EL PESO DE NUESTRA PERDICIÓN (YoonMin) - Capítulo 22

 CAPÍTULO 22


Yoongi POV:

 

15 – 02 – 1937

Ayer me lo pasé muy bien yendo a ese nuevo restaurante. Nunca antes había probado la comida americana y he de reconocer que ha estado tremendamente fascinante. Te he notado extraño, supuse que ya te había llegado mi carta aunque no quise preguntarse. Me pareció que estabas más pensativo, o tal vez más tímido ante mi presencia, dado que suponías que sabía lo de tu padre. Me alegro de que al menos hicieses un intento por aparentar normalidad. Al fin y al cabo siempre lo has hecho así, ¿no? Sé que una carga como esta, durante tanto tiempo, no puede ser algo bueno. No es nada ligero y tampoco liviano de soportar, pero me alegra que hayas compartido la carga conmigo. Quiero ser una ayuda, no un problema más del que preocuparse.

Ayer estuvimos en una conversación interesante. No te lo digo como si no estuvieras sino como un signo de que me he quedado pensando en tus palabras al respecto. ¿No quieres casarte? ¿Qué diablos significa eso? ¿No quieres una familia? ¿No quieres hijos? No soy una persona que vaya a juzgarte por ello, cómo pudiste notarme, yo tampoco supe como colaborar en esa conversación pero tras pensarlo largo tiempo he acabado llegando a una conclusión: No sé lo que quiero. Y creo que tú tampoco. Estamos tan confusos el uno como el otro. Tú te aferras a la idea de no querer nada pero estoy seguro de que serías un buen esposo, un buen padre, un excelente amante. ¿Acaso no lo ves? Eres inteligente y dedicado. Sé que aun eres joven, y por el amor de Dios, aun tienes mucho que vivir. Pero yo no descarto la idea de una familia, de una pareja, de un hijo. ¿Qué es al fin y al cabo la vida sin compañía? Me he pasado años en soledad y ahora que te he encontrado de verdad que no extraño para nada tu ausencia. Te has convertido en alguien imprescindible.

En tu última carta, como no, has sentenciado el tema de tu padre con el silencio. Lo comprendo, no te preocupes. Aunque tu mera disculpa por el tiempo en una mentira me es satisfactoria. No hace falta disculparse, yo mismo me arrepiento de mis duras palabras pero en el momento es lo que me salieron y no pude evitarlo, perdóname.

Te quiere mucho, Park Jimin.

 

17 – 02 – 1937

Así que ahora cuentas anécdotas, ¿eh? ¿No lo harás para evitar hablar de lo que realmente quieres contarme? Lo siento, yo soy así. Me ha encantado que seas tan abierto conmigo y me cuentes estos traumas infantiles que tú consideras anécdotas, pero que yo concibo como los más horribles y vergonzosos momentos en la infancia de un niño. ¿Correr en ropa interior por delante de tu casa? Por el amor de Dios, ¿no te ganaste una buena reprimenda? De haberlo hecho yo, me habían matado a golpes, tanto mis padres como los vecinos. Yo he estado pensando durante varias horas en alguna anécdota que contarte pero he de reconocer y me doy cuenta ahora, de que mi infancia fue algo aburrida, la verdad. Una infancia tranquila, con un buen comportamiento bajo la férrea mirada de mis padres y con una excelente educación. Cuando salíamos no podía decir una palabra más alta que otra y dentro de casa, siempre que estuviera mi padre, había que respetar ciertas normas. Pero no me quejo de mi infancia, fue sino una mera infancia como cualquier otra. Me reía con mi padre, a veces me llevaba al campo a observar las aves, otras me compraba algunos juguetes. Mi padre, la verdad es que era un buen padre hasta que, bueno, hasta que crecí y me di cuenta de que estaba mucho más atado a unas convenciones sociales de lo que me habría gustado darme cuenta. ¿Has pasado tú por algo como eso? ¿Darte cuenta de la realidad en la que vives y sentir esa tremenda decepción que te acaba por deprimir? Yo me di cuenta al primer año de entrar en la carrera. ¿Sabes? El conocimiento es la puerta a la verdad, pero es muy difícil vivir con ella, una vez la has descubierto. Sé que tú me entiendes.

Me gustaría, y no me lo tomes a mal, que dejases las anécdotas para los momentos en los que yo me excedo hablando de religión o tú de política en nuestros encuentros, y dejes este íntimo espacio tan solo para intimidades. Sé que es mucho pedir, pero así lo pediste tú y tú mismo te excedes en la norma.

Te quiere, Park Jimin.

 

 

20 – 02 – 1937

¿Qué significa eso de que estás confuso? Llevo preguntando eso un lago tiempo, he intentado releer tu carta todas las veces que fueran posibles para acabar por comprender el significado completo de todas tus palabras pero no alzando a ver el trasfondo. Puedo llegar a vislumbrarlo pero deberías ser más claro. Sé que me has estado hablando superficialmente de tu trabajo final y de tu tesis doctoral, pero tienes que reconocer que no es solo eso, ¿verdad? ¿Qué más hay a través de estas palabrejas? Me estás ocultando algo y puedo verlo en la forma tan descuidada en la que me has escrito. No sabes ni tú mismo cómo ibas a acabar tus cartas. Te has extendido hablándome de la universidad y reflejabas un nerviosismo impropio de ti. ¿Esto es lo que ocurre cuando te muestras sincero? ¿No puedes manejar tus sentimientos? Nadie puede, mi querido Jeon y es por eso que son tan frágiles, tan peligrosos, tan hermosos. Sé que supone mucho estrés este último año de carrera, sé que tienes problemas familiares que aun no consigo desvelar, pero creo que hay algo más. No puedes negármelo por más tiempo. He podido ver una lágrima en tu carta. La tinta se ha emborronado de forma circular alrededor de una palabra que no he conseguido ni descifrar. ¿Has llorado? ¿Por qué lo has hecho? Ahora la música de Schubert me parece incluso melancólica al recordarte con ella. Solo imaginarte llorando se me parte el alma. Solo pensar que ha sido por algo que he hecho o dicho, no quiero ni pensarlo. ¿Qué sucede, Jeon? ¿Qué ocurre para que pierdas el control de esta manera? Sabes que me preocupo por ti pero esto excede unos límites que escapan de mi control.

¿Confuso sobre qué? Tampoco lo especificas. ¿Sobre tu carrera? ¿A estas alturas te arrepientes? No creo que sea eso, hasta hace unas semanas se te notaba emocionado con el rumbo que le estabas dando a tu trabajo final. ¿Con tu familia? ¿Con tu futuro? ¿No sabes que hacer una vez termines la carrera? Es lógico, ni yo mismo sé que será de mí, pero es cuestión de tiempo que nos veamos con el título bajo el brazo y se nos presenten las ofertas de trabajo, o vayamos de viaje a algún lado. ¿Qué te parecería? Si es eso lo que te molesta, lo que te agobia, cuando terminemos la carrera podemos irnos juntos de viaje, como hablamos. ¿Quieres ir a Estados Unidos? ¿O prefieres Grecia? Sé que te encanta esa cultura. ¿Florencia, tal vez? Tú eliges, Jeon. Me iría contigo al fin del mundo solo con tal de que seas feliz.

Te quiere mucho, Park Jimin.

 

 

26 – 02 – 1937

Por el amor de Dios, Jeon. ¿Así que se trataba de eso…? No podía imaginar que tu madre fuese alcohólica. Pero por otra parte, podría haberlo deducido. Comprendo la situación por la que puede estar pasando. Su marido la abandona, y por otra mujer. Yo también me habría sentido horrible y culpable de lo sucedido. Me alegro de que hayas sido sincero conmigo pero te he notado aun algo exaltado, nervioso. Claro que te ayudaré en todo lo que necesites. Te ayudaré a buscar a un médico que pueda verla. Lo primero es saber su estado psicológico y después, si tiene una solución. Sabemos que el alcoholismo es algo muy complejo de tratar y más si, como me dices, la persona no quiere recibir ayuda médica. No quieres que me presente en tu casa, lo entiendo, pero me ocuparé de buscar por mi cuenta al mejor especialista de toda la ciudad para que pueda ayudarla. Ambos la sacaremos del problema en el que está metida, te lo prometo.

Sé que soy el único en saberlo, ya me lo habría imaginado. Que haya dejado su trabajo es un síntoma de dejación muy peligroso. Que no esté ocupada la va a abocar aún más al consumo de alcohol. Pero no hace falta que te lo diga, tú bien lo sabes. Me alegra que hayas seguido viendo a tu padre, después de todo él seguro que te quiere y no desearía haberte dejado pero entiendo que la situación se haya vuelto insostenible en tu casa. Son problemas privados de un matrimonio que por causas internas acaba por romperlo, pero aunque estés tú en medio, no tienes que culparte por lo sucedido. Ni en broma es culpa tuya. Me alegro de saber que él sigue en contacto contigo, de que os lleváis bien, eres un buen chico y cualquiera que tenga un poco de cabeza sabrá lo afortunado que es de tenerte en su vida. Yo me siento la persona más afortunado de este planeta por que seas mi amigo, por que seas mi único amigo. No te haces una idea de lo feliz que me siento al pensar en ti, al tenerte, al hablar contigo. Aunque no nos veamos, tus palabras me llegan como traídas por el viento, y cada vez que abro una nueva carta, me siento cada vez más entusiasmado. Ya sean buenas o malas noticias, saber que cuentas conmigo me da ánimos para ayudarte, para darte lo mejor de mí. Tú eres lo mejor que tengo.

Te quiere y te necesita, Park Jimin.

 

 

Cuando termino de leer me doy cuenta de que esta serie de cartas no están abiertas con un abrecartas profesional, ni siquiera de la misma forma. Está el precinto arrancado y sacadas con cuidado del interior. Después dobladas de nuevo y cerradas con cuidado. Estos sobres son obviamente más recientes pero las propias cartas están más manoseadas, como si las hubiera leído varias veces. En diferentes momentos. Se nota una evidente progresión de afecto en la forma en que ha tratado las cartas, en las que las lee. Las primeras parecían meras cartas comerciales mientras que estas tienen un evidente afecto. Es progresivo el cariño que le ha ido cogiendo a Jimin, es notable la cercanía entre las dos personas.

 

 


 

  Capítulo 21                            Capítulo 23

 Índice de capítulos

 

Comentarios

Entradas populares