DESDE EL ORFANATO [PARTE I] (Jimin x JungKook x V) - Capítulo 11

 Capítulo 11

 

JungKook POV:



Mi hermano no me quiso decir qué había hecho con el anillo pero se había deshecho de él de una manera fría y sin sentimiento. De repente, un día, ya no lo portaba en su dedo. Alegó haber actuado igual que su hermano y simplemente lo dejó aparte pero yo estaba seguro de que lo había escondido en algún lugar donde poder recuperarlo fácilmente para tenerlo presente. Él no lo superaría. Y yo tampoco. Pero ya le dije: no es cuestión de superarlo, si no de aprender a vivir con ello.

 

 

Había ido a beber agua a la cocina antes de entrar en mi cuarto para dormir cuando veo a TaeHyung sentando de piernas cruzadas en mi cama.

—¿Hyung?

—Kookie… ¿Puedo dormí aquí esta noche?

Él fue directo a su deseo sin dar rodeos que eran innecesarios porque sabía que yo estaba más que dispuesto a ofrecerle todo lo que necesitase. Asentí ilusionado y a medida que yo me acercaba él se iba introduciendo en mi cama amoldándose al colchón. Una vez estuvimos frente a frente me sentí curioso:

—¿Por qué ahora?

—Porque te echo de menos. –Lo dijo con una solidez en sus palabras que me causó escalofrió pensar que tan vez, esas palabras no estaban dirigidas a mí.

—¿De verdad?

—Sí. Ayer estuve recordando cuando te trajimos a casa, y aquella vez en la que te enfadaste y te buscamos por la casa durante horas y en realidad estabas en mi cama durmiendo. Echo en falta estar contigo. A veces más que incluso con Jimin.

—Yo también Hyung.

—Has crecido tanto…

—No es cierto. Sigo siendo tu pequeño conejo. –Ambos reímos de aquello y acto seguido me besó con sus húmedos labios que enseguida fueron correspondidos.

El beso era tan delicado, tan tímido que nadie diría que nos hemos pasado la vida besándonos. Su lengua pudorosa no se atrevió a aparecer hasta que la mía no entró en juego. El tenía miedo de equivocarse cuando nunca había tenido cuidado con estas cosas. Llegué a la conclusión de que su corazón tal vez estuviese realmente quebrado incluso conmigo. Por eso estaba calculando sus movimientos débiles

Me cansé de aquellas sutilezas y me subí en su regazo y entrelacé sus cabellos en mis manos y junté nuestros rostros todo lo que nos permitían los labios mientras, él, pasó sus manos por mi espalda provocándome escalofríos involuntarios.

—Quiero hacerlo ahora Kookie.

—Vale hyung. –me conduje a bajar su ropa para lamer su pene pero él me detuvo arrodillándome sobre la cama, no sin antes haberme dejado completamente desnudo. Esto era muy vergonzoso porque me dejó completamente expuesto a él. 

—Voy a prepararte pero va a doler. –asentí porque aunque esta era la primera vez que me hacían esto, yo había visto a Tae sufrirlo muchas veces, y a Jimin otras cuantas, y podía hacerme una idea de lo que esto suponía.

Introdujo uno de sus dedos manchados de lubricante frío. La temperatura ayudaba para el escozor y malestar que este provocaba dentro de mí. El primer dedo no era para tanto. El problema eran los dos siguientes y una vez hubo tres dentro de mí, me vi obligado a morder la almohada frente a mí por miedo de gritar y que nuestros padres nos oyeran.

Con el paso de los segundo el dolor disminuía y comencé a disfrutar de esa sensación de calor dentro de mí. Me moví en contra de sus dedos y él entendió que ya estaba listo. Me giró y se tumbó sobre mí besando todo mi cuello y marcando bien aquella zona, mientras, su mano no había parado de masturbarme y no podía pedir más. Podía correrme ya pero él detuvo los movimientos y me preguntó.

—¿Puedo? –susurró untando mi entrada con el pre semen que goteaba de su pene frotándolo allí.

—Ten cuidado.

—Kookie, si quieres, podemos parar aquí. Aun eres joven y…

—No. Ahora. Te quiero.

Besé su boca con toda la ilusión del mundo y él entró lentamente en mí partiéndome en dos. El dolor como el infierno me quitó las fuerzas por un momento. Fuerzas que recuperaba con el tiempo.

—Oh Kook. Eres jodidamente caliente. –Sus palabras producían descargas en mi polla que pedía ser tocada de nuevo y no me quedó otro remedio que acatar sus ordenes porque Tae estaba muy preocupado por levantar mis piernas por encima de él y llegar rápido y certero a mi próstata.

Una vez golpeó allí sentí perder hasta la última gota de juicio que albergaba en mi mente y temblando me abracé a su cuerpo como si fuera este la causa de mi sentimiento. Me impulsé contra él para que las estocadas fueran más intensas y cuando el éxtasis me izo caer en el abismo mi pene celebró su alegría manchando nuestros abdómenes. Él se corrió dentro de mí pocos segundos más tarde.

Su rostro frente al mío mojado de una capa de sudor brillante. Me enamoré de esa expresión perdida y cansada que tanto me gustaba de él. Me enamoré de su sonrisa cuadrada que fuera cual fuera la situación te hacía sonreír a ti también. La decisión y personalidad que tiene. La valentía y la fe que me inspiraba.

Ya no sonreía como antes. Ya no tenía motivo. Ya no tenía metas ni personalidad suficiente como para salir de esta. Ya no era mi Hyung. Muchas veces lo miré y me mataba un poco saber, que dependía tanto de otra persona para poder ser él mismo, porque él es una parte de Jimin.

A veces se sorprende a sí mismo haciendo expresiones que haría su hermano mayor y se detiene. No le queda otra que asimilar su reacción y rememorarla. Rebobinarla en su mente hasta la saciedad. Hasta que el recuerdo se torna olvido.

Y una vez ambos recobramos el aliento, nos miramos y sonreímos. Él tumbado a mi lado en la cama, ambos arropados con las sabanas, había sido la mejor experiencia de mi vida. Pero me desilusionaba saber que la suya probablemente no. El habrá tenido orgasmos más fuertes o más dulces. Con la persona a la que realmente ama. Yo tan solo soy otro más en su fantasía. Soy hermano igual que Jimin, pero yo sé que si uno de nosotros falta, ya no se puede llamar orgasmo.

Aquella noche dormí de un tirón. Hacía mucho tiempo que no dormía así de bien.

 

 

 

 

Capítulo 10                       Capítulo 12               

 Índice de capítulos

Comentarios

Entradas populares