IDENTIDADES [PARTE I] - Capítulo 1

 CAPÍTULO 1


Jungkook POV:

 

Todos a mí alrededor mantenemos silencio ocultando nuestra presencia entre las tinieblas de la cocina de la oficina. Alguna risa incontenible salta por ahí perdida y esta hace que un par de ellas, semejantes e igual de traicioneras, muestren lo evidente a todos. Que esta situación infantil y previsible nos es demasiado estúpida. Actuamos de manera estúpida, dejándonos llevar por la tensión y nos mordemos los labios intentando resistir. Confío en mi madurez para soportar toda esta intriga pero ojalá fuera maduro. No soy más que un secretario enchufado de tan solo veinticinco años.

Oímos unos pasos acercándose poco a poco y reconocemos la suela y la forma de pisar. Sabemos que es él que se acerca poco a poco y agradecemos que las personas mayores sean tan predecibles, sino, no podríamos haber sabido que cada mañana, nada más que llega a la oficina corre a la cocina para un café bien cargado. Me temo que hoy no será un café lo que se encuentre.

—¡FELICIDADES! –Gritamos todos en el momento en que entra en la cocina y nos descubre encendiendo las luces. El confeti se dispara y aparece una tarta en colores suaves que más bien parece para un cumpleaños infantil. Sobre ella, unas letras en color blanco destacan: “Te echaremos de menos”.

Yo estuve de acuerdo con que ese fuera el mensaje. Dada la situación y su edad cualquiera pensaría que se va a morir y celebramos su muerte con un sarcástico mensaje sobre un pastel que él  no pueda catar porque el médico le ha prohibido comer azúcar. No, mi decisión era: “Disfruta de tu jubilación” y a pesar de ser su secretario y su compañero de trabajo favorito nadie me hizo caso por eso, porque no  soy más que un secretario.

El rostro de mi jefe es poco expresivo a la par que algo obligado porque ya le informé de lo que haríamos. Sin embargo no es alguien frío a quien temer. Todo lo contrario, en un simple hombre mayor, algo refunfuñón, algo maniático. No, muy maniático, con malos hábitos y chismes de hombre mayor. Debo agradecerle que por ser amigo de mi padre me consiguiera este trabajo que tanto amo.

Una empresa de electrónica, una de las mejores del mundo y solo por ser alguien que le lleva cafés y el periódico cada mañana soy afortunado. Y es irónico. Somos una empresa de electrónica y sigue obcecado en leer aún en papel. Esta son las manías de las que hablaba antes.

—¿Esto es para mí? –intenta por todos los medios sonreír inducido por nuestras caras emocionadas. Las arrugas en su rostro son adorables. Yo me acerco corriendo a él.

—Claro que sí, señor Kim. Cualquier cosa por el mejor jefe del mundo. –Él coloca su brazo sobre mis hombros y me siento afortunado solo por este detalle. Con sus sesenta y siete años este es su último día de trabajo y sin duda lo echaré de menos pero ahora no es el momento para deprimirse, sino de disfrutar de sus últimos minutos entre nosotros.

—Le hemos regalado entre todos los trabajadores un crucero por el Mediterráneo para un mes, señor Kim. –Uno de nosotros le extiende dos billetes en un sobre y al verlos el señor Kim frunce el ceño—. ¿Ocurre algo? Hay uno para usted y otro para su esposa.

—Ese es el problema. ¿Mi esposa tiene que venir conmigo? –Todos nos reímos incluso él—. Será mejor que esconda el otro y se lo dé a alguna amiguita. –Susurra—. ¿Quieres venirte conmigo? –Le pregunta a la directora de recursos humanos y ella cubre su rostro con las manos avergonzada por la broma tan descarada. Niega con la cabeza insistiendo en que son para él y su esposa. Estoy seguro de que no lo pensará por más tiempo sino acabará aceptando porque la idea es más que tentadora. Yo incluso ocuparía su lugar.

—Sople las velas, señor Kim.

Se nos expone la tarta con dos velas ambas representando el número de su cumpleaños y él las sopla encantando, y nada avergonzado de su madura edad. Todos aplaudimos y sale confeti de colores de los bolsillos de mis compañeros. Yo como un fiel trabajador no me separo de mi jefe y escruto su rostro para que todo esté a su gusto.

—Seguro que venía a por su café de cada día. ¿Se lo preparo? –Él asiente mostrándome su más entrañable sonrisa y me dispongo a ello. Vierto su amargo café, algo que yo odio con toda mi alma, en una taza blanca y lo decoro con una sacarina que se disuelve en segundos. Cuando está lo acerco a él y me deleito en su expresión de satisfacción con la primera toma. Esto es algo con lo que me identifico. No le importa que nos hayamos esforzado en una fiesta para él. Su mal hábito por seguir su rutina le obliga a no desprenderse de su café, por eso, aunque no me lo pide, dejo a su lado en la mesa en la que se ha sentado el periódico de hoy y dejo al fin que disfrute de su fiesta mientras yo me vuelvo a mi puesto. Tengo que hacer trámites. Mi nuevo jefe llegará mañana y estoy ansioso por conocerlo.

 

 

—Bueno, señor Kim. –Ambos estamos en la puerta de su coche esperando porque entre. Nos despedimos como viejos amigos. No volveré a verlo en mucho tiempo—. Ha sido un placer tenerle como jefe. Nadie podrá sustituirle. –Inclino mi cuerpo haciendo una reverencia pero cuando termino estrecha mi mano y me acerca a él para darle un abrazo. Sin duda me ha cogido cariño todo este tiempo.

—Has sido un buen trabajador, atento y dispuesto a todo. Estoy seguro que el nuevo director estará encantado contigo. –Agradezco sus palabras. Le veo dar la vuelta y entrar en el coche pero antes de que el chofer arranque me acerco a la ventanilla desesperado.

—¡Señor! –Baja la ventanilla y me mira preocupado—. No me ha dado el consejo de hoy. –Ambos reímos por nuestro juego personal. Es muy simple, cada día me da un consejo útil que pueda usar para mí día a día y al igual que él, soy un hombre de costumbre.

—Claro, señor Jeon. –Me mira sonriendo—. Busca a una persona especial pero que no sea especial porque te haga feliz. Debes ser feliz cada día, sino porque tú le hagas feliz a él. –Me guiña un ojo sabiendo de mi orientación sexual y hace que el coche arranque. Sin duda es el mejor jefe del mundo por no tener este detalle en cuenta jamás y por proporcionarme consejo cada día. Lo echaré de menos.



                Capítulo 2 ⇾

⇽ Índice de capítulos



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares