FRENTE A LA COMIDA (YoonMin / VKook) - Capítulo 15
Capítulo 15
Narrador
omnisciente POV:
La luz entra por la cristalera de la azotea. Una luz clara, vespertina sin duda pero aun intensa. No sopla una brizna de aire porque vemos alguna hoja o alguna pequeña pluma posada en el suelo de piedras y no se mueven un solo centímetro. Al contrario que las personas al otro lado, las sombras que se reflejan en el suelo donde estamos mirando vemos un leve ajetreo pero nada preocupante. A este lado del cristal vemos a personas ir tranquilamente de un lado a otro, como un día normal. El cristal entre nosotros y el exterior está reluciente, bien limpio a pesar de que se notan ciertas huellas de las gotas de agua que cayeron el otro día con la lluvia.
Oímos el sonido de pasos ir de un lado a otro, y a la vez, unos pasos sobre las piedrecitas. No es nada llamativo pero nuestros ojos se desvían para ver aparecer por el pasillo, el cuerpo de Jeon con las manos dentro de los bolsillos de la sudadera. Sus ojos miran atentos por todas partes pero no parece estar buscando nada en concreto, simplemente paseando por las instalaciones del hospital mientras deja libre sus pensamientos. De vez en cuando sonríe a algún enfermero o enfermera, saluda amable y pasa de largo, como si nada, regresando su rostro lentamente a un hieratismo profundo. Una expresión de pensamiento con su propio yo y con lo que le rodea.
Cuando pasa por enfrente de la cristalera en la que nosotros estamos se detiene en seco mirando al exterior. Nosotros también miramos fuera para distinguir tres cuerpos bajo la luz del sol. El que más cerca se encuentra de nosotros es TaeHyung, sentado en suelo de piedra siendo, como Jeon, testigo de lo que los otros dos hacen. Hoseok y Jimin, haciendo una especie de ejercicio gimnástico. Unos simples estiramientos. Algo de yoga. Jeon no puede evitar golpear el cristal con los nudillos haciendo que TaeHyung sea el primero en girarse, y después, Hoseok. Este último le anima a salir y lo hace con una expresión confundida.
–¿Qué estáis haciendo? –Pregunta mientras se acerca a ambos dos chicos de pie y los observa detenidamente.
–Estiramientos. Un poco de ejercicio, no nos viene mal. –Dice Hoseok, con una endeble sonrisa y TaeHyung se cubre la cabeza con el gorro de su sudadera.
–Sois más raros que perros verdes. –Dice Jeon con una sonrisa y se planta justo de cara a Jimin y le mira, sonriente–. ¿No deberías estar tú en tu cuarto, sentado con tus revistas?
–Déjale. Ha sido idea de él. –Le defiende Hoseok y Jimin los mira a ambos sin mediar una sola palabra, deteniendo todos sus movimientos para limitarlos a girar el rostro.
–¿Sí? Vaya sorpresa. De veras que no os entiendo. –Jeon camina distraído hasta la barandilla y se apoya ahí, de cara a los chicos que hacen gimnasia. Hoseok comienza de nuevo pero Jimin ya no mueve un solo músculo. Esconde sus manos por las mangas de la sudadera y mira a Hoseok con una tierna mirada de recelo.
–Hum. –Dice tan solo Jimin.
–¿Te da vergüenza porque estoy yo? –Jimin asiente y hace un puchero que no tiene rival. Hoseok le da un golpecito en el brazo y Jimin acaba suspirando con un fruncimiento en el ceño. Ambos ponen las manos juntas y levantan los brazos respirando hondo y cerrando los ojos. TaeHyung, detrás de ellos, no se pierde un solo detalle, pero no pareciera que realmente está viendo la escena, simplemente sus ojos se han perdido en el movimiento y vagan por sus recuerdos.
–¿No está NamJoon por aquí? –Mira a todos lados Jeon pero no lo ve.
–Debe estar con Jin, dando una vuelta.
–¿Se llevan bien?
–Mucho. Date cuenta que cuando Jin llegó a trabajar aquí, NamJoon ya estaba. Se han hecho, en cierto modo, inseparables. Aunque sea para hablar solo de comida.
–Ya, ya lo sé.
–¿Y bien? ¿Te animas? –Hoseok sonríe casi cínico pero Jeon niega con el rostro. Jimin no dice nada al respecto. Taehyung se levanta del suelo tras ellos y camina a lo largo de la azotea hasta quedarse de pie al lado de Jeon pero apoyado mirando hacia la ciudad. De su bolsillo se saca el paquete de tabaco y mira dentro. Es de la marca camel, la que más le gusta. Del interior saca uno de los dos cigarrillos que hay y el mechero clipper. Se enciende el cigarrillo ante la atenta mirada de Jeon y este levanta las cejas.
–No sabía que fumaras.
–No sabes nada. –Susurra el otro y Hoseok sonríe.
–Fuma a veces. Su hermano, que es un perfecto traficante. ¡Yo no me hago responsable! –Le dice y TaeHyung le ignora, pero Hoseok acaba sonriendo, divertido por la situación.
–¿Y Yoongi? No es mucho de salir de su zona de confort, ¿hum?
–Es tan blanquito que puede reducirse a cenizas si sale. –Dice Jimin formando un constante puchero divertido con sus labios al hablar. Acaba sonriendo y mirando a Hoseok, sonriendo también. Jeon carcajea.
–Muy buena, Jimin. Pensé que te había comido la lengua el gato. –Jimin saca la lengua como un niño pequeño mostrándole que sigue en su sitio y sigue con la gimnasia. Regresa su mirada a TaeHyung, apoyado en la barandilla y con la mirada perdida en el horizonte–. ¿Y tú qué? ¿No vas a saludarme siquiera?
–A él sí que le han comido la lengua. –Dice Jimin y Jeon enrojece levemente. En un hospital las noticias vuelan mucho más rápido de lo que Jeon esperaba. Jimin le mira cómplice y Jeon se muerde el labio inferior. Con un suspiro, TaeHyung golpea levemente con el dedo el cigarrillo haciendo que la ceniza caiga fuera y mira más centrado al horizonte.
–Tae, no seas maleducado. –Le espeta Hoseok mientras Jimin y él estiran los brazos a lo largo de su envergadura.
–No le ha contado nada. –Susurra Jimin a Hoseok y cuando JungKook clava en él los ojos, rápido se lleva las manos cubiertas a los labios. Niega haber dicho nada pero Jeon ya le ha oído.
–¿Hay algo que deba saber? –Le pregunta JungKook a TaeHyung.
–Nada. –Dice firme, autoritario. Jeon casi se lo cree. Mira a Jimin pero es Hoseok quien contesta a la mirada.
–Todos tenemos una historia. Tú eres el “nuevo” pero aun así ya sabes mucho de nosotros. Hay personas, como nuestro querido YoonGi, que no quieren hablar de lo que les han traído aquí, pero a otros, nos hace bien hablar de ello. –Los ojos de Jimin entristecen y Jeon mira de reojo a TaeHyung, abstraído–. Por ejemplo. Jimin y yo compartimos motivo, las modas adolescentes.
–¿No es ese el caso de todos? Es decir, todos quieren deformar su cuerpo para verse mejor.
–No todos. –Dice de repente TaeHyung. Vosotros tenéis como principal problema no comer, otros, por el contrario, no comer es la consecuencia de sus problemas. –Jeon se asombra de repente por la lista de palabras que TaeHyung acaba de soltar.
–¿Estás hablando de ti mismo?
–Sí. –Sin girarse, sigue hablando–. Yo sufro una depresión. Consecuencia de esa depresión es la conducta de atracones y de arrepentimientos.
–¿Depresión? –Mira a todas partes buscando una respuesta.
–Es mejor que le digas porqué estás aquí. Solo díselo, el resto lo sabemos. –Le pide Hoseok. Jimin colabora.
–Vamos, TaeTae. A lo mejor te hace bien hablarlo.
–¿Qué ocurrió? –Pregunta JungKook y TaeHyung coge aire.
–Cuando yo tenía cinco años, un día, mi padre llegó borracho a casa. No es que no soliera hacerlo. Al contrario, lo hacía a menudo, pero aquél día su comportamiento era extraño. Apenas había llegado a casa ya estaba tirando platos al suelo y golpeando los muebles. Recuerdo el sonido de los platos al caer al suelo. Recuerdo el sonido de sus pisadas caminar sobre los trozos de cerámica rota. Recuerdo también los alaridos de mi madre cuando intentó detenerle. Yo salí de mi cuarto y me quedé al fondo del pasillo, escrutando cuidadosamente la cocina, donde ambos dos estaban discutiendo. En realidad no era una discusión, propiamente dicha. Mi madre intentaba llevar a mi padre a la cama para dormir y que se le pasara la borrachera, o al menos, que no estuviera acerca de los cuchillos. Mi madre usó la baza de “los niños están dormidos, vas a despertarles”. Y eso pareció enfurecerle más. No le gustaba sentir que no tenía el control. Miré atentamente, no podía apartar la mirada aunque mis ojos quisieran cerrarse con cada grito de mi padre. Recuerdo verle coger un cuchillo en sus manos, levantarlo al aire y como si disfrutara el momento, sonreír mientras apuñalaba a mi madre. No le bastó con tres o cuatro veces. Se quedó ahí un rato, conté al menos veinte. Pero mi hermano vino de la nada, corriendo desde su cuarto, y me zafó para que no siguiese viendo. Me cubrió los ojos con sus manos, pero yo ya lo había visto todo.
–TaeHyung… –Susurra Jeon. Solo eso. Un susurro.
–Después nos llevaron a un orfanato durante años, hasta que mi hermano fue mayor de edad y consiguió un trabajo. Todas nuestras propiedades son de nuestro padre que está en la cárcel por una condena de treinta años, así que no podemos acceder a ellas. Mi hermano me ha cuidado hasta que cumplí dieciocho, que descubrieron que era bulímico. Me encerraron aquí. He estado en una depresión desde que tengo consciencia del significado de la palabra. No he podido recuperarme de aquello, es… no sabes lo que es ver como la vida de tu madre se va, como sus ojos te miran, como sabes que ella sabe que estás ahí pero no quiere mirarte, para no hacerlo todo más complicado. –Taehyung da la última calada al cigarrillo y lo tira hacia abajo. Lo sigue con la mirada y no la despega hasta que no lo ve chocar con el suelo. Sus ojos brillan unos segundos, después se lleva los dedos ahí para aguantar las ganas de llorar, y se gira al resto que lo miras ojiplático y sin mover un solo músculo.
–¿Por qué no me habías dicho esto antes?
–No son cosas fáciles de contar.
–¿Y ahora sí? ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? –TaeHyung piensa, unos segundos.
–Ya era el momento de que alguien lo supiera de mis labios, supongo. Era el momento. –Y sin más, se cubre el rostro con la capucha y camina adentro, de nuevo. Se marcha pasillo adelante y los tres se quedan mirándose mutuamente, sin ganas de hablar, con una extraña sensación en el estómago.
–Nunca le había oído hablar tanto. –Dice Jimin de la nada con sus manos cubriendo su boca. Sus ojos un poco brillantes.
–Ni yo. –Corrobora Hoseok y ambos dos se miran, confusos. Jeon niega con el rostro, se apoya en la barandilla dándoles la espalda y mira al suelo, con una expresión confusa, buscando algo que le llame la atención pero sin encontrarlo. Cierra los ojos y toma aire, profundamente. Aún puede sentir en el aire el olor a tabaco que ha dejado TaeHyung.
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