AMNESIA [PARTE III] (Jimin x JungKook x YoonGi) - Capítulo 10
Capítulo 10
JungKook
POV:
Poco a
poco me revuelvo entre las sábanas que extrañamente están más tirantes que de
costumbre. Puedo sentir como un calor humano se acomoda más plácidamente a mi
lado en el colchón y sin abrir los brazos el olor de Jimin llena mis fosas
nasales haciéndome dar un vuelco al corazón. Mis ojos se abren de golpe al
principio asustado por la situación pero tras que los recuerdos regresen, el
nudo en el estómago desaparece poco a poco y me giro a él para verle dormir con
un permanente y artificial puchero en sus labios al aplastar sus mejillas
contra la almohada. Mis ojos bailan por su rostro adormecido mientras sus ojos
se mueven inquietos bajo los párpados. Frunce su ceño y vuelve a desfruncirlo
para seguir respirando con normalidad.
Intento
con todas mis fuerzas resistirme a no tocar su pequeña nariz achatada y a no
estrujar sus mofletes. Me resisto a no peinar su flequillo desparramado por mi
almohada y a no robarle un poco de manta porque apenas me ha dejado, arrullado
como está y con las manos enganchadas al borde como un niño asustado. Pero sin
quererlo, no puedo resistir por más tiempo a besar sus dulces labios que me
reciben con gusto y cariño. Solo un sello que repito dos veces más hasta que él
continúa uno de ellos prolongando la estancia de mis labios sobre los suyos.
Varias veces gime en el beso y mis manos vagan a su cintura para atraerle a mí
y cuando nuestras caderas rozan sus labios se despegan de mí para gemir más
alto.
–Yoongi
hyung... –Yo detengo el beso y me aparto despacio analizando el nombre salido
de sus labios y ante el repentino parón, él abre los ojos sorprendido por la
escena que se encuentra frente a él. Mira a su alrededor aturdido y yo le dejo
situarse mientras veo como su mirada regresa de golpe a la realidad. Yo suspiro
y mientras él se desploma en el colchón un poco mareado aun por el sueño yo me
quito la sábana de encima y me dispongo a levantarme entre el silencio que se
instala, pero él me detiene por la cintura–. Lo siento, Kookie. Estaba un muy
dormido… –Se excusa.
–No
importa hyung, lo entiendo…
–No,
Kookie. De veras. Han sido muchos años despertándome al lado de YoonGi y me he…
–He dicho
que lo entiendo. –Le corto. Le sonrío para que la violenta situación no parezca
tan grave–. No pasa nada.
Termino de
levantarme y me pongo mi ropa interior caída en el suelo para después caminar
hasta salir del cuarto y conducirme al baño para orinar. Cuando regreso me
encuentro a Jimin poniéndose los pantalones y mirándome con una sonrisa tímida.
–Seguro
que a él le pasó alguna vez. –Sus palabras me hacen incluso más daño.
–No.
–Niego–. Él sabía muy bien con quien estaba a cada momento. –Jimin me mira
triste y a los segundos me aparta la mirada mientras termina de ponerse la ropa
y se cruza de brazos. Ambos salimos y le preparo una taza de café y nos
sentamos en la mesa de la cocina mientras le veo mirar a todas partes aun con
la curiosidad de anoche queriendo quedarse con cada resquicio de mi casa en su
mente.
–¿Estás
bien? –Me pregunta.
–Sí, de
veras. Que no hay que darle tanta importancia.
–Me
refería a lo de anoche, Kook. –Me mira con ojos incómodos–. ¿Estuvo bien?
–Sabes que
sí. –Sonrío–. Vaya pregunta…
–Ya…
–El que
debiera preguntarlo sería yo. ¿Estuve bien? ¿Tal como recordabas? ¿Te ha
parecido incómodo ahora que… bueno… ya sabes…?
–Me ha
parecido genial. –Me sonríe pero tal vez sea que soy aún demasiado joven pero
esto me parece del todo absurdo.
–¿Y ya
está? –Pregunto confuso.
–¿Hum?
–¿Soy otra
cuenta que saldar, como YoonGi?
–No quiero
decirlo así… –Mira su taza con miedo–. Pero, más o menos…
–Ya veo…
–De ahora
en adelante prometo no volver a entrometerme entre YoonGi y tú. –Me mira como
si estuviera haciéndome un favor por ello.
–Puf…
–Resoplo y me oculto tras la taza mientras bebo.
–¿No es lo
ambos queríais? Estar juntos. –Me mira como si realmente no entendiera nada.
–Sé que mi
egocentrismo adolescente a veces es un poco cegador. Y mi posesividad. Y mi
infantil comportamiento… pero… aww…
–¿Ya
empezamos? –Me mira sonriendo.
–¿Y si te
dijera que soy yo quien se va?
–¿Hum?
–¿Y si yo
me fuera de vuestras vidas? He sido yo siempre el problema, ¿no? Pues yo soy
quien tiene que irse.
–Ya te
dije que no eres tú. –Niega con el rostro, decepcionado–. Si no hubieras sido
tú habría sido otro…
–No estoy
de acuerdo. –Jimin me mira confuso–. Yo me lancé. Yo quise que Yoongi y yo…
aww… Me cuesta hablar de esto recién levantado.
–No quiero
hablar más de ello. Hay cosas que ya no se pueden solucionar.
–Lo que
quiero decir, Jimin, es que a lo mejor, si os dieseis una segunda oportunidad… ambos
os queréis. Yo lo sé…
–No sabes
nada, Jeon. La sentencia de divorcio ya está en trámites y en poco tiempo
asistiremos al juicio para que el juez nos de la resolución.
–Jiminie…
eso no quiere decir nada…
–Eso es el
fin. ¿A qué viene esto ahora? ¿Estás comenzando a sentir cargo de conciencia?
–¿Debería?
Tú mismo me dices que la culpa no está en mí…
–Y así es.
Pero te ha tocado, chico… –Jimin termina el café en su taza y la deja sobre la
mesa de un golpe para finalizar la conversación y se levanta–. Debería irme a
casa, TaeHyung estará preocupado.
–Está
bien. –Me levanto yo también y le acompaño a la puerta donde nos quedamos
hablando.
–Si no
tienes nada que hacer por la tarde, o mañana… yo estoy libre…
–Lo
siento, hyung. Tengo cosas que hacer, lo siento. –Digo como si nada y él se
encoge de hombros extendiendo sus manos hacia mí cuello para abrazarme pero más
bien parece un niño pequeño que busca que su padre le coja en brazos. Abrazo su
cintura y le alzo en el aire como sé que le gusta y me abraza con fuerza
mientras besa mis mejillas. Cuando le dejo en el suelo me despide con un
movimiento de mano y una enorme sonrisa en los labios. Nada más cerrar la
puerta y sumergirme en el silencio oigo a lo lejos un sonido de una musiquilla
que en un principio me parece algo familiar y segundos después recaigo en que
es mi móvil sonando y salgo corriendo a mi cuarto para encontrarlo en uno de
los bolsillos de mis pantalones en el suelo. Pensando que es mi madre o mi
padre que me llama como acostumbran a hacer cuando me quedo en casa descuelgo
sin ni siquiera mirar el nombre–. ¿SÍ?
–¿Cómo que
“Sí”? Hijo de puta. ¿Cuándo pensabas cogerme el teléfono? –La voz de YoonGi al
otro lado me hace sentir una punzada en el vientre y me saco el móvil de la
oreja para colgar pero el miedo me puede y sigo escuchando sus palabras. Ya he
descolgado–. ¿Dónde te has metido estos días? ¡¿HUM?!
–Yoongi…
yo…
–He
llamado incluso a Jimin pero tampoco sabe nada de ti. ¿Estás en casa? Estás en
casa, verdad. Voy para allá.
–No. No
estoy en casa, hyung.
–¿Dónde
estás?
–No
importa hyung. ¿Qué es lo que quieres?
–¿Cómo que
qué es lo que quiero? A mí no me vaciles. Te fuiste el otro día y no he vuelto
a saber nada de ti…
–¿Y?
–Que
quiero que vuelvas. Que quiero volverte a ver. Quiero saber que estás bien.
–Estoy
bien. ¿Hum?
–Eso no me
sirve.
–¿Quieres
que te mande una foto? –Le pregunto sarcástico–. No estoy secuestrado, YoonGi.
–No
juegues conmigo.
–No lo
hago. Eres tú el que estás jugando conmigo. ¿No te das cuenta?
–¿De qué
diablos hablas? Déjate de tonterías y ven a casa, tenemos que hablar. –Suspiro
comenzando a sentir un nudo en mi garganta.
–No. –Digo
firme.
–¿No?
–No. ¿Algo
más?
–No vas a
venir, pues me vas a escuchar desde aquí todo lo que te tengo que decir.
–Adelante.
–Suspiro y me siento en el colchón de la cama.
–Que sea
la última vez que le pones una mano encima a Jimin por algo que él no tiene la
culpa, que sea la última que te marchas de mi casa sin dar explicaciones y
apartándome de tan malas formas. La última que desapareces de la nada y que voy
a tu casa y no me recibe nadie.
–Puto
Jimin. –Susurro. Se lo ha debido contar.
–Sí, eso,
puto Jimin que está tan preocupado como yo o más. –Frunzo el ceño pero entiendo
que la última vez que han debido hablar ha sido antes de que apareciese yo por
la puerta de la cafetería. Prefiero dejar que las cosas sigan así–. Me contó
que saliste de la nada y le golpeaste, que te estuvo gritando y echándote la
bronca y…
–Hyung. No
me trates como a un niño irresponsable que se ha ido de casa. Por lo que yo sé
no soy más que un juguete sexual del que te aprovechas cuando tienes la
necesidad. Si tantas ganas tienes de que te coman el rabo cómprate un perro, a
mí olvídame. –Suspiro en silencio esperando que YoonGi no note el nudo en mi
garganta.
–No me
hables así, jovencito. Te pienso golpear la próxima vez que te vea por esto.
–No vas a
volver a verme entonces, hyung. –Le digo enfadado.
–Pienso ir
de nuevo a tu casa como no aparezcas por aquí…
–Hyung,
–digo más calmado–, te quiero mucho, pero me estoy lastimando yo solo…
–¿De qué
hablas ahora?
–Hyung… te
quiero. –Le repito–. Pero no sé si tanto como me quiero a mi.
–Kook.
¿Dónde estás? –Me pregunta de nuevo y yo cierro los ojos con lágrimas queriendo
abandonarme.
–Adiós. –Cuelgo
el teléfono y lo dejo sobre la cama esperando que vuelva a llamarme. Pero no lo
hace. El silencio es mucho más incómodo de lo que me habría imaginado y espero
durante al menos quince minutos pero anda. Nada más que la horrible sensación
de que mi vida se desmorona.
Comentarios
Publicar un comentario