EMPÉDOCLES (JiKook) - Capítulo 12 [Final]
CAPÍTULO 12
JungKook POV:
Despierto por la voz de mi madre desde la
planta inferior llamando por mi nombre. No es fácil de distinguir su voz de una
fantasía de mi mente porque realmente apenas he dormido y me encuentro cansado
y somnoliento. A pesar de todo me incorporo sintiendo el sol penetrante en la
mañana golpearme. Me levanto y llego a la cocina para ver a mi madre con su
teléfono de la mano mientras se despide de la persona al otro lado y me mira
con una sonrisa radiante.
-¿Qué ocurre? –Le pregunto confuso por su
histeria.
-¡Muy buenas noticias, Jeon! Volvemos a Seúl. A
tu padre le han exculpado y le han sacado de la cárcel. El banco nos devuelve
la casa a petición del juez.
Sus palabras son como un cálido abrazo que
recorre mi cuerpo. Una descarga de adrenalina que me hace vivir y regresar a
una realidad que creí ya lejana.
-Haz las maletas, nos vamos a casa. –Las
palabras de mi madre me hacen darme cuenta de repente de todo lo que me
aconteció anoche y sin poder sostenerme en pie me siento sobre una de las
sillas de la cocina y regreso a los recuerdos que creí sueños en la noche. Los
ojos temerosos de Jimin escondidos entre su pelo rubio, las manos en llamas de Yoongi, su pálida piel
describiendo sinuosas curvas en su cuerpo, las escamas en la piel brillante de
Hoseok, el aliento de Taehyung chocando con mi cara. La agonía de la mujer de
fuego. Las lágrimas de Jimin. Sus palabras-. ¿Estás bien, hijo? Tienes mala
cara. –Me dice su ingenuidad.
-Sí, madre. Estoy bien. Voy a hacer las
maletas. –Me voy corriendo a mi cuarto y una vez allí cierro y me dirijo a
mover la cama de nuevo. Mis brazos duelen por el cansancio pero sonrío
completamente convencido de encontrar a Jimin y poder despedirme de él. Sé que
le encantará verme una vez más y solo imaginar su sonrisa saco las fuerzas
necesarias para retirar la cama por completo. Me conduzco al espacio vació y
cojo la llave pero al buscar en el suelo la puerta, no está.
Frunzo el ceño y froto mis ojos temiendo estar
aun somnoliento pero llego incluso a arrodillarme en el suelo en busca de la
manilla o la cerradura donde debiera entrar la llave. Nada. Palpo la madera
desesperado y la golpeo esperando porque Jimin al otro lado me oiga pero ni
siquiera suena a hueco como sería de esperar si debajo hubiera unas escaleras.
Me quedo ahí, parado y de rodillas, mirando el suelo liso y vació de cualquier
cosa particular. Miro a mi alrededor. Miro mis manos y miro mi cuerpo. Nada en
él me indica que lo de anoche fuera más que un sueño. Trago saliva mientras
hago un esfuerzo por recordar y solo veo la negación del rostro de Jimin al
sugerirle de volvernos a ver y la negativa de Taehyung a la posibilidad de
poder ser amigo de Jimin.
Me levanto del suelo al fin y coloco la cama en
su sitio completamente aturdido. Mi madre habla desde el otro lado de la
puerta.
-Salimos en dos horas.
…
El camino en coche ha sido muy cansado. Más
incluso que el de llegada. Mi cabeza duele y siento como cada músculo de mi
cuerpo se retuerce en dolor y cansancio. Evito durante todo el trayecto las
preguntas de mi madre sobre lo que debí hacer anoche porque mi cara representa
la falta de sueño. No le respondo porque ni yo mismo estoy seguro de hasta qué
punto lo que recuerdo fue algo real.
Cuando llegamos a casa lo primero que hago
mientras mi madre coloca todas sus cosas es dirigirme a mi cuarto y sentarme en
mi cama mientras dejo la maleta en el suelo. La bolsa de mano está en mi regazo
y el olor de mi habitación es embriagador. Tanto que me produce una ira ciega y
al borde del llanto por la impotencia de mi situación lanzo la bolsa de mano al
suelo haciendo que de ella salga un quejido sordo. Pienso en ignorarlo pero ha
sido demasiado real, demasiado humano para pasarme desapercibido. Me acerco a
la bolsa lentamente y la incorporo mientras veo como la cremallera de esta se
abre por su propia mano. De ella, sale una cabecita pequeña con una expresión
de dolor mientras con su mano revuelve su pelo alborotado.
-¿Se puede saber qué diablos te pasa? –Me
pregunta enfadado mientras escala fuera para salir de la bolsa.
Inconscientemente pongo mi mano a su lado y él se deja caer en ella sentándose
sobre mi palma. Mis ojos se encharcan y alzo la mano para dejarla a la altura
de mi rostro.
-Jimin…
-¡Jeon Jungkookie! –Sonríe abriendo sus brazos
ante mi nombre.
-¿Qué haces aquí?
-¡No quería que te fueras! ¡Somos amigos y no
quiero perderte nunca más! –Lloro con grandes lágrimas que ruedan por mis
mejillas.
-Te quiero idiota. –Acerco mi mano a mi rostro
para hacer que abrace allí mi cara. Sus manos aprietan mi rostro con fuerza.
-Y yo a ti. Siempre.
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