DESDE EL ORFANATO [PARTE I] (Jimin x JungKook x V) - Capítulo 4
Capítulo 4
JungKook POV:
Un día nuestros padres nos avisaron de que
pasarían la noche fuera de casa. Y creo que me usaron de excusa para que mis
hyungs no hiciesen fiestas ni nada por el estilo. Aunque la verdad es que ellos
se portaron genial con migo aquel día.
Nuestros padres se fueron alrededor de las
nueve cuando ya era hora de cenar. Mis hyungs pidieron piza para todos y
cenamos juntos en el salón. Mientras yo comía ellos me enseñaban chistes sucios
o satíricos. Yo la verdad es que no entendí la mitad pero no me importaba,
porque ver a mis dos hermanos reírse tan felices me hizo sentir bien.
Más tarde, cuando ya no quedaban porciones
sugerí a Jimin hacer palomitas con chocolate y accedió encantada pero alegó que
era necesario acompañarlas con una película en su cuarto, Y todos estuvimos
encantados de escuchar aquello.
Subimos a su habitación yo con mi cuenco
de palomitas y Tae seleccionó una película demasiado complicada para mí y
demasiado infantil para ellos. Claro que ellos no le estaban prestando mucha atención
porque se susurraban cosas y de vez en cuando se reían descontroladamente.
Entonces, con Tae tumbado en la cama Jimin
se subió sobre él haciendo que toda la cama se moviese de la brutalidad con la
que lo había hecho. Esto provocó en mí un miedo instantáneo y me incorporé
frenando a Jimin.
—No hyung, no lo golpees.
Ambos me miraron incrédulos y perdidos.
Mientras, yo rememoraba la escena de Jimin sobre aquel hombre golpeándolo hasta
la inconsciencia.
—Tranquilo Kook. No me hace daño. –Dijo
Taehyung desde la cama. Su sonrisa provocada por mi inocencia me tranquilizó.
Me senté en la cama a su lado y los observé a ambos.
—A Tae Tae le gusta… ¿verdad? –Dijo Jimin
quitándose al mismo tiempo la camiseta, como si le estorbase. Éste cogió la
mano de hyung y le obligó a recorrer con ella su abdomen marcado. Y una vez que
este camino terminó, quedó en el muslo de Jimin—. Ah, TaeHyung. ¿A que no sabes
una cosa?
—¿El qué?
—El otro día nuestro conejito JungKookie
me besó. –Su tono de voz denotaba sorna. Y yo no pude evitar enrojecer.
—¿Cómo? –Tae fingió enfado—. No sabía que
tenías un Hyung preferido. –Ahora estaba simulando ofensa.
—¡NO NO HYUNG! –Grité—. No tengo favorito.
Yo os quiero mucho a los dos.
—Mentiroso.
—¡NO SOY UN MENTIROSO! –volví a vocear
golpeando las sábanas como un niño caprichoso. Como lo que soy.
—No te creo. Bésame.
No tardé un segundo en atacar sus labios.
Esta vez no fue un beso dulce que sirviera de consuelo como hice con Jimin,
ahora yo comí su boca hambriento por mi verdad. Cuando nos separamos nuestros
labios crujieron provocándome un escalofrío. Jimin nos miró con una sonrisa
sádica que me helaba la sangre. Y acto seguido me alzó en el aire sentándome
sobre mi hyung mirándolo.
Estaba sentado sobre algo duro, y Jimin no
paraba de mover mis caderas para que la fricción aumentara. Yo solo me reía en
mi ignorancia.
—Kookie… —Susurró Jimin en mi oído—,
muévete así. ¡Así, así, mi amor! A TaeTae le gusta. ¿Verdad?
Taehyung no parecía que le estuviese
gustando, en realidad su rostro denotaba sufrimiento. Ceño fruncido y labios
aprisionados por los dientes. Pero yo continué porque sus manos también me
obligaban.
—Ah, ah, ah, Jimin para voy a venir. –no
entendí que quería decir pero Jimin aumentó la velocidad de la fricción a la
par que los gemidos de mi hyung eran más altos y descontrolados. Y unos
segundos después, TaeHyung tembló como un animalillo con frío no sin antes
retorcerse debajo de mí. Todos nos detuvimos y TaeTae nos miró enrojecido.
—¿Qué tal amor? –Apareció Jimin sobre mi
hombro sonriendo.
—Has hecho que me corra en la ropa. Ahora
tengo que cambiarme.
Jimin me levantó de encima de Tae y
comprobó aquella parte en la que yo había estado sentado la cual estaba
cubierta por una mancha húmeda.
—Hyung hyung, yo no he sido –dije
preocupado. Y al parecer debí decir algo erróneo porque ambos hermanos crueles
se destornillaron de risa.
—No Kook, ha sido tu hyung sucio. Ven,
vamos a limpiar nuestro desastre. –Y diciendo esto bajó la ropa de mi TaeTae
haciendo que su pene húmedo fuera la único que ocupaba mi vista—, Ven, —dijo
Jimin de nuevo acercando mi rostro allí y dejándome ver como él chupaba y
limpiaba aquel liquido blanco que cubría su longitud.
Yo imité sus gestos y de vez en cuando, cuando
nuestras lenguas se encontraban aprovechaba para besarme salvajemente y olvidar
el falo delante de nuestras caras.
Una vez que estuvo limpio o que Taehyung
acabó avergonzado nos detuvo y se incorporó en la cama.
—Mi turno –gritó Jimin emocionado.
—¿Qué quieres que haga? –pregunto Taehyung
con una sonrisa sádica pero Jimin le superó en dar miedo cuando dijo.
—Tú solo no, no es justo. Ambos me
aliviareis.
—Vale, pero déjame empezar a mí.
Jimin asintió y Taehyung lo tumbó en la
cama poniéndose este último sobre él y se besaron feroz mente pero Jimin lo
detuvo.
—Tae deja esto ahora, no sé si puedo
aguantar mucho más.
Tae hizo un rastro de besos hasta la
cintura de los pantalones y una vez estuvo allí retiró el resto de su ropa. Me
llamó y obediente acaté su orden. Fuera cual fuera, seguí todas sus
indicaciones, como lamer su pene, como besarlo y chuparlo de manera que le
gustase a mi hyung. Antes de lo que pude darme cuenta TaeTae estaba ya
completamente desnudo y tocando su propio pene también
—Kook, ve a besar a hyung. –Asentí y saqué
el pene de Jimin de mi boca para dirigirme a sus labios, cuando vi a Tae
subirse sobre el falo de Jimin e introducírselo dentro de sí.
Ambos gritaron pero yo me limité a acatar
la ordenes que me habían impuesto —y que a mi tanto me gustan—, y besé su
cuello, a veces mordí, otras lamí. Supe que lo hacía bien porque la mano de
Jimin que no estaba sujetando la cintura de Tae estaba incitándome a morder o
lamer más fuerte aferrada a mis cabellos.
Mis hyungs se movían desenfrenados hasta
que un líquido viscoso salió disparado del pene de TaeTae y desde ahí sus
movimientos se ralentizaron y llegó un momento en el que se tumbaron agotados
en la cama intentando controlar su respiración.
La película ya había terminado y no nos
habíamos dado cuenta. Las palomitas estaban esparcidas por toda la cama y el
suelo. Las colchas y la ropa de Tae estaban mojadas todo era un completo
desastre. Y por si fuera poco, es muy tarde y todos deberíamos estar ya
durmiendo.
Y sin embargo, mis hyungs están atontados
con una sonrisa en la cara.
Taehyung fue el primero en caer dormido y
Jimin como buen hermano le arropó con las sabanas sucias –que al parecer no le
importó mucho a ninguno de los dos—, y este se levantó mirándome enrojecido.
—Kookie, —dijo en un tono suave para no
despertar a Tae—, ¿me ayudas a recoger este desastre? No quiero despertar con
hormigas invadiéndonos.
Amos reímos de su estupidez y mientras se
ponía un calzoncillo, yo recogí palomita por palomita todas las que cayeron al
suelo.
—¿Estas cansado Kookie? –me preguntó una
vez estuvo con migo.
—Si hyung.
—Has estado genial amor.
—Hyung, ¿qué ha pasado?
—Es difícil de explicar —comenzó a
trabarse con las palabras—, cuando dos personas se quieres de manera especial,
hacen el amor Kookie…
—Es muy sucio –dije poniendo caras al
recoger las palomitas.
Él cayó al suelo de risa. No sabía que
fuera tan gracioso.
—Mañana cuando vengan appa y eomma les
decimos que se nos ha caído refresco y palomitas ¿vale?
—¿Por qué nunca queréis decirles la
verdad?
—¿A qué te refieres Kook?
—Con lo del señor, y con esto.
—Kookie, lo de aquél hombre fue algo
casual, no queremos preocuparles, y esto… bueno ellos no creo que entiendan que
hacemos estas cosas.
—¿Por qué? –Él comenzaba a languidecer con
mis preguntas.
—Porque no está bien que entre hermanos…
Bueno. Kook. Esto ya está. Vamos a dormir. –No quiso terminar su teoría, pero
yo tampoco quise seguir. Me alzó en brazos y se metió con migo en la cama. Me
puso entre él y Taehyung y me dejó que lo abrazase como sabía que a mí me
gustaba. Mi cabeza en su pecho y sus brazos rodeando mi cabeza protegiéndome.
—Hyung –dije en un tono muy bajo.
—Mmm
—Te quiero hyung –él besó mi coronilla.
—Nosotros también te queremos. Duérmete
amor.
Y tan simple como con eso, me dormí.
Comentarios
Publicar un comentario