LÍBRANOS DEL MAL (Jimin x JungKook x Yoongi) - Capítulo 16

 CAPÍTULO 16

 

YoonGi POV:

 

—¡Respóndeme! –De nuevo sus gritos me hacen ser consciente de la situación a mi alrededor. Otra vez no, por dios. Sangre por todos lados mientras mi cuerpo inmóvil lucha por moverse pero al parecer nada más que mis ojos funcionan correctamente—. ¡Respóndeme!

Ojalá pudiera, amor. Pero no puedo siquiera verte hasta que tú no te desabrochas el cinturón a mi lado y te mueves cerca de mí para comprobar mi estado mientras las ambulancias están de camino. Coges mi rostro en tus manos y acaricias mis mejillas manchándote tus puras manos de mi sangre que tanto daño te hace. Tu rostro ha cambiado. Hoy en mi sueño eres más joven.

—¡Jungkook! –Gritas mientras me zarandeas—. ¡Jungkook!

¿Jungkook? –Miro como puedo mi reflejo en el retrovisor a mi lado y puedo ver que el rostro en mi cuerpo que no me pertenece. Miro por segunda vez mis manos y mis piernas para darme cuenta que jamás fueron mías. Tampoco mi mente, ni mis actos. Dejo de ser Yoongi en un coche para no ser más que un simple espectador fuera del vehículo.

Miro de nuevo mi cuerpo, ahora sí soy yo pero, ¿qué ocurre ahí delante de mí? Un coche se ha estrellado en una carretera y me acerco poco a poco temiendo que alguno de los dos pasajeros sea yo y me descubro asombrado por no ser ninguno de ambos. Veo las ambulancias y sus luces se acercan muy lentamente. No hay más coches porque ha sido con el quitamiedos con lo se han estrellado.

—¡Jungkook, amor! ¡Mírame! –Grita Jimin desesperado zarandeando un cadáver a su lado. El cadáver que lleva semanas trastornando mi vida. Sus ojos están abiertos más sin vida en ellos. Ensangrentado y con varios huesos rotos, estoy seguro. ¿Qué más da ya? Yo me encamino hacia la ventanilla del muerto frente a mi ya muy conocido y una vez estoy a su lado puedo ver mejor las lágrimas de Jimin mientras sufre un ataque de ansiedad como jamás le he visto. Sin embargo sus mejillas están enrojecidas, ha bebido.

Creo que he visto suficiente cuando el cadáver gira su rostro para mirarme, ahora repleto de vida y sin que Jimin se percate de ello para sonreírme y ponerse serio en cuestión de segundos.

—Es un mentiroso. –Dice mientras me dejo observar por él—.  A mí también me mentía, me decía que me cuidaría. Y mírame.

—Muerto. –Dice otro Jungkook a mi lado de pie, fuera del coche observando la escena conmigo.

—Él dijo que te atropelló un coche. –El Jungkook del coche vuelve a ser cadáver y el que se mantiene a mi lado ríe por mis palabras. Las lágrimas y los gritos de Jimin son cada vez más altos.

—Jamás te dirá la verdad. Él me pertenece. Y también sus palabras. Sus pensamientos. Sé que piensa en mí.

—¡¿Qué he hecho?! –Pregunta Jimin golpeándose la cabeza con el volante. Nos hace callar a ambos.

—Pero él, —digo—, me quiere a mí. –Niega con la cabeza.

—No le dejaré que te quiera. –Sus palabras ahora son amenazantes pero sinceras—. Él me pertenece. Y su alma, también. Me arrebató la vida. Él me debe una.

Por una vez, en mucho tiempo, despierto tranquilo y sosegado de una pesadilla. No siento un frío sudor en mi cuerpo ni tampoco una angustia que me retuerce el estómago. Solo, paz.

 

 

—Gracias por acceder a tomar un café conmigo, señora Park. –Ella asiente y hace un esfuerzo por involucrarse tan solo por ayudarme. Entiendo el valor que tiene y mientras abraza la taza del café caliente suspira mirándolo. Ambos estamos en una cafetería algo solitaria dadas las horas de la mañana pero es lo mejor si queremos hablar de esto.

—Yoongi, ¿has hablado del tema con Jimin?

—Lo intento constantemente pero él no solo no me cree, sino que me acusa de las cosas que ocurren. Alega a las pastillas para mantenerme sumiso y a los libros para dar una justificación a mi locura.

—Es normal que no quiera aceptar la situación. Lo pasó muy mal.

—Por favor, explíqueme qué ocurrió. –Asiente y coge aire. Tal vez valentía.

—Cuando Jimin tenía diecinueve años y estaba terminando la escuela conoció a un chico de unas clases por debajo de él. Dos años menor. JungKook se llamaba. –Asiento comprendiendo.— Rápido nos informó a ambos que era gay y que tenía pareja.

—¿Fueron pareja, entonces?

—Sí. Fue todo muy rápido. Nada más se conocieron. –Ella niega la cabeza.

—¿Qué ocurre, señora Park?

—El niño ese era muy raro. Tenía mucha influencia sobre mi hijo. Lo manipulaba para que hiciera lo que quisiera. Se dejaba llevar como un cordero.

—Supongo que las parejas…

—NO Yoongi. Era una mala persona. –Ella me mira con miedo—. Cuando Jimin no estaba delante, a mí y a mi marido nos miraba furioso, temiendo que los separásemos. Más de una vez nos susurró cosas como: “Cuando muráis yo me quedaré con él” “Él es mío y de nadie más”.

Todo mi cuerpo da un vuelco ante sus palabras.

—Señora Park… —Ella prosigue.

—Nunca dejaba que otras personas se acercaran a él. Varias veces acababa en comisaría por agresión. Era violento, malhablado, maleducado, agresivo, todo, a espaldas de Jimin.

—¿Cómo se comportaba con Jimin?

—Era como un pequeño gatito, siempre buscando su cariño, su aprobación. Pegado a él alagándole y suplicándole por amor.

—¿Qué pasó, señora Park? Jungkook murió, ¿cierto?

—Sí. ¿Jimin te lo ha contado?

—Él me ha dicho que cruzando un paso de cebra lo atropelló un coche. –La señora Park niega con la cabeza—. Pero Kook me ha contado que fue Jimin mientras conducía borracho y Kook iba de copiloto. Murió en un accidente de coche provocado por Jimin. –Antes mis duras y sinceras palabras, la señora Park lleva su mano para cubrir su boca asombrada—. ¿Es cierto? —Ella asiente.

—¿Cómo te lo ha dicho?

—En un sueño, señora. –Llevo mis manos a la cabeza cansado.

—Jimin solo intenta protegerte…

—No, él no quiere creerme.

—Es normal, él no ha superado lo de Kook. –Pasan unos segundos en los que ninguno de los dos habla por la tremenda situación que se nos cae encima pero es ella la primera en romper el silencio—. Eres una bendición para nosotros. –Coge mis manos y las estrecha entre las suyas—. Tuvimos mucho miedo el día en que Jimin nos dijo que estaba en otra relación pero nada más conocerte supimos que al fin la paz había regresado a su corazón.

—Gracias, señora. Siento curiosidad. –Digo de repente—. ¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?

—Tres años.

—Vaya…

—¿En qué piensas, Yoongi?

—Es más de lo que yo he estado con Jimin y ya me ha propuesto matrimonio. –Miro el anillo de metal en mi dedo.

—Él te quiere y le has traído la paz que llevaba tiempo buscando. Y nosotros también.

—¿Puede contarme con detalle lo sucedido en el accidente?

—Venían de una fiesta y Jimin bebió lo suficiente como para que sus reflejos se vieran afectados pero no dio demasiado en el test de alcoholemia. Él dice eso, pero estoy segura discutía mientras él conducía y por eso se estampó contra el quitamiedos.

—¿Cómo estaba Jimin después de aquello?

—No salía de su cuarto y solo se movía para darle cuerda a la estúpida bola de cristal esa que tanto asco le tengo.

—Se la regaló Jungkook, ¿cierto? –Ella asiente.

—Yoongi…

—¿Hum?

—¿Es cierto?

—¿El qué, señora?

—¿Has visto a Kook? ¿Está en vuestra casa? –Asiento. Ella palidece y vuelve a estrechar mis manos—. Lo siento. Que Dios te ampare y te proteja, muchacho.

 



 

 

Capítulo 15                   Capítulo 17

⇦ Índice de capítulos

 

 

Comentarios

Entradas populares