POR TI, TODO MENOS MI DIGNIDAD (Yoonmin) - Capítulo 1 - Golpes

CAPÍTULO 1 — Golpes

 

Yoongi POV:

De nuevo otra patada dirigida a mi boca. Escupo sangre a borbotones y normalmente cuando esto empieza a suceder, se detienen pero hoy tienen una buena excusa para cebarse conmigo y no creo que se detengan por muy mal que se encuentre mi estado.

Mi cuerpo sufre convulsiones de dolor por las patadas en mis costillas y en mi cara provocadas por las botas de tres chicos de mi edad sobre mí. Me gustaría decir que estoy acostumbrado pero a pesar de que esto me suceda un par de veces al día jamás te acostumbras al miedo constante, al dolor físico y psicológico que suponen las amenazas y las palizas constantes.

El agua fría cae sobre mi cuerpo y me llega a dar la sensación de ser lluvia en medio de la calle pero tan solo estoy tirado en las duchas de los vestuarios siendo acosado por tres chicos de mi clase. Han encendido la ducha solo para hacerme sentir más miserable viendo mi ropa y mi cuerpo húmedos y fríos. Aprovecho cada momento que me permiten para coger aire pero nuevamente siento pinchazos de dolor provocados por las magulladuras.

—Yoongi hijo de puta. No sirves para nada. —Sus voces hacían daño en mis oídos pero no eran su tono o su persona, eran las ciertas palabras que acuchillaban mi mente cada día. Verdades como puños.

—Dejémoslo. —Dice el pequeño de los tres—. Volvamos o nos relacionaran con eso.

—Raro sería que no lo hicieran... —todos ríen y dejan de golpearme para escupirme y marcharse por la puerta. Sus voces aun se oyen a los lejos provocándome escalofríos.

Miro hacia donde caen las gotas de agua fría dejando que limpiasen mi rostro de saliva y sangre. Me encojo en mí mismo esperando poder ponerme en pie una vez lo intente y largarme de allí cuanto antes. Lloro una vez más en el día de hoy.

 

 

Jimin POV:

 

—Yoongi hijo de puta. No sirves para nada —Grita mi amigo Tae a nuestro lado. Nuestros insultos no le afectaban en lo más mínimo, él insistía en seguir interfiriendo en nuestras vidas de alguna manera u otra.

Esta vez se había pasado de la raya cuando lo vieron hablando en el patio con la hermana de mi amigo Jungkook aquí a mi izquierda. Ya le advertimos que no se volviera a cruzar en nuestras vidas pero parece que disfruta siendo castigado y eso es lo que se merece.

Aunque si soy sincero no necesitamos ninguna excusa para agredirle. Y probablemente él ya se haya dado cuenta, la forma en la que le molestamos en clase de manera que no pueda atender, como cada vez que está solo le golpeamos o como incluso a veces le buscamos.

—Ah, AHH...—el gime de nuevo aferrándose a sus costillas intentando protegerlas

Su pelo empapado cubría sus ojos fruncidos en una mueca de disgusto, no, de pura agonía. Su boca abierta dejando correr allí la sangre solo era una puerta para sus gritos incoherentes que tan solo nos animaba a continuar.

Mi zapatilla se estrella de nuevo allí donde su pómulo ya estaba roto, ahora de él salía más sangre que provocaba una descarga eléctrica recorriendo mi cuerpo entero en un frenesí de adrenalina. Dicen que es ser de cobardes tres chicos contra uno. Yo lo veo como un acto de hermandad. No es culpa nuestra que él esté solo en el mundo, sin familia, sin amigos. Se lo ha buscado él.

—Dejémoslo. —Dice Jungkook a mi lado—. Volvamos o nos relacionaran con eso.

Este chico había sido mi mejor amigo desde la infancia y jamás habíamos tenido ninguna trifulca, y hace tres años conocimos a Taehyung que se unió a nosotros rápidamente buscando un grupo de amigos fiable. Sin embargo, junto con él, llegó de Daegu este idiota de Yoongi. En un principio me pareció buena idea que se juntase con nosotros pero lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Mis palabras fueron corteses invitándole a ir con nosotros pero su expresión me dejó completamente confundido, me miró de arriba abajo y sonrió de lado haciéndome esta pregunta: "¿Por qué?" y se largó. Así de fácil. Simplemente desde ese día decidimos hacerle aquí su existencia un verdadero infierno.

—Raro sería que no lo hicieran... —Digo y todos reímos. Dejamos de golpearle para escupir en su estúpida cara deformada e hinchada a base de golpes y nos marchamos riendo y extravalorando el trabajo que acabamos de hacer.

—¿Has visto como se mojaba? Estaba patético. —Tae siempre era de esos que nunca dejaba una broma en paz. Debía repetirla hasta la saciedad. Cierto era que siempre sabe cómo sacarnos una sonrisa con sus tonterías.

—Ha estado mejor otras veces, pero ya me cobraré personalmente que se haya acercado a mi hermana.

—No... —Lloriqueo como un bebé—. Debe ser todos juntos, si no, no es divertido.

—No es una orgía, Jimin. —Me mira frunciendo el ceño pero a la vez divertido—. Tan solo quiero asegurarme de que mi hermanita estará a salvo de ese gilipollas.

—Como quieras, pero no lo mates, No quiero que me quites mi pasatiempo favorito.

Durante tres años nos hemos dedicado a esto, desde los dieciocho años le hemos destruido la vida a un chico que ni siquiera conocemos, pero en nuestra mente no cabía la conciencia ni el remordimiento. No sentimos nada de eso. Solo queremos cobrarnos deudas de la vida.

Cuando llegamos al aula y la clase comienza, Yoongi no había regresado aun, a pesar de que sus cosas seguían allí, tal vez seguía retorciéndose bajo el agua.

 

 

Yoongi POV:

 

Llego a clase intentando no sujetar mi propio cuerpo a medida que camino y una vez estoy dentro la gente se detiene para contemplar mi deplorable estado, sin embargo nadie me pregunta lo sucedido, nadie excepto los verdaderos culpables de mi circunstancia. El asesino siempre vuelve al lugar de su crimen, y yo, el acuchillado, no hago nada por pedir auxilio.

—¿Qué te ha ocurrido Suga? —La voz de Jimin se oye por todo el aula haciendo que las voces de los demás descendiera. Sus risas post pregunta solo demuestran que es una pregunta que yo no debía responder. Tan solo bajo la cabeza mostrando una sumisión completa hacia ellos. Y no hago otra cosa. Mis oídos se ven sordos ante sus palabras y sigo el camino a mi pupitre.

Lo de Suga, muy sencillo, se han inventado mil motes que rimasen con mi nombre o simples palabras que quedasen graciosas pero Suga es la que más ha gustado haciendo referencia al tono claro de mi piel y al color platino decolorado de mi pelo.

Una vez llego allí cojo en mis manos la mochila y la cuelgo a mis hombros preguntándome si seré capaz de llevarla hasta mi casa sin tambalearme. Camino lentamente hacia la salida y una vez estoy en la calle fuera de las rejas es cuando por fin me siento libre. Feliz de poder vivir mi vida, lo gracioso es, que hasta aquí, era toda mi vida.

 

 


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