekwondo, por lo que tuvo que ir directamente
después de clase y ya no pudo ir a buscarme más por algún tiempo. Tae pidió un
permiso en su escuela para poder salir cinco minutos antes con la excusa de
recogerme. Y así fue. Cada día que yo salía de clase, mi hyung ya me esperaba
allí.
Me gustó pasar más tiempo con él porque
nos conocimos mejor sin terceras personas, y una de las cosas que aprendí de
él, sin necesidad de que nadie me lo dijera, fue que realmente necesitaba a
Jimin. Comprobé que cuando venían juntos, él siempre estaba más animado. Y no
quiero decir que con migo no fuera feliz, sino que Jimin formaba parte de él, y
él, de Jimin. Para algo eran hermanos ¿no?
Y sin embargo, ellos eran muy diferentes.
Jimin estaba estudiando economía y matemáticas mientras que Taehyung estaba
enamorado de la música y la historia.
Recuerdo que en el camino a casa siempre
jugábamos a hacernos preguntas y eso nos ayudó a conocernos más y estar más
cerca.
Recuerdo cosas simple. Sus colores
favoritos eran el negro y el verde, al contrario que Jimin que son el azul y el
rojo. No le gusta el café pero ama el chocolate y los zumos de uva, como un
niño pequeño. No se ha metido nunca en peleas ni tiene buenos amigos.
Simplemente compañeros de clase o conocidos, al contrario que Jimin que tiene
muchos amigos con los que va a taekwondo. Tae ama la fotografía y siempre hace
fotos a Jimin cuando duerme. Me ha enseñado algunas muy vergonzosas alegando
que entre hermanos tenemos confianza.
…
Y así, sin darnos cuenta nos metimos en el
verano. Las notas de Jimin y mías eran muy buenas mientras que las de TaeHyung
no tanto, pero no les importó mucho a nuestros padres porque se sintieron muy
orgullosos de todos nosotros.
Nos llevaron de vacaciones a Busán. Fue la
primera vez que vi la playa. Gran masa de agua salada es como me hacen
definirla en clase sin embargo yo la llamo parque de juegos húmedo porque allí
mis hyungs y yo chapoteamos y nadamos todo lo que quisimos y más. Aquella noche
mis huesos dolieron como nunca. Y mi espíritu estaba lleno de alegría. Caí
rendido en los brazos de Jimin mientras me acostaba en mi cama. Yo no podía
pedir más.
…
Y el verano, terminó con mi cumpleaños.
Tras tenerme de aquí para allá, mis hyungs
se decidieron a volver a casa cuando en realidad los malditos tan solo me
habían estado entreteniendo para que mis padres montasen una fiesta en casa. Y
no pudieron tener una mejor idea que invitar a mis compañeros del orfanato. Mis
padres no quisieron entender que ellos formaban parte de una vida en mi pasado
que ya no quería rememorar y sin embargo no vieron mi cara desencajada cuando
llegué aquel día a casa. Solo les faltaba eso, una excusa como que a mí me
hubiesen adoptado y a ellos no para volver a golpearme. Creí que no serían tan
hijos de puta como para hacerlo en mi propia casa.
Me equivoqué.
Toqué mi nariz de la que no paraba de
brotar sangre y acto seguido limpié mis dedos húmedos en mi pantalón. Lloré
tragándome los gemidos y reprimiendo las convulsiones de mi cuerpo para que
nadie me encontrase en el baño llorando. Pero era algo que tarde o temprano
sucedería ya que yo era el anfitrión de mi propia fiesta.
Limpié las lágrimas de mis mejillas
manchando estas con sangre y al morderme el labio inferior para reprimir un
gemido vi que también habían roto mi labio con su brutalidad. Que yo pudiera
sentir no había nada más magullado en mi cuerpo más que unas cuantas patadas
fortuitas en las costillas que no fueron para preocuparse.
Oí mi nombre ser llamado por la chillona
voz de Jimin acercándose a mi cuarto, entró en el y yo tapé mis oídos
temiéndome oírle acercarse cuando en realidad lo que debía haber hecho fuera
tapar la boca por la que gemía y lloriqueaba. Lo vi aparecer por la puerta del
baño mirando alrededor cuando sus ojos me encontraron en el suelo sentado. Su
rostro palideció al instante ya de por sí. Preocupado por no encontrarme.
—¡TAEHYUNG! –apenas dos segundos más tarde
allí estaba él tornando su rostro tan desesperado como el de su hermano.
—Dios mío, ¿qué te ha pasado? –me preguntó
Jimin a punto de romper a llorar por la impotencia que sentía. Y la misma
pregunta me la repitió TaeHyung como si no la hubiese escuchado ya.
—Los chicos que estaban en mi orfanato.
Ellos me han golpeado. –No sé porque les contesté aquello. En realidad, una
pequeña parte de mi deseaba que Jimin se ensañase con ellos como con aquel
hombre que me quería meter en su coche. Pero yo solo me limité a decir la
verdad.
—¿Cómo? –dijo Tae sin poder creerlo.
—Eso no importa ahora. Vamos, ayúdame a
detener la sangre de su nariz.
Ambos me levantaron y me pusieron contra
el lavabo para lavar la sangre de mi cara y una vez la sangre volvió a gotear
de mis fosas nasales, ambas las taparon con dos bolas de papel. Jimin
desapareció por unos segundos y regresó con un botiquín de primeros auxilios
para curarme el labio abierto, y una vez estuvo todo bajo su control,
comenzaron las preguntas.
Les narré todo lo mejor que pude mi
experiencia aquí, me encontraron en el pasillo cuando bajaba del baño y tres de
ellos –les dije sus nombres— me trajeron de los pelos aquí, y acompañados de
insultos me patearon la cara y las costillas. Tras dejarme herido ya no tuve el
valor de bajar.
Aprovechando que estábamos en mi cuarto me trajeron ropa limpia y me cambié frente a ellos mientras revisaban mi torso de cualquier contusione pro al comprobar que manejaba bien el cambio de ropa no se preocuparon demasiado por ello.
Cuando la sangre de mi nariz se detuvo y
mis hyungs se calmaron me hicieron quedarme aquí dentro con la puerta bloqueada
por mi seguridad, y bajaron a la fiesta alegando que era tarde para mí y estaba
cansado y enfermo.
Una vez que todos los invitados se fueron,
mis hyungs regresaron y me hicieron bajar para que mis padres me vieran. Ahora
los golpes en mi cara estaban rojos y los del cuerpo también, fui un
espectáculo un poco lamentable. Mis padres casi se ahogan con su propia
respiración al verme así. En un principio casi culpan a Jimin y Tae pero tras
darles mi versión y implorar que no fue culpa de mis hermanos no pagaron nada
con ellos.
Me pidieron perdón por no haberme
consultado. Pero no fue su culpa, les dije que mi estancia en el orfanato había
sido normal. Sin incidentes.
Llamaron de inmediato a un doctor de
guardia para que revisara que mis golpes no habían sido graves, y por suerte,
no lo fueron.
Si soy sincero, y lo pienso, el
comportamiento de mis hermanos fue ejemplar. Ante todo se preocuparon de
comprobar mi estado y no se pusieron histéricos. Jimin en ningún momento no lo
ví arremetiendo contra nadie y no montaron escándalo. Me siento muy orgulloso
de ellos.
Aquella noche, tras que el doctor se
fuera, subimos los tres hermanos a dormir pero antes de que entraran en sus
cuartos solté al aire:
—No quiero dormir solo, no hoy. –ambos se
miraron y Jimin que estaba más cerca de mí me alzó en brazos y se dirigió a Tae:
—¿Dormimos hoy todos juntos?
—Vale –dijo Tae cansado—, pero a dormir
eehh…
Jimin rió corriendo con migo en sus
fuertes brazos adentrándose en la habitación de Tae. Yo reí por primera vez
hoy. Me hacía feliz su infantilismo tan propio de un niño caprichoso. Nos
metimos en las sábanas calientes y me abracé al cuerpo de Jimin pero él me
retiró y comenzó a susurrar el cumpleaños feliz para mí al que más tarde se
sumó Tae.
Reímos por unos minutos incontrolables
hasta que nuestras risas se degradaron a simples gemidos de cansancio. Una vez
se hubo silenciado el cuarto el tono severo de Jimin me heló los huesos.
—JungKook, ¿Por qué no nos contaste nada?
—Hyung –Mis labios formaron un pico
arrugado denotando claramente las pocas ganas que tenía de hablar sobre aquello—,
Yo tenía miedo de que si os contaba que me pegaban, me pegaseis vosotros
también. En el orfanato podía esconderme pero aquí… Cuando os conocí pensé en
contarlo pero a lo mejor pensabais que era un niño tonto y me devolveríais.
—OH JUNGKOOKIE~ —Dijo Tae tras de mí
abrazándome Jimin tan solo me miró serio y levantó una ceja pensativo.
—¿Nos ves tan malos como para devolverte?
–No supe contestar a eso en un primer momento ya que toda mi vida me habían
tratado tan mal que no pude llegar a conocer a nadie. Mis hermanos fueron las
primeras personas que me han querido. Por lo que acabé negando con la cabeza.
—Jungkook, —su voz fría estaba aun
presente—, hoy he sido benevolente porque eran niños. La próxima vez que
alguien te ponga una mano encima, mataré a quien haga falta. Y lo mismo por ti
Tae –dijo mirando a su hermano a mi espalda. Amos dos estábamos muy
sorprendidos.
—Si hyung –dijimos los dos a la vez.
Y nos dormimos.
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