KANT - Pensamiento VI
💬 Debo aclarar que hoy en día no estoy de acuerdo con muchas de las cosas que escribí aquí, y aun así comprendo que es parte de la evolución de la madurez de una persona. Por eso, aquí tenéis este humilde pensamiento.

Immanuel Kant - Ética
"Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca solamente como un medio."
Immanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785)
"El filósofo Immanuel Kant, filósofo prusiano de la Ilustración, primer y más importante representante del criticismo, precursor del idealismo alemán y uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal, sostenía que los seres racionales nunca pueden tratarse simplemente como un medio para un fin; siempre deben tratarse también como fines en sí mismos, lo que requiere que sus propios motivos razonados deban ser igualmente respetados.
Un ser racional no puede racionalmente consentir ser utilizado simplemente como un medio para un fin, por lo que siempre deben tratarse como un fin. Kant lo justifica argumentando que la obligación moral es una necesidad racional: aquello que es deseado racionalmente es moralmente correcto. Debido a que todos los agentes racionales desean racionalmente ser un fin y nunca solo un medio, es moralmente obligatorio que se les trate como tales. Esto no significa que no podamos tratar nunca a un humano como un medio para un fin, sino que cuando lo hacemos tenemos que tratarlo además como un fin en sí mismo."
Traduciré estas palabras para aquellos que no lo hayan entendido pues se necesitan unas cuantas revisiones y como mínimo conocer la teoría de este hombre sobre la moral. Lo que Kant intenta decir, o al menos así me lo han hecho entender a mí, es que no podemos usar a otras personar para un fin en concreto, sino que esas personas deben ser el fin de nuestras acciones. En otras palabras, utilizar a las personas es atentar contra su dignidad. Y eso, no está bien. No es moralmente correcto.
Se entiende de esto por ejemplo, utilizar a un amigo para obtener fines económicos.
Bien, hasta aquí, todo claro, espero.
Pues esta misma mañana me han llamado insensible, inmoral, cruel y muchos otros adjetivos sinónimos a estas palabras anteriores por contradecir a este hombre expresando la idea de que utilizamos a las personas constantemente y no solo a sabiendas, sino también cuando no nos damos cuenta, pues desde mi punto de vista todas y cada una de las relaciones humanas se basan en el constante intercambio de beneficios propios.
Desde que nos levantamos hasta que nos acosamos estamos en un incesante contacto con otros seres humanos -excepto aquél afortunado que viva lejos de la sociedad a quien yo admiro y envidio con fuerza-. Inevitablemente estamos acosados por la presencia de otros que nos buscan, nos llaman, nos hablan a pesar de que nosotros no les correspondamos, no importa. Ellos están ahí y forman parte indispensable de nuestra existencia.
No me considero una persona creyente por lo que creo que lejos de ser perfectos, estamos condenados a amoldarnos al medio y adaptarnos a él en todas sus formas, lo que incluye adaptarnos a otros. Pero no solo basta con acomodarnos a la presencia de humanos, sino a sacar beneficios de ellos para nuestra propia subsistencia, o en otras palabras, para alcanzar la felicidad. ¡Egoísta! Me dirás. Y no es menos cierto pues igual que reconozco que no soy demasiado altruista también puedo reconocer que soy ciertamente egoísta e incluso narcisista pero eso me ha permitido ver el error en el que, en mi más humilde pensamiento, creo que Kant se ha equivocado.
Cada vez que interactuamos con otros, tan solo buscamos un fin en esa relación y utilizamos a esa persona para obtenerlo de manera que el fin sea aquello que hemos obtenido de él. Y cuando esa persona ya no satisface es hambre en nosotros, la desechamos. ¿No? Si no es así, en ese caso tenemos un problema. Pero eso lo abordaré más adelante.
Los ejemplos siempre ayudan a entenderlo todo. Ponte en el caso de una relación de pareja. Imagínate junto al amor de tu vida y la hermosa relación que ambos tenéis. ¿Acaso no le usas con un fin? Desde luego que sí y a cada instante o si no, no estarías con esa persona. Tal vez tus intereses sean biológicos, como el sexo; afectivos o sentimentales como los besos o caricias; tal vez sea la férrea necesidad de conversación y compañía, o incluso tan solo buscas alardear de su presencia a tu lado y lo exhibes como a un perro sin dignidad, -a lo que tengo que decir que esto sí es verdaderamente humillante. Al fin y al cabo buscamos en esa persona que decimos amar algún fin, algún objetivo por el que la necesitamos.
Otro ejemplo puede ser la relación entre amigos o compañeros. Incluso entre familiares. Permanecemos con nuestros padres porque carecemos de recursos económicos, porque queremos de ellos la compañía o la confianza que tienen en nosotros, o incluso por una dependencia psicológica que nos obliga a creer que los padres son tan dependientes de nuestro cariño como nosotros del suyo. He visto romperse suficientes familias como para no creer en eso que llaman "amor familiar" o "amor de padre".
A estas alturas te habrás preguntando, ¿y los sentimientos? Yo le quiero, él me agrada...
Los sentimientos no son sino el fin de nuestro uso de los demás. Nos acercamos a ostros por la emoción del encuentro, por la agradable sensación de una conversación, por la adrenalina del primer beso, por el éxtasis del orgasmo. Sexo sin sensación es triste, besos sin adrenalina es nada. Cuando convivimos con aquellos de los que no tenemos sentimientos han dejado ya de ser útiles para nosotros y seguir sosteniéndolos en nuestras vidas o bien denotan una clara baja autoestima por lo que nos hacen depender de ellos psicológicamente, como la mujer del maltratador que es incapaz de denunciarle, o bien no tenemos el valor para pedirles -siempre educadamente- que se marchen de nuestras vidas y nos aguantamos tan solo por pena.
Seguro que sabes de lo que te hablo cuando te menciono a esas personas que han dejado de ser útiles. Las conversaciones ya no son tan interesantes, las muestras de cariño se han visto rebajadas o bien se ha extinguido. Ya no obtienes de esa persona lo que buscabas en ella y es en ese momento cuando debes cortar por lo sano alegando a las palabras de una demente como yo que la amistad ya no obtiene para ti los beneficios que esperabas de ella. Dime inmoral o cruel. Fría incluso pero créeme cuando te digo que es agradable ver cuánto puedes obtener de una persona -lejos de ser dinero o placer sexual-, y cuando alguien no puede satisfacerte ni si quiera en una amena conversación.
Lo primero y ante todo es preguntarte de qué careces. De compañía tal vez, de amistad o incluso de un compañero de conversación frente a una taza de café. Búscalo siempre en aquellos que puedan satisfacerte y no dependas de los que no te proporcionan nada.

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