DESDE EL ORFANATO [PARTE I] (Jimin x Jungkook x V) - Capítulo 19

 Capítulo 19

 

JungKook POV:



 Recuerdo el miedo en mis venas. La adrenalina que florecía en mí por cada ruido extraño que llagaba a mis oídos. Yo me mantuve allí escondido porque no tenía otro sitio a donde ir.

Con mis once años me escapé de casa y salí por la tarde cuando mis hyungs estaban entretenidos y mis padres no estaban en casa. Había discutido con Jimin, ahora no recuerdo bien el motivo pero la verdad es que las cosas estaban tensas entre nosotros y TaeHyung. Era difícil la convivencia entre nosotros porque siempre que discutimos, son dos los que se ponen de acuerdo formando un bando y dejando al tercero excluido. Y ese tercero normalmente era yo.

Me había escapado sin que nadie se diera cuenta pero lo que en realidad quería es que lo supieran, quería que se preocuparan por mí, porque yo necesitaba atención y cariño. Cuando salí de aquella casa sentí tal libertad que creí volar. Corrí calle abajo con los brazos extendidos como un avión dispuesto a despegar. Caminé por las aceras cruzándome con las personas. Siendo independiente y responsable de mis actos. Yo y el mundo, nada más. Y esa sensación pasó de excitante a ser completamente aterradora una vez llegó la noche.

No sé cómo, acabé escondido en un callejón al lado de un cubo de basura. Juraría que me había estado persiguiendo un perro y por eso me camuflé en la oscuridad que este me proporcionaba. Me senté en el suelo y comencé a llorar queriendo volver a casa, pero la verdad es que ni siquiera sabía dónde estaba.

Era completamente irreal la situación. Y no paraba de pensar que en ese mismo instante yo debería estar en casa con mi familia bebiendo chocolate caliente en los brazos de mi hyung pero en comparación estaba muerto de frio en un callejón, lloriqueando por ser estúpido. Cada instante que pasaba me arrepentía más y más de mi decisión.

Me vi completamente sumido en la desesperación cuando oí mi nombre gritado por la voz de Jimin, y segundos más tarde por la de Taehyung, en un primer momento creí que me estaba volviendo loco pero la verdad es que volvieron a pronunciarse esta vez más cerca de mi posición. 

—¡JIMIN! –grité dejándome ver.

Mis hyungs estaban caminando por el callejón buscándome.

—¿JUNGKOOK? –Preguntó Taehyung.

Corrí a ellos. Y ellos a mí. Mis salvadores.

—¿Sé puede saber qué diablos te pasa? ¿Cómo se te ocurre largarte sin…? –Exigió saber Jimin, y cuando estuve frente a él, caí a sus pies implorando su perdón. Arrepentido hasta la saciedad y llorando de miedo. Abracé sus pies implorando clemencia.

—Perdóname hyung, no lo pesé. No sabía lo que hacía. Perdóname. Lo siento. –repetí hasta que me levantó del suelo y se arrodilló ante mí para abrazarme.

—No vuelvas a hacernos esto. ¿Entendido? –asentí llorando en su hombro. Aferré mis manos sucias a su cabello y aspiré si dulce aroma embriagador.

Me había acostumbrado a eso. A su olor. A su fragancia que me volvía ebrio. Al tacto de su piel y a la fuerza que ejercían sus brazos al estrecharme entre ellos. El era todo lo que yo quería ser. Y mi hermano Taehyung, era todo lo que yo deseaba tener.

 

 

Regresamos aquel día a casa cuando nuestros padres un no habían llegado, por lo tanto no sabían nada de lo sucedido. Me hicieron prometer que no volvería a escaparme de aquella manera, y por consiguiente ellos no dirían nada de esto a mis padres. Durante todo el camino de regreso a casa ninguno de nosotros habló, ellos de cansancio y yo por miedo a una reprimenda. Una vez estuvimos dentro de casa Tae me miró y dijo:

—Estás muy sucio. ¿Dónde has estado? –Jimin me miró serio de arriba abajo.

—No lo sé hyung. Me perdí y acabé huyendo de un perro. –Él se inclinó a mí y me cogió en brazos poniéndome a su altura.

—Jimin –Preguntó—, ¿Qué te parece si nos bañamos juntos? –su sonrisa tierna y dulce no era rival para el encabezonamiento de mi hermano mayor. Por lo que sin pensarlo dos veces subimos al cuarto de baño y Jimin comenzó a llenar la bañera de jabón y sales aromáticas.

Primero entró Jimin y se sentó allí relajando sus músculos y sus ojos. Después Tae me ayudó a sentarme en su regazo y él vino detrás de mí a sentarse en el otro extremo de la bañera. Yo estaba cara a cara con Jimin pero él no me miraba, se limitó a dejar caer su cabeza por el borde de la cerámica y cerrar sus ojos disfrutando del agua caliente. Tae a mi espalda limpió mi piel con una esponja blanca frotando lentamente haciendo un masaje. A veces, recogía el agua con la esponja y la dejaba caer sobre mi cabeza obligándome a tirarla hacia atrás para que no cayese agua en mis ojos, tan solo limpiaba mi pelo.

—Hyung, lo siento mucho. –dije para romper la tensión. Pero creo que no hice más que empeorarla.

—No te preocupes. Todo está bien ahora —dijo Tae detrás de mí. Pero yo no le hablaba a él.

—Jimin –dije tocando su brazo, más bien zarandeándolo—, ¿estás enfadado?

—No. –Dijo seco retirando la mirada de mí. Y tras unos segundos volvió a cerrar los ojos suspirando. Sentí las lágrimas volver a formarse en mis ojos.

—Ve y dale un beso. —Susurró Tae en mi oído de manera tan sutil que ni Jimin pudiera oírlo.

Me puse de rodillas en la bañera y me subí al regazo de Jimin, este sin mirarme aún. Cogí su rostro con mis manos y besé acerqué mi rostro al suyo lentamente. Tenía miedo de que me retirarse y se negase a lo que estaba a punto de hacer, pero se limitó a abrir sus ojos y mirarme extrañado. Tuve tanto miedo por un momento que no pude evitar retirar mi cara de la suya y resignarme a darle un abrazo. Un abrazo que no fue correspondido.

—Te dije que le besaras no que le abrazaras. –Dijo Tae confundido.

—No hyung –dije lloriqueando y deshaciendo el abrazo—. Ni si quiera quiere abrazarme, si le beso va a golpearme. Lo sé.

Me retiré de él y apoyé mi espalda contra el torso de Tae. Froté mis ojos con los puños para deshacer las lágrimas que insistían en salir pero fue inevitable sollozar de impotencia. Taehyung acariciando mi pelo suavemente infundiéndome cariño. De repente siento el agua de la bañera moverse y el cuerpo de Jimin acercarse al mío. Abro uno de los dos ojos para verlo enterrar su cara en mi cuello y besar allí cariñosamente. Uno, dos, tres. Pedí la cuenta en su camino que hizo hasta mi oreja.

—Te quiero Jungkook, te amo mucho. No me vuelvas a hacer esto. –debo ser un llorica porque las lágrimas resbalaban solas con esas palabras. Y entonces besó mis labios, un beso sutil y delicado. Tranquilo.

Agarré ambos lados de su cabeza donde las puntas de sus cabellos estaban húmedas y su piel caliente. Tan agradable.

—¿Me has perdonado? —dije una vez el beso terminó.

—Por supuesto Kookie. No me puedo enfadar contigo.

—Se deja querer ¿verdad? –dijo Tae a mi espalda.

—Igual que tu, amor. –dijo y se levantó para darle un beso torpe y obligado.

Jimin sonrió y yo me recliné para apoyar la cabeza en la clavícula de mi Taehyung. Disfruté, ahora sí, del agua caliente, pero sobretodo de la deliciosa imagen delante de mí. La sonrisa de Jimin y sus ojos escondidos por un par de líneas negras. Es la mejor imagen que he visto en la vida.

 

 

 


 

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