DESDE EL ORFANATO [PARTE I] (Jimin x JungKook x V) - Capítulo 14

 Capítulo 14

 

JungKook POV:



 Desperté poco a poco sintiendo mi cuerpo pesado y dolorido, pero feliz, muy feliz. Me incorporé en la cama y no ubiqué mi situación al principio pero luego comencé a recordarlo todo y mi corazón dio un vuelco de alegría. Yo estaba solo en aquel cuarto a oscuras mientras luz y voces entraban por la puerta. Me levanté y busqué mis calzoncillos encontrándolos por el suelo. Me los puse y salí. A medida que caminaba sentí que era imposible no cojear. El dolor en mi culo me estaba sobrepasando.

Una vez salí al salón mis dos hermanos estaban sentados en el sofá de espaldas a mí pero se giraron de inmediato al verme aparecer. Ambos sonrientes y felices. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que fue la última vez que los vi así de radiantes.

—Conejito –dijo Jimin levantándose del sofá. Ambos estaban vestidos. ¿Qué hora era?

—Hyung, ¿cuánto tiempo he estado durmiendo?

—Dos horas, ¿estás bien?

—Sí –reí porque su pregunta tenía un doble sentido—, pero no puedo caminar.

—Oh… Kookie… Ven aquí –dijo Jimin corriendo a mí y cogiéndome en brazos. Esto era muy vergonzoso pero me sentí de nuevo un niño.

—Ya no soy un bebé hyung, bájame. –exigí pero solo me soltó una vez me dejó sobre el sofá.

—Siempre serás mi conejito bebé. –dios mío. ¿Cómo se ha vuelto tan cursi?— Debíamos habernos aprovechado de tu cuerpo antes—. Dijo acariciando mi pelo pero su sonrisa pervertida me perturbaba.

Aplasté sus mejillas entre mis manos y besé esos labios tan hermosos y regordetes. Sonreímos infantilmente y TaeHyung se unió a nosotros. Todo era perfecto hasta que el todo grabe de Tae llamando mi nombre me sacó de la nube.

—Jungkook. –Me giré a él—, Hemos estado hablando, y queríamos saber tu opinión.

Jimin se sentó en el suelo frente a nosotros que estábamos en el sofá

—Kook. Os quiero, y no me gustaría perderos de nuevo. He pensado que estéis aquí más a menudo y bueno… —nos miró sonriendo.

Miré a mi hermano Taehyung y volví a ver en sus ojos esa fe, esa alegría. Esperanza, confianza. No en su hermano, en todos nosotros. Pero yo no pude evitar sacar todas las dudas de mi cabeza.

—Pero… ¿y SungJin?

—A partir de esta semana yo trabajaré, solo por las mañanas. Mi empresa ha contratado a más personal y no es necesario que esté allí todo el día, mientras que SungJin trabaja todo el día. –Tae estaba muy emocionado. Apenas podía estarse quieto en el sofá, su cuerpo se balanceaba como un niño pequeño.

—Mi trabajo me deja las tardes libres. Y JungKook solo tiene clases por las mañanas. Es perfecto.

—Cuando preguntaba por ella, no me refería a eso Hyung. ¿No la quieres? –todos nuestros rostros se ensombrecieron.

—¿Cómo voy a quererla? Yo os quiero a vosotros.

—Pero hyung. Estáis casados. Y le has puesto los cuernos con nosotros ahora. Y…

—¡Jungkook!

—Tae –calmó Jimin a este cuando gritó mi nombre—. Jungkook, me importa una mierda lo que ella sienta u opine. Yo quiero estar con vosotros y punto. Aré lo haga falta para ello.

Aquella última frase se grabó a fuego dentro de mí. Eso era exactamente lo que yo quería oírle decir. Es lo que le oía cada vez que nos defendió, cada vez que nos ayudó o nos animó. Cuando está ahí, cuando no lo está.

 

.

 

Los días pasaron y tal como dijimos, comenzamos a ir por las tardes. Algunos días iba Taehyung solo, otros yo, y otros los dos juntos. Nos acostumbramos a eso y no sentimos envidias unos de otros porque nos demostramos que nos queríamos. Llegábamos a las cinco, cuando su esposa se iba a trabajar, y regresábamos a casa cuando ella volvía a las once. A veces resultaba estresante tener que mantener unos horarios incluso para esto, pero en realidad, no teníamos otra opción.

Nos hubiera gustado estar con Jimin en el día de su cumpleaños, pero no pudimos aunque quisiéramos, toda la familia de su esposa acudió a su casa y nos dejó a un lado. Lo entendimos pero alegamos que haríamos una pequeña fiesta solo para nosotros.

Un día en el que Tae estaba ocupado con algo de sus clases decidí ir yo solo a casa de Jimin. Yo debía coger el bus o el metro para poder ir, pero Tae tenía la suerte de poder tener coche. Aagg…

Me senté en el asiento del bus una vez entré y me puse la música, pero esta se detuvo y fue sustituida por un pitido que indicaba que me acababa de llegar un mensaje.

——Jimin: Cariño, no vengas, SungJin está enferma y no sé si se va a ir.

——Jungkook: Hyung, estoy ya en el bus. ¿Qué hago?

——Jimin: Sin problema. Frente a la parada en la que te tienes que bajar hay una cafetería. Entra y tómate algo que bajo enseguida.

——Estoy allí en cinco minutos. Te quiero.

——Te amo.

Comencé a reír yo solo pensando en la posibilidad de que su esposa cogiera el móvil y viese los mensajes. Y al mismo tiempo que me reía los escalofríos llenaban mi cuerpo.

El bus llegó a mi parada y bajé observando las tiendas a mí alrededor. La casa de Jimin estaba a una manzana y tal como había dicho, la cafetería estaba frente a mí. Entré y nada más hacerlo una ola de calor ruborizó mis mejillas. Fuera comenzaba a hacer frio, por lo que al entrar me quité el abrigo y lo sostuve con el brazo mientras miré la lista interminable de cafés que había.

—Escoge un macchiato caramel. –Alguien susurró en mi oído—. Te gustará. 

Me giré y vi a Jimin en mi espalada sonriéndome. ¿Cómo puede hacerme sentir tan bien con tan solo sonreírme?

—Está bien.

Ambos tomamos el mismo café y me guió dentro de la cafetería donde no había ventanas. No hizo falta que me dijera porqué. Yo sabía que no quería que le vieran con migo pero lo entendí.

Una vez estuvimos en una mesa no nos costó comenzar una conversación. Él y yo siempre tuvimos esa facilidad para hablar de las cosas, algo que por el contrario yo no tenía con Taehyung. Tal vez no era problema mío. Si no una habilidad suya. No importa.

—Hyung. –Me miró dejando su taza en la mesa—. ¿No tienes miedo?

—¿Miedo? –me miró como si yo fuese un niño que busca monstruos en su propio armario.

—Si hyung. Miedo de que tú esposa nos pille. Miedo a que alguno de nosotros se canse de esta situación. Y en el caso de que todo se descubra, miedo a que nuestros padres no lo acepten. A que tu empresa quiebre por una imagen que no es un canon de familia perfecta.

—Para Kook. Claro que tengo miedo. De eso y de más cosas como que alguno de vosotros encuentre a otra persona y nos deje de lado. Como que mi esposa me ponga los cuernos porque yo no he tenido relaciones sexuales con ella. Ella insiste pero yo siempre le doy largas. Tengo miedo cada noche cuando dormimos juntos.

—Hyung, ven un día a dormir a casa –le supliqué.

—No debería Kookie…

—¿E inventarte una cena de negocios?

—Tampoco. Lo siento. Debemos acostumbrarnos a eso. –Suspiré removiendo la cuchara dentro de mi café que comenzaba a estar frío—. No estés triste amor.

—No lo estoy Jimin. Por fíe estamos juntos. Comencé a pensar que no volvería a verte jamás.

—No digas eso. Lo siento por todo, en serio.

—Ya está. Todo pasó. –Le di la mano y con mi dedo pulgar acaricié su piel.

—¿Puedo hacerte una pregunta? –Asentí—, Tae no me quiere hablar de esto pero quiero saber que tal lo ha pasado él este tiempo que yo no he estado.

—¿No te preocupas por mí?

—Tae ya me ha dicho de ti. Pero no de él.

—La verdad es que ambos estuvimos muy mal pero él ni siquiera tenía fuerza para disimular. Y tampoco fue siempre. Al principio sí, pero con el tiempo aprendimos a vivir con eso. Aun así, formaste parte de nuestra vida y era imposible no derrumbarse de vez en cuando. Él está muy ilusionado con esto Hyung, no quiero que lo vuelva a pasar mal, por favor.

—He aprendido Kookie. No volveré a dejaros, ni a permitir que nadie os haga daño.

—No me preocupa que alguien nos pueda herir. Me preocupa que nos hagamos daño entre nosotros.

Él asintió y continuamos bebiendo nuestro delicioso café. Tenía razón, me encantó.

 

 

 


 

Capítulo 13                       Capítulo 15               

 Índice de capítulos

Comentarios

Entradas populares