AMNESIA [PARTE II] (Jimin x JungKook x YoonGi) - Capítulo 20 [Final]
Capítulo 20 [Final]
YoonGi
POV:
El paso de
los días fue como regresar al pasado. Durante menos de un mes y sin darme
cuenta estuve manteniendo relaciones esporádicas con Jeon con la misma
frecuencia con la que solía hacerlo antes. Volvía a mentir a Jimin para
deshacerme de él, él se dejaba tan despreocupadamente como si no supiera nada.
No lo sabía y yo no sabía hasta qué punto estaba ciego. Creí regresar al
pasado, creí que podía volver a contribuir no la realidad que tenía antes de
conocer a Jeon, sino la que había formado justo cuando nos enrollamos. Todo era
muy extraño alrededor, la normalidad se estancó pero no siempre podría durar el
equilibrio, igual que no siempre el recuerdo permanecería oculto en la memoria
de Jimin.
Unos
labios besaban los míos. Era de noche y yo estaba a punto de regresar a casa
pero Jeon me abordó antes de regresar a casa. Sus ojos me pedían atención, mi
cuerpo ansiaba de nuevo su contacto y en nuestro coche volvimos a sucumbir. Fue
rápido y divertido. Un simple juego. En su cuello olí el perfume de Jimin.
Pensé que estaba enloqueciendo. No. solo era la realidad que no quería ver. Que
no podía.
Cuando
regresé a casa lo hice con una sonrisa, animado y muy risueño. Había tenido
sexo y me sentía desfogado pero cuando entré en casa y el humo a tabaco comenzó
a inundar mis pulmones, me sentí regresar al pasado. Fue como caer de repente
al vacío de los recuerdos, a uno en concreto que no me gustaría tener que
asimilar. Podía oler el whiskey de una botella nueva. No olía a cena, que es a
lo que debería oler y sin embargo aún tenía la esperanza de que me hubiera
quemado la cena. No era así y cuando salí al salón, sus ojos me miraron. Nada
más verlos supe la verdad. Él había recobrado la memoria y podía verlo en el
choque de personalidad que de repente pintaba sus ojos de un negro odio que
asustaba. No quería ver el cigarro en sus dedos ni tampoco la copa de alcohol
decorando como un aparejo más la mesa frente a él. Sentado en el sofá me miraba
despreocupado, consciente de todo y de mí también. De todo lo sucedido. De todo
lo que le acontece. Estaba dispuesto a seguir con la mentira y me hice el loco
sonriendo como si nada.
–¿Te
encuentras bien? ¿Ha pasado algo? –Pregunté asustado pero él se encogió de
hombros desinteresado.
–¿Por qué
iba a estar mal? –Me senté a su lado en la butaca más cercana y saqué mi
teléfono móvil para pedir algo de comer pero él seguía hablando, poniéndome con
cada nueva palabra los pelos de punta–. Ha venido alguien a verme hoy.
–¿Sí?
–Pregunté confuso–. ¿Quién? –Alcanzó otro cigarrillo. Su respuesta me hizo
detener cualquier movimiento.
–Un
chiquillo que decía llamarse Jeon. –Miré su rostro y la verdad en él, pero mis
recuerdos con Jeon no me habían proporcionado esta información así que me
mostré escéptico, sin embargo no podía dudar del Jimin delante de mí, estaba
mucho más sobrio que yo.
–¿Qué te ha
dicho ese bastardo? No creas nada de lo que te diga, es un chiquillo
entrometido y mentiroso.
–Te los
buscas sumisos, YoonGi. –Di un respingo. Sus palabras me hicieron sentir el
corazón en la garganta y todo el hambre desapareció para convertirse en
náuseas–. Tranquilo, no ha dicho una sola palabra que pueda denigrar tu
integridad. –Se enciende el cigarrillo. Estaba a punto de saltar sobre el móvil
y llamar a Jeon.
–¿Qué
quieres decir?
–Sumiso…
–Repitió–. Y tanto… No pensé que fuera tan versátil. ¿Por qué no lo compartiste
en su momento? –Sonríe, divertido. Yo no quiero saber qué diablos sucede.
–¿Qué te
ha dicho? ¿Qué te ha hecho ese hijo de puta? –Comencé a pensar que la culpa era
de Jeon.
–Vamos,
YoonGi. No seas cínico.
–No te
estoy entendiendo… ¿Estás borracho? ¿Has
bebido demasiado?
–¡Ya
tardaba en salir! –Gritó, provocando un miedo en mi cuerpo que superaba con
creces sus palabras–. ¡Pensé que no lo dirías! ¡Cuánto has tardado!
–Jimin, mi
amor…
–¡Mi amor!
–Gritó de nuevo con un golpe en la mesa que me hizo retroceder–. ¡No vuelvas a
llamarme eso o te prometo que te saco los ojos! –Asentí mientras sus ojos me
miraban fuera de sí. Estaba desquiciado, borracho y consciente.
–V–voy a
llamar… un momento… –Hago el amago de levantarme para tener la oportunidad de
hablar con Jeon pero pone su mano en mi hombro y me hace retroceder con una
asombrosa calma perturbadora.
–No, no.
No vas a llamar a Jeon para desahogarte con él. –Me mira nervioso–. Todo este
tiempo… Seguro que te aferrabas con fuerza a la posibilidad de que no
recuperase la memoria para tenerme enjaulado en esta cárcel de hormigón. ¿Hum?
–Quiero decirle algo, pero no me deja–. ¿Cuánto tiempo ibas a tenerme aislado
de la realidad? ¿Y si recuperaba la memoria? ¿Ahora qué? ¿Hum?
–¿Ya te
acuerdas de mí? –Pregunté intentando sonreír–. ¡Cuánto me alegro, mi vida!
–He de
reconocer que prefería seguir en la inconsciencia. Ser para siempre tu juguete.
–Comencé, poco a poco, a ser consciente del límite que la vida me estaba
poniendo. Este era el punto que había intentando evitar durante mucho tiempo
pero esta vez no estaba Jeon a mi lado para darme la fortaleza, tampoco había
un jarrón que estamparle en la cabeza. Éramos él y yo con un cigarro en su mano
que de vez en cuando le liberaba de hablar. Me acomodé mejor en la butaca y
asimilé que ya nada se sostenía. Todo se desmoronaba con una lentitud
demoledora. Todo caía de la balanza–. Ahora que lo recuerdo todo quiero
gritarte, golpearte, dejarte e irme lejos. Irme a Busán. Tal vez a vivir con
Taehyung. Si se lo pidiera, me dejaría. Me siento engañado, traicionado, tomado
por un borracho, alcohólico y mentiroso. Pero, ¿sabes qué? Yo no soy mucho
mejor que tú. Ante la desdicha de haber olvidado nuestro amor, he sucumbido al
adulterio.
Frunzo el
ceño con sus palabras y mi primera opción es TaeHyung. Pienso en él y en su
desfigurado rostro que me hace arder la sangre. Ahora todo encajaría y sin
embargo todo es mucho más retorcido que esto.
–¿Qué?
¿Cuándo? ¿Con quién?
–Exactamente
igual que tú, –sonrió–, con la misma persona y mientras estabas trabajado,
igual que tú hacías conmigo. Una copa, una buena conversación y un revolcón
para buscar en el calor de la cama alguna excusa para mantener nuestra
relación. –Mis esquemas cognitivos no alcanzaban a entender nada de lo que me
estaba queriendo decir.
–¿Con….?
–Sí. El
pequeño hijo de puta es más listo que tú y yo juntos, por lo que parece.
–Resopla y se deja caer en el sofá.
–¿Cuánto
hace que sabes…?
–Desde
esta tarde. –Me mira, serio–. Mientras tocaba la canción que escribí. –Miro el
piano y cómo la partitura está colocada para ser tocada. Puedo ver el título en
letras que se disuelven en el papel como el agua. Letras en movimiento. El amor
victorioso le ha traído los recuerdos.
–¿Cuándo
te has acostado con él? –Pregunto.
–Llevo
acostándome con él este último mes y he de reconocer que es mejor que tú en la
cama. –Paso mis manos por mi rostro y después por mi pelo. El mismo tiempo que
yo. Con la misma persona. Este hijo de puta nos ha estado usando a ambos. La
vergüenza me consume.
–¿En qué
situación nos deja esto? –Pregunto completamente aturdido.
–Es muy
simple. Tú ya no me amas, y yo te tengo un asco peor del que te he tenido estos
últimos días. –Sus palabras son duras y crueles, pero sorprendentemente
liberadoras.
–¿Quién
dice que no te amo? –Pregunto y él me mira altivo.
–Tú mismo
lo reconociste cuando me golpeaste y me dejaste inconsciente y amnésico.
–No quería
que le golpearas. –Digo intentando excusarme.
–Pero me
golpeaste a mí en vez de ponerte en medio y asumir los golpes que te
pertenecían a ti.
–Tú nunca
has tenido el valor para ponerme una mano encima. –Le espeto, cargándome de
valor a cada segundo que me acomodo a la situación.
–Pruébame
ahora. –Me amenaza pero yo niego con el rostro, derrotado y le aparto la
mirada–. Deja de ser infantil y reconócelo. No me amas y prefieres follarte a
niños que se manejan mejor que yo.
–No es
eso. –Suspiro. ¿Cómo hacerle entender lo que siento?–. ¿Tú ya no me amas?
–No solo
eso. Sino que me repugnas, Min Yoongi. –Oír estas palabras de su voz es
rompedor–. Pensé verdaderamente que te importaba y has dejado que me consuma en
el alcohol mientras me negabas la realidad que bien conocía. ¿Qué pretendías?
Alargarlo hasta siempre. ¿Hasta cuanto me querías negar las evidencias? ¡Tuve
que pillaros y aun así jamás me lo has reconocido! ¡Dilo!
–¿Qué
quieres que te diga?
–¡Asume
que me has sido infiel!
–¡Tú
también lo has sido…!
–¡Ni si te
ocurra jugar esa baza porque sabes que no tiene valor!
–¡Te
engañé! ¡Lo sé! ¡Lo siento! –Algo se rompe dentro de mí, pero al mismo tiempo
se calma y se duerme–. ¿Podrás perdonarme? –Pregunto esperanzado, en su simple
susurro que en parte no quiero que oiga, pero él estalla en la risa y eso me
escandaliza.
–No. –Me
contesta riendo–. Claro que no te perdono. No te perdonaría una noche de
infidelidad, ni una aventura de un fin de semana. Menos de un mes. ¿Qué te hace
pensar que un año de mentiras, engaños y sexo en mi propia cama te lo voy a
perdonar? –Se levanta y continúa con su risa desquiciada mientras recoge el
paquete de tabaco y se marcha al cuarto de donde descubre una maleta ya
preparada. Sus intenciones estaban claras y eso me enfurece. Me levanto de
inmediato caminando hasta detenerle–. Tú también tendrás que disculparme. He
disfrutado su cuerpo tanto como no lo he hecho con el tuyo.
–No. No te
vas a ningún lado.
–No puedes
impedírmelo. Te pediré el divorcio. Te llegarán noticias de mi abogado. –Hace
el amago de irse y verle en la situación me destroza.
–No. ¡No
me dejes solo, Jimin! ¡Te lo suplico!
–Has
estado debatiéndote entre dos hombres y ahora te quedas solo. Lo siento. Pero
tú te lo has buscado. –Recoge el abrigo, sale por la puerta y se marcha. Yo
mismo me planteo incluso salir en su busca. Oigo cómo se marcha, tengo la
esperanza de que regrese, pero no lo hace. Me quedo mirando la puerta atontado,
en shock por toda la conversación, planteándome ahora qué hacer. No encuentro
más que una salida.
Y a este
momento nos lleva el presente.
Regreso a
la mesa y rescato el teléfono. Ya tenía marcado el número, solo tengo que
llamar. El sonido de unos pitidos es ensordecedor, pero al final de estos, su
voz aparece, nerviosa, preocupada por mi llamada.
–¿Yoongi?
–JungKookie…
–susurro y su nombre en mis labios me hace soltar un sollozo. Él se preocupa
más.
–¿YoonGi?
¿Qué pasa? ¿Estás bien? –Suspiro. Miro a mí alrededor y recorro con la vista
cada uno de los pequeños rincones de mi casa buscando las palabras indicadas.
–Ven a
casa, tenemos que hablar.
El
matrimonio, como todo compromiso requiere un esfuerzo no solo por mantenerlo,
también por acrecentarlo y hacerlo cada día más duradero. El adulterio, por el
contrario, no hay que mantenerlo, simplemente toparte con él para que destroce
como el mejor de los parásitos algo que ha costado años formar. Cuando el
matrimonio ha caído bajo el peso de este fiero animal, solo queda suplicar
porque no te devore a ti también.
FIN
———.———
💬 Gracias por llegar hasta aquí. Esta es
la segunda temporada de tres. (Si quieres seguir leyendo la continuación de
esta historia, puedes continuar directamente con el primer capítulo o acceder
al índice de capítulos en el enlace que te dejo aquí): "Amnesia
(Jimin x JungKook x YoonGi) [Parte III]"
Espero que esta historia te haya gustado
y estés preparado para una nueva temporada. Disfruta.
———.———
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