LÍBRANOS DEL MAL (Jimin x JungKook x Yoongi) - Capítulo 9
CAPÍTULO 9
YoonGi
POV:
Miro de
nuevo las estúpidas letras delante de mí. Están iluminadas por la pantalla y
son bien rebuscadas haciendo que toda la frase entera tenga un refinado sentido
pero niego la cabeza y borro todo lo que tengo hasta ahora sin estar convencido
de nada.
Suspiro y
me levanto de la silla para ir a beber agua mordiéndome los labios. ¿Qué me
pasa? No tengo inspiración. A veces me pasa. Durante algunos días no me siento
escritor o al menos no lo suficientemente capacitado para escribir pero ahora
que he hecho algo interesante ni siquiera me convence.
—¿Yoongi?
–Me llama Jimin entrando por la puerta con una voz juguetona y animada. Salgo
de la cocina para encontrarle escondiendo algo a su espalda. Muerde sus labios
excitado y travieso. Yo levanto una ceja convencido de que no me dejará ver lo
que hay ahí.
—¿Qué
escondes ahí? ¿Es para mí? –Asiente sonriendo como un idiota. Alzo el rostro
para intentar verlo pero se mueve y lo aparta de mí vista. Niega con el rostro
mientras su enorme sonrisa ilumina su cara.
—¿Te
enfadarás conmigo? –Frunzo el ceño y comienzo a preocuparme.
—Sí. –Me
cruzo de brazos y suspiro—. Muy, bien, si no me lo enseñas me… —Pretendo
girarme pero rápido me detiene con sus gritos.
—¡Vale! Te
lo enseño. –Saca de su espalda un paquete de color rojo y con un lazo en
blanco, muy mal combinado. Se pone de rodillas en el suelo y asciende el
paquete a mí. Es grande, no es un anillo—. Min Yoongi, ¿quieres casarte
conmigo? –Frunzo de nuevo el ceño confundido y deshaciendo el lazo muy
lentamente una zarpa negra asoma por la tapadera. No hago más porque la cabeza
del pequeño gato me sorprende abriendo la tapa.
No digo
nada, no muestro ninguna expresión en mi rostro. Pero mis manos cogen el
pequeño cuerpo del gato para alzarlo en el aire y llevarlo a mis brazos. Allí
el animal maúlla y se acurruca en la tela de mi jersey. Jimin aún sigue ahí
esperando por mi respuesta a la par que el gato me muestra en su collar dos
anillos de plata iguales.
—Bueno… ¿y
qué me dices? –Me pregunta preocupado.
—¿Me pides
matrimonio con un gato?
—Sí. Sé
que te gusta Allan Poe y me recordó a su libro “El gato negro”. Pensé que sería
original y romántico.
—¿Cómo se
llama? –Pregunto curioso—. ¿Puedo llamarlo Edgar?
—No, ya
tiene nombre. –Le miro curioso—. Galleta.
—¿Galleta?
–Niego con la cabeza.
—¿Entonces
te casas conmigo o no? ¡No me vuelvas loco! –Se levanta del suelo y tira la
caja vacía en el sofá. Yo hago un puchero mientras el gato se hace una bola en
mis brazos. Jimin viene a mí para desatar los anillos del collar, coger uno y
ponerlo en mi dedo. Yo me dejo pero sonrío solo para molestarle.
—No te he
dado el sí quiero aún.
—Nah. No
lo necesito. –Besa mis labios y me quita el gato de las manos para sentarse en
el sofá con él. Habla con el gato—. Galletita… eres tan adorable. Seguro que me
querrás más que Yoongi. El malo de Yoongi.
—Sí
quiero, idiota. –Digo antes de que siga con sus desvaríos y nada más que él me
mira sonriendo las ventanas del salón se abren produciendo que las cortinas se
muevan con ellas. Él viento remueve mis cabellos y él gato, junto con el aire,
sale corriendo del regazo de Jimin. Todos nos asustamos y nuestros corazones
pueden oírse a la perfección. Una vez el gato está lejos Jimin se levanta y
cierra las ventanas preocupado.
—¿Dejaste
esto abierto? Sabes que hace mucho viento.
—No.
–Niego con la cabeza—. ¡Eh! –Digo acordándome de algo—. ¿Qué me regalarás por
navidad? Ya queda poco. –Me tiro en el sofá donde antes estaba él y me mira
sonriendo.
—¿Qué
quieres? –Pienso unos segundos mientras se acerca y se tumba sobre mí.
—¿Algún
juguetito que te pueda sustituir cuando estés fuera de casa? –Me mira furioso.
—¡Ni en
broma! –Me mira sádico—. No la encontrarás tan grande como la mía.
—¡JA!
–Pongo los ojos en blanco—. En internet las he visto. –Se queda con la boca
abierta hasta que el gato salta en el sofá junto con nosotros y ambos acabamos
sonriendo y olvidándolo todo. Todo en absoluto.
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