AMNESIA [PARTE III] (Jimin x JungKook x YoonGi) - Capítulo 12

Capítulo 12

 

JungKook POV:

 

Una semana y media más tarde las cosas han seguido una extraña normalidad. Mis padres regresaron y las llamadas finalizaron. Los asaltos a mi puerta también. No volví a tener noticias de ninguno de los dos y con el paso de los días me sentía mejor. Poco a poco iba superando su ausencia aunque el primer día doliese hasta hacerme llorar. El segundo también lloré pero menos, tan solo cuando llegó la noche y me quedé a solas con mis pensamientos. Después mis padres regresaron y me vi en la obligación de guardar mi llanto y reprimirme todo lo posible frente a ellos. Me preguntaron qué tal todo y con la más dulce de mis sonrisas les contesté que nada nuevo había sucedido y que había estado todo el día aquí metido pintando, pero tras enseñarles mis humildes progresos tuve que alegar que también estuve durmiendo más horas de lo habitual.

Ellos parecieron desinteresados y yo no quise dar más explicaciones. Los días pasaron poco a poco hasta llegar el miércoles y verme sumido en la más absoluta de las desesperaciones cuando me llegó un mensaje de Jimin con un tono serio, agradable y confiado de que iba a contestar.

“Ven a casa de Yoongi, tenemos que hablar de algo. Te prometo que nada de encerronas ni te intentaremos retener. Por favor, es importante.”

Contesté desinteresado.

“Si es algo tan serio dímelo aquí.”

“No, pequeño. Tenemos que hablarlo los tres.”

Contesté con un mero “Ok” y me dispuse a ducharme y vestirme pensando en qué diablos tendríamos que hablar y me miré fijamente en el espejo de mi cuarto antes de salir pero aun no estaba convencido de qué es lo que verdaderamente tenía que hacer. Me sentí completamente humillado al asistir de esta forma tan sumisa pero cuando el rencor estaba haciendo mella proponiéndome darme la vuelta, ya me encuentro frente a la puerta de la casa de YoonGi con mi mano presionando el timbre con los dedos temblorosos y mordiendo mi labio con fuerza. No es YoonGi quien me abre, para mi sorpresa, sino Jimin con una radiante sonrisa como si realmente esta fuera su casa. Maldita sea, olvidaba que realmente lo es.

–Kookie… me alegro tanto de que hayas venido. –Me dice y me hace pasar dentro lo cual hace que me dé un vuelco al estómago al encontrarme una vez entre estos muros que guardan muchos recuerdos en mi mente. Seguro que hay mucho más y mejores en los de la mente de Jimin. Y mucho peores.

–¿Y Yoongi? –Pregunto buscándole con la mirada.

–Ha bajado a comprar algo de comer. Tardabas mucho…

–Hum. –Digo desinteresado–. ¿A qué estas reuniones, hyung?

–Te marchaste la última vez… –Suspiro y miro alrededor. Sobre la mesa encuentro unos documentos y él me mira asintiendo.

–Hemos ido ya al juzgado, nos ha concedido el divorcio. –Le miro un poco atónito.

–¿Eso es lo que tenías que decirme? Muy bien, pues me marcho. Enhorabuena. –Me giro pero él me retiene del brazo con lo que yo me giro a él de nuevo.

–Eso no es… –Niega con el rostro–. No te marches aún, por favor… Pareciera que no te alegras de que nos hayamos divorciado…

–Me trae sin cuidado.

–Así podrás estar con YoonGi todo lo que quieras sin tenerme de por medio.

–¡Otra vez con eso! ¿Qué diablos te hace pensar que quiero estar con él?

–Has estado con él durante un año entero…

–¡Y tú muchos más! ¿Qué desaparezca de vuestras vidas no os da a entender que ya no quiero saber nada de vosotros? –Muerdo mis labios mientras un par de lágrimas recorren mis mejillas y como si de un resorte se tratara él se silencia y posa sus manos en mi rostro, las cuales yo aparto pero insiste en seguir acariciándome las mejillas para limpiarlas de lágrimas.

–No llores, mi niño…

–No soy tu niño. –Murmuro pero apenas me sale la voz y comienzo a gimotear el llanto obteniendo su hombro como refugio.

–Vamos, ven. Siéntate aquí. Te traeré un vaso de agua. –Me deja en el sofá donde yo cubro mi rostro y él me trae un vaso de agua del que bebo para eliminar el nudo en mi garganta pero no desaparece y el agua duele en mi tráquea. Jimin pasa su brazo por mis hombros–. ¿Ya pasó? ¿A qué viene llorar? Pensé que eras un niño grande ya…

–Déjalo. –Le digo negando con el rostro–. Lloro porque quiero.

–¿Sí? Pues deja de querer llorar. –Hace un puchero y yo me seco los ojos con los dorsos de las manos–. Antes de que se me olvide, tengo un regalo para ti. –Frunzo el ceño mientras me levanto y él camina delante de mí al dormitorio y le veo corretear a su mesilla de noche y sacar una pequeña cajetilla de color negro con un lazo rojo cerrándola. Yo me acerco hasta él y me la extiende con una enorme sonrisa en los labios–. La he escondido aquí porque no quería que YoonGi me la viera y se pusiera celoso. –Hace un irresistible puchero y cojo la cajetilla para desenvolverla y abrirla para descubrir en su interior de terciopelo forrado un collar de oro con un arco y dos flechas. Estas dos están sobre el arco, a punto de ser disparadas.

–¿Y esto? –Pregunto confuso.

–Lo he encargado así para ti. ¿No es lo que me dijiste? Cupido se ha clavado dos flechas. Tú eras Cupido, ¿cierto?

–Hyung…

–¿Qué ocurre? ¿No te gusta? –Hace de nuevo ese estúpido puchero y vuelvo a llorar de nuevo pero esta vez me refugio en sus labios. Con mi mano en su nuca le atraigo a mí e intensifico el beso todo lo fuerte que puedo hasta hacerme fruncir el ceño. Hasta hacerle sujetarse en mis hombros. Cuando el beso termina no tengo ojos para enfrentarle y los cierro mientras me muerdo los labios con la respiración agitada y las manos temblorosas. Él no le da la mínima importancia y me hace sentar en la cama mientras me dejo hacer por él. Con sus pequeñas y delicadas manos agarra el collar de oro y me hace mirarle para colocármelo en el cuello. Tarda al menos cinco segundos en amarrarlo a mi nuca y esos cinco segundos escondo mi rostro en su cuello. Pasa el tiempo suficiente como para que no pueda ceder ante el autocontrol y cuando se aleja de mí le miro con ojos suplicantes. No necesita más para besarme de nuevo pero lo que él creía que iba a ser un simple sello es algo mucho más intenso. Su lengua se introduce en mis labios y antes de darnos cuenta le estoy arrastrando a la perdición agarrando su camiseta y tirando de él para que se suba en mi regazo. Una vez está su trasero en mis manos ya nada hay que hacer. Yo he perdido el control y él también.

–Mmm… Kookie… ¿Duro ya tan rápido? –Me pregunta restregándose sobre mi pene y yo gimo dolorido mientras aun siento mis mejillas húmedas por las lágrimas que adoraban mi rostro. Me dejo caer en el colchón mientras él se balancea sobre mi vientre y con mis manos en su cintura le muevo a una velocidad más rápida.

–Me pierdes, Jiminie…

–Dime “hyung”… me pone más. –Me dice sonriendo y yo retrocedo en la cama hasta estar tumbado por completo y él camina hasta mi cintura para deshacerse de mis pantalones a toda velocidad y yo me deshago de mi camiseta para verle devorar mi pecho con violencia. Sus dientes recorren mi piel desde mi cuello hasta mi vientre y poco a poco desciende hasta quitarme los calzoncillos lo que me hace pensar que él se limitará a sacarse el pene y penetrarme pero al contrario de lo que creo, se deshace de toda su ropa y se sienta en mi regazo autopenetrándose con mi pene. Yo le sujeto desde la cintura y él cierra los ojos con fuerza y comienza a murmurar–. Rápido, Kookie, antes de que YoonGi venga.

–¿Se ha ido muy lejos?

–No mucho. Vamos, ah… ah… –Comienza a moverse estando yo dentro de él y le abrazo la cintura mientras beso y muerdo sus clavículas. Sus manos se han desplazado de mis hombros a mi nuca y sujetan fuertemente mi cabello mientras encoge sus hombros, temblando. Sus manos están expresando su dolor en la forma en que se sujeta a mí y sus piernas a veces no quieren hacerle descender pero yo continuo con las embestidas. La luz de la tarde entrando por las ventanas hace que pueda ver perfectamente cada pequeña perfección de su cuerpo y cómo brilla por el sudor que comienza a traspasar su piel.

–Gime mi nombre. –Le suplico como me pidió a mí y lo hace entre gemidos lastimeros.

–Humm… Humm… koookiee… mmmm… ah… Kookiee…

–¿Qué diablos…? –Oímos una voz y rápido un sudor frio nos recorre a ambos y salgo de él mientras nos revolvemos para mirar al rostro que sujeta la puerta con expresión confusa y descompuesta. Sorprendida pero al mismo tiempo avergonzada y nerviosa. Un YoonGi tembloroso sujeta la puerta del cuarto mientras nos mira a ambos de arriba abajo y como Jimin se desenvuelve entre las sábanas deshaciendo la cama para cubrirse con la manta bajo nuestro cuerpo.

–Yo… –Dice Jimin confuso y avergonzado. Yo solo me cubro mis partes con mis manos–. Yo, lo siento, YoonGi…

–¿Con que despidiéndote de él por segunda vez, hum? –YoonGi entra sin pudor alguno al cuarto y Jimin retrocede en la cama confuso y avergonzado mientras que YoonGi coge uno de sus brazos y le zarandea intentando sacarle de la cama–. ¿Debería golpearte, Jiminie? –Le pregunta recordando como Jimin quiso golpearme a mí cuando fue él quien nos descubrió a YoonGi y a mí–. Estúpido calienta pollas… –Jimin se revuelve unos segundos a mi lado mientras YoonGi le zafa del brazo y yo solo tengo el instinto de coger a YoonGi de ambos brazos, apartarlo de Jimin y caerle en la cama para sentarme sobre él para inmovilizarle. Solo entonces, cuando me mira con ojos titilantes por la impresión recuerdo que estoy completamente desnudo y con una dolorosa erección entre mis piernas. De repente y ante sus ojos bailando por mi cuerpo sonrío avergonzado y Jimin me mira curioso de mi reacción–. Apártate de mí, Jeon.

–No quiero, hyung. –Le digo con una amplia sonrisa y me inclino besando sus labios. Rápido y fugaz, pero dejando a los dos confusos y desorientados. Yoongi me mira enfadado pero más bien como un niño al que le han quitado su juguete, porque su enfado se ha tornado infantil vergüenza.

–Jeon, ¿Qué haces? –Me pregunta y acto seguido Jimin se sienta en el borde del colchón recogiendo sus calzoncillos.

–Yo me voy. –Dice avergonzado pero yo no le dejo huir y le agarro por el hombro inclinándole de nuevo sobre el colchón y me subo también a su regazo, con mis piernas entre cada una de las suyas y apoyándome con mis manos en sus pechos para no dejarles marchar–. ¡Qué… qué…!

–¡Shh! –Les chisto a ambos–. Se acabaron las tonterías, los celos y las despedidas de mierda. ¿Entendido? –Ambos me miran como si hubiera enloquecido, y tal vez así sea cuando me atrevo de nuevo a besar los labios de YoonGi que esta vez me reciben menos sorprendidos pero igual de incómodos. Ahora beso a Jimin y YoonGi se revuelve bajo el peso de mi mano unos segundos pero después acaba tan solo siendo espectador de la escena.

–Joder… esto es muy raro de ver. –Dice y le miro sonriendo para internar mi rostro en su cuello y susurrar…

–No me digas que no lo has pensado nunca…

–Estás mal de la cabeza, Kook. –Está a punto de revolverse de nuevo hasta que escucha los gemidos de Jimin a su lado.

–Kookiee… ahhh… mmm… –Mi  mano aliviando su dura erección le hace deshacerse de cualquier intento de huir y yo me apoyo mejor sobre el cuerpo de YoonGi mientras mi mano izquierda masturba la polla de Jimin, tan adorable, tan húmeda, tan caliente. Yoongi lo mira confuso pero después celoso.

–¿Tengo que convencerte a ti también? –Le digo y él me mira frunciendo el ceño pero después me aparta la mirada y aprovecho para sentarme más cómodamente sobre su vientre y moverme con un suave vaivén sobre su cintura. Con mi mano libre retiro un poco de su camiseta mostrando un poco de su vientre lechoso y suave. Me siento ahí y me toco mientras su atenta mirada pasa de Jimin a mí alternativamente–. Elige, hyung. O me la chupas o se la chupas a él. –Le señalo a un Jimin doliente a punto del orgasmo y Yoongi me mira un poco retraído. Aún avergonzado–. Está bien, elijo por ti. Jimin, levántate, ponte sentado en el cabecero.

Jimin me obedece sumiso y salgo del vientre de YoonGi para acercarme a este y besarle apasionadamente hasta que se pierde con mi lengua en el interior de su boca y comienzo a desvestirle poco a poco. Sus manos se vuelven temblorosas cuando le he desvestido por completo pero se reafirman cuando me separo de él y le hago girarse y ponerse a cuatro con la polla de Jimin frente a sus ojos. Jimin y él se miran nerviosos pero tienen ya la confianza suficiente como para satisfacerse y YoonGi comienza a lamer su pene.

Me aseguro de que Jimin disfruta para después ponerme tras YoonGi y abrazar su cintura recorriendo su espalda con besos y chupetones. Jimin comienza a gemir y YoonGi acelera su mamada. Poco a poco todo se vuelve más intenso y no me corto para inclíname sobre el trasero de YoonGi y lamer sus cachetes y su entrada. Ahora YoonGi también gime y tras meter mi lengua introduzco un par de dedos, lo que él recibe bien gustos y tragándomelos dulcemente. Los meto hasta el fondo y expando su entrada mientras con mi otra mano masturbo una erección que comienza a estar presente en él.

Nada más estoy a punto de meterme en YoonGi, Jimin se corre en su boca y YoonGi se saca su pene de entre sus labios. Lo lame unos segundos eliminándolo de semen y se traga todo lo que se ha corrido dentro. Yoongi ahora gime más libre y Jimin se acomoda debajo del cuerpo de YoonGi mientras este lee sus intenciones en sus ojos y se prepara para penetrarle pero yo lo hago por él conduciendo su pene dentro de Jimin. Jimin gime nada más tenerlo dentro y yo apoyo mis dos manos en los glúteos de YoonGi para empujarle y embestir a Jimin con el gesto. Ambos gimen y esto me hace sentir una ardiente adrenalina recorriéndome. No me aguanto más a penetrar a YoonGi quien se detiene dentro del cuerpo de Jimin y espera a acomodarse a mi volumen.

La primera estocada nos hace gemir a los tres y a ambos nos abraza el mismo cálido abrazo de complicidad que necesitábamos. El sonido es tres mil veces más excitante de lo que habría imaginado y la sensación de posesión ante la situación, incalculablemente poderosa. Soy yo quien guía a los tres y no tengo paciencia alguna para el sexo. Me muevo desenfrenado haciendo que la cama también se queje con la velocidad y las estocadas. Jimin es el más escandaloso de los tres agarrándose con uñas a la espalda de YoonGi y gimiendo con un registro más agudo del que le había escuchado jamás. Con una de mis manos agarro uno de los tobillos de Jimin y abro más sus piernas haciéndole gritar más. Como no tengo suficiente con oír sus gemidos me inclino y le beso recibiendo de YoonGi una mirada celosa que me hace amarrarle del cabello y besarle también.

Con un par de estocadas más es el siguiente en venirse dentro de Jimin y salgo de YoonGi para ver como poco a poco sale intentando recoger el semen que gotea de su entrada y me extiende los dedos manchados. Los lamo gustoso y ahora soy yo quien cae a la cama ante su posesividad. Vuelve a introducir los dedos en el ano de Jimin y los dirige a mi entrada para lubricarla. Mientras me dilata Jimin me besa en el cuello y se incorpora un poco para amoratar mis pezones con sus dientes que me hacen incluso un poco de sangre. Yo me dejo hacer mientras con mis manos libres agarro las sábanas bajo mi cabeza. Yoongi se coloca entre mis piernas y me penetra con violencia para comenzar a embestirme antes de acostumbrarme y comienzo a gritar dolorido. Jimin me mira con un puchero mientras lloriqueo y se dirige a mi polla para chuparla unos segundos calmando mi dolor. Cuando cree que me he acostumbrado se yergue y se coloca detrás de YoonGi para ponerle a cuatro y penetrarle con cuidado.

–Yo… Yoo… Yoongi… ¡ahh! ¡Humm! Más… más hyung… –Gimo. Ya no es él quien nos dirige sino Jimin con sus tiernas y endebles embestidas que llegan lentas pero profundas hasta lo más dentro de mí. Muerdo mis labios mientras él hace lo mismo y YoonGi cierra los ojos respirando ya con dificultad.

–Tócale al niño, que se corra ya… –Le dice Jimin a Yoongi mientras le come la oreja y YoonGi me comienza a masturbar rápido, acompasando las embestidas con la mano. Me corro antes de darme cuenta y mancho todo mi vientre con mi semen. Jimin sale de YoonGi cuando se da cuenta y este me lame el vientre manchado. Jimin se masturba dolido de nuevo y me mira con una ceja alzada–. ¿Una ronda más, pequeño? –Asiento aturdido y se sienta sobre mi vientre–. Terminemos como hemos empezado…

Se sienta poco a poco en mi polla antes de que deje de estar dura y comienza a montarme apoyándose en mi pecho pero YoonGi nos mira masturbándose y entrecierra los ojos pensando en algo. Se conduce a la espalda de Jimin y agarra sus pectorales mordiendo y besando su cuello con posesividad. Jimin gime de nuevo de esa forma tan dulce y melosa pero termina cuando se detiene y agarra el brazo de YoonGi deteniendo lo que estuviera haciendo.

–Ni se te ocurra, mi culo no aguanta dos dentro… –Yoongi hace un puchero pero el puchero de Jimin es mucho más poderoso y coge a YoonGi de la cintura y le reconduce delante donde se sienta también sobre mi pecho pero de cara a Jimin y se besan mientras Jimin alza su cadera y hace que se siente sobre su pene. Yoongi sobre Jimin y Jimin sobre mí. Cuando las embestidas no podían ser más profundas tener el peso de ambos sobre mí me hace llegar hasta el fondo de Jimin donde este gime perdido en el placer. Con una de mis manos en el trasero de Jimin y la otra en el de YoonGi frente a mí cierro los ojos y les dejo hacer mientras ambos se las apañan para no desmoronarse sobre mí, no al menos hasta que no nos alcanza el orgasmo a todos y caemos rendidos sobre el colchón, con Jimin a mi derecha y YoonGi a mi izquierda. Nuestras respiraciones se acompasan en la desmesurada irregularidad y Jimin es el primero en soltar una carcajada avergonzado. Yoongi le sigue.

–No te quejarás de la despedida… ¿eh? –Le dice a Jimin y este se toca el vientre, riendo.

–De ahora en adelante tendréis que acostumbraros a hacerlo sin mí. –Dice y yo me incorporo apoyando mi espalda en el respaldo y me cubro con las mantas. Suspiro mirando mis manos y YoonGi es el primero en incorporarse y Jimin le sigue pasando su brazo por mis hombros–. ¿A qué viene esto ahora, pequeño? ¿Hay algo que no sabemos?

–Yoongi, tu y yo no podemos estar junto… –Yoongi me mira decepcionado–. Me mudo a Busán a finales de verano. –Ambos me miran sorprendido y yo siento una repentina liberación en mi pecho–. Los dos últimos años de la carrera son específicos de pintura solo en Busán y es en lo que me quiero especializar. Aquí solo está el de textiles y el de ebanistería. –Muerdo mis labios y de repente siento un gran beso en mi mejilla por parte de YoonGi sentado a mi vera.

–¿Por esto todo lo que me has hecho pasar? ¿Todo este tiempo has estado rehuyéndome para no tener que contarme esto? –Me mira con ojos tristes pero cálidos. Yo comienzo a llorar por la sensación tan cálida en mi pecho.

–No quiero hacerte ilusiones, hyung. No quería que pensaras que podíamos estar juntos…

–Mi pequeño, no llores…

–Quédate con Jimin, por favor. Quedaos juntos, ambos hacéis muy buena pareja… –Yoongi niega con el rostro y Jimin sonríe triste–. ¿Qué… qué ocurre?

–Yo me voy a Gunsan. –Habla Jimin tranquilo y yo doy un respingo asustado–. La franquicia a abierto allí una sucursal y quieren que sea yo quien se encargue de todo. Me han ascendido a gerente de la sucursal en Gunsan.

–¿Cómo?

–Les hablé de mi divorcio y me ofrecieron la oportunidad… no puedo desperdiciar la oportunidad, y tú tampoco puedes hacerlo. –Me dice serio–. Os quiero, mucho. Pero cada uno tiene que seguir su camino. Siento haberte hecho sentir tan mal, Jeon, al pensar que vosotros dos acabaríais juntos, pero al parecer ambos tenemos que dejar esto atrás.

–Vais a dejarme solo. –Dice YoonGi con ojos tristes y un puchero en los labios mientras baja la mirada y yo me abrazo a él con fuerza–. Si me lo hubieras dicho antes, Jeon, podríamos haber aprovechado todo este tiempo…

–Hyung… hyung, te quiero tanto… perdóname por todo. 

–Yoongi. –Habla Jimin–. Quédate con la casa, no la vendas. Me encanta. –Jimin se abraza a mi cintura y besa mi hombro desnudo mientras yo oculto el rostro en el cuello de YoonGi ocultando mis lágrimas.

–¿Entonces…? –Pregunto a la nada–. ¿Este es el final?

–No. –Dice Jimin a mi espalda mirando a YoonGi con ojos divertidos–. Solo el comienzo de una nueva vida.

 



Capítulo 11         Capítulo 13 [Final]     

 Índice de capítulos

 

Comentarios

Entradas populares