CHICO A LA CARTA - Capítulo 1
CAPÍTULO 1
JungKook POV:
El sol deslumbra levemente
mis ojos cuando intento mirar hacia las puertas de la gran facultad frente a
mí. Sopla un leve aire cálido que me abraza con dulzura mientras estoy sentado
en un banco cualquiera a la espera de alguien. De piernas cruzadas y con una
ferviente necesidad de sacar un cigarrillo de mis pantalones me contengo pero
tras mirar la hora en mi teléfono móvil, caigo presa de la presión de la
adicción a la nicotina y saco un cigarrillo de marca Lucky menta y lo llevo a
mis labios. Lo mantengo ahí con equilibrio en lo que busco el mechero de
plástico por mis pantalones. Lo busco a conciencia con el ceño fruncido hasta
encontrarlo en el bolsillo de mi chaqueta.
Mis pies están sobre la
acolchada hierba del césped que comienza a emerger por entre los rincones, por
entre las piedrecitas del suelo mal adosado demostrando que la primavera se
abre camino por entre el deplorable invierno que ya queda muy atrás. El verano
está a punto de alcanzarnos. El curso termina. Los problemas me amarran con
violencia. Frente a mí me quedo mirando, mientras el humo sale de mi nariz, los
grandes pilares de un neoclasicismo tardío que forman la fachada de una
universidad. Sobre el dintel hay una talla en piedra en la que se puede leer.
“Facultad de filosofía.”.
Poco a poco y con el paso de
los minutos comienzan a salir personas por entre las puertas. Pocos, no como en
mi instituto, en donde salen como caballos de carreras, chocándose unos con
otros y sin miedo alguno de rodar escaleras abajo. Aquí la densidad de
estudiantes es lógicamente menor y no salen todos a la vez. Primero salen tres
estudiantes, luego diez y más tarde solo dos. El tránsito es leve y lento.
Caminan despreocupados, hablando entre ellos o bien, solitarios, sin
conversación. Los atuendos son de los más extravagantes entre ellos. Debo
entender que después de haberse pasado la educación obligatoria dentro de un
uniforme ahora quieran expresar su verdadera personalidad en su forma de
vestir, pero al contrario de ser bonita, yo más bien lo veo como algo
extravagante.
Una de las chicas que sale
de las primeras lleva un mono enterizo
de manga larga y pantalones largos a colorines, recordándome a la moda de los
ochenta, tan hippie, tan fea. Uno de los chicos que sale más tarde va todo de
negro, con barias perforaciones en el rostro y con maquillaje por doquier.
Botas de cuero y pelo negro largo, por los hombros. Me quedo mirando cómo se
marcha por una calle cercana a donde estoy yo y mentalmente me hago una imagen
de mi mismo vistiendo estas ropas. Niego con el rostro y el ceño fruncido y me
pongo en pie nervioso.
Nada más ponerme en pie, a
lo lejos, veo como salen mis amigos y camino a su encuentro al principio de las
escaleras. Ellos, arriba del todo, me miran con una sonrisa en sus labios. Dos
chicos que pasan desapercibidos dentro de todo el circo de vestimentas. Ropas
normales, carácter sumiso y tranquilo. Sonrientes. Amables. Me saludan ambos
con una hermosa sonrisa en sus rostros.
—¡Kookie! –Dicen Hoseok y
Taehyung a la par. Yo me quedo parado en el borde de las escaleras esperando
que ambos desciendan y cuando TaeHyung está apenas dos escalones por encima, salta
a mis brazos con su característica expresión infantil. Me hace tirar el cigarro
sin querer. La verdad es que no me importa tanto. Le rodeo en mi regazo y
camino unos pasos con él hasta que decide descender y la risa de Hoseok enmarca
el momento. Comenzamos a caminar fuera de los jardines de la universidad y a
medida que nos alejamos, comenzamos una conversación totalmente formal.
—¿Cómo estáis, hyung?
—Bien. –Contesta Hoseok con
aire cansado—. Nos han puesto un trabajo sobre la obra de Maquiavelo*. El
príncipe. Para dentro de una semana. –Dice Hoseok y se saca una gorra de la
mochila a su espalda y se la pone, resoplando—. Tenemos que leernos el libro y
todo.
—¡Búscate un resumen en
internet! –Sugiere Taehyung metiéndose las manos en los bolsillos y yo coloco
una de mis manos en su brazo, enganchándome a él. Él me mira sonriendo y yo le
devuelvo la sonrisa—. Es lo que yo voy a hacer…
—Con esa actitud no sé ni
cómo has pasado a segundo. –Le digo a TaeHyung y él me mira escondiendo sus
ojos por culpa de la enorme sonrisa cuadrada que me muestra. Siempre me ha
gustado esta sonrisa. Se ve tiernamente inocente y adorable. Parece que no hay
una sola pizca de maldad en él. El sol nos ciega levemente al caminar y al
cruzar de calle, en dirección a un bar, deja de darnos la luz por el sol
escondido tras un edificio.
—¿Cómo estás tú, Kookie?
–Pregunta Hoseok, mirándome.
—Bien, bueno, ya sabéis.
Descansando después de toda la ronda de exámenes que he tenido últimamente. Ya
se acabó. –Suspiro y TaeHyung pasa su brazo por mis hombros. Cualquiera que nos
viera pensaría que somos más que amigos. La verdad es que es mi mejor amigo
desde que tengo memoria. Era mi vecino cuando yo nací y jugábamos juntos en los
jardines de nuestro bloque de edificios. Él es dos años mayor y siempre nos
separaban dos cursos de distancia pero aun así jugábamos juntos igual. Nos
distanciamos a los doce años cuando él se mudó y fuimos a distintos institutos,
pero la amistad ha perdurado y gracias a ello, ahora tengo un amigo a quien
recurrir. Hoseok apareció hace dos años cuando ambos coincidieron en la
universidad de filosofía y rápido se hizo nuestro amigo. No tengo la confianza
suficiente con él pero aun así, le quiero igual.
—¿Preparándote para la
graduación? –Pregunta TaeHyung y le retiro la mirada, angustiado—. ¿Qué pasa,
Kookie?
—Luego hablamos de ello, la
verdad es que tengo algo que comentarte al respecto y no sé… ahora no. Luego.
–TaeHyung se encoge de hombros y mientras seguimos caminando, hablamos como si
nada. Hablan entre ellos sobre las clases y de todo de lo que no han podido
hablar a causa de estar allí. Son las seis y media de la tarde y nos
encaminamos bajo el caluroso sol a través de la acera hasta desembocar en un
pequeño jardincito rodeado de flores y arbustos que resguarda una agradable
pero pequeña terraza de un bar. Tras sentarnos ahí en una mesa a la que estamos
acostumbrados a sucumbir, pedimos dos cervezas y una Coca—Cola. Una vez nos
hemos sentado y ellos dos no aguantan más la curiosidad, yo bebo un poco del
refresco, pago la comanda de los tres, y suspiro amargamente.
—¿Y bien? ¿Qué es eso tan
importante que nos implica? –Pregunta TaeHyung
—La verdad es que solo nos
involucra a ti y a mí, en el mejor de los casos. –Taehyung frunce el ceño y yo
me siento más cómodamente en la silla, un poco nervioso—. Pues bueno, como
sabrás mi graduación es este viernes. –Digo y TaeHyung asiente frunciendo los
labios—. Pues verás, mis compañeros de clase me han estado molestando,
diciéndome que si iré solo, y esas cosas. Ya sabes cómo son…
—Jeon… ¿Qué ocurre?
—Les he dicho que tengo
novio. –Frunzo el ceño con una sonrisa nerviosa y él frunce el ceño confuso.
—¿Tienes novio? –Pregunta
confuso y yo no cambio mi expresión viendo como Hoseok lo ha pillado a la
primera. Comienza a reír y yo me cubro el rostro, avergonzado—. ¿Hum? ¡Oh! No,
Jeon. No creo que les hayas dicho que soy yo…
—No específicamente, les he
dicho que tengo novio, que es dos años mayor, y que estudia en la facultad de
filosofía… ya sabes… solo datos generales. No les he enseñado fotos ni nombre…
solo lo he hecho para que me dejaran en paz pero ahora tengo que ir con un
acompañante a la fiesta, y no quiero ir solo, hyung… ¡Si pudieras hacerme este
favor, estaría tan agradecido!
—¿Yo? Pero… ¿lo estás
diciendo enserio? No. No puedo ir, Kookie…
—¡Hyung! Te lo suplico, si
les digo que tengo novio y no me presento con nadie me van a correr a gorrazos.
–Hago mi mejor puchero pero él niega con el rostro llevando la mano a la copa
de cerveza y bebiendo un trago largo que le deje tiempo a pensar en una excusa.
—Tengo muchas cosas que
hacer, no sé tú pero yo aun tengo exámenes y no quiero estar por ahí de fiesta.
—No tendrías que estar toda
la noche. Solo sería ir al instituto, después a la cena y un par de copas. Nada
más. –Mis palabras no parecen tranquilizarle, ni mucho menos convencerle.
—De ningún modo. Jeon, lo
siento mucho pero no puede ser. –Suspiro y me refugio bebiendo Coca—Cola y mis
ojos se desvían a Hoseok que sigue con una sonrisa de dulce espectador. Cuando
cae en mi mirada sigue sonriendo pero poco a poco se le borra la sonrisa a
medida que la mía asciende.
—Hobi hyung…
—¡No! A mí no me mires,
muchacho. Además, yo no encajo en el perfil. Soy mayor.
—¡Y qué diablos importa eso!
Lo que no quiero es ir solo. ¿Sabes lo mal que me sentiré?
—Mi pequeño Kookie. –Dice
TaeHyung alcanzando mi mano—. Te quiero mucho, pero lo que me pides no puede
ser. ¿Hum? Lo siento, además, el viernes tengo clases…
—Sería después…
—No. –Sentencia—. Lo siento,
mi pequeño.
Yo suspiro y me deshago del
agarre en su mano. Con el ceño levemente fruncido me devano los sesos en cómo
salir de esta con la cabeza alta pero el hecho de que no tengo más amigos es un
atenuante y dado mi poca capacidad para socializar, no puedo convencer al
primero que pase por delante para que venga conmigo a la graduación. Me muerdo
los labios, con una angustia naciente en mi pecho, cuando Hoseok habla de
nuevo.
—Si tan desesperado estás,
¿por qué no contratas a alguien? –TaeHyung y yo le miramos al principio
confusos, pensando que sus palabras son una fea broma, pero tras que no
entienda nuestras expresiones nos damos cuenta de que va totalmente en serio.
—¿Contratar a alguien?
–Pregunto yo.
—¿A un puto? –Pregunta
Taehyung y Hoseok niega con el rostro.
—No lo veas así, es tan solo
un chico de compañía. ¿Hum? –Taehyung niega con el rostro, levemente enfadado.
—¿Qué diablos estás
hablando? ¿Cómo alguien puede caer tan bajo?
—¿Cómo sería eso? –Pregunto
yo, interesado. Ambos dos me miran y Hoseok acaba sonriendo, ilusionado.
—Pues mira, hay una página
web de chicos de compañía en donde te vienen sus perfiles y sus tarifas. Tu
solo tendrías que buscar al que mejor te venga y listo. Le llamas en el momento
y llegáis a un acuerdo. Simple.
—¿Pero qué guarrerías miras
tú por internet? –Le pregunta TaeHyung.
—Mi amigo Yoongi está metido
en ello. –Dice Hoseok encogiéndose de hombros como si nada, enfrentando el
descompuesto rostro de TaeHyung.
—¿Yoongi? –Susurra, confuso—.
¿El que está estudiando derecho? –Pregunta mucho más aturdido—. Pero si parece
de lo más normal…
—¡No está enfermo ni nada
por el estilo! –Se defiende Hoseok—. Simplemente se está pagando la carrera. No
es un chapero ni nada así.
—¿Pero cobra por tener sexo?
—Bueno… si el cliente paga
la tarifa… ¡Pero no es lo habitual!
—¿Entonces? ¿Se pasea por
ahí como un perrito y ya está…?
—Te sorprendería. –Dice
Hoseok, entusiasmado—. Los de cincuenta, a los que ya no se les levanta son el
mejor público. Les gusta exhibirse por ahí con un jovencito…
—Vaya pervertidos…
—¡Qué más te da!
—Aishh… —Se lamenta
TaeHyung.
—¿Qué te pasa ahora?
—Ya no voy a poder mirarle a
los ojos de la misma forma. –Suspira TaeHyung y yo doy levemente unos golpecitos
en la mesa.
—Centrémonos, estábamos
hablando de mí, no de los pedófilos cincuenteros.
—Es cierto. –Se anima
Hoseok. Taehyung sigue negando con el rostro—. Mira, te metes en esta web.
–Coge una servilleta del servilletero de metal sobre la mesa y con un bolígrafo
de su mochila escribe el nombre. “Chicos—a—la—carta.com”—. Una vez dentro
tienes que registrarte, es gratis, no te preocupes. Ahí te saldrán todos los
chicos pero para precisar, en la parte superior izquierda te vienen unos
filtros. Ciudad, edad, altura, profesión, orientación sexual… ejem… ya sabes…
cosas…
—Sí.
—Pues cuando escojas a uno
te metes en su perfil, miras las fotos, si te gusta lo llamas y acordáis una
cita. Aparecerán tarifas. Algunos cobran por horas, otros por lo que vayas a hacer…
cada uno es especial.
—Cómo conoces la página… eh…
—Comenta TaeHyung mirando a Hoseok de reojo. Yo sonrío por sus palabras y a la
vez levemente liberado de la presión que oprimía mi pecho.
—¿Es muy caro? –Pregunto.
—Cada uno tiene sus tarifas.
Obviamente cuanto más guapo más caro, ya sabes cómo son estas cosas, pero a lo
mejor, si les explicas tu situación de que solo necesitas un acompañante, sin
más, te hagan precio.
—Vaya… —Suspiro, me quedo
unos segundos atontado, mirando la servilleta en mi mano con ojos brillantes y
mirada iluminada. Taehyung frunce los labios pero Hoseok me sonríe, animado e
interesado.
—Te llevas comisión,
¿verdad? –Le pregunta a Hoseok y este niega con el rostro.
—Solo ayudo a un amigo, nada
más. ¿Acaso si te pagara a ti no irías?
—No, yo no me vendo.
–Taehyung gira el rostro y Hoseok ríe, divertido.
—Todos tenemos un precio,
amigo.
———.———
Nicolás Maquiavelo: (en italiano Niccolò di Bernardo dei Machiavelli,
Florencia, 3 de mayo de 1469—ib., 21 de junio de 1527) fue un diplomático,
funcionario, filósofo político y escritor italiano, considerado padre de la
Ciencia Política moderna. Fue asimismo una figura relevante del Renacimiento
italiano. En 1513 escribió su tratado de doctrina política titulado El
príncipe, póstumamente publicado en Roma en 1531.
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