DESDE EL ORFANATO [PARTE I] (Jimin x JungKook x V) - Capítulo 2

 Capítulo 2

 

JungKook POV:

 

Con el paso de los días ellos me mostraron la magnífica comida aparte del arroz y las verduras, algo de lo que me había estado alimentando siempre. Probé tales manjares como la pizza y las hamburguesas, el exquisito sushi, los famosos espaguetis. Cada día comíamos algo diferente y los desayunos eran algo maravilloso.

Inmediatamente mis padres me inscribieron en un colegio donde podría seguir con mi educación. Entré con la esperanza de hacer nuevos amigos y comenzar una vida nueva, y la verdad es que no me resultó difícil. Todos los alumnos eran de mi misma edad con las mismas ilusiones que yo por conocerlos.

Cuando las clases terminaban yo esperaba fuera en la puerta a mis hyungs que venían a recogerme porque ellos asistían a un colegio mayor. Al que yo iría en unos años. Ambos salíamos a la misma hora por lo que siempre esperaba hasta que todos mis compañeros se iban y yo me quedaba solo. Pero no me importaba porque ver a mis hyungs aparecer por la calle y tener una excusa para salir acorriendo a su encuentro ya merecía la pena.

Un día mientras yo esperaba un hombre mayor se detuvo a verme allí sentado con la mirada en el suelo. Ya no había nadie. El tiempo amenazaba con llover por lo que no me quedó más remedio que acurrucarme con mi mochila en un trozo de acera. Aquel hombre, no recuerdo su rostro pero no importa recuerdo su cuerpo acercarse a mí. El me ofrecía ayuda, asilo, no sé. Yo no le entendía pero me negué a todo lo que me proponía. Le dije que mis hyungs estaban al llegar pero él se mofó de mí alegando que no mintiese.

Antes de que me dice cuenta me había zafado por el brazo y me levantó del suelo. Tiró de mí a un coche que estaba delante de nosotros, había estado ahí todo el tiempo. Yo tiré de él para que me soltara pero obviamente era más fuerte que yo.

Cuando estuvimos a un metro de que me metiera dentro del coche oí gritar mi nombre y vi a mis hyungs correr hacia mí. Aquel hombre me soltó en el momento en el que Jimin se abalanzó hacia él derribándolo. Tae hyung me abrazo y me apartó de allí queriendo taparme los ojos. Gritaba mi nombre como si me estuvieran matando y no paró de preguntarme si estaba bien. Solo lo hacía para distraerme de Jimin a su espalda golpeando aquel señor pero yo no pude evitar mirar. Aquella fuerza sobre humana en un niño de quince años golpeando hasta la muerte a un hombre que le doblaba en altura y peso.

Taehyung me soltó con lágrimas en los ojos y se dirigió a donde estaba Jimin para apartarlo e aquel hombre.

—Suéltalo ya Jimin. Vámonos a casa. Kook está aquí, él está bien.

Tae consiguió separarlos a duras penas mientras que de la sucia boca de Jimin no salían más que insultos y palabras feas impropias de un chico de su edad. Tae cogió mi mochila mientras Jimin me alzó a mí en brazos y nos alejamos de allí.

 

 

Estábamos en un parque, sentados los tres, recuperándonos de lo que acababa de suceder. Yo en realidad no estaba tan asustado como ellos. Es más, no estaban asustados, Tae estaba histérico mientras que se notaba que Jimin no se había desfogado suficiente con aquel hombre y sus puños cerrados golpeaban todo lo que se le ponía por delante.

Los hyungs mandaron un mensaje a eomma diciendo que nos quedaríamos a comer en un sitio que estaba de camino a casa. Ella no pareció poner pegas. Sin embargo aquello solo fue una excusa. Era un suicidio llegar así a casa.

—Jimin cálmate –Dijo tae por vigesimotercera vez en un minuto—, Ya ha pasado y estamos bien.

—Ese hijo de puta… si vuelvo a verlo te juro que…

—Ya basta Jimin… Mírate, tienes el uniforme lleno de sangre. ¿No crees que ha sido suficiente?

Nos mantuvimos en silencio por un tiempo, aunque yo no había dicho nada en absoluto desde hacía un rato.

—¿Qué hacemos ahora? –Pregunto Tae.

—Hyung… —Dije tímido—, tengo hambre.

Ellos se miraron y asintieron.

Antes de entrar en un sitio de comida rápida Jimin hyung se quitó el polo y lo llevó de la mano de tal manera que no se veía la sangre. Antes de pasar por el mostrador a pedir entramos directamente al cuarto de baño y candaron para que nadie entrara. Era un cuarto de baño diminuto en el que apenas cabíamos los tres. Nada más cerrar Tae sacó de las manos de Jimin su polo y lo metió bajo el grifo para mojarlo con agua y jabón. Frotó sobre las manchas y me recordó a las noonas de mi orfanato cuando nos manchábamos la ropa de barro.

Pero Jimin en vez de haberse tranquilizado explotó su ira contra las paredes que nos rodeaban aprovechando que ahora nadie nos veía. Tae aún con las manos mojadas se dirigió a él y lo sujetó de los brazos poniéndolo contra la cerámica del lavabo cara a cara.

No se dijeron nada y yo los observaba inmóvil de miedo. Ver a Jimin de esta manera me descolocaba por completo.

Juntaron sus frentes, y sus labios segundos más tarde, pero detuvieron el beso porque el cuerpo de Jimin se veía afectado por leves convulsiones. Síntoma de que estaba rompiendo a llorar. Lloró en el hombro de Taehyung como un niño pequeño. Yo me uní a él sin querer y comencé a pedir perdón no sé por qué, pero me vi en la necesidad de hacerlo. Tae se rió de aquello y se apartó de Jimin para cogerme en brazos y darme a éste que me aceptó encantado. Me abrazó desesperado y ahora era en mi hombro donde lloraba.

 

 

Por la tarde, cuando llegamos a casa yo subí enseguida como prometí que haría, quedamos en no contarles nada a nuestros padres. Una vez que estuve en mi cuarto escuché a través de la puerta y pude oír a mis hermanos y a mi madre.

—¿Se puede saber que le ha pasado al polo de Jimin? –Dijo mi madre.

—Este imbécil que lo llevaba de la mano y se le cayó en un charco. –Dijo Tae culpando a su hermano.

—¡No me llames imbécil! Tú me provocaste haciendo que me enfadara y gesticulara de tal manera que lo tiré.

—Vale niños, que no vuelva a pasar.

Me sentí muy orgulloso de mis hyungs, ellos era muy buenos actores.   

 

 

 

 

 

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